El hombre como ser gregario, no puede concebirse fuera de la sociedad. Para lograr su desarrollo físico y psicológico, necesita relacionarse e interactuar con otros individuos, es la manera en que puede adquirir destrezas y conocimientos que lo integran a un grupo cultural.
Para alimentarse, los seres humanos recolectaban plantas que crecían de forma silvestre, cazaban y se trasladaban de un lugar a otro en busca de comida. Aproximadamente hace 10.000 años, el hombre aprendió a cultivar plantas y criar animales, por lo que fue necesario que las personas se establecieran en un solo lugar, y que edificaran viviendas más resistentes que les permitiera su estadía por mucho más tiempo.
Las necesidades de protección se hicieron presentes; resguardarse de los elementos naturales, e incluso de algunos humanos, llevaría a los pobladores a construir las casas una junto a la otra. Esto permitiría la formación de pequeñas tribus que darían paso a las primeras ciudades.
Las viviendas fueron cambiando a lo largo del tiempo.
Las civilizaciones se fueron tecnificando por lo que se hizo imprescindible llevar registros de las actividades, en especial con lo que respecta al intercambio; aparecieron entonces las primeras formas de escrituras en la historia de la Humanidad.
Los registros documentales, tanto de archivos antiguos como la recopilación actual, son imprescindibles para el análisis antropológico de las sociedades.
A través de los años la tecnología se desarrolló, surgieron las primeras formas de organizaciones sociales, políticas y económicas, y la vida urbana se hizo más compleja por lo que tuvo que regularse mediante leyes.
Las ciudades se hicieron metrópolis y se crearon edificaciones más grandes, aparecieron nuevas instituciones, construyeron más y mejores vías de comunicación, se perfeccionaron los medios de transporte y las máquinas, se inventó la imprenta, hubo avances en el campo de la medicina, en la biología, así como en otras áreas y ciencias. Todos estos cambios llevaron al crecimiento y evolución de las sociedades simples a ciudades más complejas, como las que existen hoy en día.
Sobrevive el más apto
La teoría de la selección natural propuesta por Charles Darwin en su libro Origen de las Especies, publicado el 24 de noviembre de 1859, planteó que los seres vivos han evolucionado y son el producto de la adaptación al medio en donde viven. Para sobrevivir, sufrieron cambios o mutaciones, que dieron origen a la gran variedad de especies de animales que existen en el planeta.
Esta teoría de Charles Darwin revolucionó el mundo de la biología abriendo un gran debate: entre la religión y la ciencia. Muchas personas rechazaron su propuesta, pero con el tiempo, los científicos han demostrado que el naturalista inglés estaba en lo cierto; las especies animales, incluyendo al hombre, evolucionan y se diferencian de tal manera que la especie original no se identifica con la actual.
En la actualidad, estudios a nivel genético sirven como base para mantener vigente la teoría darwiniana. En los resultados de las pruebas de ADN, el hombre comparte similitud de casi un 99 % de su estructura de ADN con el chimpancé y un 97 % con el gorila. Los gorilas y los chimpancés tienen en común un 97 %; esto daría pie a postular que las tres especies tuvieron un ancestro en común. Los tres descienden de un mono que existió hace millones de años, y que por selección natural, evolucionaron y dieron origen a las diferentes especies en las que está incluido el hombre (homo sapiens sapiens).
Estudios de antropología en la evolución social
Los estudios darwinianos en un momento de la historia, fueron utilizados como argumentos para establecer el origen de la diversidad humana y con ello, esgrimir la falacia de que los blancos eran superiores a otras razas como producto final de la evolución por la selección natural.
Evidentemente, los estudios darwinianos no son suficientes para explicar la diversidad humana, y mucho menos para considerar una raza superior a la otra ya que algunos estudios establecen que tienen más que ver con la adaptación al medio, más que una cualidad intrínseca. Sin embargo, a partir de esta concepción se originarían varios postulados en la antropología: el evolucionismo cultural, el particularismo histórico y el funcionalismo.
Evolucionismo cultural
Este postulado se basa en la unidad psíquica de la especie humana, en donde establece que los hombres desde el punto vista psíquico son todos iguales, y que la variabilidad entre un humano y otro a nivel físico son superficiales por lo que sería la biología la que debía dar respuesta a esas diferencias.
Los antropólogos Edward Tylor de Inglaterra y Lewis Morgan de Estados Unidos, en el mismo momento pero en lugares distintos, proponen explicar las diferencias entre una sociedad y otra; para esto establecen que la cultura es una estrategia desarrollada por la humanidad como forma de satisfacer las necesidades que tiene para poder vivir y reproducirse.
Los variantes sociales se dan porque la cultura evoluciona; hay sociedades que a través de estrategias han superado estados culturales. De acuerdo a este postulado existen tres tipos de estadios evolutivos culturales: salvajismo, barbarie y civilización.
Particularismo histórico
Esta escuela fue iniciada por el alemán Franz Boas 1890; aunque nació en Alemania sus trabajos de investigación fueron realizados en Estados Unidos y Canadá. En su tesis descarta que la cultura esté influida por las necesidades de la subsistencia humana, y define que la cultura es un conjunto de signos, símbolos, significado, lenguaje, códigos de ideas, rasgos culturales, mitos y leyendas, que dan respuesta a las necesidades propias de cada una de las sociedades.
Boas rechaza el evolucionismo social, ninguna sociedad es más evolucionada que otra y además no se pueden comparar. Para él, cada sociedad ha desarrollado su propia cultura, que no depende de las condiciones geográficas y climáticas, sino de rasgos idiosincráticos que han desplegado a lo largo de su historia.
Funcionalismo
Esta corriente es creada por el polaco Bronisław Malinowski en la primera mitad del siglo XX. En esta escuela se concibe la cultura como una totalidad, es un todo integrado y articulado, formado por instituciones que están específicamente creadas en función de satisfacer necesidades humanas, y a su vez las instituciones generan nuevas necesidades humanas.
Para el funcionalismo las necesidades son adquiridas y van en función de las experiencias de vida de la cultura y de la sociedad en donde se viva. Nadie nace con una cultura, las necesidades son aprendidas y adquiridas, son transmitidas por el entorno: abuelos, madre, padre, hijos, tíos, maestros, amigos, es decir, por todos aquellos que interactúan en una sociedad.
En el funcionalismo, no se concibe manera alguna de comparar una cultura con otra, ni tampoco afirmar, que una de ellas es más civilizada que otra; simplemente cada sociedad tiene su propio sistema, y se deben estudiar sus estructuras haciendo etnografía sin hacer mención a estados evolutivos, solo debe ser un estudio descriptivo.
Espiral de funcional.
¿QUÉ ES LA ETNOGRAFÍA?
La palabra etnografía proviene de los vocablos griegos ϑνος (“pueblo”) y γραφειν (“escribir”). Esta disciplina constituye una rama de la antropología, y tiene por objeto fundamental, en líneas generales, el estudio y la descripción de los pueblos y etnias de todo el mundo. Por otra parte, la investigación etnográfica también puede estudiar el comportamiento de familias, clases sociales o instituciones. Los estudios etnográficos apuntan a relevar de forma sistemática la vida de las personas en un sentido amplio: qué hacen, de qué manera interactúan, cómo se comportan en determinados contextos de situación, cuáles son sus creencias religiosas, etc.
Las investigaciones etnográficas se realizan a partir de observaciones durante períodos significativos de tiempo, que permiten el relevamiento de datos, gracias a los cuales pueden extraerse una serie de conclusiones relevantes. En este tipo de investigaciones, es fundamental que el registro de datos sea preciso y minucioso, por eso se suelen emplear herramientas metodológicas como entrevistas y registros de audio, fotográficos y de video.
Claude Lévi-Strauss
Nació en 1908, y fue un antropólogo francés considerado el fundador de la antropología estructural. A lo largo de su vida también fue considerado un gran filósofo y, como él se autodenominaba, un “etnólogo improvisado”, ya que abordó esta disciplina cuando era desconocida en Francia.
A través de minuciosos estudios, Lévi-Strauss planteó que los pueblos ancestrales tenían un alto nivel de complejidad. Estas afirmaciones no fueron bien recibidas por los etnólogos tradicionales, que mantenían el postulado de que lo primitivo era, por regla, más simple que las sociedades modernas.
De esta manera, los estudios del antropólogo francés abrieron el camino a una corriente de pensamiento que indicaba que no existen razas superiores o inferiores, sino que cada etnia tiene distintas especificidades.
ETNOGRAFÍA VIRTUAL
En la actualidad existe una sociedad digital, que es aquella que utiliza frecuentemente los medios tecnológicos para relacionarse con otras personas. Es decir, es la parte de la población que se relaciona socialmente en un nuevo escenario: el virtual.
Por ello la etnografía virtual ha surgido recientemente y estudia a datos obtenidos en la red, como: entrevistas, observaciones en grupos de discusión como foros, redes sociales, juegos online, etc. Este tipo de etnografía cuenta con algunos detractores, pero está siendo implementada cada vez más. Entre sus ventajas se pueden citar:
• Investigación online, sin necesidad de establecer horarios y lugares de encuentro.
• Menor costo.
• Registro de los datos en forma textual.
• Posibilidad de tratar temas sensibles en una entrevista persona a persona.
Mientras que algunas de las desventajas son:
• Anonimato.
• Falta de confidencialidad.
• Pérdida de registro del lenguaje corporal.
En el mundo digital, nuevos tipos de relaciones sociales han emergido.