Origen de la palabra
La palabra "monumento" proviene del latín monumentum, que significa "recuerdo o sepulcro".
¿Sabías qué?
En el catálogo de los Patrimonios de la Humanidad de la UNESCO, el número de identificación de las Islas Galápagos, lugar donde Charles Darwin recopiló evidencia para su Teoría de la Evolución, es el 1.
UNESCO
La UNESCO es el principal organismo internacional encargado de la preservación y protección de monumentos históricos y naturales alrededor de todo el mundo.
¿Sabías qué?
El Buda del Templo de la Primavera, en China, es la estatua más alta del mundo.
Firmes, resisten el paso del tiempo. Algunos por ejemplo, han sido testigos de las guerras más cruentas y otros de eventos determinantes para la historia universal. Los monumentos constituyen un elemento fundamental para todas las culturas alrededor del mundo, no solo por su belleza, sino también por su antigüedad y su relevancia histórica o natural.
DEFINICIÓN
Definir qué es un monumento no es una tarea sencilla. Muchas estructuras construidas por el hombre, así como muchos elementos naturales de gran belleza, pueden ser considerados monumentos. La concepción que se ha tenido históricamente acerca de qué es un monumento ha cambiado a lo largo del tiempo.
En un principio, la palabra monumento se empleaba para definir únicamente aquellas construcciones humanas que tenían un valor conmemorativo, es decir, que recordaban algún suceso relevante o alguna persona importante. Estos monumentos antiguos eran erguidos deliberadamente, y muchas veces eran acompañados por inscripciones fúnebres.
Hoy en día, no obstante, el concepto de monumento ha variado profundamente; engloba muchos otros tipos de estructuras y elementos, independientemente de la intención con la que hayan sido construidos. Los aportes de distintas disciplinas, como la arqueología, el arte, la historia y la antropología, por ejemplo, han sido fundamentales para ampliar y enriquecer el concepto de monumento.
TIPOS DE MONUMENTOS
Existen diferentes tipos de monumentos, algunos de ellos sumamente diferentes entre sí. Pueden variar no solo en forma, constitución y estilo, sino también en el propósito con el que fueron producidos.
Monumentos conmemorativos
Las construcciones que tienen como finalidad recordar un evento particular o a una persona determinada son las que más se ajustan a la definición tradicional de monumento. Dentro de esta categoría podemos agrupar: memoriales, llamas eternas, lápidas, mausoleos, ciertos monolitos, montículos, obeliscos, estatuas, arcos del triunfo e, incluso, reflectores.
Según la definición más tradicional, los monumentos servían para recordar a ciertas personas y eventos, por eso son tan comunes en cementerios o lugares de entierro.
Estructuras importantes
Algunas construcciones destacan no solo por su belleza, sino también por su importancia cultural e histórica. Por otra parte, algunas edificaciones modernas también cobran relevancia por su monumentalidad: el Burj Khalifa, por ejemplo, es en la actualidad la estructura artificial más grande del mundo. Estos sitios de interés suelen tener una gran importancia turística, ya que miles de personas los visitan cada año.
En honor a los muertos en el atentado del 11 de septiembre, dos haces de luces cruzan el cielo de Nueva York, proyectados desde el lugar en el que estaba ubicado el World Trade Center.
LOS RITOS FUNERARIOS
Desde hace miles de años, las honras fúnebres forman parte de los ritos más auténticos y propios de la humanidad. Efectivamente, aún en la actualidad, todas las culturas alrededor del mundo tienen sus propios ritos para tratar la muerte y despedir a las personas que ya no se encuentran entre ellos. La construcción de monumentos conmemorativos es una práctica usual entre muchas culturas, especialmente si el individuo fallecido tenía una importancia particular que lo distinguía del resto de las personas. De este modo, muchos jefes, reyes y emperadores son recordados hasta nuestros días gracias a monumentos como memoriales, lápidas y estatuas, por ejemplo.
Desde el 2010, el Burj Khalifa es el edificio más alto del mundo. Tiene casi 830 m de altura, desde el suelo hasta la punta.
CONSTRUCCIONES EMBLEMÁTICAS
Ciertas construcciones son tan importantes y representativas que se han convertido en símbolos característicos del lugar en el que se encuentran. Así, por ejemplo, las pirámides en Egipto o la Torre Eiffel en Francia se han convertido en estructuras icónicas capaces de representar una ciudad o un país entero.
Monumentos naturales
Los monumentos naturales son aquellos lugares que, debido a su importancia geográfica, geológica, paisajista o histórica, son destacables. Los monumentos naturales, a diferencia de aquellos de orden cultural, no han sido producidos por el hombre. Es muy importante que ciertos lugares sean declarados monumentos naturales, ya que de esa forma se incentiva su preservación. Por otra parte, al igual que otros tipos de monumentos, los naturales también suelen representar importantes puntos de atracción turística, lo cual contribuye a su vez con el desarrollo económico de la región.
Las cataratas del Iguazú son un monumento natural que no solo es Patrimonio de la Humanidad, sino que también han sido declaradas como una de las siete maravillas naturales del mundo.
Bandera de la UNESCO.
VALORES DE LOS MONUMENTOS
No toda construcción humana ni todo sitio natural pueden ser catalogados como un monumento. Efectivamente, para que un monumento sea considerado como tal, es necesario que posea ciertas características que lo definan. Una obra humana puede ser considerada un monumento cuando tiene:
Valor histórico. Una obra o construcción tiene valor histórico cuando tiene muchos años de existencia, es decir, una notoria antigüedad. Por otra parte, en varias ocasiones, los elementos que tienen valor histórico no desempeñan en la actualidad el mismo papel que desempeñaban en tiempos pasados. En este sentido, también podemos caracterizar de histórico a un elemento que fue algo que ya no es.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
El Patrimonio de la Humanidad es la herencia histórica que forma parte importante de la cultura, y por eso nos pertenece a todos los seres humanos. Este patrimonio, que puede ser tanto natural como cultural, es irremplazable, y por eso debe ser cuidado y respetado por todas las personas.
A partir de un tratado internacional denominado “Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural”, adoptado por la UNESCO en el año 1972, muchos lugares alrededor del mundo han sido declarados como Patrimonio de la Humanidad debido a su importancia, con el fin de garantizar su protección y preservación para que futuras generaciones puedan disfrutar de ellos.
En la actualidad, el catálogo de la UNESCO incluye 1.031 elementos, distribuidos en 163 países, declarados Patrimonio de la Humanidad. De ellos, 802 son culturales, 197 son naturales y 32 son mixtos, es decir, involucran rasgos de ambos campos. Cada sitio declarado Patrimonio de la Humanidad posee un número de identificación propio, asignado por la UNESCO. Así, por ejemplo, la Península de Valdés, en Argentina, lleva el número de identificación 937, y el Parque Nacional de Canaima, en Venezuela, lleva el 701.
La Acrópolis de Atenas, hoy en día declarada Patrimonio de la Humanidad, en la actualidad no desempeña el mismo papel que tenía para los antiguos griegos.
Valor cultural. Para que una obra o construcción tenga valor cultural, es necesario que sea importante y representativa para una cultura o varias culturas. Así, por ejemplo, la famosa Cueva de las Manos, en la Patagonia argentina, es un Patrimonio de la Humanidad debido a su importante valor cultural, ya que representa una de las primeras manifestaciones artísticas conocidas hasta el día de hoy.
La Cueva de las Manos, en Argentina, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su importante valor cultural para todas las personas del mundo.
Valor natural. Los monumentos no solo pueden estar hechos por la mano del hombre, sino que algunos de los más bellos han sido creados por la naturaleza. Estos sitios o elementos naturales tienen un gran valor debido a sus características intrínsecas. No obstante, no todo sitio natural constituye necesariamente un monumento: es necesario, en este sentido, la apreciación humana para poder calificarlo de esa manera.
Sarv-e Abarkuh
En Irán, en la ciudad de Abarkuh, se encuentra el famoso Ciprés de Abarkuh, un árbol muy importante no solo por ser extremadamente antiguo —tiene más de 4.000 años de edad— sino también porque tiene una gran relevancia religiosa para los pobladores de Irán. Este árbol de más de 25 m de altura y 11,5 m de circunferencia está protegido por la ICHTO, una organización destinada a la preservación del patrimonio cultural, artesanal y turístico en Irán.
LA PROTECCIÓN DE LOS MONUMENTOS
Si bien muchos monumentos han sobrevivido miles de años hasta llegar a nuestros días, el peligro de que se deterioren o sean destruidos siempre está latente. Los factores que pueden ocasionar la pérdida definitiva e irreversible de un monumento son muchos: conflictos armados, atentados, falta de cuidados periódicos, desidia y el paso del tiempo, entre otros. No obstante, organismos nacionales e internacionales, como la UNESCO, han adoptado medidas que contribuyen a la preservación y protección de los monumentos.
Las medidas jurídicas que protegen a los monumentos incluyen todos los mecanismos legales capaces de asegurar su integridad. Entre ellas encontramos los convenios y las recomendaciones. Los primeros conllevan un compromiso por parte de los Estados adherentes a velar por el cuidado de sus monumentos; las segundas, a diferencia de los convenios, no tienen un carácter obligatorio, sino que se refieren a una serie de consejos que los Estados pueden o no seguir, dentro del marco de sus legislaciones nacionales.
Por otra parte, la cooperación científica también resulta fundamental para la correcta protección de los monumentos, ya que estos no pueden ser defendidos de la degradación causada por el paso del tiempo y los distintos agentes erosivos únicamente con medidas legislativas. Es necesario, entonces, que se investiguen distintas formas de proteger los monumentos de estos factores, como también la adecuada forma de restaurarlos y mantenerlos.
Además de ocasionar miles de muertes, los azotes de la guerra pueden destruir monumentos irrecuperables.
Estas medidas deben ser cooperativas e interdisciplinarias, es necesario que se involucren historiadores, geólogos, artistas, arquitectos, especialistas de laboratorio y administradores, entre otros. Con la participación de un nutrido grupo de profesionales, entonces, se asegura la correcta preservación del monumento frente a los diversos agentes naturales o artificiales que puedan llegar a dañarlo.
Es necesario que los monumentos sean restaurados periódicamente para evitar su deterioro.