América Latina se caracteriza por una amplia variedad de climas y suelos que permiten el desarrollo de una gran diversidad de actividades productivas. De esta manera, son muchos los recursos naturales que se utilizan para su extracción o explotación. Así, por lo general, se destacan aquellos que se usan en las actividades económicas principales o primarias, tales como la agricultura y la ganadería, pero también la minería, la pesca y la explotación forestal. No obstante, aunque este tipo de actividades requieren cada vez menos trabajadores, el sector primario continúa siendo uno de los motores fundamentales de la economía latinoamericana.
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La tecnología resulta uno de los factores fundamentales para la búsqueda de nuevos mercados. Sin los avances técnicos se empobrece el rendimiento de la cosecha. |
Indudablemente, América Latina cuenta con una gran variedad de condiciones naturales que permite producir un gran surtido de productos agrícolas, ganaderos y forestales. Estas condiciones, pues, se encuentran representadas dentro de espacios localizables y diferenciados, los espacios agrarios; es decir, áreas dedicadas a la extracción o explotación de estos recursos naturales. De este modo, las actividades primarias requieren de una mayor proporción de tierra que las actividades secundarias y terciarias, y dependen tanto de los factores naturales (clima, suelo, recursos hídricos y relieve) como de los sistemas de producción aplicados, la tecnología y el tamaño de las propiedades, entre otros factores.
LOS ESPACIOS AGRARIOS
Los espacios agrarios en América Latina se caracterizan por la coexistencia de dos sistemas de explotación de la tierra cuyos orígenes se remontan al sistema colonial de concesión de tierras:
Desde entonces, la tenencia de la tierra ha estado siempre repartida de manera desigual, con lo cual existe una marcada concentración de la tierra en manos de unos pocos propietarios (llamados terratenientes o latifundistas) y, al mismo tiempo, un gran número de pequeñas propiedades pertenecientes a campesinos pobres. De hecho, es común ver que los latifundios cuenten con gran cantidad de tierra sin aprovechar, por lo que esta situación ha sido causa de graves tensiones y conflictos sociales, especialmente en aquellos países con alto nivel de pobreza y cuyos gobiernos hayan aplicado desde principios del siglo XX reformas tendientes a pretender lograr una mejor y más equitativa redistribución de tierras.
Por lo demás, existen diversos sistemas agrícolas y ganaderos que son considerados latifundios, entre los que se encuentran, por ejemplo:
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LA SITUACIÓN ACTUAL DEL SECTOR AGROPECUARIO
Ahora bien, desde una perspectiva ambiental, tanto los latifundios como los minifundios pueden provocar efectos adversos y ocasionar el deterioro del suelo. La falta de recursos económicos para invertir y la necesidad de producir alimentos para la subsistencia determinan la utilización y la sobreexplotación del suelo en los minifundios. Por su parte, en los latifundios, la práctica del monocultivo, el uso indiscriminado e intensivo de agroquímicos y el riego constante pueden conducir a la pérdida de fertilidad, a la salinización del suelo o a la contaminación química. Actualmente, por ejemplo, el monocultivo de la soja en Argentina y Brasil es una práctica muy extendida que ya ha provocado un serio deterioro en el suelo agrícola.
Desde el punto de vista comercial, en tanto, se observa un aumento notable de las exportaciones agropecuarias no tradicionales, tales como productos orgánicos, frutas y hortalizas, que requieren de mucha mano de obra y tienen un mayor valor agregado. En cambio, la transformación en el sector tradicional ha sido limitada por falta de inversión, especialmente en infraestructura.
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La importancia de los cereales y la soja en Latinoamérica se puede expresar claramente en números. Brasil y Argentina se encuentran entre los 15 mayores productores de cereales a nivel mundial; mientras que Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia se encuentran entre los 8 principales productores de soja del mundo.
Algunos países, como Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay, han experimentado una mejoría en su balanza comercial gracias, en gran parte, al aumento de sus exportaciones de cereales y soja. Por el contrario, otros países han sufrido deterioros, como Colombia, El Salvador y Honduras. Las principales causas que explican esta desfavorable situación se relacionan con la inestabilidad política, los desastres climáticos y la falta de tecnología. En síntesis, a pesar del progreso alcanzado por algunos países, los problemas rurales del resto de América Latina persisten. Entre ellos pueden verse:
Un sistema agropecuario está formado por un conjunto de elementos relacionados entre sí, tales como el relieve, el suelo, el clima, la tecnología y los agricultores o ganaderos. De esta manera, este es un concepto claramente dedicado a las actividades agrícolas y ganaderas o pecuarias, que representa el 8 % del Producto Bruto Interno (PBI) de América Latina. Aproximadamente 800 millones de hectáreas de toda Latinoamérica se encuentran destinadas al sector agrícola, dentro del cual el 80 % se destina a la ganadería extensiva, el 15 % a cultivos transitorios y el resto a cultivos permanentes.
En los últimos años se ha podido observar un proceso de modernización de las técnicas empleadas para el trabajo agrícola y ganadero. Es así que muchos productos han logrado alcanzar niveles de calidad suficientes para poder incluso comercializar al exterior. La modernización se ha podido advertir en productos de bajo grado de elaboración, pero de alto contenido tecnológico, como por ejemplo la soja transgénica.
Debido a su vasta extensión, su variada topografía y rica biodiversidad, América Latina presenta una amplia gama de sistemas de producción agropecuaria.
En este marco, la caña de azúcar, las frutas y hortalizas han experimentado una fuerte expansión. Mientras tanto, cereales como el trigo han conseguido aumentar la extensión de tierra sembrada desde el año 1995. La producción de algodón por su parte se ha visto afectada durante los años ochenta y noventa, aunque también ha mostrado una mejoría en la actualidad.
La ganadería, y en particular el sector bovino, han tenido fuerte peso en la economía. De este modo, la producción de carne de aves, leche de vaca y carne de cerdo se han visto potenciadas.
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La producción de carne de América Latina es un 25,2 % de la producción mundial y la producción de leche alcanza el 11,9 %. Estos porcentajes reflejan la importancia de esta producción en la región. |
Por otro lado, entre los años 2000 y 2004 el nivel de las exportaciones de productos agropecuarios primarios e industrializados ha crecido en mayor velocidad que el de las exportaciones totales. De acuerdo a los datos suministrados por la CEPAL, el crecimiento más importante corresponde al comercio extra regional con socios no tradicionales con quienes, por lo general, la región no cuenta con acuerdos comerciales vigentes o con un acceso preferencial.