La gasolina es una mezcla de compuestos volátiles que se utiliza como combustible en los motores de los automóviles. Ésta se obtiene de la refinación del petróleo mediante la separación de sus fracciones por destilación lográndose así, la gasolina de destilación directa la cual es la fracción líquida más ligera del petróleo.
La gasolina de destilación directa se caracteriza por contener un bajo contenido de hidrocarburos no saturados y de moléculas complejas aromáticas; esto trae como consecuencia que la gasolina de destilación directa posea un octanaje muy bajo por lo que no cumple con estándares de calidad. Es por ello que ésta se somete a un proceso de reformado catalítico con la finalidad de aumentar su número de octano mediante la transformación de hidrocarburos parafínicos y nafténicos en isoparafínicos y aromáticos. También se pueden agregar mejoradores de número de octano los cuales se incorporan en pequeñas cantidades mejorando así, notablemente, el poder antidetonante de la gasolina. De estos mejoradores de octanaje uno de los más utilizados es el tetraetilo de plomo, sin embargo, este aditivo se ha prohibido en una gran cantidad de países debido a su incidencia sobre la salud de las personas, por lo que en la actualidad se utilizan el etil terc butil eter (ETBE) y alcoholes como etanol o butanol, obteniéndose así, la gasolina: un producto que nos proporciona la energía esencial para desarrollo del hombre.