Por medio de nuestros sentidos percibimos el mundo que nos rodea; es fundamental su cuidado para desarrollar todo nuestro potencial y, así, tener una vida plena.
Para un estilo de vida saludable es necesario cuidar la salud de manera integral; esto se consigue llevando una vida activa, vigilando nuestra alimentación, entre muchos otros factores que explicaremos a continuación. Nuestros sentidos forman parte de nuestro sistema nervioso y cumplen con diferentes funciones; de relación, coordinación y regulación. Cada uno de los receptores de nuestro organismo es responsable de captar estímulos y, según su grado de especialización, compone los distintos órganos sensoriales ya que puede ser desde un corpúsculo de Meissner hasta los conos y bastones. Estos órganos integran nuestros sentidos, esos sistemas que nos conectan con la vida; la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto.
A continuación vamos a ver cómo se relacionan nuestros sentidos con la actividad física, la alimentación balanceada y el estrés que son tres puntos a tener en cuenta a la hora de encarar una vida saludable.
1.Tener una vida activa
El sedentarismo solo trae inconvenientes para nuestro cuerpo ya que contribuye a su rápido deterioro; es aconsejable buscar el modo de realizar ejercicios en el hogar o bien, el entrenamiento ya sea en deportes o simple acondicionamiento físico.
La realización de cualquier actividad implica dar protagonismo a nuestra visión y audición, pues forman parte de nuestro sistema de alerta primario frente a situaciones que se presentan en nuestro entorno. Además, ambos sentidos son complementarios; cuando uno de ellos baja su rendimiento, el otro se agudiza compensándolo.
Por otra parte, el oído que integra nuestro sistema auditivo no solo se encarga de la percepción de los sonidos, sino que también es parte del mantenimiento de nuestro equilibrio. ¿Cómo? Los centros nerviosos que controlan el equilibrio se ubican en el cerebro y obtienen la información (sobre la situación en que se encuentra el cuerpo) de las estructuras nerviosas que integran el sistema vestibular; éste se encuentra dentro del oído y detecta el movimiento por medio de dos tipos de receptores diferentes:
- Aparato otolítico: constituido por el utrículo y el sáculo, detecta la posición de la cabeza y el cuerpo en el espacio, controla la postura y registra los movimientos lineales-verticales.
- Canales semicirculares: detectan cambio en la dirección de la velocidad de la aceleración y desaceleración angular.
La naturaleza nos ha dotado de un cuerpo lleno de articulaciones, tendones y músculos, destinados a ser movilizados cada día, una gran forma de mantenernos bien es practicando disciplinas como el yoga, Tai-Chi o Chi Kung. También es saludable hacer natación regularmente o caminar, que es el ejercicio más fácil y económico que se puede realizar, debido a que, caminar, alarga la vida y vale la pena esforzarnos por hacerlo diariamente.
2.Alimentación balanceada
La vitamina que más abunda en las frutas es la C.
¡Cuántos alimentos exquisitos que existen! Los niños suelen pensar en una hamburguesa o papas fritas cuando se les pregunta qué quieren comer. Pero, ¿cómo percibimos esos sabores y qué alimentos son más saludables?
Podemos distinguir los diferentes sabores gracias a la lengua, la encargada principal en las sutilezas del gusto y que trabaja a la par con el olfato. Para entender esta relación piensa que cuando la nariz se congestiona por un resfriado o gripe, no se percibe el sabor de los alimentos.
Sectores gustativos de la lengua.
Los trastornos en el gusto pueden tener su origen en el nacimiento o se pueden desarrollar después de haber tenido alguna lesión o enfermedad. Las infecciones de las vías respiratorias superiores, la radioterapia en el tratamiento del cáncer en cabeza y cuello, y los problemas de salud bucodental, suelen ser los principales responsables de los problemas gustativos. Otra causa por la cual se puede perder el gusto, es por la exposición a ciertos productos químicos, como los insecticidas o medicamentos.
Hopogeusia: es una reducción en la capacidad de sentir sabores dulces, ácidos, amargos o salados.
Ageusia: es una reducción total de la capacidad de sentir algún sabor.
A esta altura, debemos entender que el gusto es diferente al sabor: nos pueden gustar diferentes alimentos y éstos, a su vez, tener diferentes sabores o similares (ser dulces o salados) pero todos se clasifican en una u otra categoría. La captación del sabor y el olfato es también un recurso del ser humano para distinguir entre un alimento comestible o no.
Para obtener una buena alimentación no basta solo con ingerir los alimentos que más nos agradan, es necesario conocer la importancia y la función que ellos van a desempeñar en nuestro organismo, a través de las diferentes sustancias nutritivas como: proteínas, grasas, glúcidos o azúcares, vitaminas y minerales. De igual modo, es importante conocer la manera ideal de combinarlos, a fin de no consumirlos aisladamente, en exceso o en menor cantidad de la necesaria, pues, lo ingerido diariamente tiene consecuencias importantes para la salud y el bienestar. Por eso, es aconsejable consultar a un nutricionista antes de llevar a cabo una dieta.
En principio, las proteínas resultan vitales, dado que construyen el cuerpo y reparan los tejidos; son elementos importantes en la formación de los glóbulos rojos, hacen crecer el pelo y las uñas y forman parte de los anticuerpos (sustancias que defienden el organismo de las infecciones y otras enfermedades). Están constituidas básicamente por carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, y pueden contener también azufre, fósforo y hierro. Son vitales para las funciones corporales básicas, incluyendo la regeneración celular y la reparación, mantenimiento y regulación de tejidos, producción de enzimas y hormonas, equilibrio de fluidos, y el suministro de energía. La importancia del aporte de proteínas desde la alimentación radica, fundamentalmente, en que no pueden ser obtenidas desde otros nutrientes, de modo que para satisfacer sus necesidades, siempre deben ser aportadas desde los alimentos.
Un elemento esencial y que interviene en casi todas las funciones del organismo es el agua, muchas veces olvidada. Conduce nutrientes y oxígeno a las células, contribuye a sacar los productos de desecho del cuerpo, ayuda a regular la temperatura corporal e interviene en la respiración y digestión. Además, humedece los tejidos de los ojos, boca y nariz.
Las frutas y verduras también aportan un porcentaje significativo de líquido a nuestro cuerpo y brindan una serie de beneficios:
- Aportan una variedad y cantidad de vitaminas y minerales; principalmente vitamina C y vitaminas antioxidantes naturales.
- Ayudan al correcto funcionamiento del aparato digestivo.
- Facilita el drenaje de líquidos, al ser diuréticas y depuradoras del organismo.
- No aportan grasas (excepto los frutos secos, olivas, aguacates y cocos que aportan aceites beneficiosos para el organismo).
3.Controlar el estrés
El estrés, entendido desde su función principal, como la reacción necesaria para la lucha o huida en un momento puntual, es parte del ser humano. El problema viene cuando la reacción de ese momento, que debería ser excepcional, se convierte en algo crónico, ya que la sustancia segregada en esos casos (el cortisol) es tóxica cuando se registra en grandes cantidades. Es un ácido que desgasta el cerebro y, con el tiempo, puede desembocar en problemas cognitivos y otro tipo de enfermedades.
Podemos controlar el nivel de estrés a través de nuestros sentidos; a continuación veremos cuáles son las terapias y técnicas que nos permitirían disfrutar de una vida más saludable.
Olfato: aromaterapia
El sentido del olfato está relacionado con el sistema límbico, es decir, con el sector del cerebro que controla nuestras emociones. En función de esta conexión se ha desarrollado lo que se conoce como aromaterapia; su origen se remonta a la antigüedad y, desde entonces, se la emplea con fines terapéuticos.
Esta disciplina aprovecha el aroma de diversos aceites esenciales naturales de plantas, cortezas, hierbas y flores para provocar estímulos en el ser humano. De este modo, se pueden obtener beneficios analgésicos, antibióticos, antisépticos, astringentes, sedantes, expectorantes y diuréticos. Además, contribuye a aliviar malestares gastrointestinales, cólicos, condiciones relacionadas con el estrés, trastornos del estado de ánimo, problemas circulatorios e infecciones respiratorias.
Tacto: masajes.
La mayoría de las personas estresadas presentan dolor muscular debido a la tensión que mantienen diariamente. Las zonas más afectadas suelen ser la espalda y cuello donde se acumulan sustancias tóxicas, éstas pueden ser eliminadas mediante masajes. De este modo se incrementa la circulación y se facilita la oxigenación de los músculos.
Oído: música
La música influye en nuestro estado de ánimo, tanto a nivel consciente como inconsciente, al punto de inferir en nuestras emociones y conductas. Contribuye, además, a mejorar el bienestar personal, desarrollar la creatividad y controlar el nivel de estrés.
Vista: teoría del color
Dentro de las disciplinas de la medicina alternativa se encuentra la cromoterapia que se encarga de la utilización del color con fines curativos. Se sustenta en ocho colores que son: rojo, naranja, amarillo, verde, turquesa, azul, violeta y magenta.
Los colores verde y azul ayudan a la relajación. Es por esto que se recomienda elegir esos colores para pintar una habitación y, además, colocar en las paredes cuadros o fotografías en las que predominen los tonos pastel. En tanto, el color rojo debe utilizarse con moderación dado que no es adecuado en lugares de trabajo o lugares públicos por su efecto excitante.
Alimentos que ayudan a reducir el nivel de estrés
Aquellos alimentos que poseen triptófano, un aminoácido esencial que aumenta la liberación de serotonina en sangre, sustancia que favorece el sueño, mejora el control del apetito (sobre todo de hidratos de carbono) y calma, contribuyendo así a reducir el nivel de estrés.
Algunos de estos alimentos son:
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