Los fluidos son aquellas substancias cuya característica principal es que son medios incapaces de transmitir ondas secundarias y que tienden a deformarse bajo la aplicación de una fuerza cualquiera; es lo que principalmente los distingue de un sólido, por lo tanto, fluido no es solo una sustancia en estado líquido, sino también en el estado gaseoso.
Las ondas mecánicas transversales (secundarias) solo se propagan en los sólidos y en las superficies de separación entre líquidos o entre gas y líquido, pero nunca en el interior de los gases o de los líquidos. En cambio, las ondas longitudinales pueden hacerlo en cualquier medio.
En la superficie del líquido se pueden propagar ondas secundarias.
Los líquidos tienen la característica de adaptarse a los envases que los contienen, pero lo que hace la diferencia entre los líquidos y los gases es que los líquidos tienen un volumen definido independiente del envase que los contenga, mientras que el gas busca expandirse hasta ocupar todo el volumen del envase que los contiene.
Hoy en día, los fluidos se han clasificado en varios tipos en base al comportamiento que éstos muestran en diferentes circunstancias, es decir, a diferentes presiones y temperaturas, así clasificamos los fluidos como: newtonianos, no newtonianos y viscoelásticos.
Los fluidos newtonianos se conocen así debido a que siguen el comportamiento descrito en las leyes formuladas por Isaac Newton, es decir, que presentan un comportamiento de velocidad de deformación proporcional a la fuerza o esfuerzo cortante aplicado sobre éste. Un ejemplo muy claro de este tipo de fluido es el agua.
Por su parte, los fluidos no newtonianos son aquellos cuyo comportamiento no es lineal, es decir, la velocidad de deformación no es proporcional al esfuerzo cortante, por lo que no sigue las leyes de Newton, de allí su nombre. A su vez estos fluidos se sub-dividen en muchos otros, debido a que su comportamiento es muy variado, dado que algunos son dependientes del tiempo mientras que otros no. Un buen ejemplo de este tipo de fluidos es la fécula de maíz o cualquier otra disolución de harina de maíz o de almidón, a los que se los conoce como fluidos no newtonianos dilatantes que muestran un crecimiento en la viscosidad con la velocidad de deformación no proporcional, esto es debido al tipo de empaquetamiento que presentan las partículas en dichos fluidos.
Finalmente, tenemos los fluidos viscoelásticos, cuya principal característica es que presentan tanto propiedades viscosas como elásticas, este comportamiento se debe a la existencia de moléculas largas y flexibles dentro del líquido o también de partículas líquidas o sólidas dispersas. Un ejemplo de esta clase de fluidos es la gelatina y los helados.