VOLVER A LOS ARTÍCULOS
Las bebidas carbonatadas o gaseosas son una consecuencia de los ensayos para producir aguas efervescentes semejantes a las de las fuentes naturales. Al cabo de algún tiempo, se les agregaron saborizantes, y de ahí nacieron las diversas aguas y bebidas gaseosas, que son esencialmente agua cargada con dióxido de carbono a la que se ha añadido azúcar y algún ácido, una materia colorante y un agente de sabor.
Las bebidas carbonatadas son un ejemplo de éxito dentro de la industria de las bebidas durante el último siglo. No únicamente han logrado posicionarse como líderes en el mercado de consumo, sino que además el carbono actúa como un conservador retardando el desarrollo de microorganismos, alargando así la vida del producto y haciendo que los refrescos gaseosos sean de fácil distribución. Estas bebidas carbonatadas, contienen ácido carbónico (H2CO3) que al ser inestable, se descompone fácilmente en agua y dióxido de carbono (CO2), el cual se libera en forma de burbujas cuando la bebida se despresuriza.
Bebida con hielo.
En general la fórmula, como se dijo anteriormente, de una bebida carbonatada, es una mezcla de concentrado de fruta o jarabe, saborizantes, azúcar y agua desairada. El proceso de mezclado se hace normalmente en continuo y el líquido es después enfriado y carbonatado usando un carbonatador.
Los saborizantes utilizados para las bebidas gaseosas se preparan por empresas especializadas. Con cada sustancia se suministran instrucciones claras y la forma exacta para la preparación del jarabe. Los saborizantes son extractos alcohólicos, emulsiones, soluciones alcohólicas o jugos de frutas. Cabe destacar que, además de los saborizantes, se usan otras sustancias para mejorar el sabor y el aroma del refresco. Por ejemplo, a los refrescos estilo cola, se les pone cafeína en proporción de 7 a 23 mg por 100 cc.
