El benceno, conocido también como benzol, es un líquido incoloro de olor dulce que se evapora al aire rápidamente, es solo ligeramente soluble en agua y además es sumamente inflamable.
Este compuesto químico se conoce desde 1825 y actualmente es quizá, el compuesto orgánico más estudiado y el mejor conocido. La estructura de su molécula supuso un problema extraordinariamente difícil para los primeros químicos orgánicos, no porque tuviese complicación excesiva, sino más bien por ser el primer caso de enlaces des-localizados con el que se encontraron, que no parecía encajar en lo que se sabía acerca de estructura molecular en esos momentos.
El benceno se encuentra comúnmente en el ambiente y sus principales fuentes son los procesos industriales. Los niveles de benceno en el aire pueden aumentar por emisiones generadas por la combustión de carbón y petróleo, operaciones que involucran residuos o almacenaje de benceno, el tubo de escape de automóviles y evaporación de gasolina en estaciones de servicio.
Estructura molecular del benceno.
Hoy en día, la mayoría del benceno se produce a partir del petróleo. Debido a su extenso uso, el benceno es una de las sustancias químicas más producidas en el mundo en términos de volumen. Éste se utiliza en varias industrias para fabricar otros productos químicos, como por ejemplo, el estireno, cumeno y ciclohexano. El benceno también se usa en la manufactura de ciertos tipos de caucho, lubricantes, pinturas, detergentes, medicamentos y plaguicidas.
Cabe destacar que la exposición aguda al benceno produce depresión del sistema nervioso central. También pueden producirse cefalea, mareos, náuseas, vómitos, convulsiones, coma y muerte. Se ha comprobado que la exposición crónica al benceno causa trastornos en la sangre.