Un turista norteamericano fue a la ciudad de El Cairo, con el propósito de visitar a un famoso sabio. El turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y lleno de libros.
Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un banco.
¿Dónde están sus muebles? —indagó el turista.
El sabio, casi sin inmutarse, rápidamente repuso:
— ¿Y dónde están los suyos?
— ¿Los míos? — objetó el turista, sorprendido por la pregunta
— ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
— Yo también... — remató el sabio.
Una vez más, ¿cuánto nos apegamos a las cosas antes que a las personas?
Dónde se encuentra el poder, ¿en las grandes cosas, en los lujos y en los artículos suntuarios?
¿Adentro o afuera de uno?
¿Nos importa más el tener que el ser?