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/ Historias para pensar

La publicidad del ciego



Estaba un hombre ciego sentado en la vereda con sus gafas negras, una gorra a sus pies y un pedazo de cartón donde, escrito con tiza blanca, se leía:

“Por favor ayúdeme, soy ciego”.

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso al ciego tomó el cartel, le dio vuelta, cogió un marcador y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de cartón sobre los pies del ciego y se fue.

Al final de la tarde el creativo volvió a pasar frente al hombre que pedía limosna: ¡la

gorra estaba llena de billetes y monedas!

Cuando el ciego reconoció sus pasos y el olor de su loción, le preguntó si era aquella misma persona que había reescrito su cartel y le pidió que se lo leyera.

El publicista le contestó:

— Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras.

No dijo más y siguió su camino.

El ciego luego lo supo: su nuevo cartel decía:

“HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA”

Si cambiamos de estrategia cuando no nos sale algo, veremos que las cosas pueden resultar de otra manera.

¿Por qué el pesimista habla del vaso medio vacío y el optimista del vaso medio lleno? ¿Has oído hablar de los placeres negativos?

Ejemplo: ¡Qué dicha, está lloviendo y como no tengo a nadie en casa así puedo recostarme y descansar! En vez de ¡qué soledad y qué día tan horrible para estar en casa!