Guerra ideológica

Todas nuestras ideas, conceptos u opiniones se expresan en las relaciones que tenemos con la sociedad y la naturaleza. Son las bases para una ideología que puede reinar o no en una colectividad y que a su vez, pueden generar grandes conflictos entre naciones. La guerra ideológica trata de cambiar la mentalidad de los ciudadanos a través de la propaganda, moviliza sociedades y crea tensiones armadas entre pueblos.

las ideas en una guerra

Según la Real Academia Española, la ideología es un “conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político”, por lo tanto, cuando está enmarcada en una doctrina o interés que promueve un acto bélico, sirve para que miles de hombres y mujeres mueran y maten masivamente.

La visión ideológica en un conflicto no solo ayuda a impulsar intervenciones militares y provocar enfrentamientos; sino que también permite aglutinar la opinión pública de un bando y funciona como agente de movilización social frente al enemigo.

La guerra ideológica tiene sus orígenes en la Revolución francesa, en la que nacieron los conceptos de libertad política, igualdad y fraternidad.

la guerra fría: una guerra de ideas

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, inició un nuevo enfrentamiento entre dos superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética, ambas con intereses contrapuestos, una fuerte influencia en grandes regiones del planeta y un arsenal de armas nucleares.

No obstante, esta rivalidad nunca desembocó en un conflicto armado, más bien se lo considera un “conflicto ideológico” entre dos naciones con características económicas, sociales y políticas radicalmente opuestas y que, a su vez, se valoraban a sí mismas como modelos a seguir para el resto del mundo. Algunas de los principios e ideales de cada potencia son las siguientes:

ESTADOS UNIDOS UNIÓN SOVIÉTICA
Defiende el sistema capitalista. Defiende el sistema comunista.
Tiene respeto total a la propiedad privada. Elimina la propiedad privada para satisfacer a la propiedad pública o colectiva.
El mercado está dirigido por la ley de oferta y demanda. El mercado es controlado por el Estado, el cual establece los precios.
Hay división de poderes y representatividad. Hay dictadura del proletariado a través del Estado.

¿Sabías qué?
El término “Guerra Fría” fue empleado por primera vez en 1947 por Bernard Baruch, asistente del entonces presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt. Se la llamó así porque no hubo choque armado.

Si bien la Guerra Fría no fue un conflicto armado, representó una amenaza constante entre dos bloques que de manera directa o indirecta se manifestaban en batallas entre otros países pequeños o competían cultural, científica o tecnológicamente, todo esto a través de un gran aparato de propaganda que comunicaba los logro obtenidos traducidos como un avance del sistema.

La competencia tecnológica se hizo evidente durante la Guerra Fría en la carrera espacial: lucha entre Estados Unidos y la Unión Soviética por explorar el espacio y enviar humanos a él.

Guerra y propaganda

En política, la propaganda consiste en divulgar información u opiniones con el propósito de que las personas actúen y piensen de determinaba manera. Este concepto es prácticamente inherente al de guerra, pues la acción bélica precisa de la propaganda para condensar la opinión pública, orienta el ánimo de cuantos sufren y desestabiliza el campo enemigo. Las proclamas, los manifiestos, los folletos, los discursos, las caricaturas y los panfletos son algunos tipos de propaganda política.

El legendario Napoleón

Napoleón I Bonaparte (1769-1821) fue un general de la Revolución francesa, primer cónsul de la República, emperador de los franceses y rey de Italia. Se lo considera tanto un genio militar como un déspota ilustrado, y es que la leyenda de Napoleón fue consecuencia de la propaganda que él mismo difundió en cada país conquistado.

La prensa y el arte fueron las responsables de ampliar sus victorias para crear una imagen ideal de su Ejército y el culto a su persona. En contraste, los ingleses aprovecharon el auge de la propaganda y publicaron caricaturas y panfletos que resaltaban la crueldad y la corrupción en la que estaba envuelta Napoleón, quien empezó a ver este sistema de publicidad como un peligroso enemigo.