Pedro Antonio Olañeta fue un destacado militar español reconocido por defender de manera abierta y absoluta el sistema realista, por lo que se convirtió en un obstáculo constante para la causa patriota durante la guerra de la independencia latinoamericana. Esta resistencia terminó cuando Olañeta murió en la última de las batallas del Alto Perú: la de Tumusla.
Antecedentes
Pedro Antonio Olañeta nació en 1770 en el antiguo territorio español de Vizcaya, bajo el seno de una familia de comerciantes que se mudó a Suramérica y que logró instalarse cómodamente en diferentes regiones del Alto Perú y el Virreinato del Río de la Plata, una profesión que Olañeta no tardó en adoptar y que le aportó grandes riquezas y propiedades. Al mismo tiempo, se unió a la milicia de Potosí en su juventud, donde pronto consiguió escalar posiciones.
El gran cambio en su vida inició con la Revolución de Mayo en 1810, con una nueva y poderosa dirección en Buenos Aires dispuesta a liberar del yugo de la Corona española al continente y que forzaría a las regiones a elegir bandos; Olañeda, luego de reflexionarlo, se decantó por apoyar a los realistas, pues un cambio en este sistema podría perjudicar su acomodada situación. Desde entonces se desempeñó como un líder militar realista en diversas batallas contra los independentistas, especialmente aquellas destinadas a detener los avances que estos realizaban para tomar el control de las tierras del Alto Perú.
La batalla de Tumusla
La batalla de Ayacucho determinó la derrota de las principales fuerzas realistas y dio pie a la independencia de Perú. Sin embargo, un sector de los españoles no aceptó estos resultados, incluido Olañeta. Él mismo se dirigió con sus tropas al Alto Perú para ofrecer una última resistencia desesperada contra los patriotas. Sin embargo, el coronel Carlos Medinaceli, uno de los hasta entonces subordinados de Olañeta situado en estas tierras, se reveló a favor de los patriotas. Al enterarse, Olañeta salió de inmediato a enfrentarlo, mientras su ahora enemigo reforzaba su ejército en Cotagaita con otros simpatizantes de la causa.
Los dos ejércitos se encontraron a orillas del río Tumusla el 1° de abril de 1825. Los hombres de Olañeta eran más numerosos y estaban mejor armados, pero la estrategia de Medinaceli fue superior, pues logró abatir al líder realista y con ello debilitar y desmoralizar sus tropas, hasta finalizar el combate a las 7 de la tarde con la victoria patriota. Gravemente herido, Olañeda aceptó la derrota y falleció al día siguiente.