Fue un valiente cacique taíno que lideró la resistencia indígena contra la colonización española en Cuba durante el siglo XVI. Después de conocer las atrocidades cometidas por los conquistadores, huyó a las montañas y organizó una lucha feroz contra los invasores, uniendo a diversas comunidades indígenas en su causa.

Estratega militar
Se basó en la guerra de guerrillas, aprovechó su conocimiento del terreno montañoso y selvático de Cuba para hostigar a las fuerzas españolas. Con rápidos ataques sorpresa, emboscadas y retiros estratégicos, Guamá y sus guerreros lograron debilitar al enemigo sin enfrentamientos prolongados.
Su liderazgo permitió unir a diversas comunidades taínas en la resistencia, organizando una red de refugios en las montañas para evadir la persecución. Además, empleó tácticas psicológicas, como el uso del miedo y la desinformación, para desmoralizar a los colonizadores.
Durante más de una década, mantuvo la lucha, desgastando a las tropas españolas con su movilidad y conocimiento del terreno.
MUERTE
Guamá encontró su trágico final a causa de una traición. Según los relatos, fue asesinado por uno de sus propios hombres mientras dormía, quien posiblemente actuó bajo presión o en busca de recompensa de los colonizadores. Su muerte marcó el declive de la lucha indígena y dejó a su pueblo sin su líder más bárbaro.
Con su caída, la resistencia perdió fuerza, lo que permitió que los españoles consolidaran su dominio sobre la isla.
LEGADO
Dejó un legado de valentía y resistencia que trascendió su tiempo, se convirtió en símbolo de la lucha indígena contra la opresión colonial en Cuba. Su salvaje oposición a los españoles demostró que los tainos no fueron simples víctimas, sino guerreros decididos a defender si tierra y su pueblo.
Aunque su rebelión fue sofocada, su historia inspiró a futuras generaciones que vieron en él un ejemplo de dignidad y croaje. Su nombre ha sido inmortalizado en la cultura cubana, aparece en relatos, monumentos y leyendas que resaltan su heroísmo.
Además, su lucha es recordada como parte de la resistencia indígena en América, demuestra que la historia de la conquista no solo fue de sometimiento, sino también de lucha.