La Revolución Liberal, conocida por algunos como la Guerra Civil Ecuatoriana, constituyó un movimiento revolucionario para lograr el derrocamiento de los gobiernos conservadores. Fue impulsada por grupos insurgentes que tuvieron en Eloy Alfaro su guía y líder. La revolución se inició el 5 de junio de 1895, en el importante puerto de Guayaquil a partir de la proclamación de Alfaro como Jefe Supremo. Alfaro fue nombrado Presidente Constitucional del Ecuador. Por diversas causas, en 1912 se dió fin a la Revolución con la muerte de su inspirador.
José María Urbina: el inicio de los cambios
El 25 de julio de 1851 se decretó en la Casa de Gobierno de la ciudad de Guayaquil la manumisión de los esclavos. Este fue el primer acto renovador de la política mantenida por los gobiernos anteriores al del general José María Urbina. Se inició así un proceso de cambios estructurales en Ecuador que condujeron al liberalismo.
Pero los inicios de la verdadera Revolución Liberal se remontaron a la toma del poder por Ignacio de Veintemilla y sus intentos posteriores de erigirse en dictador. Es entonces cuando diferentes sectores de la sociedad comenzaron a organizarse en contra del gobierno. Veintimilla fue derrotado por las fuerzas organizadas por Eloy Alfaro, quien contó con el apoyo de conservadores. Los conservadores se mantuvieron en el poder hasta 1895, momento en que estalla la Revolución Liberal.
La Revolución Liberal se considera uno de los episodios más importantes de la historia ecuatoriana, por su impacto en la política y en la sociedad.
Vicente Lucio Salazar era presidente interino cuando Alfaro tomó el poder y fue proclamado Jefe Supremo. En 1897, bajo su iniciativa se elaboró la nueva Constitución y fue nombrado Presidente Constitucional. Lo sucedió en el gobierno un hombre que militaba en su misma posición: Leónidas Plaza Gutiérrez. A pesar de ambos defender las ideas liberales, existieron diferencias que los llevaron a ser opuestos. Eloy Alfaro volvió a la carga armada durante el gobierno de Lizardo García, a quien derrotó, erigiéndose nuevamente en el poder hasta 1911.
Cronología de la segunda mitad del siglo XIX
Con sólo 22 años de edad, Eloy Alfaro realizó lo que pudo considerarse una proeza: con la ayuda un grupo de campesinos tomó de rehén a Francisco Salazar, gobernador de Manabí. Esto ocurrió en Colorado, cerca de la ciudad de Montecristi, el 5 de junio de 1864. La acción fue un acto de rebeldía contra el presidente Gabriel García Moreno. A partir de esta acción Alfaro no se apartó, hasta la muerte, de la lucha liberal. Perseguido por la proeza realizada, huyó a Panamá, donde encontró refugio, se casó con Ana Paredes y ayudó a financiar las insurrecciones contra García Moreno.
Treinta y un años más tarde apareció Alfaro en la escena política, luego de sufrir varias derrotas, como la de Balsamaragua, en Manabí, el seis de diciembre de 1884. Las derrotas sufridas no hicieron cambiar el rumbo de la lucha de Alfaro. Otro cinco de junio, pero de 1895, con la renuncia de Luis Cordero Crespo a la presidencia se produce una revuelta en Guayaquil, donde se proclamó al viejo luchador como jefe supremo y luego como presidente constitucional de Ecuador.
El 14 de enero de 1897 se promulgó lo que fue la primera constitución liberal de Ecuador. Entre los elementos que contenía para catalogarse como tal, están la consagración de los cultos, la abolición de la pena de muerte y la igualdad ciudadana ante la ley. En esta carta magna apareció un nuevo concepto de ciudadano: serían considerados como tal los mayores de 18 años que supieran leer y escribir.
El siglo XX se inició en Ecuador con una paradoja: los liberales aparecen divididos en dos bandos, los placistas y los alfaristas, ya que Alfaro había propuesto otros representantes para la candidatura a la presidencia, donde salió electo Leónidas Plaza, quien tuvo sus seguidores que se opusieron a las ideas más radicales del viejo luchador.
Cuatro años más tarde se celebraron nuevas elecciones. Los votantes eligieron a Lizardo García como sustituto en el cargo de presidente de Plaza. García permaneció poco tiempo en el cargo, ya que gobernó desde el 1 de septiembre de 1905 hasta el 15 de enero de 1906, cuando resultó derrocado por un golpe de Estado que impuso en el poder a Eloy Alfaro. Aquí se repitió el mismo esquema de lo sucedido en 1897: lo proclamaron Jefe Supremo, se realizó una Asamblea Constituyente, mientras fue nombrado presidente interino y finalmente fue electo presidente constitucional.
Antes de finalizar el año, el 23 de diciembre, se promulgó una nueva Ley de leyes, con modificaciones sustanciales, entre las que se contaron el reparto de tierras a campesinos y la separación de la Iglesia y el Estado. En la educación perdió supremacía el clero, ya que se declaró laicismo.
Entre las características de la Revolución Liberal están la implantación del laicismo en el Ecuador, la separación de la Iglesia y el Estado, la libertad de culto, la confiscación de los bienes eclesiásticos, el quitarle la primacía al catolicismo como religión oficial del Estado, la enseñanza laica y el divorcio.
Un final trágico: La hoguera bárbara
Por segunda vez en su vida, Alfaro renunció al cargo y se refugió en Panamá. Esto ocurrió el 11 de agosto de 1911, tras protestas en su contra. Regresó al país intentando mediar en la Guerra Civil que estaba ocurriendo, pero lo encarcelaron, lo juzgaron y fue enviado a Quito. Es curioso que fue trasladado prisionero en el mismo ferrocarril que años antes inauguró.
El 28 de enero de 1912 una turba enardecida entró al panóptico, utilizando las armas de los propios soldados que Alfaro había despedido del penal. Lo amarraron, lo sacaron a la calle, donde le cortaron la barba y los testículos y los tiraron a la calle. En el Parque El Ejido improvisaron una hoguera y lo quemaron con leña y petróleo, en compañía de algunos seguidores y su familia.