Cultura andina

Junto a los Andes centrales, en los actuales territorios de Perú, Bolivia y Ecuador, se desarrollaron diversas civilizaciones originarias que, a partir de los estudios arqueológicos llevados a cabo durante el siglo XX, se hicieron conocidas como civilizaciones andinas.

Estas civilizaciones surgieron al norte de la costa central sudamericana hacia el cuarto milenio a. C. a partir de las aldeas de pescadores y agricultores que se instalaron allí como parte de un largo proceso iniciado al finalizar la última glaciación de Wisconsin. Posteriormente, a partir del siglo II a. C. se circunscribieron al occidente peruano y boliviano, el Norte Chico de Chile y zona del Noroeste argentino, correspondientes a las sub áreas Central y Centro-Sur del Área Cultural Andina. En el siglo XV, el Tahuantinsuyo abarcaría un territorio mayor hacia el norte.

Características

En esta región se desarrollaron sociedades de gran complejidad política y cultural (como inca, moche, tiahuanaco, huari o nazca) entre el tercer milenio antes de Cristo y el año 1532, cuando se desata la Conquista del Perú.

La civilización andina fue una de las civilizaciones prístinas, es decir, que se originaron de forma autónoma a otras (como Mesopotamia en el Viejo Mundo y Mesoamérica en el Nuevo Mundo).

El desarrollo de la civilización andina se dio a través de un largo proceso cuyas etapas responden a secuencias que la arqueología muestra con claridad, tanto en sus espacios de asentamiento cuanto en sus épocas e influencias interregionales, y aunque en algunos casos —como consecuencias de la diversidad ambiental y la utilización de recursos ecológicos distintos— las culturas regionales se muestran con características más o menos diferentes, tienen en común mucho más de lo que se puede observar en la decoración de las vasijas o en las particularidades de la arquitectura; a un nivel antropológico, esas sociedades actuaron frente a su hábitat en la solución de sus necesidades y configuraron un original y unitario proceso de desarrollo social y político.

Ese proceso, desde la llegada de los primeros grupos de cazadores-recolectores a finales del Pleistoceno, hasta la conquista española, cubre alrededor de 12.000 años, y atravesó distintos estadios de evolución cultural definidos en términos antropológicos (sociedades igualitarias o segmentarias, sociedades de jefatura, Estados prístinos, Estados expansivos o de conquista, Imperios regionales), para culminar en el Imperio universal que representó para la región el Estado Inca.

Historia

Luego de un largo período de cazadores y recolectores (llamado Periodo Lítico) y de otra etapa donde se descubren gradualmente la ganadería y la agricultura (Arcaico Temprano y Medio) aparece una etapa donde las aldeas se organizan admirablemente hasta construir templos y plazas. Lo que parecen ser una multitud de pequeños Estados teocráticos de sustento agrícola, comparten entre sí algunas características comunes, como tener objetos rituales donde se representan seres humanos con rasgos de felino o serpiente, o construcciones similares (pirámides en U, plazas circulares hundidas etc.). La definición más amplia denomina a esta etapa Formativo.

¿Sabías qué...?
Cuzco fue declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad en 1983.

La etapa más detallada se distingue entre el llamado Arcaico Tardío, el Período Inicial (“inicial” porque es cuando aparece la cerámica, objeto fundamental para la cronología arqueológica andina) y el Horizonte Temprano (1200 a. C. – 200 a. C., que se refiere a un momento donde gran parte de los Andes está incluida por la misma cultura). Otros autores fusionan algunas características para hablar de un Horizonte Formativo, una etapa en donde, en un territorio muy amplio de los Andes centrales, se dan las mismas características culturales, influidas por templos como Chavín de Huántar.

Luego de ello sobreviene una etapa (desde 200 a. C. hasta 600 aproximadamente) donde se hacen muy diferentes unas sociedades de otras, al menos en su arte. Son sociedades con una gran especialización y con una tecnología de riego avanzada. A esta etapa se le llama de muchas maneras, siendo Intermedio Temprano (Rowe), o “Período de las culturas regionales” (Lumbreras) las más usadas. Como el arte de esta etapa es de altísima calidad se le ha llamado también Periodo Clásico.

La incorporación de la agricultura significó un giro en las culturas andinas.
Cerámica andina.

Después de la regionalización se produce un nuevo período de integración cultural que se extiende entre los años 600 y 1100. Se supone, promovido por dos Estados: el Imperio Wari en el centro y norte del Perú, y Tiahuanaco, en Bolivia, el sur peruano y el norte chileno. Esta etapa se caracteriza por la aparición de grandes ciudades, sistemas administrativos complejos, de caminos y de terrazas de cultivo en las montañas. El nombre más usado para esta etapa es Horizonte Medio u Horizonte Wari. En otras cronologías es la última etapa del Período Clásico.

En el siguiente período (1100-1532) los procesos anteriores se repiten, por lo que es llamado Período Posclásico. Así, en una primera etapa (1100-1450) parte de la influencia de la cultura dominante decae y resurgen las tradiciones regionales nuevamente con diferencias culturales muy marcadas. En general las zonas altoandinas sufren una ruralización y las de la costa se vuelven más sofisticadas, pero si algo comparten la mayoría de estas sociedades es su militarismo. Se le llama a esta etapa Intermedio Tardío o Período de los Estados Regionales entre otros. Finalmente una nueva y brevísima integración regional (1450-1532) dirigida por unos de esos Estados (el de los incas) da origen a una etapa conocida como Horizonte Tardío.

Rasgos comunes

Fue Wendell Bennett quien en 1948 definió la “Co-tradición peruana” como rasgos culturales comunes a todos los pueblos que habitaron esta región en el área que va desde Lambayeque hasta Mollendo en la costa, y desde Cajamarca hasta Tiahuanaco en la sierra. Algunos de estos rasgos comunes son:

  • Todos los grupos humanos basan su subsistencia en la agricultura (de prácticamente las mismas plantas) y el pastoreo de camélidos.
  • Todos usaron el palo de cavar, el destripaterrones y la taclla (arado de pie andino).
  • Uso de grandes y complejos sistemas de irrigación.
  • Uso intensivo de andenes en las regiones montañosas.
  • Uso de las mismas técnicas de deshidratación y almacenaje de alimentos.
  • Diferentes tipos de vestimentas basadas en túnicas (uncus) amarrados con faja a la cintura, turbantes y una bolsa como parte del vestir tradicional.
  • Uso en el arte de un “vocabulario común” que conjuga diseños de peces, águilas, felinos y cóndores; que representa siempre cabezas-trofeo; técnicas de elaboración similares en cerámica, metalurgia, tejido y arte plumario.
Las civilizaciones andinas tuvieron entre otros rasgos comunes, el uso de complejos sistemas de irrigación.

Origen de la civilización andina

Al respecto existen tres teorías: la de Max Uhle (Teoría Inmigracionista: difusionista), la de Julio C. Tello y Rafael Larco Hoyle (Teoría autoctonista: evolucionista), y la de Federico Kauffmann Doig (teoría aloctonista o difusionista).

Estas teorías fueron postuladas antes del descubrimiento de la ciudad-estado de Caral, en el valle de Supe, provincia de Barranca, al norte de Lima, la cual evidentemente es mucho más antigua que la civilización Chavin.

La teoría inmigracionista (difusionista) de Max Uhle (1856–1944), sostuvo que fue en la costa. Proto Chimú y Proto Nazca, habrían sido los primeros centros de alta cultura, “derivados de la cultura maya”. De la costa, la civilización se habría expandido a la sierra para formar otras culturas. La influencia cultural centroamericana habría llegado al Perú por mar y tierra, de manera directa o indirecta. Según Uhle, antes de este hecho, en la costa “existían primitivos pescadores”.

La teoría autoctonista (evolucionista) de Julio C. Tello (1880–1947), sostenía que Chavín de Huántar, fue la alta cultura andina más antigua, con iniciadores que provenían de la selva amazónica peruana. Después de un desarrollo local, dicha cultura se dispersó hacia otros lugares como Sechín, Moxeke, Cupisnique, Paracas, etc. Rafael Larco Hoyle (1901–1966), fue otro autoctonista. Creía que la alta cultura andina se originó en la costa, en Cupisnique o valle de Nepeña (región La Libertad). Desde allí se habría difundido a la sierra “portando el felínico”.

La teoría aloctonista (difusionista) de Federico Kauffmann Doig (1928), sostiene que la primera cultura andina fue la de Valdivia (costa de Ecuador), con una antigüedad de 5.000 años.

Según la arqueología estadounidense, “formativo”, es sinónimo de Neolítico o “alta cultura”. Para que una cultura llegue al “formativo”, debe haber tenido un desarrollo sostenido, desde los inicios de la revolución agrícola hasta que las comunidades aldeanas entran en crisis, por su complejidad, en su avance hacia un control administrativo central y estatista. En este quehacer, muchas veces se sucedieron guerras o luchas entre civilizaciones, que terminaron por tomar una de otras, algunos elementos que les servían e incorporarlas a su bagaje cultural; en otros casos fue un desarrollo individual, sin injerencia externa. Así las cosas, no se descarta influencia, por ejemplo en la cerámica, de culturas colombianas o centroamericanas.

¿Sabías qué...?
Los quechuas llegaban a Machu Picchu a través del Camino del Inca.

Dado el comercio que existió entre las culturas de América del Sur y las de Mesoamérica o América Central, es posible que algunos elementos culturales de una de ellas hayan podido ser tomados como propios, dándoles las características propias de la cultura que asumió dicho elemento.

Los mitos orales peruanos y bolivianos referidos a estas épocas, hablan de intercambios comerciales a través de ríos que atravesaban la selva desde el actual Puno (frontera Perú-Bolivia).

Talla en piedra de la cultura chavin.