Desde la antigüedad, los hombres se han servido de los recursos disponibles en la naturaleza para satisfacer sus necesidades básicas. Así, han recurrido a las plantas para nutrirse y, también, para buscar la cura a diferentes dolencias y enfermedades. Si bien se desconoce en qué época el hombre utilizó por primera vez las plantas con fines medicinales, ciertas referencias indicarían que algunos textos de origen Sumerio -de 4.000 años de antigüedad- ya las mencionaban con estos fines.
“¡Pero, cuántos nacen viven y mueren en un territorio como el nuestro, sin conocer lo que ven, sin saber lo que pisan, sin detenerse en lo que encuentran! Para ellos las plantas más singulares no son sino yerbas.” José de Viera y Clavijo, historiador y biólogo español (1731-1813).
Otros datos que se tienen sobre sus orígenes son:
Relatos bíblicos: en algunos de ellos se pueden encontrar referencias sobre las propiedades curativas o beneficiosas de las plantas.
Antiguo Egipto: esta civilización contaba con especialistas en salud que utilizaban hierbas y plantas para sanar dolencias. En papiros que aún se conservan de la época, se especifica la formulación de recetas para preparar remedios a base de plantas.
China: esta cultura milenaria implementó las plantas con fines curativos hacia el 5000 a. C.; esta práctica forma parte de la medicina tradicional del país.
Antigua Grecia: Dioscórides Anazarbeo fue médico, farmacólogo y botánico, que tuvo gran trascendencia a través de su obra De Materia Medica, la cual se convirtió en el principal manual de farmacopea durante toda la Edad Media y el Renacimiento.
Fue un médico griego, de quien se tiene pocos datos biográficos; se estima que falleció hacia el año 90. Trascendió en la historia por haber sido el médico del emperador romano Nerón y, principalmente, por su obra De Materia Medica, un tratado que recoge la descripción de seiscientas plantas, treinta y cinco productos animales y noventa minerales, comprendidas en más de ochocientas entradas. Actualmente es considerada como la mayor guía farmacéutica de la antigüedad.
En su obra se incluye: una clasificación de las plantas, una descripción de sus partes, la explicación de cómo y cuándo recolectar las plantas o partes de ellas, la forma de preparar, conservar y suministrar medicamentos, etc.
LAS PLANTAS MEDICINALES EN EL SIGLO XXI
Quizás muchos se estén preguntando, ¿por qué la utilización de estas plantas no es el método preponderante en la medicina? Y esto es así porque, en los siglos XIX y XX, tras el avance de la medicina tradicional y la aparición de fármacos de origen químico, dejaron de utilizarse las hierbas de forma habitual. En este marco, se consideró que los fármacos derivados de plantas podían ser adulterados con mayor facilidad.
Así es que, hoy en día, la medicina convencional es la más utilizada en Occidente. No así sucede en Oriente, y en especial en China e India, donde la medicina tradicional, que contempla el uso de las plantas medicinales, sigue siendo tan popular como la convencional, siendo utilizadas en forma combinada.
Pero, cabe destacar que en los últimos años, se han redescubierto los múltiples beneficios que ofrecen las plantas medicinales, de modo que están cobrando mayor difusión aún en aquellos países donde la medicina convencional ocupa el lugar central.
Las plantas, al igual que otros seres vivos, cuentan con un nombre científico -el universal, el que es igual en todas partes del mundo- y uno común que suele variar considerablemente de región en región. Incluso las plantas más conocidas, pueden tener más de una docena de nombres comunes.
¿QUÉ ES LA FITOTERAPIA?
Fitoterapia es una palabra de origen griego que significa: fyton, “planta”, “vegetal” y therapeia, “terapia”. Se la utiliza para designar al estudio de las propiedades de las plantas medicinales, lo cual también es conocido como herborismo.
A su vez, la fitoterapia se ocupa de estudiar la aplicación de estas plantas con una finalidad terapéutica ya sea para prevenir, para aliviar o para curar enfermedades. Por este motivo, los terapeutas realizan un trabajo minucioso en el estudio de los efectos beneficiosos de las plantas como así también de los efectos secundarios, no deseados.
Ventajas
Entre las ventajas más notables que se pueden recibir de la fitoterapia se encuentran:
- Las medicinas a base de plantas tienen mínimos efectos secundarios o nulos.
- Actúan a dosis más bajas porque los efectos activos de las plantas tienen un efecto sinérgico, es decir, que se potencian para dar un mejor resultado.
- Son más económicas.
- Se pueden consumir para prevenir enfermedades o mejorar sus síntomas.
- Como son productos naturales, son un recurso renovable.
Desventajas
Entre las desventajas que presenta la fitoterapia se puede mencionar que:
- Tiene una acción a largo plazo en comparación con la medicina convencional.
- Pueden tener efectos negativos, si no son administrados por un profesional que se especialice en esta área.
PRINCIPIOS ACTIVOS DE LAS PLANTAS
Se les llama principios activos a las sustancias medicinales que poseen ciertas plantas. Concretamente, son moléculas (producto del metabolismo celular de las plantas) que se encuentran en alguna parte de la planta, como en la hoja o raíz. Estas sustancias producen un efecto fisiológico. Los principios activos más importantes se describen a continuación:
Flavonoides: son pigmentos que pueden cumplir varias funciones; poseen propiedades muy importantes, como antimicrobianos, anticancerígenos, disminución del riesgo de enfermedades cardíacas, entre otros efectos. Algunos de los flavonoides más estudiados son la rutina que se encuentra en la piel del limón, las antocianinas presentes en las frutas moradas (ej.: cerezas), los carotenos de las frutas de color naranja (ej.: zanahoria), los taninos que tienen efectos antiinflamatorios y antisépticos, presentes en muchas semillas.
Ácido salicílico: es un compuesto de tipo fenólico que tiene un efecto antiinflamatorio, antiséptico y antioxidante.
Antraquinonas: el consumo de este tipo de compuesto tiene un efecto laxante.
Saponinas: tienen una estructura similar a las hormonas, pueden tener una acción hormonal y antiinflamatoria.
Alcaloides: la mayoría de éstos poseen acción fisiológica intensa con efectos psicoactivos, por lo que son muy usados en medicina para calmar el dolor. Ejemplos: la morfina, la atropina, la quinina, cafeína y la nicotina.
Glucósidos de tipo cianógenos: estos compuestos en bajas concentraciones pueden tener un afecto de tipo sedante. Ejemplo: las hojas de sauco.
Sustancias amargas: estimulan el apetito y mejoran el ritmo cardíaco. Ejemplos la alcachofa y la achicoria.
Polisacáridos: son sustancias que tienen un efecto de tipo demulcente (acción protectora local en las mucosas).
USO DE LAS PLANTAS MEDICINALES
Como se pudo apreciar en la descripción de los principios activos de las plantas, éstas cuentan con diversos efectos benéficos para nuestro organismo; pero para que nuestro cuerpo los pueda asimilar, existen diversas formas. Por ejemplo, algunos principios activos se asimilan a través del consumo directo de la planta o bien como agregados a los alimentos, en este caso se puede mencionar a las hierbas aromáticas. Otras formas consisten en la aplicación de emplastos, cataplasmas, tinturas, etc.
Modos de preparación:
Infusión: se utilizan las partes aéreas de la planta (hoja y flor), se adiciona agua hirviendo, se tapa y se deja reposar durante unos minutos. La infusión debe ser bebida caliente.
Decocción: se utilizan las raíces, las cortezas, las semillas o los frutos, se hierve en agua durante 10 a 30 minutos.
Jugo: se pueden comprar o preparar licuando la planta.
Jarabe: se prepara una infusión o una decocción a la que se le agrega azúcar integral o miel.
Maceración: se hace especialmente con las raíces que se dejan macerar en agua. El tiempo de maceración varía según la planta.
Aceites esenciales: se obtienen por destilación de diferentes partes de la planta. Al ser un producto concentrado debe utilizarse en las dosis indicadas. Se agrega un aceite vehicular.
Cápsulas: suelen estar preparadas con hierbas secas y pulverizadas.
Pastillas: se preparan con hierbas compactadas o extractos secos mezclados con excipientes (sustancia inactiva usada para incorporar el principio activo).
Cataplasmas: se aplica una planta medicinal, lavada, machacada y caliente, en forma directa sobre la piel en la zona del cuerpo afectada.
Emplasto: se envuelve la planta, machacada y caliente, en un paño limpio para aplicarlo sobre el cuerpo, sin que esté en contacto directo con la piel.
Tinturas: se realiza una maceración de cualquier parte de la planta en una solución de alcohol al 45%. En otros casos se puede usar glicerol o vinagre.
DE PLANTA A MEDICINA
Como en todo proceso de elaboración, es indispensable cumplir con ciertas normas procurando obtener un producto eficaz y de buena calidad. El primer paso consiste en la recolección de la materia prima que puede ser obtenida de la vida silvestre o de cultivos. Luego, sigue el proceso de secado que se realiza en forma artesanal o industrial, pero siempre en lugares bien ventilados y a la sombra para evitar el contacto con la luz directa, para no alterar los compuestos activos.
El paso siguiente es el de selección, así se descartan las plantas secas que puedan estar decoloradas o que pudieran estar afectadas por algún hongo. A continuación, se inicia el proceso de trozado del material y almacenado en frascos y bolsas de papel. Es aconsejable guardar el producto en un lugar seco, fresco y oscuro para conservar todas las propiedades.
Los procesos industrializados siguen las Buenas prácticas de manufactura (GMP por sus siglas en inglés); entre los productos que se realizan a esta escala, se incluyen la elaboración de capsulas, extractos estandarizados y extractos purificados.