El sector secundario comprende las actividades dedicadas a transformar los productos primarios en manufacturados, es decir, en bienes económicos, constituyendo así el sector industrial. La producción de energía también es considerada una actividad secundaria, a pesar de no producir un bien tangible. Por otra parte, los países latinoamericanos tienen un desigual nivel de desarrollo industrial que se explica teniendo en cuenta, tanto factores naturales, como culturales y sociales.
LOS ESPACIOS INDUSTRIALES
Para desarrollarse, la producción industrial requiere de ciertos factores básicos: capital, mano de obra, materias primas, fuentes de energía, tecnología y medios de transporte; su localización depende de muchos factores. Algunas industrias necesitan estar próximas al mercado consumidor, otras se concentran cerca de las áreas donde se producen las materias primas que requieren, y otras necesitan fácil acceso a los transportes marítimos y fluviales. Existen también industrias que deben su localización a decisiones políticas; por ejemplo, el gobierno puede otorgar incentivos, préstamos o reducir impuestos para la instalación de industrias en áreas poco pobladas o desarrolladas.
La concentración geográfica de las industrias, generalmente en la periferia de las ciudades, determina la formación de los llamados espacios o regiones industriales, integrados no sólo por las industrias sino por barrios para los obreros, negocios, escuelas, hospitales, rutas, redes ferroviarias, puertos, etc. Por ello, estos espacios presentan un alto grado de transformación. El tránsito de vehículos es intenso y es habitual que existan problemas ambientales como la contaminación del aire, del suelo o del agua. Uno de los mayores desafíos que presenta esta actividad es lograr un equilibrio entre su desarrollo y la conservación del ambiente, a fin de preservar la calidad de vida de la población.
TIPOS DE INDUSTRIAS
Existen dos grandes grupos de industrias: las pesadas y las livianas. Si bien ambas son necesarias para el desarrollo de la economía de un país, son las pesadas las que dejan mayor margen de ganancias y las que garantizan el desarrollo de las demás industrias.
• Las industrias pesadas son las que utilizan grandes y pesados volúmenes de materia prima como los minerales. Elaboran así bienes de producción que se utilizan para originar otros bienes, como las maquinarias o los químicos utilizados en otras industrias. Las mayores concentraciones están en los países desarrollados.
• Las industrias livianas son aquellas que producen bienes de consumo que satisfacen las necesidades cotidianas de quienes los adquieren, como es el caso de los alimentos, la vestimenta y los artículos para el hogar. Es la que predomina en la mayoría de los países en desarrollo de América latina.
DESIGUAL DESARROLLO INDUSTRIAL
En Latinoamérica existe un gran desequilibrio en materia industrial, ya que hay pocos países verdaderamente industrializados y muchos en los que este sector de la economía es poco representativo. Esto se debe a múltiples factores, como la escasez de capitales nacionales y créditos bancarios que financien las industrias, la inestabilidad política de la región (que no provee un marco seguro para la inversión), la ineficiencia de las redes de transporte y de las instalaciones portuarias, la insuficiencia de recursos mineros para las industrias pesadas, el atraso tecnológico y las dificultades para la producción de energía eléctrica para abastecerlas, entre otras. A estas circunstancias se debe añadir que, históricamente, esta parte de América se destacó siempre por ser proveedora de materias primas para los países industrializados del mundo, lo que hace que esta división internacional del trabajo se mantenga, en muchos casos, vigente hasta la actualidad.
No obstante, algunos países presentan un desarrollo industrial considerable, localizado en ciertas áreas urbanas:
• En Brasil, el país más industrializado de América latina, la mayor concentración industrial está radicada en las ciudades de San Pablo, Belo Horizonte y Río de Janeiro.
• En México, las industrias están concentradas en los alrededores de la ciudad de México D. F. y en el norte del país. Aquí se destacan las maquiladoras localizadas en el área de frontera con Estados Unidos. Se trata de industrias de capitales extranjeros que realizan el armado o el ensamblado final de un producto, que luego es exportado hacia el mercado mundial. Se instalan allí porque, entre otras razones, los costos de producción son menores (salarios más bajos, ventajas impositivas, etc.)
• En Argentina, la mayor área industrial es la ubicada en el frente fluvial Paraná-del Plata (es decir, desde Santa Fe hasta La Plata)
• En Chile, se concentran en el valle central, en los alrededores de Santiago de Chile.
En el resto de América latina, el sector industrial tiene escasa representatividad. Por su parte, dentro de América Central se exceptúa el caso de Puerto Rico, que por ser un Estado libre asociado a los Estados Unidos, cuenta con industrias que prosperan gracias a la inversión que realiza ese país que, a su vez, se ve favorecido por una mano de obra y un costo de producción más baratos.
LA ENERGÍA COMO MOTOR DE LA PRODUCCIÓN
Como se sabe, la energía es un elemento esencial tanto en nuestra vida cotidiana como para el funcionamiento de todas las actividades económicas y, en especial, de las industrias. Con todo, se puede producir energía utilizando recursos no renovables (petróleo, carbón, gas) o a partir de recursos renovables (energía solar, eólica, mareomotriz, biomasa, etc.).
Ahora bien, históricamente los combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural) han sido la base del desarrollo de las sucesivas revoluciones industriales y, a pesar del alza de su precio internacional y de la contaminación que genera su explotación, continúan siendo el principal recurso energético utilizado por las industrias. Por ese motivo, esas fuentes de energía se denominan “convencionales”.
En la actualidad, las mayores reservas de petróleo crudo del mundo están en Medio Oriente, donde un 25% del total se encuentra en un solo país, Arabia Saudita.
Otros países del área, como Irak, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos e Irán, tienen un 10% cada uno. Luego siguen Venezuela (7%) y Rusia (5%). Además de Venezuela, otros países productores de petróleo en América son los Estados Unidos, Canadá, México y Brasil. De este modo, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Latinoamérica cuenta con el 10% de las reservas mundiales de petróleo y se reparten entre los siguientes países:
• México es, actualmente, el país latinoamericano que más crudo posee: 3,8 millones de barriles por día. Cerca de un tercio de los ingresos del Estado provienen de esta actividad. Exporta más de la mitad del crudo que extrae.
• Venezuela es el quinto exportador de petróleo crudo del mundo y vende cerca del 60% de su producción a los Estados Unidos. Extrae unos 3,1 millones de barriles por día. Es el único miembro latinoamericano en la OPEP.
• Brasil es el tercer productor de América latina, con 1,9 millones de barriles diarios.
• Argentina produce unos 800.000 barriles diarios, con lo cual ocupa el cuarto lugar en América latina. La mayor parte se destina al consumo interno.
• Ecuador es el quinto productor de América latina. Extrae unos 500.000 barriles diarios, de los cuales la mayor parte se exporta.
• Colombia es el sexto productor con la extracción de 530.000 barriles diarios. Ahora bien, la empresa estatal Ecopetrol estima que el país dejará de exportar crudo (actualmente la mitad de su producción) en los próximos años y tendrá que importarlo debido a la disminución de la producción.
• Por último, la producción de Bolivia es de unos 40.000 barriles diarios.
ENERGÍAS ALTERNATIVAS AL PETRÓLEO
Desde hace algunos años se ha abierto en la sociedad un amplio debate acerca de cuáles pueden ser fuentes alternativas al petróleo. De hecho, durante los últimos treinta años, las reservas mundiales de petróleo han disminuido considerablemente, al mismo tiempo que la demanda de energía aumentó impulsada por el crecimiento industrial, especialmente en algunos países de Asia y de las grandes potencias. Por otra parte, la quema de petróleo es un factor contaminante y el dióxido de carbono que produce acelera el proceso de calentamiento global.
Estos son algunos de los motivos que impulsan el debate sobre nuevas fuentes energéticas que reemplazarán al petróleo en un futuro cercano. Las llamadas fuentes de energía alternativas provienen del aprovechamiento de recursos renovables como el viento, la energía solar, los cursos del agua, la descomposición de la materia orgánica, el movimiento de las olas en el océano y el calor del interior de la Tierra, entre otras. El aprovechamiento de estas fuentes alternativas requiere una gran inversión inicial para la construcción de la infraestructura necesaria para su producción, motivo por el cual su utilización aún no es masiva. Sin embargo, a medida que el costo de la energía convencional se incremente y los yacimientos se vayan agotando, las energías alternativas irán ganando espacio y se convertirán en una ventajosa realidad, ya que no agotan recursos y producen menor contaminación.
De este modo, América latina ha puesto en marcha proyectos para producir este tipo de energías con el respaldo de los Estados, la Organización de las Naciones Unidas y el sector privado. No obstante, solo en pocos países como México, Brasil, Argentina y Costa Rica, se están obteniendo resultados satisfactorios. En los demás países de la región, el atraso tecnológico y la escasa ayuda financiera de los Estados para llevar adelante proyectos de investigación necesarios para su aplicación impiden el aprovechamiento de este tipo de fuentes de energía. Por otra parte, al ser muy alto el costo de producción, este tipo de energía resulta cara para los consumidores de los países menos desarrollados de la región.