También conocidos como caríbales o galibi, los caribes, provenientes de la región amazónica brasileña, ingresaron a la cuenca del Orinoco, el oriente, la costa central de Venezuela y el sur del Lago de Maracaibo, hacia el siglo II d. C.
Agricultores y ceramistas, inicialmente ubicaron su centro operativo en el Mato Grosso y las cabeceras del Amazonas, desde donde habrían iniciado su expansión hacia el Orinoco, llegando a conquistar la costa atlántica colombiana hacia el siglo VIII, la cuenca del lago Maracaibo hacia el siglo XI, la costa central oriental de Venezuela hacia el siglo XIII, logrando en su despliegue desplazar o absorber a los pueblos de ascendencia arawaca que ocupaban esos territorios desde 1.000 años a. C.
Una vez que ocuparon la región norte de la costa atlántica de Sudamérica, desde Paria hasta la boca del Amazonas entre los siglos IX y XIV, detuvieron su expansión controlando además la mayor parte del Caribe Insular.
La gran expansión de los caribes por América tuvo que ver con las posibilidades que les daba la navegación, tanto por mares como por cuencas fluviales, y su exogamia. Pero el área territorial en la que alcanzaron mayor desarrollo parece haber sido el norte de Colombia y Venezuela, ubicando sus puntos septentrionales extremos en las Grandes Antillas como Cuba y La Española, los meridionales en el departamento de Loreto, Perú, y en el sureste el alto curso del río Xingú, en el Mato Grosso brasileño.
La cantidad de lenguas que componen la familia lingüística caribe, y el carácter expansionista de los pueblos que la integran, la convirtieron en una de las más amplias de América, con diferencias muy marcadas entre las distintas zonas, producidas por el contacto con otras etnias.
HISTORIA
Los colonizadores europeos llegaron a las Antillas hacia fines del siglo XV; para entonces los arawacos eran mayoría en la región, pero hacía ya muchos años que habían empezado a ser colonizados por pueblos caribes muy belicosos. Incluso encontraron comunidades mixtas con hombres que hablaban un léxico de origen caribe mientras mujeres y niños usaban léxico arawak (de la variante eyeri o iñeri). En el dato se ve expresada la estrategia expansionista de los caribes: aniquilar a los hombres y mestizarse con las mujeres arawak. Pero la inesperada aparición de los europeos echó por tierra sus planes.
Entre los años 1492 y 1700, murió el 90% de su población, la mayoría a causa de las enfermedades traídas por los colonos. Se calcula que al llegar los primeros expedicionarios los pobladores de las Antillas Menores oscilaban entre los 7.000 y los 15.000 individuos, aunque hay historiadores que calculan entre 20.000 y 30.000 caribes, los que lentamente fueron expulsados de las islas hasta terminar refugiados en Dominica a mediados del siglo XVIII.
Las dificultades se agravaron cuando holandeses, franceses y británicos se lanzaron a la captura de aborígenes para venderlos como esclavos en las plantaciones, excusándose en su canibalismo. De este modo, la población siguió reduciéndose y en lugares como Guadalupe resultó casi exterminada.
Franceses e ingleses fueron resistidos en sus intentos por controlar las Antillas Menores. Los caribes se valían de su capacidad como navegantes para enfrentarlos, o llegado el caso, escapar entre las islas. Sin embargo, la resistencia no alcanzó para detener la ambición de los europeos, quienes finalmente se adueñaron de Guadalupe y fundaron Saint George en Granada. Los aborígenes americanos contraatacaron para recuperar sus tierras, pero fueron exterminados borrando el último foco de resistencia hacia el año 1654. El resto del siglo se caracterizó por los acuerdos y los enfrentamientos entre las fuerzas en pugna.
A comienzos del siglo siguiente los franceses conquistaron Martinica convirtiéndola oficialmente en una colonia del Reino de Francia. La misma isla pasó a manos inglesas en 1761, pero al año siguiente, luego del tratado de París, fue devuelta a Francia.
Los caribes resistieron en la isla de San Vicente, donde se les unieron esclavos africanos que huían de Barbados, Santa Lucía y Granada, y que, al mezclarse con los nativos, dieron origen a los garífunas o caribes negros, quienes negociaron con los españoles su traslado a Honduras, donde la tierra era más fértil, a cambio de la protección de las costas.
En la actualidad en Dominica quedan unos 3.000 caribes; se autodenominan kaliganos y ninguno habla la lengua original, idioma que se considera extinto desde 1920. En San Vicente hay unos 6.000, y en algunos pueblos costeros quedan pequeños grupos.
A pesar de la resistencia y las diferentes alianzas que alternativamente fueron estableciendo con holandeses, ingleses, franceses y españoles, los caribes fueron finalmente derrotados militarmente por dos cuestiones fundamentales: por un lado, los europeos dejaron de enfrentarse entre ellos estableciendo tratados de paz en los que se repartieron el mundo; por otro lado, la concepción de la guerra que tenían los caribes hacía que luego de ganar una batalla volvieran a sus poblados retomando sus tareas cotidianas, los españoles, en cambio, desde su visión imperial, consideraban propio el territorio al que llegaban sus soldados, cuya única función era consolidar las posiciones alcanzadas.
ORGANIZACIÓN SOCIAL
Agrupados en clanes familiares, los caribes seguían el linaje patrilineal en grupos llamados cacicazgos, estableciendo alianzas de pueblos federados.
La sociedad se dividía en dos grupos. El primer grupo estaba conformado por los caciques, los jefes militares y los sacerdotes, quienes se dedicaban a gobernar, defender el territorio y organizar las ceremonias religiosas. El segundo grupo estaba conformado por trabajadores, específicamente cultivadores, tejedores, orfebres, ceramistas y comerciantes. A ellos correspondía pagar los impuestos con los que se sostenía a los caciques, militares y sacerdotes. Los grupos familiares estaban bajo la autoridad de un cacique, quien conducía asesorado por sus parientes mayores. Su autoridad era absoluta pues la creencia era que descendían de los dioses.
No se asentaban en poblados sino que construían cuidadosamente sus bahareques alejados uno de otro. Los materiales que usaban eran naturales: pilotes estructurales de madera con techos a dos aguas hechos con hojas de palmera; paredes interiores en esterillas de guadua, cactus, caña brava, que recubrían con una argamasa de origen vegetal (utilizada también para el mobiliario), y una última capa con la que le daban lustre con cal.
ACTIVIDADES PRODUCTIVAS
Los caribes eran pescadores de especies grandes, tanto de río como de mar. El pescado era la base de su alimentación. Para conservarlo utilizaban técnicas de humeado, secado y salado. Tenían por cocina un mesón de madera cubierto por tierra, donde asaban y cocinaban; lo llamaban barbacoa.
Se ocupaban también de la agricultura cosechando papas, yuca, mandioca, tabaco, cacao, frijoles, algodón, etc.
Elaboraban mantas tejidas que pintaban de varios colores. También demostraron ser muy hábiles en la elaboración de piezas de cerámica y de oro, a tal punto que los quimbayas (grupo caribe) fueron considerados como los mejores orfebres de América.
Para la comercialización de sus productos organizaban ferias comerciales de las que participaban otras comunidades.
COSMOVISIÓN
Los caribes eran politeístas, adoraban al Sol y la Luna, las estrellas, las piedras, y otros dioses representados en animales como la culebra, a la que llegaron a considerar su protectora; hacían sacrificios en ceremonias especiales acompañadas con música, danzando en honor de sus dioses y muertos, a quienes veneraban. Enterraban a los caciques y a los guerreros en urnas con tapas de figuras antropomorfas, en tanto para el resto de la población utilizaban tumbas simples. Otra de sus costumbres era la de deformar los cráneos mediante el uso de tablas ajustadas alrededor de la cabeza. De igual manera, deformaban las pantorrillas y los brazos.
Los mohanes, brujos o médicos, eran los encargados de tratar las enfermedades del cuerpo y del espíritu.
CULTURA
Pintura coporal
Tenían por costumbre, como ocurría en general con todas las etnias de regiones tropicales, el no cubrir sus genitales. En cambio usaban tintes vegetales para fabricar pinturas cosméticas, que servían además como protectoras contra los insectos. Pero la razón fundamental de las pinturas con las que adornaban su cuerpo, era la de identificar mediante este procedimiento a las familias, distinguiéndose para reconocimiento de otras etnias. Utilizando tintes de color negro, representaban el animal que caracterizaba a la familia a la que pertenecían. El más común era el del murciélago, además usaban el jaguar, la araña y el mono.
La familia
Practicaban la poligamia masculina por medio de la endogamia y la exogamia, en este último caso con importantes implicancias antropológicas vinculadas al carácter expansionista de la etnia. En caso de uniones consentidas la exogamia seguía patrones matrilineales y patrilineales, según lo pactado por las familias. Cuando se trataba de uniones no consentidas, se sacrificaba a los varones de la etnia sometida para que las mujeres estuvieran aptas para la unión, asegurando de esta forma la trasmisión del material genético de manera patrilineal.
Antropofagia
Si bien hay crónicas históricas que hablan de la práctica de la antropofagia por parte de los caribes, los antropólogos se encuentran divididos sobre la verdad de esta costumbre.