Pizarra digital interactiva

Se la denomina pizarra digital interactiva porque al funcionamiento de su antecedente tecnológico, la tradicional pizarra digital, agrega la posibilidad de la interactividad, ampliando de esta manera su potencial.

Conocidas como PIDI, las pizarras digitales interactivas ocupan hoy un lugar de privilegio entre los dispositivos tecnológicos al servicio de la enseñanza. Esto se debe a las múltiples posibilidades que ofrecen y que hacen de ellas una herramienta de gran utilidad para los docentes. Como toda tecnología no tiene un valor intrínseco, pero está demostrado que su correcto uso favorece el aprendizaje constructivista y mejora la didáctica docente.

Funcionamiento

Funciona por medio de un ordenador conectado a un video-proyector, cuya señal es recibida por una superficie lisa y rígida desde la que se puede controlar al ordenador e incluso hacer anotaciones sobre las imágenes proyectadas. Opera mediante el uso de un bolígrafo, el dedo o un dispositivo similar a un ratón. Esto hace que un docente capacitado en su uso necesite, entonces, una buena conectividad y una adecuada instalación en el aula para sacarle el mayor provecho.

COMPONENTES:

Ordenador

El ordenador debe ser capaz de reproducir toda la información multimedios almacenada en disco. El sistema operativo del ordenador debe ser compatible con el software de la pizarra. Las pizarras disponen de un software compatible con Windows 98, 2000, NT, ME, XP, Vista, V7, Linux y Mac (los dos últimos según el modelo).

Pantalla

Sobre la pantalla interactiva se proyecta la imagen emitida por el ordenador, controlándola mediante el uso de un puntero o el dedo. El sistema permite visualizar e interactuar a varias personas que acceden a documentos, Internet o información en diversos formatos como las presentaciones multimedios o videos y documentos de disco.

Piso direccional

Las acciones se ejecutan mediante anotaciones sobre la superficie de proyección. Se trata de un piso conectado a un ordenador que a su vez se conecta con un video-proyector. Este pie interactivo denominado piso direccional interactivo (PDi), permite operar todas las funciones, y su sustento tecnológico está dado por inducción electromagnética o por infrarrojos, resistiva u óptica.

Versión Portátil

Se dice de una PDi que es portátil cuando cumple una de las dos funciones que acá se describen:

a) Se puede trasladar fácilmente (se utiliza un accesorio que se agrega a una superficie rígida convirtiéndola en una pizarra interactiva).
b) Se puede utilizar cualquier superficie de proyección, aunque sea una pantalla enrollable o una pantalla gigante en un auditorio (se conecta una tableta al ordenador, sin cables, permitiendo el control desde cualquier lugar del recinto donde esté hecha la conexión).

Visualizador de documentos

Es un accesorio de las pizarras interactivas para las aulas TIC que funciona como una cámara que lee un documento y luego a través del proyector se comparte con toda la clase. Gracias a sus características los docentes pueden trabajar en sus clases con muchos materiales no digitalizados: objetos 3D, textos, imágenes, libros, etc. Incluso puede mostrar cualquier actividad en tiempo real.

Puntero

Se utiliza un lápiz especial como puntero, combinado con una malla contenida en toda la superficie de proyección. Dicha malla detecta la señal del lápiz en toda la pantalla con muy alta precisión (una pizarra electromagnética tiene en una pulgada la misma resolución que una táctil de 77” en toda la superficie) y envía un mensaje al ordenador cuando se pulsa con la punta del lápiz puntero.

Proyector

Permite ver la imagen del ordenador sobre la pizarra. Conviene utilizarlo colocándolo alto y a una distancia de la pantalla que le permita proyectar una imagen clara y luminosa.

El uso de un editor de textos o de imágenes para preparar una clase o realizar apuntes, debería ser habitual para educadores y educandos.

Ventajas de su uso

Si bien el uso no garantiza los resultados, se obtiene una dinámica motivadora de la que sacan provecho los estudiantes consiguiendo una mayor concentración, facilitando a su vez la tarea de los docentes en la exposición de temas complicados.

Esto no se consigue por un supuesto encanto mágico provocado por la tecnología, sino por la habilidad con que el docente prepara y desarrolla sus clases aprovechando las utilidades de la herramienta de que dispone.

Utilizarla requiere dedicar un tiempo a la preparación de la clase, de manera que se puedan presentar una serie de actividades variadas, ya que su modalidad de uso no tolera la monotonía. Esto, si bien implica un esfuerzo de parte del docente, lo recompensa, pues el recurso didáctico favorece el proceso de enseñanza, desarrolla nuevos entornos de aprendizaje y, sobre todo, potencia el trabajo interactivo y colaborativo haciéndolo rápido y positivo para las partes que intervienen.

Una pregunta frecuente respecto a las pizarras digitales interactivas es cuáles son los contenidos que mejor se potencian con su uso. Pero esto, una vez más está relacionado directamente con la capacidad del docente para elegir o generar las aplicaciones que mejor cuadren al nivel de su grupo o curso. Por lo tanto puede ser tan efectiva para exponer una clase de matemática como para hacerlo con una de artes visuales o música.

Hechas las aclaraciones correspondientes vemos que la gran ventaja es la de reunir todas las potencialidades de una computadora proyectándolas a una audiencia que tiene plena interactividad sobre lo proyectado.

Contando con una PIDI en el aula se puede:

• Interactuar. Dependiendo del tipo de pizarra, se puede interactuar mediante lápices electrónicos o simplemente los dedos con todo el software o aplicaciones instaladas en la computadora.
• Desarrollar contenidos de enseñanza enmarcados en el currículum nacional y de cualquier subsector o nivel educativo, con apoyo de actividades innovadoras y atractivas, que promuevan un nuevo clima al interior del aula.
• Ampliar considerablemente la cantidad de recursos a utilizar pedagógicamente dentro del aula e interactuar con ellos desde la pizarra y para toda la clase.
• Visitar sitios web con importancia educativa que sean generadores de instancias para el debate de puntos de vista diferentes.
• Almacenar todas las intervenciones realizadas en la pizarra, lo que permite tener un registro de todos los procesos desarrollados en la clase.
• Organizar y optimizar el tiempo durante el inicio, desarrollo y cierre de una clase.
• Promover un trabajo activo y colaborativo, generando nuevas formas de interacción entre los estudiantes y el profesor.

El papel del educador en el nuevo contexto

Hay quienes afirman que el uso de las pizarras digitales, así como en general de todas las TICs, como se denomina a las nuevas tecnologías de información y comunicación, ha cambiado el rol del docente frente a sus alumnos, disminuyendo su control sobre los contenidos y convirtiéndolo en un mero guía de la travesía emprendida por dichos contenidos. Sin embargo esto no minimiza el rol del docente ya que conserva la atribución fundamental de su función como educador, que es la de acompañar, orientar y ayudar a descubrir. Los tiempos del itinerario rígido de conocimientos y pautas de pensamiento que los docentes transmitían a sus alumnos, van dando paso a hechos más valiosos, como la adquisición de destrezas para encontrar información útil, lo que hoy se impone sobre la acumulación de contenidos.

Para avanzar en esta dirección es imprescindible contar con la disponibilidad técnica de recursos; contar con ordenadores, redes y líneas de comunicación al servicio de los docentes. Pero aún así, no sería suficiente. La otra pata que sostiene la implementación del uso cotidiano de las TICs en la educación, son los educadores, quienes no pueden esperar que esto se convierta en algo de uso normal en las escuelas cuando es excepcional en su vida.

Las TICs son versátiles y se adecúan con facilidad a necesidades diversas, pero permiten a su vez hacer un seguimiento individual sobre determinados problemas, al punto de parecer en algunas ocasiones diseñadas específicamente con ese objetivo. Para que eso suceda hay que conocer las posibilidades de los recursos para establecer cuál es el adecuado para las circunstancias en que se va a emplear, establecer objetivos y evaluar luego si esos objetivos se han alcanzado.

El uso de las nuevas tecnologías para la información y la comunicación, entre las que la pizarra digital interactiva es una de las más codiciadas, no implica el abandono del soporte papel, los libros siguen siendo un recurso insubstituible: son ligeros, económicos, durables, portables y no consumen energía. Solo se justificaría el abandono del papel impreso si apareciera un dispositivo que, contando con estas propiedades, pudiera aportar, además, nuevas funcionalidades. Entonces si podría ocurrir como con el papel y el pergamino, o el pergamino y su antecedente, las tablas de arcilla, en el que un elemento sustituyó al otro.

Lo fundamental es que la escuela no le dé la espalda al mundo, sino que se inserte en él, lo que no significa seguir modas marcadas por el consumismo sino adoptar las estrategias de comunicación que utilizan los medios para comunicarse mejor con los alumnos.