La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central de los seres humanos y otros mamíferos.
Las personas pueden contraerla a través de la mordedura de un animal rabioso, ya que el virus se encuentra en la saliva y en las secreciones. La enfermedad también se puede contraer por el contacto de la piel lastimada con la saliva de un animal infectado. Es importante tener presente que cualquier mamífero puede tener rabia y transmitirla a los seres humanos.
La vacunación de los animales y la tenencia responsable de mascotas, es un punto clave para la prevención de la enfermedad.
La post-exposición contra la rabia debe ser iniciada lo antes posible y no se debe interrumpir el tratamiento.
Cuando esté indicado, debe aplicarse la vacuna dentro de los primeros días de ocurrida la exposición, dado que su efectividad disminuye de acuerdo al tiempo en el que se produjo la lesión y no es recomendable su uso transcurridos los 7 días de la mordedura.
La rabia puede contagiarse con la mordedura de un animal infectado.
Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina)
Entre los días 27 de julio y 12 de agosto de 2012 tuvieron lugar en Londres, la capital del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, los Juegos Olímpicos de Verano correspondientes a la XXX Olimpiada de la era moderna. Era la tercera vez que la ciudad británica acogía este evento mundial, como ya hizo en 1908 y 1948.
El Comité Olímpico Internacional adjudicó a Londres la organización de los Juegos en su 117ª sesión, reunida en Singapur en julio de 2005. Las candidaturas desestimadas en su beneficio correspondieron a las ciudades de Moscú, Nueva York, Madrid y París.
La preparación del evento corrió a cargo de un Comité Organizador, encargado de la planificación general y la recaudación de fondos, y de la Oficina de Proyectos de las Olimpiadas, que asumió la realización de las obras y la provisión de servicios. También se contó con la colaboración y patrocinio material de distintas entidades privadas y públicas.
La municipalidad londinense aprovechó las inversiones estatales recibidas en proyectos de renovación urbanística de importantes zonas de la capital. También se mejoraron las condiciones urbanas de sostenibilidad, con la apertura de nuevas zonas verdes, mejoras en el transporte público, y la renovación del servicio de recogida y procesamiento de basuras.
El capítulo de seguridad fue cubierto, a escala nacional, por un impresionante dispositivo conjunto de la policía y el ejército, que movilizó a cerca de 50.000 efectivos (17.000 de ellos militares, más de los que el Reino Unido tenía desplegados en Afganistán).
Como prolegómeno a los Juegos, el peregrinaje de la antorcha olímpica tuvo ese año una modificación sustancial en su acostumbrada travesía, pues fue trasladada directamente desde Grecia al Reino Unido, por cuya geografía realizó el tradicional periplo previo a su triunfal entrada en el Estadio Olímpico londinense, al término de la gala inaugural del evento.
El principal escenario deportivo fue el Parque Olímpico de Londres, construido sobre 200 hectáreas de antiguo uso industrial en el distrito de Stratford, al este de la ciudad. Allí estaban la Villa Olímpica, el Estadio Olímpico, el pabellón Arena de baloncesto, el Centro Acuático y el Velódromo, entre otras instalaciones. Sin embargo, la competición no se ciñó en exclusiva al citado Parque, pues buena parte de ella se desarrolló en equipamientos deportivos o de esparcimiento ya existentes antes de la aprobación de la candidatura, por ejemplo el estadio de Wembley, el club de tenis de Wimbledon o Hyde Park.
El conjunto residencial que albergó a los atletas se convertirá en un nuevo barrio londinense, que pasará a denominarse East Village.
Participaron en los Juegos de Londres las delegaciones de 204 estados (alrededor de 10.500 atletas). Entre ellos figuró un representante de Sudán del Sur, el país de más reciente creación, si bien acudió a título de Participante Olímpico Independiente, por no haberse creado aún el Comité Olímpico de la joven nación.
Cabe destacar que todas las delegaciones nacionales de atletas incluyeron al menos una mujer, primera ocasión de la historia del olimpismo en que así ocurría; en total, el 46 % de los participantes correspondió al sexo femenino, sensible avance con respecto a los Juegos de Pekín (2008), donde este porcentaje se situó en un 42 %. La delegación que Estados Unidos contaba en Londres con mayoría de mujeres.
La competición sumó 26 deportes olímpicos, que abarcaron las 39 disciplinas siguientes: atletismo, bádminton, baloncesto, balonmano, boxeo, ciclismo (en sus especialidades de BMX, montaña, pista y ruta), deportes acuáticos (natación, natación sincronizada, saltos y waterpolo), equitación, esgrima, fútbol, gimnasia (artística, rítmica y acrobática), halterofilia, hockey sobre hierba, judo, lucha (grecorromana y libre olímpica), piragüismo (en eslalon y en aguas tranquilas), pentatlón moderno, remo, taekwondo, tenis, tenis de mesa, tiro con arco, tiro olímpico, triatlón, vela y voleibol (voleibol y voleibol playa).
Las grandes favoritas para la cabeza del medallero eran las delegaciones de Estados Unidos y China, triunfadoras en Pekín 2008, donde la primera obtuvo el mayor número de preseas de oro, y la segunda, el monto superior de insignias de las tres categorías (oro, plata y bronce). No decepcionaron las expectativas: Estados Unidos ocupó el primer puesto con 104 preseas (46 de oro, 29 de plata y 29 de bronce), seguida de China, con 88 metales (38 de oro, 27 de plata y 23 de bronce); a la zaga quedaron Reino Unido con 65 (29 de oro, 17 de plata y 19 de bronce), y Rusia con 82 (24 de oro, 26 de plata y 32 de bronce). España ocupó el puesto 21 de la clasificación con 17 medallas (3 de oro, 10 de plata y 4 de bronce). Países latinoamericanos con presencia en el podio de los triunfadores fueron: Brasil, con 17 preseas (3 de oro, 5 de plata y 9 de bronce); Colombia, con 8 (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce); México con 7 (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce); Argentina con 4 (1 de oro, 1 de plata y 2 de bronce); República Dominicana con 1 de oro y 1 de plata y Venezuela con 1 de oro.
Para los anales del deporte olímpico quedarán los triunfos del jamaicano Usain Bolt, ganador del oro en las pruebas reinas de la velocidad, los 100 y 200 m lisos, además de la prueba de relevos de 4×100 m lisos, con lo que se convertía en el primer velocista de la historia que sumaba seis oros olímpicos; la victoria del keniano David Rudisha en los 800 m, cuya plusmarca mundial batió holgadamente; los seis metales -cuatro oros y dos platas- con los que alcanzó 22 preseas olímpicas el estadounidense Michael Phelps, el mejor nadador de todos los tiempos; y cómo no, la meritoria participación en la prueba de los 400 m del sudafricano Oscar Pistorius, primer campeón paralímpico que accedía a la palestra de los Juegos, inconfundible por las prótesis de fibra de carbono que sustituían a sus pies amputados.
Concluidos los Juegos de verano, el 12 de agosto, el espíritu de la Olimpiada perduró durante los Juegos Paralímpicos, que también se disputaron en Londres, entre los días 29 de agosto y 9 de septiembre de 2012.
Se trata de enunciados que han de tenerse en cuenta a la hora de realizar estudios paleontológicos. No son conceptos basados en una teoría o una hipótesis sino en una realidad que ha ido revelando poco a poco el estudio práctico de los fósiles.
Todos estos principios y leyes siempre se cumplen.
Cuvier anunció los primeros principios que dieron forma a la paleontología actual; algo más tarde Darwin y Wallace añadieron otros nuevos, pero fue a mediados del s. XVIII cuando el suizo Pictet estableció de una manera definitiva estos enunciados tal como los conocemos hoy.
Principio del actualismo
El actualismo paleontológico establece que los organismos fósiles se regían por las mismas leyes biológicas que los seres vivos actuales. Las leyes físicas y químicas no han cambiado a lo largo del tiempo. Así, por ejemplo, el proceso fotosintético era el mismo entre las plantas del Devónico que entre las actuales, o si se encuentra un hueso fosilizado se podrá deducir que correspondía a un animal y no a una planta.
Principio de la anatomía comparada
Los estudios de anatomía comparada en los animales y vegetales actuales permiten establecer diferencias y analogías entre ellos o entre sus partes constituyentes. De igual manera, estos estudios son aplicables a sus antecesores fósiles. Por ejemplo, si encontramos dos conchas fosilizadas, estudiando sus similitudes o sus diferencias podremos llegar a deducir si pertenecían o no a una misma especie.
Principio de la correlación orgánica
Existe una relación constante entre los diversos órganos, piezas y estructuras que forman un ser vivo. A partir de un único elemento de ese organismo es posible deducir el orden y la disposición de los restantes. Por ejemplo, estudiando los huesos de una pata de dinosaurio ha sido posible reconstruir el aspecto que tenía el animal cuando estaba vivo y entero.
Principio de cronología relativa
El orden de superposición de los estratos corresponde al orden cronológico en que se depositaron, los más antiguos debajo de los más modernos. No obstante, hay que tener cuidado con esto, pues hay estratos que han invertido su posición, estando los más modernos por debajo de los antiguos.
Primera Ley
La duración de las especies de las épocas geológicas ha sido limitada. Esto quiere decir que todas las especies han aparecido en algún momento, han perdurado durante un cierto tiempo y después se han extinguido. No obstante, hay algunas especies muy antiguas que mantienen características arcaicas y que todavía no se han extinguido: son los llamados fósiles vivientes.
Segunda Ley
Las diferencias existentes entre las faunas fósiles y los animales actuales son tanto más acusadas cuanto más antiguas sean. Así, un fósil de hace 1.000 millones de años se diferencia de una especie actual mucho más que otro de hace solo 300 millones de años.
Tercera Ley
Los animales de faunas más recientes tienen formas más variadas que las de las faunas antiguas. Dicho de otro modo, a partir de una especie antigua han podido surgir dos o más especies actuales.
Cuarta Ley
Los animales más perfectos, de organización más compleja, son relativamente más recientes. En este enunciado hay que tener en cuenta que en el curso de la evolución muchas estructuras se han simplificado o han desaparecido como resultado de una mejor adaptación al medio. Por ejemplo, los animales cavernícolas suelen carecer de ojos y de pigmentación.
Quinta Ley
Desde el momento de la aparición de un grupo biológico hasta su extinción, no ha tenido interrupción en su existencia. Esto quiere decir que cualquier organismo procede de otro anterior y similar a él. Los “eslabones perdidos” no son más que esos pasos intermedios entre dos etapas en la evolución de un grupo y de los que no se han encontrado restos fósiles.
Sexta Ley
Cada especie ha llegado a la existencia coincidiendo en el espacio y en el tiempo con otra preexistente, estrictamente próxima. Esto quiere decir que lo mismo que existe una secuencia en el tiempo en cuanto a las diferencias entre los organismos, también la hay en el aspecto geográfico. Por lo general, especies emparentadas aparecerán también en áreas cercanas.
Séptima Ley o Ley de la Recapitulación
El orden de aparición de los representantes de un cierto tipo de animales se reproduce en las fases por las que pasa el desarrollo individual de los más recientes del mismo grupo. Esto quiere decir que, por ejemplo, el embrión de un mamífero va pasando por etapas en las que presenta diversas características de los grupos antecesores en su evolución: primero un equinodermo, luego un pez, más adelante un anfibio.
Los métodos anticonceptivos fisiológicos son 4: el DIU, los anticonceptivos hormonales, la interrupción voluntaria del embarazo y la esterilización.
El dispositivo intrauterino o DIU
El dispositivo intrauterino, o DIU, también conocido como “espiral”, es un elemento de pequeñas dimensiones que se inserta dentro del útero y que impide que el embarazo prospere.
Todavía no se conoce con total exactitud el mecanismo de acción del DIU. Sin embargo, al parecer, el DIU actúa como un cuerpo extraño dentro de la cavidad uterina, frente al cual la mucosa de este órgano reacciona mediante una inflamación que no ocasiona molestias a la portadora, pero impide que la célula huevo se implante.
La colocación del DIU es un procedimiento muy sencillo que lleva a cabo el especialista. No obstante, antes de recurrir a este método anticonceptivo, la mujer ha de someterse a un examen ginecológico, en el que se descartan diversos trastornos que podrían contraindicarlo, como infecciones, hemorragias o tumores.
El DIU no está indicado en todas las mujeres. En general, es más recomendable en las que ya han tenido hijos, porque lo toleran mejor. Sin embargo, hay una gran diversidad de modelos, algunos de ellos especialmente recomendados para mujeres que aún no se han quedado embarazadas.
Entre las ventajas del DIU destaca que es un método anticonceptivo de acción muy prolongada, ya que solo debe sustituirse cada dos a cinco años, que no actúa fuera del útero, a diferencia de los anticonceptivos hormonales, y que no es un método anticonceptivo irreversible, a diferencia de la esterilización. Por otra parte, el DIU obliga a las mujeres portadoras a someterse a controles ginecológicos periódicos y, en muy contados casos, da lugar a complicaciones de cierta gravedad. El DIU está considerado como el método anticonceptivo más eficaz, después de la esterilización y los anticonceptivos hormonales.
Los anticonceptivos hormonales
Los anticonceptivos hormonales son fármacos sintéticos de efectos similares a las hormonas, que inhiben la ovulación, la fecundación o el desarrollo del embarazo.
Los anticonceptivos hormonales más utilizados son los anovulatorios. Estos fármacos inhiben la ovulación, un proceso merced al cual, durante cada ciclo menstrual, un óvulo madura, se desprende del ovario y se introduce en la trompa de Falopio. Al inhibir este proceso, la fecundación resulta imposible.
Los anovulatorios contienen diversas combinaciones y dosis de sustancias de efectos similares a los estrógenos y la progesterona. Durante el ciclo sexual, la ovulación se produce por los efectos de dos hormonas que secreta la hipófisis, que son la FSH o foliculoestimulante, y la LH o luteinizante. Sin embargo, cuando los niveles de estrógenos y progesterona son muy elevados, como sucede cuando se producen la fecundación y el embarazo, estas hormonas se secretan en menor cantidad y, en consecuencia, la ovulación no tiene lugar. Los anovulatorios actúan de forma similar: mediante su administración se consiguen niveles elevados de sustancias de efectos similares a los estrógenos y la progesterona, de manera que las hormonas FSH y LH se secretan en menores cantidades de las normales, y por lo tanto no se produce la ovulación.
Además de inhibir la ovulación, los anovulatorios tienen otros efectos anticonceptivos, tales como hacer que las secreciones del cuello uterino resulten más infranqueables para los espermatozoides o modificar las características de la mucosa uterina, de forma que la implantación de la célula huevo sea imposible.
Existen diversos tipos de anovulatorios. Los más empleados son los anticonceptivos orales, también conocidos como píldoras anticonceptivas, que se administran por vía oral. La frecuencia de las tomas depende de su composición. La mayor parte se administran diariamente, durante los primeros 21 días de cada ciclo menstrual. Sin embargo, algunos se toman una sola vez al mes.
Los anovulatorios inyectables se administran mediante una inyección intramuscular y, según su composición, pueden administrarse una o varias veces al mes.
Otro tipo de anticonceptivo hormonal de uso relativamente común es la minipíldora, un fármaco que está compuesto por una sustancia de efecto similar al de la progesterona, y que se administra diariamente por vía oral. La minipíldora actúa alterando las características de las secreciones mucosas del cuello uterino, haciéndolas infranquebles para los espermatozoides.
Por último, otro anticonceptivo hormonal que se emplea con cierta frecuencia es el anticonceptivo poscoital, que se presenta en forma de comprimidos de composición similar a los anovulatorios, pero con un contenido superior de hormonas. Los anticonceptivos poscoitales no se administran de forma continua y regular, sino de forma excepcional, como una alternativa de urgencia, cuando se ha realizado un coito vaginal y no se han empleado otros métodos anticonceptivos o bien se sospecha que estos han fallado. En general, estos compuestos se deben tomar durante cinco días seguidos y solo son efectivos si comienzan a administrarse antes de que hayan transcurrido 24 horas tras haber realizado el coito vaginal. Estos compuestos actúan modificando las características de la mucosa uterina, impidiendo la implantación de la célula huevo.
Los anticonceptivos hormonales tienen la ventaja de no interferir en el juego sexual y de no requerir ninguna preparación especial para emplearlos. Además, constituyen el método anticonceptivo más seguro que existe después de la esterilización, y, a diferencia de esta, su efecto no es irreversible. Sin embargo, presentan algunos inconvenientes. En primer lugar, requieren la prescripción médica y un control ginecológico anual. Además, pueden causar algunos efectos secundarios, como náuseas, vómitos, aumento de peso, dolor de cabeza, crecimiento de vello o acné. Finalmente, los anovulatorios orales de administración diaria, que son los de uso más extendido, deben tomarse con regularidad, evitando los olvidos.
Por otra parte, los anticonceptivos hormonales están contraindicados en algunos casos, como ocurre ante la existencia de ciertos trastornos cardiovasculares o en mujeres fumadoras de más de 35 años de edad. Además, su uso no está recomendado durante la adolescencia, cuando el aparato genital femenino aún no ha completado su maduración.
La interrupción voluntaria del embarazo
La interrupción voluntaria del embarazo, o aborto inducido, consiste en aplicar diversos tipos de técnicas con el objetivo de evitar el desarrollo del embrión. El aborto inducido no es un método anticonceptivo, ya que no está dirigido a impedir la fecundación, la implantación o el desarrollo de la célula huevo, sino a imposibilitar que el embrión, ya formado, continúe desarrollándose. No obstante, la legislación de numerosos países occidentales lo contempla como un último recurso para evitar el nacimiento de un hijo no deseado.
Existen diversos métodos para realizar el aborto inducido. Los más empleados son la aspiración del contenido del útero mediante una cánula especial y el raspado quirúrgico, que se realiza con una cucharilla que se introduce en el interior de dicho órgano. Por otra parte, en algunos países se ha comercializado un fármaco, denominado RU-486, que se administra por vía oral e inhibe la acción de la progesterona, y que actúa frenando el embarazo y produciendo, a la vez, unas contracciones uterinas que ocasionan la expulsión del contenido de este órgano.
El aborto inducido, cuando se lleva a cabo de forma legal, en condiciones aceptables de higiene y por profesionales responsables, no suele dar lugar a complicaciones de importancia, aunque algunas mujeres experimentan una reacción depresiva que requiere una ayuda psicológica puntual. Sin embargo, cuando se realiza de forma clandestina e incontrolada, las complicaciones no son infrecuentes.
Esterilización
La esterilización es una técnica quirúrgica destinada a impedir la procreación, que puede practicarse en el hombre o en la mujer y que tiene efectos irreversibles.
La esterilización masculina, o vasectomía, es una intervención quirúrgica muy sencilla, que consiste en seccionar y ligar los conductos deferentes, que conducen los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra. En el individuo vasectomizado se mantienen la libido, la erección, la eyaculación y el orgasmo; pero su semen no contiene espermatozoides, de manera que no es capaz de fecundar un óvulo.
La esterilización femenina, o ligadura de trompas, es la intervención quirúrgica equivalente a la vasectomía, pero realizada en la mujer: consiste en seccionar y ligar las trompas de Falopio, por las que los óvulos descienden desde los ovarios hacia el útero. Al estar estos conductos bloqueados, la mujer ya no puede procrear, pero sus ciclos sexuales, menstruaciones, libido y orgasmos no se alteran.
La esterilización es un método anticonceptivo irreversible, y por ello se indica en personas que no desean tener más hijos o en mujeres de más de 35 años de edad, momento a partir del cual resulta cada vez de más riesgo el embarazo. Por otra parte, es el método anticonceptivo más eficaz: su índice de fallos es casi inexistente.
Los métodos anticonceptivos de barrera son aquellos que, mediante un mecanismo físico, impiden la unión del óvulo y el espermatozoide. Existen tres tipos.
Preservativo o condón
El preservativo o condón es una funda de látex que se coloca sobre el pene antes de realizar el coito, impidiendo que el semen entre en contacto con el aparato genital femenino.
El preservativo posee varias ventajas como método anticonceptivo. En primer lugar, es fácil de emplear, es relativamente económico y no requiere prescripción médica. Además, es un método relativamente eficaz para prevenir embarazos no deseados, especialmente si se utiliza conjuntamente con sustancias espermicidas. Por otra parte, es útil para la prevención de diversas enfermedades de transmisión sexual, como es el caso del SIDA. En general, está especialmente recomendado en las relaciones sexuales esporádicas y en los adolescentes.
El diafragma
El diafragma es una especie de gorro de látex que se coloca en el fondo de la vagina, cubriendo y obstruyendo la entrada del cuello uterino, y que impide que el semen se introduzca en el útero.
Los diafragmas no son desechables, sino que pueden usarse durante varios meses, hasta un máximo de dos años. Existen diversas medidas de diafragmas, que se adaptan a la anatomía de la mujer que los usa, y conviene que sea un especialista quien decida cuál es la medida adecuada para cada persona.
El diafragma es relativamente fácil de emplear y no interfiere en el funcionamiento normal del aparato genital femenino. No obstante, es conveniente que lo seleccione un especialista y que la mujer se someta a un control ginecológico con cierta periodicidad. En general, tiene las mismas ventajas, inconvenientes e indicaciones que el preservativo. Sin embargo, su eficacia es algo inferior, incluso cuando se emplea con espermicidas.
Las sustancias espermicidas
Las sustancias espermicidas son productos farmacéuticos que tienen la propiedad de inmovilizar o destruir los espermatozoides y que, tras introducirse en la vagina, impiden que estos se mantengan viables y penetren en el útero.
Las sustancias espermicidas, que se presentan en forma de óvulos, tabletas vaginales, gel, crema y aerosol, deben introducirse en la vagina entre algunos minutos y una hora antes del coito. Siempre debe leerse atentamente el prospecto del producto, ya que su forma de empleo y la duración de su efecto son variables. Por lo general, su efecto dura entre 30 y 120 minutos. Tras la eyaculación, debe dejarse pasar un espacio de dos horas, como mínimo, antes de lavarse la vagina, de manera que su efecto se mantenga el máximo tiempo posible.
Los espermicidas tienen la ventaja de ser completamente inocuos y de fácil manejo. La única desventaja que poseen es que, a veces, producen una sensación de quemazón, tanto en el varón como en la mujer. Su eficacia es mediana, pero muy buena cuando se usa conjuntamente con los preservativos, y buena cuando se emplea junto con el diafragma.
Los métodos basados en la continencia periódica se basan en evitar el coito vaginal durante los días del ciclo menstrual en que se podría producir la fecundación. En cada ciclo menstrual existe un período fértil durante el cual, de realizarse un coito, podría producirse la fecundación, y un período no fértil, durante el cual la fecundación no es posible.
Los óvulos sólo se mantienen viables hasta 24 horas después de la ovulación, y los espermatozoides sólo pueden sobrevivir hasta un máximo de 72 horas dentro del aparato genital femenino. Así, el período fértil comprende desde tres días antes de la ovulación hasta un día después de ésta, y dura, en total, cuatro días. Por el contrario, el período no fértil se inicia un día después de la ovulación y se extiende hasta tres días antes de la siguiente ovulación, comprendiendo un total de 24 días.
Los ciclos menstruales no duran siempre 28 días, y la ovulación no se produce en todos los casos el día 14 de cada ciclo. Por ello, en la práctica, al emplear estos métodos, el período de continencia o abstención del coito vaginal debe extenderse a unos 6 o 7 días, para garantizar un margen mínimo de seguridad.
Existen diversos métodos para establecer el período de continencia. El más empleado es el método del calendario, o método de Ogino, mediante el cual se puede predecir la fecha de la ovulación teniendo en cuenta las fechas de ovulación de los ciclos precedentes. Este cálculo se realiza apuntando, durante doce meses seguidos, la fecha del primer día de cada regla, considerándolo como el primer día del ciclo menstrual. Para establecer las fechas en que se puede producir el período fértil se resta 18 al número de días que ha durado el ciclo más corto y 11 al número de días que ha durado el ciclo más largo. La primera de las cifras obtenidas es la fecha del ciclo menstrual en que debe comenzar la continencia, y la segunda, la fecha en que acaba el período de continencia.
Otro método para establecer el período de continencia es el registro de la temperatura basal, que consiste en registrar la temperatura del cuerpo diariamente, y se basa en el hecho de que, durante la ovulación y en los días posteriores, la temperatura corporal se incrementa unas décimas por encima de la normal. También existe el método de Billings, que consiste en observar las características del flujo vaginal a lo largo del ciclo menstrual, y se basa en que en el momento de la ovulación el flujo vaginal es más abundante y líquido que en el resto del ciclo.
Estos métodos poseen la ventaja de ser naturales y resultar económicos, pero requieren un largo período de preparación y entrenamiento y una gran dosis de disciplina. Además, la abstinencia de coito vaginal durante períodos repetidos a menudo comporta trastornos emocionales. Por todo ello, su índice de fracasos es bastante elevado.
Michael Phelps nació en Baltimore (Maryland, Estados Unidos) el 30 de junio de 1985. En su ciudad natal cursó las enseñanzas primaria y secundaria. Practicó diversos deportes antes de decidirse por la natación, disciplina en la que comenzó a destacar a los 10 años. Su portentosa complexión, con 195 cm de talla y un desarrollo muscular excepcional, aportaban las condiciones físicas óptimas para una triunfal carrera deportiva.
En 2000, con solo 15 años se clasificó para participar en los Juegos Olímpicos de Sidney (Australia), donde adquirió experiencia en la alta competición. Al año siguiente (2001) logró su primer triunfo internacional: el oro en la prueba de 200 m mariposa en el Mundial de Fukuoka (Japón). En 2002, convertido ya en uno de los plusmarquistas más jóvenes de la historia, conquistó cinco metales en los Juegos Panpacíficos de Yokohama (Japón): tres oros (200 m estilos, 400 m estilos y 4×100 m estilos) y dos platas (200 m mariposa y 4×200 m libres), lo que consolidó su candidatura a favorito en el certamen mundial que se celebraría en Barcelona (España) el año siguiente.
Las expectativas se cumplieron y Phelps ganó seis preseas en el Campeonato del Mundo de Barcelona de 2003: cuatro oros (200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos y 4×100 m estilos) y dos platas (100 m mariposa y 4×200 m libres). No obstante, la definitiva consagración del nadador tuvo como escenario los Juegos Olímpicos de Atenas (Grecia) de 2004, en los que ganó ocho medallas: seis oros (400 m estilos, 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 4×100 m estilos y 4×200 m libres) y dos bronces (200 m libres y 4×100 m libres). Ese mismo año ingresó en la Universidad de Maryland, donde cursó la carrera de Deportes, publicidad y administración hasta 2008.
Conocido ya como “el tiburón de Baltimore”, el estadounidense volvió a brillar en el Mundial de Montreal (Canadá) de 2005, en el que obtuvo cinco oros (200 m libres, 200 m estilos, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) y una plata (100 m mariposa), así como en los Juegos Panpacíficos de Victoria (Australia) de 2006, donde conquistó cinco oros más (200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 4×100 m libres y 4×200 m libres) y otra plata (200 m espalda).
Su carrera de triunfos prosiguió de modo espectacular en 2007. Ese año, Phelps subió a lo más alto del podio del Mundial de Melbourne (Australia) para recoger siete oros. Correspondieron a las finales de 200 m libres, 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 4×100 m libres y 4×200 m libres.
Considerado ya el mejor nadador de la historia, Phelps despejó cualquier duda sobre su jerarquía al superar la legendaria plusmarca de su compatriota Mark Spitz (quien consiguió siete oros en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972). Así hizo el de Baltimore en los Juegos Olímpicos de Pekín (China) de 2008, donde venció en ocho pruebas: 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 200 m libres, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos.
Al año siguiente (2009) participó en el Mundial de Roma (Italia); allí conquistó cinco oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) y una plata (200 m libres). En 2010 obtuvo también cinco oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) en los Juegos Panpacíficos de Irvine (California, Estados Unidos).
Galardonado con el World Swimmer of the Year Award (Premio al nadador mundial del año) en seis ocasiones (2003-2004 y 2006-2009), siguió cosechando triunfos en 2011, con ocasión del Mundial de Shanghai (China), en el que conquistó cuatro oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×200 m libres y 4×100 m estilos), dos platas (200 m libres y 200 m estilos) y un bronce (4×100 m libres).
En 2012 y con 27 años cumplidos, Phelps anunció su retirada de la alta competición, tras participar en los Juegos Olímpicos de Londres (Reino Unido). En este evento puso colofón a su carrera con cuatro oros (100 m mariposa, 200 m estilos, 4×100 m estilos y 4×200 m libres) y dos platas (200 m mariposa y 4×100 m libres), de modo que su palmarés deportivo sumó 22 medallas olímpicas (18 de oro) y 33 mundiales (26 oros), con 37 plusmarcas mundiales batidas a lo largo de su carrera. Estas cifras que lo convierten en el deportista más laureado de la historia.
Juan Manuel Fangio nació el 24 de Junio de 1911 en la ciudad de Balcarce, provincia de Buenos Aires, Argentina. Es, sin duda, el mejor automovilista de velocidad de la historia de dicho país y uno de los mejores de la historia.
Tras su exitoso paso por el turismo de carretera, Juan Manuel Fangio comenzó en 1949 su excepcional carrera como piloto en pruebas de circuito, que lo convirtió en uno de los nombres esenciales de la historia del deporte argentino. Se puede asegurar que en muchos rincones del mundo el nombre de Argentina se oyó por primera vez asociado a los trofeos automovilísticos ganados por este campeón irrepetible. Debutó aquel año en Mar del Plata, donde consiguió su primera conquista. Meses más tarde, en San Remo, Italia, obtuvo su primer triunfo europeo.
Comenzó así su indiscutible hegemonía en la Fórmula 1, la más alta categoría de competencia automovilística internacional. En 1951, a bordo de un Alfa Romeo, ganó su primer título mundial, imponiéndose al italiano Alberto Ascari. El año 1954, con un Maserati primero y con un Mercedes Flecha de Plata después, ganó su segundo título, dejando en segundo lugar a otro gran piloto argentino: José Froilán González.
Al año siguiente, con el mismo modelo de vehículo, aventajó al británico Stirling Moss, uno de sus más enconados y persistentes rivales. En 1956 volvió a obtener la corona como piloto de Ferrari y al año siguiente, otra vez con Maserati, se consagró por quinta vez campeón del mundo, en una inolvidable faena en el circuito alemán de Nürburgring.
En 1958 se retiró de las competencias automovilísticas. Todavía a principios del siglo XXI seguía siendo el más ganador de los 22 argentinos que hasta entonces habían competido en Fórmula 1.
Se llama así a la adicción producida por el consumo de drogas, entendiendo a la droga como toda sustancia cuyo consumo actúa sobre el sistema nervioso modificando el sistema psíquico. Su abuso produce diversas consecuencias tóxicas agudas y crónicas como el estado de dependencia. Esta dependencia se genera por una adaptación psíquica y física cuando el consumo es reiterado, dado que de lo contrario provoca el síndrome de abstinencia. Con el tiempo se va produciendo la necesidad de ir aumentando los niveles de dosis para que el organismo alcance los efectos iniciales (tolerancia).
No todo consumo de una droga significa un problema. Pero como la adicción a una sustancia es un proceso el uso inicial puede fácilmente derivar en un abuso.
La drogadicción es considerada una enfermedad porque afecta los aspectos físicos, psicológicos y sociales del individuo, esto es a la salud en general. Sin embargo la decisión sobre el consumo y la responsabilidad del individuo son vitales tanto en el inicio como en el mantenimiento y posible tratamiento.
Se puede producir una sobredosis o intoxicación aguda cuando se introduce en el organismo más sustancia de la que este es capaz de metabolizar. Esto puede producir el estado de coma e incluso la muerte.
La clasificación de drogas más aceptada es la que las divide según el efecto que causan en el Sistema Nervioso Central. Así las sustancias se dividen en:
depresoras
estimulantes
perturbadoras
¿Cómo puede prevenirse?
Existen un conjunto de medidas encaminadas a evitar, reducir y/o retrasar el abuso de drogas o en caso de haberse producido reducir al mínimo las consecuencias negativas.
Existen varios Programas de prevención que persiguen ciertos objetivos.
Reduciendo la oferta de sustancias no evitamos el problema, para prevenir es fundamental la educación de los individuos para que puedan mantener relaciones responsables con las drogas y para que aprendan a enfrentarse a la vida y sus diferentes situaciones sin recurrir a ellas. Es por esto que la educación para la salud es imprescindible. La prevención se desarrolla principalmente en 4 ámbitos: familiar, escolar, laboral y comunitario, en ellos se pueden transmitir valores y actitudes para fomentar la prevención a través de distintos programas llevados a cabo por instituciones y profesionales con conocimientos específicos en el tema.
Los factores de riesgo se pueden dividir en 3 grandes grupos:
vinculados a la sustancia
vinculados al individuo
vinculados al ambiente o contexto social
Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina) http://www.msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48/134-drogadiccion#sthash.h54PTA1U.dpuf
El parto es un proceso fisiológico normal, mediante el cual se pone fin al período de gestación, y cuyo desenlace es la salida del feto y la placenta al exterior del organismo materno. Este proceso suele ocurrir unos 280 días después de producida la primera falta de menstruación.
El período del preparto
En el período de preparto se producen una serie de fenómenos que anteceden en unos días al inicio del parto. Uno de los más importantes es el encajamiento del feto, que coloca su cabeza en la parte más inferior de la pelvis, justo por encima del cuello uterino.
Otra circunstancia importante son las contracciones uterinas, que siguen siendo igual de intensas que en los últimos meses del embarazo, pero que se hacen más frecuentes. También forma parte del preparto la maduración del cuello uterino, merced a la cual esta parte del útero se dilata y ablanda, preparándose para dejar pasar al feto. Finalmente, la última señal del preparto suele ser la expulsión del tapón mucoso, que consiste en la expulsión, a través de la vagina, de una masa gelatinosa y amarillenta, que hasta ese momento estaba obstruyendo el cuello uterino.
El inicio del parto
Se considera que el parto se inicia cuando las contracciones uterinas se hacen lo bastante potentes, duraderas y frecuentes como para dilatar completamente el cuello del útero y expulsar el feto. Es decir, cuando se presentan las contracciones uterinas eficaces. Normalmente cada una de estas contracciones dura más de 40 segundos. Otra señal importante que indica que el parto se está iniciando es la rotura de la bolsa de las aguas, que consiste en la rotura de las membranas que envuelven el feto dentro del útero. Estas membranas, en consecuencia, son expulsadas a través de la vagina, acompañándose del líquido que contenían en su interior, que es transparente y, por lo general, muy abundante. Se recomienda que, ante cualquiera de estas dos circunstancias, la embarazada se presente en el hospital ya preparada para el parto.
Fases del parto
El parto propiamente dicho comprende tres fases: la fase de dilatación, la fase de expulsión y el alumbramiento.
Durante la fase de dilatación, el cuello del útero, canal que comunica la vagina con el útero, se dilata progresivamente, de forma que, al inicio de esta fase, suele tener unos 3 cm de diámetro, mientras que, al final de la misma, tiene unos 10 cm. Esta fase suele prolongarse durante unas cuatro horas, pero en las mujeres que tienen su primer hijo puede extenderse varias horas más; por el contrario, en las multíparas, que ya han vivido varios partos, puede ser significativamente más corta. En general, durante este lapso de tiempo, la parturienta suele permanecer en la sala de dilatación, próxima a la sala de partos.
Una vez completada la fase de dilatación, la parturienta es trasladada a la sala de partos y recostada en una camilla especialmente preparada para los trabajos de parto. Allí se inicia la fase de expulsión, durante la cual el feto se abrirá paso a lo largo del canal del parto, atravesando sucesivamente el cuello uterino, la vagina y la vulva.
En estos momentos, las contracciones uterinas duran unos 50 segundos y se presentan cada 2 o 3 minutos. Estas contracciones suelen resultar bastante dolorosas, pero existen maniobras para hacerlas más soportables y eficaces, como levantar la cabeza y pujar de forma acompasada y controlando la respiración. De todas formas, cuando no se puede controlar el dolor, suele recurrirse a la administración de anestesia.
Durante la fase de expulsión, el feto también debe realizar una serie de movimientos para atravesar con más facilidad el canal de parto. Así, al inicio, pliega la cabeza sobre su pecho y gira sobre su eje longitudinal, ofreciendo sus diámetros menores al pasar por los sitios más estrechos del canal de parto.
En la culminación de la fase de expulsión, o coronamiento, la cabeza del feto aflora por la vulva. En este momento suele realizarse una incisión transversal en la vagina, o episiotomía, para evitar que se desgarren los tejidos de la vulva. Seguidamente atraviesan la vulva la parte posterior del cráneo, la cara y el resto del cuerpo del feto.
La fase de expulsión suele comprender entre 40 y 90 minutos, pero el afloramiento del feto, a través de la vulva, se desarrolla, si no se presentan complicaciones, en solo unos segundos.
El alumbramiento, que es la última fase del parto, se inicia cuando el feto ya ha atravesado el canal de parto, y finaliza cuando la placenta y las membranas que envolvían el feto durante la gestación son expulsadas fuera del organismo materno. En general, ello ocurre al cabo de unos 3 a 10 minutos, y es provocado por las contracciones uterinas, que aún continúan, pero ya no resultan dolorosas, porque el útero se encuentra prácticamente vacío. Tras el alumbramiento, se sutura la herida de la episiotomía y se da por terminado el parto. Pese a ello, se recomienda que la mujer que ha dado a luz permanezca ingresada en el hospital durante 3 a 5 días. Sin embargo, cada vez son más cortos los períodos de hospitalización.