Independencia de países sudamericanos
Independencia de Colombia
La Guerra de Independencia de Colombia fue el conflicto que se libró durante el primer cuarto del siglo XIX para liberar a la tierra que hoy es Colombia, entonces conocida como Nueva Granada. Esta fue parte de las guerras de independencia hispanoamericanas, serie de luchas surgidas en América Latina debido a la invasión francesa de España en 1808, la cual fue parte de las guerras napoleónicas en Europa.
En 1819 un ejército republicano comandado por Simón Bolívar cruza las montañas que separan las provincias de Casanare y Tunja, y tras las batallas de Paya, Pantano de Vargas y Puente de Boyacá tiene vía libre para tomar el control de Santa Fe, ciudad a la que llega el 10 de agosto de 1819.
El movimiento independentista de Colombia está muy vinculado al de Venezuela, y su primera manifestación aconteció el 20 de julio de 1810, cuando, ante el cautiverio del rey español, Fernando VII, se constituyó una junta autónoma de gobierno que presidiría los destinos del territorio mientras el rey permaneciera cautivo.
En el Congreso celebrado en Nueva Granada se mostraban dos tendencias antagónicas, la centralista y la federalista, que añadirían conflictos internos a la amenaza exterior española.
Simón Bolívar logró arrebatar a los españoles los territorios de Cartagena, quien proclamó su independencia el 11 de noviembre de 1811, y Cundinamarca, el 16 de julio de 1813.
Sin embargo, el año 1814, traería novedades. Fernando VII fue repuesto en el trono español, e inició la reconquista de sus territorios coloniales.
Cartagena fue sitiada por el ejército realista, al mando del general Morillo, quien había desembarcado en Santa Marta, y pronto ocupó el territorio a pesar de que sus habitantes se resistieron heroicamente.
En noviembre de 1816, Morillo logró ingresar a Bogotá, pero los revolucionarios no se dieron por vencidos. Desde los llanos de Casanare, liderados por Santander, prepararon la contraofensiva.
Simón Bolívar logró burlar a Morillo y regresó a Nueva Granada, desde Jamaica, donde se había exiliado ante el fracaso de la revolución, al mando de un ejército compuesto por 3.200 hombres, logrando vencer en la batalla del Pantano de Vargas, el 25 de julio de 1819, luego de la hazaña del Cruce de los Andes, y luego, obtener una aplastante victoria en Boyacá, el 7 de agosto de 1819, contra las fuerzas de José María Barreiro. Esto le permitió ocupar Bogotá tres días más tarde, el 10 de agosto, cuando el virrey Sámano ya había dejado el mando, para huir.
Tras poner en el mando de Nueva Granada, con capital en Santa Fe de Bogotá, al general Francisco de Paula Santander, Bolívar se dirigió a Venezuela.
Desde fines de 1817, fue arribando a Angostura la Legión Británica en apoyo a la causa de Bolívar. El reclutamiento en Londres estuvo a cargo de Don Luis López Méndez. Entre los militares ingleses estaba el cuestionado coronel Wilson, de quiense dijo que era un espía español, pero la mayoría fueron hombres de gran valía, como el coronel Rook, quien debió ser amputado de una mano y murió como consecuencia de ese hecho, abrazando como propia la patria que lo vio morir.
El Congreso celebrado en Angostura, el 15 de febrero de 1819, antes de la batalla de Boyacá, ya había proclamado las bases para la independencia de Colombia, y para la Constitución, que fue sancionada en 1821. El 17 de diciembre de 1819, luego de los triunfos bélicos, el Congreso de Angostura declaró formalmente constituida la República de Colombia, ratificado posteriormente por un nuevo Congreso celebrado en Cúcuta, un año más tarde, comprendiendo el nuevo Estado, tres departamentos, que correspondían a las audiencias de Santa Fe y Quito, y a la Capitanía General de Venezuela, llamada la Gran Colombia, actualmente Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
El Presidente de la República fue Simón Bolívar, y el vicepresidente, Francisco Antonio Zea, que se había unido a Bolívar desde 1816, cuando fue expulsado de España junto con los franceses, a quienes había apoyado en la ocupación del trono español. Cada una de las regiones de la Gran Colombia adquirió su propia independencia a partir de 1830, terminando con el sueño de la Gran República de Bolívar.
Independencia de Ecuador
Ecuador integró, luego del año 1739, el virreinato de Nueva Granada, dejando de pertenecer al virreinato del Perú, del que había formado parte desde 1614. Estaba integrada por cuatro regiones, bastante autónomas, que no eran proclives a reconocer la autoridad del gobierno de Quito. La Sierra Norte, con su centro en la ciudad de Popayán, la Sierra Centro en torno a Quito, la Sierra Sur, bajo la influencia de la ciudad de Cuenca y la Costa centro- sur, con epicentro en Guayaquil.
Las nuevas ideas liberales surgidas a partir de la revolución francesa de 1789, hicieron nacer en la sociedad ecuatoriana los ideales de independencia al igual que en el resto de las colonias españolas en América. En 1791, el Dr. Francisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo, creó la Sociedad Patriótica de Amigos del País, para fomentar el progreso y la libertad de su patria.
La casa de doña Manuela Cañizares fue el escenario donde un grupo de patriotas organizó la Junta Soberana de Quito, apoyados por las fuerzas militares, a réplica de la Junta Central de Sevilla en España, para gobernar en nombre del rey español, cautivo de los franceses, como paso previo a su secesión. Presidía el organismo Juan Pío Montúfar Larrea, segundo marqués de Selva Alegre.
Era el 9 de agosto de 1809, y fue el primer grito de liberación que escuchó el terruño ecuatoriano, que ahora tenía un gobierno propio, aunque se constituía mientras recuperara el poder Fernando VII, y en contra de los enemigos, especialmente franceses. La Junta se atribuyó el derecho de deponer a la Audiencia, cuyo Presidente, don Manuel de Urriez, conde Ruiz de Castilla, recibió al día siguiente un oficio, notificándole que había sido depuesto en su función.
Sin embargo, la vida de la Junta fue efímera (sólo tres meses) ya que pronto reaccionaron los realistas, organizando sus tropas conjuntamente los virreinatos del Perú y Nueva Granada, y retomando el poder. Además, salvo en Guayaquil y Cuenca, la Junta no contó con el apoyo del interior. Esta primera etapa recibió el nombre de revolución quiteña. No tuvo éxito, y a fines de 1809, los dirigentes revolucionarios fueron condenados a muerte, destierro o prisión, cuando el virrey de Lima envió tropas al mando de Arredondo, quien ocupó el territorio e impuso un gobierno despótico.
Pero la semilla de la revolución ya había prendido, y a semejanza de la toma de la Bastilla francesa, los patriotas volvieron al ataque, y el 2 de agosto de 1810 asaltaron las prisiones para liberar a los presos del opresor gobierno español, y provocaron un caos generalizado pero sin lograr su propósito. Una centena de muertos fue el saldo de la heroica, pero temeraria acción. Sin embargo, tuvo un resultado positivo: se reunió una Asamblea el 4 de agosto con fines de pacificación.
Instituida una Junta Superior de Gobierno, bajo la presidencia de Ruiz de Castilla y bajo la subordinación del Consejo de Regencia, se inició un nuevo período de lucha esta vez conformando un ejército, que se dividió en tres direcciones. Al mando de Carlos Montúfar, las tropas tomaron rumbo al Sur, Pedro Montúfar, tío del anterior, se dirigió al norte, y el inglés Stevenson, hacia Esmeraldas.
El 11 de diciembre de 1811, el Congreso Constituyente declaró la liberación de España, y dictó su primera Constitución. Todos los esfuerzos fueron vanos, ya que los realistas al mando de Toribio Montes, lograron recobrar Quito el 8 de noviembre de 1812. Así finalizó esta primera etapa, conocida como Revolución Quiteña.
El 9 de octubre de 1820, en Guayaquil, se inició la segunda etapa independentista, cuando los patriotas destituyeron a los realistas, pero ahora con más fuerza y unidad. Las circunstancias eran otras: La batalla de Boyacá en 1819 había permitido la liberación de Nueva Granada. Gracias a la proeza sanmartiniana, Argentina y Chile ya eran libres y se preparaba la conquista de Perú.
Constituida una nueva Junta de Gobierno que declaró la libertad de España, aún faltaba el acuerdo sobre si se organizarían como Estado independiente o se anexarían a Perú, o a la Gran Colombia.
La zona de la sierra, sin embargo, volvería a ser tomada por los españoles. En mayo de 1821 Bolívar envió al general Sucre, con el fin de liberar la Real Audiencia de Quito, para anexarla a la Gran Colombia, pero el intento tuvo resultado negativo.
El 24 de mayo de 1822 se produjo la batalla de Pichincha, donde Sucre logró entrar a Quito, anexándose el territorio a la Gran Colombia, al que luego se agregó Guayaquil. La victoria patriota en Pichincha permitió la liberación de Quito y su anexión a la República de Gran Colombia, cuyo presidente era don Simón Bolívar. El Libertador posteriormente hizo su ingreso triunfal a Quito el 16 de junio de 1822.
En 1830 Ecuador logró conformarse como Estado independiente, siendo su primer mandatario el general venezolano Juan José Flores.
El 23 de septiembre de 1830 se reunió la Asamblea Constituyente. El nuevo país dictó su constitución dividiendo su territorio en tres departamentos: Cuenca, Quito y Guayaquil.
Independencia de Perú
Gracias al General Don José de San Martín y al apoyo de Simón Bolívar, Perú logró su independencia. Tras la independencia del norte Peruano y la capital, Lima, por José de San Martín, el Virrey la Serna estableció su sede de gobierno en el Cusco. Así, mientras la costa y el norte del Perú eran independientes, la sierra peruana y el Alto Perú seguían siendo realistas. La conclusión de la independencia del Perú vendría con la intervención de la Gran Colombia.
Luego de la Batalla de Pichincha, la Gran Colombia había eliminado la mayoría de los contingentes realistas en su territorio y la amenaza mayor pasó a ser el Perú, donde en la sierra se encontraba el último ejército realista superviviente y el gobierno del Protector José de San Martín había sentado los cimientos independizando Lima y el Norte Peruano. Simón Bolívar había logrado aprovechar la poderosa base de la Gran Colombia que le permitiría cerrar el proceso emancipador en el Perú que luego del impulso que significó las campañas de San Martín en Chile, lucía estancado en el Perú por los conflictos internos en que se sumergió el gobierno de la República del Perú, y más tarde, por la inestabilidad del protectorado tras la retirada de San Martín. Simón Bolívar sabía que el último reducto se encontraba en el Perú y que, si quería asegurarse la independencia, no podía ignorarse a los realistas acantonados en el sur peruano y Alto Perú.
En la entrevista de Guayaquil los dos libertadores trataron el tema de a quién correspondía la soberanía sobre la Provincia Libre de Guayaquil, pero más importante aún sería la solución para la independencia del Perú y cuál sería el sistema político que se instalaría: uno monárquico constitucional como deseaba San Martín, o Republicano como lo quería Bolívar. Pero siempre ambos sistemas independientes de España. La entrevista se saldó favorablemente para los intereses de la Gran Colombia que ratificó su anexión de Guayaquil. Ante el retiro del Protector y las desafortunadas derrotas militares durante el gobierno del presidente Riva Agüero, el congreso peruano decidió solicitar la intervención de Simón Bolívar. Bolívar ya había enviado primero al General Antonio José de Sucre, que mantuvo la autonomía de las agrupaciones militares de Colombia.
Bolívar acababa de liberar a Ecuador y ofreció colaborar con San Martín en el ataque a La Serna. Después de reunirse en Guayaquil los dos próceres, San Martín volvió a Lima, donde organizó un congreso constituyente. Al reunirse este el 20 de septiembre, San Martín renunció a su cargo de protector del Perú y marchó a la Argentina. José de la Riva Agüero fue designado primer presidente del Perú (1823).
Bolívar envió tropas colombianas, al mando del general Sucre, para ayudar a los partidos peruanos del general Andrés Santa Cruz. La lucha fue indecisa.
Cuando en 1823 Bolívar llegó a Lima, fue recibido con entusiasmo y proclamado libertador de Perú. Pero por causas de las diferencias existentes entre las fuerzas aliadas, los españoles ocuparon el Callao y Bolívar tuvo que retirarse a Trujillo, allí reorganizó sus tropas y avanzó hacia el sur, mientras Sucre derrotaba a La Serna en Junio (6 de agosto de 1824) y en Ayacucho (9 de Diciembre).
Esta fue la última gran batalla de la lucha. Las tropas de La Serna se desbandaron. Sucre avanzó sobre el Alto Perú y reunió una Asamblea en Chuquisaca, la cual declaró la independencia el 6 de Agosto de 1825, bajo el nombre de República de Bolívar, designando a éste Jefe supremo del nuevo Estado.
Bolívar redactó la Constitución en la cual es instituida la presidencia vitalicia, pudiendo el presidente designar a su sucesor.
Independencia de Bolivia
Mientras las tropas grancolombianas desembarcaban en el puerto del Callao bajo el mando del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz, que hasta poco tiempo antes había luchado en las filas realistas, llegó a compartir las ideas libertarias de José de San Martín y fue enviado a engrosar las tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú. En agosto de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa Cruz sale victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdez, el 25 de agosto de 1823.
El 6 de agosto de 1824 derrotó al ejército español del general José de Canterac con el coronel Manuel Isidoro Suárez en los campos de Junín. Esta victoria constituye sobre todo, el paso previo para el triunfo final en la batalla de Ayacucho. Los jefes españoles, Canterac, Valdés y De La Serna, reunidos en el Cuzco, decidieron reorganizar sus fuerzas y salir al encuentro de los vencedores de Junín.
El 18 de mayo de 1826 Bolívar firmó en Lima un decreto de reconocimiento de la independencia de Bolivia por parte del Perú.
Mediante un decreto la Asamblea determinó que el nuevo Estado llevaría el nombre de «República Bolívar», en homenaje al Libertador, designado «Padre de la República». Se le concede también el supremo poder ejecutivo en forma vitalicia, con los honores de Protector y Presidente. Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación del cargo, designando al general Antonio José de Sucre.
Pasado un tiempo se volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino llamado Manuel Martin Cruz, dijo que al igual que «de Rómulo viene Roma», «de Bolívar vendrá Bolivia».
Bolívar al enterarse de esta noticia se sintió halagado por la joven nación.
Bolívar, hasta ese momento, no aceptaba de buen grado la independencia de Bolivia, debido a que le preocupaba su futuro, ya que Bolivia se encuentra en el centro de Suramérica, y esto, según Bolívar, supondría que sería una nación acosada y que afrontaría futuras guerras, cuestiones que se cumplieron.
Bolívar deseaba que Bolivia formara parte de otra nación, preferentemente Perú, pero lo que le convenció profundamente fue la actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La Paz, hubo una manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta expresión tan ferviente de la población conmovió a Bolívar, quien llamó su «hija predilecta» a la nueva Nación.