La política
Personas y libros que lo inspiraron
En la biblioteca paterna, Simón encontró las Comedias de Calderón de la Barca y las Vidas Paralelas de Plutarco, uno de los autores que llegaría a reconocer entre sus preferidos; en sus páginas leería las biografías de los hombres ilustres y de los héroes militares de la antigüedad griega y latina. También tuvo a mano los trece volúmenes de las Ordenanzas militares, el Teatro Crítico Universal del Padre Feijoo, los sermones de Bossuet y los quince tomos del Espectáculo de la Naturaleza del abate Pluche.
El Libertador se hace conocer mucho en relación con la Literatura, era una persona que leía mucho y esas lecturas pudieron influir significativamente en la personalidad de Bolívar, comenzando por Voltaire, Rosseau y Montesquieu, franceses de nacimiento. Especialmente le agradaban las lecturas de Voltaire Y Rosseau, a veces consideraba la de Montesquieu muy agresiva. Leía también lecturas e ilustraciones de la Revolución francesa, a veces leía obras en francés, sin necesidad de buscar traducción. Ese amor por la Literatura no lo obtuvo en una edad madura, sino que ya desde la adolescencia le encantaba leer todo tipo de publicaciones y lecturas, que poco a poco lo fueron formando e influyendo en su personalidad. En su manera de expresarse, nombraba en forma espontánea a autores y obras precisas, especialmente de la época clásica (romana y griega).
Viajes de exploración y concertación
En 1801 viaja a Francia, y logra presenciar la renaciente República de Francia en manos de Napoleón Bonaparte, quien eliminó completamente la Oligarquía, a través de la Revolución francesa. Al mismo tiempo recibió una noticia de mucho interés personal, pues el Marqués de Ustáriz le anunció en una carta el consentimiento de don Bernardo Rodríguez para su boda con María Teresa Rodríguez.
Después de perder a su esposa, Bolívar regresó a España con su tutor y amigo, Simón Rodríguez, en 1804. Mientras en Europa presenció la proclamación de Napoleón Bonaparte como Emperador Francés y después asistió a la coronación de Napoleón como rey de Italia en Milán. Bolívar perdió respeto por Napoleón, a quien él consideró un traidor a las ideas republicanas. Bolívar junto a Simón Rodríguez van juntos a Italia, y cruzan a pie la Saboya. En Roma, un día de agosto de 1805, en el Monte Sacro, Bolívar jura en presencia de su maestro no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta que hubiera logrado libertar al mundo Hispanoamericano de la tutela española. De nuevo se separan Bolívar y Rodríguez. El primero, poco más tarde, asciende al Vesubio en compañía del Barón de Humboldt y de otros científicos. Bolívar regresa a París, en donde se afilia a una logia masónica. A fines de 1806, conocedor de los intentos realizados por el Precursor Miranda en Venezuela, Bolívar considera que ha llegado el momento de volver a su patria. Se embarca en un buque neutral que toca en Charleston en enero de 1807; recorre una parte de los Estados Unidos, y regresa a Venezuela a mediados del mismo año. Vive ahora como un joven aristócrata, atento al fomento de sus haciendas, y en 1808 sostiene un sonado pleito con Antonio Nicolás Briceño por los linderos de una de ellas; pero piensa siempre en el porvenir del país. En las reuniones que él y su hermano Juan Vicente celebran con sus amigos en la quinta de recreo que poseen en Caracas a orillas del río Guaire, se habla de literatura, pero también se hacen planes para la Independencia de Venezuela.
Ese año, la junta de Caracas declaró su independencia de España y Bolívar fue enviado a Inglaterra con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática. Bolívar regresó a Venezuela y el 3 de junio de 1811, dio su discurso en favor de la independencia americana a la Sociedad Patriótica. El 13 de agosto, fuerzas patriotas bajo el comando de Francisco de Miranda lograron una victoria en Valencia.
En 1808 Napoleón instaló a su hermano, José, como rey de España. Esto instigó una gran revolución popular en España conocida como la Guerra Peninsular. En América, como en España, juntas regionales se formaron para luchar contra el nuevo rey. A diferencia de las juntas españolas, las juntas americanas lucharon contra el poder del rey, no sólo la persona de José Bonaparte.
Llega el 19 de abril de 1810. La Junta establecida ese día nombra a Bolívar, en compañía de Luis López Méndez y de Andrés Bello, comisionado ante el Gobierno Británico. Cumplida su misión, Bolívar regresa de Londres a fines del mismo año. En Inglaterra ha visto el funcionamiento práctico de las instituciones. En el seno de la Sociedad Patriótica de Caracas es uno de los más ardientes abogados de la Independencia, que el Congreso proclama el 5 de julio de 1811. Bolívar se incorpora al Ejército, y con el grado de Coronel contribuye en 1811, bajo las órdenes de Miranda, al sometimiento de Valencia. En 1812, a pesar de grandes esfuerzos, no logra evitar que la plaza de Puerto Cabello, de la cual era comandante, caiga en poder de las fuerzas realistas por una traición. A mediados de 1812, el General Miranda capitula ante el jefe español Domingo de Monteverde. En el puerto de La Guaira un grupo de oficiales jóvenes, entre los cuales figura Bolívar, deseosos de continuar la lucha, arrestan al infortunado Precursor. Pero todos los esfuerzos son inútiles. Bolívar logra salvarse gracias a la hidalguía de un amigo suyo, don Francisco Iturbe, quien obtiene un pasaporte para él. Se traslada a Curazao, y luego a Cartagena de Indias, donde redacta y publica su "Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño", uno de los escritos fundamentales, en el cual expone ya su credo político, así como los principios que habrán de guiar su acción en los años futuros.
Comienzan entonces sus fulgurantes campañas militares, en las cuales alternarán victorias y reveses hasta 1818, y a partir del año siguiente predominarán los triunfos. A la cabeza de un pequeño ejército, limpia de enemigos las márgenes del río Magdalena, toma en febrero de 1813 la Villa de Cúcuta, e inicia en mayo la liberación de Venezuela. La serie de combates y de hábiles maniobras que en tres meses le condujeron vencedor desde la frontera del Táchira hasta Caracas, a donde entró el 6 de agosto, merecen en verdad el nombre de Campaña Admirable con que se les conoce. A su paso por Trujillo, en junio, había dictado el Decreto de Guerra a Muerte, con el objeto de afirmar el incipiente sentimiento nacional de los venezolanos. Poco antes, a su paso por la ciudad de Mérida, los pueblos le habían aclamado Libertador, título que le confieren solemnemente en octubre de 1813 la Municipalidad y el pueblo de Caracas, y con el cual habrá de pasar a la historia.