Sacerdote constituyente

Manuel Villarán Loli fue un destacado clérigo y político peruano que dedicó su vida al servicio público y al activismo social. Su incansable labor como sacerdote católico lo llevó a ser elegido diputado y se convirtió en un influyente actor político y social de su época. Su legado perdura como un ejemplo de integridad e idealismo y dejó una huella imborrable en la historia del Perú.

Escudo Nacional del Perú.

1800

Ingresó al Seminario de Santo Toribio en Lima.

1808

Obtuvo el grado de bachiller en Cánones en la Universidad de San marcos.

1815

Logró el doctorado en Sagrada Teología en la misma universidad.

1820

Alcanzó el doctorado en Leyes y fue ordenado sacerdote.

1821

Participó en la firma del Acta de la Declaración de la Independencia en su calidad de profesor de San Marcos.

1824

Fue designado como miembro de la comisión para redactar el estatuto de la universidad de Trujillo y recibió la medalla cívica por sus servicios a la causa libertadora.

1833

Fue elegido diputado constituyente por Huaylas.

1839

Presidió el Congreso General de Huancayo, que ratificó la Constitución de 1839.

AMISTAD CON LOS LIBERTADORES

La amistad de Manuel Villarán Loli con Simón Bolívar y José de San Martín fue un lazo histórico que se consolidó durante la lucha por la independencia de América del Sur. Durante este período, estableció estrechos lazos con Bolívar y San Martín, quienes eran reconocidos como los principales líderes independentistas de la región. Villarán fue un leal colaborador de San Martín y también mantuvo una buena relación con Bolívar, su amistad se basaba en su compromiso compartido con la independencia de América del Sur y la creación de naciones soberanas y democráticas en la región. La amistad entre estos tres personajes fue un ejemplo de generosidad, respeto y patriotismo que dejó una huella profunda en la historia de América del Sur.

¿Sabías qué?
Manuel Villarán Loli fue el líder inaugural de la Convención Nacional del Perú, un órgano constituyente que se estableció en Lima el 12 de marzo de 1834. Villarán encabezó la primera sesión y después fue seleccionado de forma unánime para presidir la convención, cuyo propósito era elaborar una nueva constitución y calmar la situación política del país. A pesar de esto, su gestión fue breve ya que tuvo que hacer frente a la oposición de los militares y la amenaza de una invasión boliviana. Finalmente, renunció a su cargo el 12 de abril de 1834, siendo sucedido por Tomás Diéguez de Florencia.