Un trabajo realmente impecable, cada una cumple su función y juntas consiguen fabricar un alimento dulce muy saludable. Ellas son las abejas que elaboran miel; luego el hombre por medio de la apicultura la extrae para comercializarla. ¿De qué se trata esta técnica? Con lujo de detalle te explicamos cómo se lleva a cabo este procedimiento.
La apicultura es el arte de criar las abejas manteniéndolas en un ambiente apto para su óptimo desarrollo. Posteriormente se lleva a cabo la cosecha de la miel o de otros productos que se pueden obtener a partir de este procedimiento.
Para convertirse en un apicultor es necesario instruirse sobre la biología de las abejas, el correcto funcionamiento de las colmenas modernas y las posibles enfermedades que pueden padecer. Además se debe saber en qué momento es conveniente realizar la extracción y qué cantidad. De este modo se evitará perjudicarlas.
Generalmente durante la primavera y verano los apicultores realizan tareas de control de la población y extraen miel. Cuando llega el invierno o la estación de receso llevan a cabo la preparación del material de madera, para la temporada que viene en donde alojarán las nuevas familias. Además verifican las condiciones sanitarias de la colmena para evitar plagas.
Actualmente se trabaja con colmenas artificiales las cuales son muy variadas y han ido evolucionando con el tiempo. Las primeras que se utilizaron eran rusticas y estaban construidas con troncos huecos o cestos de mimbre; con el tiempo se fue expandiendo el uso de diferentes tipos de cajas de madera, más prácticas y manejables, dentro de las cuales se encuentran los panales.
Para poder llevar a cabo esta actividad, es fundamental la utilización de trajes especiales para protegerse de las posibles picaduras. Además, son necesarias otras herramientas para poder extraer los productos sin generar daño en la colmena.
Elaboración y extracción de la miel
Las protagonistas de la elaboración de la miel son las abejas, ellas extraen el néctar de las flores, le adicionan enzimas existentes en su organismo y, dentro de su cuerpo, lo transforman en miel. Luego, lo depositan en los paneles donde la almacenan.
La época de mayor producción es durante el verano. La miel que acumulan en ese tiempo la emplean para sobrevivir en las temporadas de frío y para alimentar a sus crías.
Los apicultores se ocupan de extraer la miel que se acumula dentro de los panales. Para esto adormecen a las abejas con un ahumador para luego quitarlas con un cepillo y evitar picaduras. Los panales cosechados los introducen dentro de un cajón, previamente preparado, con la piquera cerrada.
En segundo lugar, dentro del ambiente donde se cosecha, extraen los panales del cajón y desoperculan los marcos, es decir quitan la cera; este procedimiento lo llevan a cabo con un cuchillo especial. De este modo, rompen en forma superficial las celdillas de los paneles con miel dejando lista su extracción para el próximo paso.
Finalmente, colocan el cuadro de miel dentro de una centrífuga donde la misma es extraída por centrifugación (giros a gran velocidad). Este sistema es ideal porque no altera las propiedades de la miel.
Otro procedimiento es por presión, consiste en comprimir el panal en caliente. Si bien se consigue extraer mayor cantidad de miel, se pierden muchas sustancias beneficiosas.
Una vez extraída totalmente toda la miel, los panales son cargados nuevamente en el cajón vacío y devueltos inmediatamente, en igual cantidad, a las colmenas.
La miel cosechada es filtrada para eliminar impurezas y sometida a un choque térmico para hacerla más fluida.
El correcto cumplimiento de estos pasos es fundamental para que la miel no pierda sus nutrientes y propiedades alimenticias y medicinales.
Las abejas en su origen fueron avispas que dejaron de llevar a cabo actividades depredadoras para dedicarse al cuidado de las crías y al aprovisionamiento de polen y miel.
Actualmente estos insectos viven en grandes sociedades llamadas colonias. Tienen una organización impecable, cada abeja realiza su función de acuerdo a su edad y desarrollo físico. Dentro de la colonia encontramos diferentes castas:
• Abejas obreras
Son abejas hembras que constituyen la mayoría en la colonia. Se dedican exclusivamente a trabajar.
• Abejas zánganos
Son abejas macho que cumplen la función de fecundar a la abeja reina. Dado que no poseen aguijón no pueden alimentarse por sus propios medios y dependen de las obreras.
• Abeja reina
Por colmena se encuentra una sola reina. Nace de huevos que recibió cuidados reales y para asegurar ser la única en la colonia mata a sus competidoras. Si nace otra abeja reina compiten a muerte. Cumple la función de poner huevos, vive cerca de los 4 años y puede llegar a poner hasta 200.000 huevos en toda su vida.
La miel
• Se compone de varios tipos de azúcares, siendo los dos más predominantes la fructosa y la glucosa; por eso constituye una importante fuente de energía.
• Cuenta con propiedades terapéuticas antisépticas y antimicrobianas. Es por esto, que se la utiliza en cosmética para la elaboración de cremas y ungüentos para la piel con acción humectante y cicatrizante.
• Tiene sales minerales de fácil asimilación como: potasio, calcio, hierro, fósforo, magnesio, manganeso y cobre.
Equipo de protección
Los apicultores emplean un equipo de protección especialmente diseñado para su labor. En particular las abejas africanizadas son muy defensivas y pueden picar al ver amenazada su colonia. Por eso, el equipo que emplean los apicultores para trabajar con abejas europeas no sirve para las africanizadas.
Las partes del equipo de protección para abejas africanizadas son:
VELO
Sirve para proteger la cara y la cabeza, consta de una careta cubierta con un mosquitero que permite ver sin dificultad. El resto puede estar confeccionado por diferentes materiales desde una trama de hilo cañamo hasta una manta.
OVEROL
Es un vestido de una sola pieza, el pantalón va unido a la parte superior. Generalmente son de color claro porque la ropa de color oscura les molesta a las abejas.
GUANTES
Están realizados con cuero liso y suave.
BOTAS O ZAPATOS ALTOS
Sirve para proteger los pies los cuales también pueden ser atacados por las abejas.
La meliponicultura es la crianza de las abejas sin aguijón. Éstas pertenecen a la tribu Meliponini, nativas de América. Se estima que el número de especies es de alrededor de 300 y se encuentran distribuidas desde México hasta el norte de Argentina. Esta práctica no se denomina apicultura porque este término sólo se emplea en el caso que se críen abejas del género Apis.
La extracción de la miel difiere de la que se da en la apicultura, que trabaja siempre con panales. En la meliponicultura las abejas acopian miel en ánforas, éstas han de ser necesariamente rotas o trituradas para extraer el producto.
Estructura de la colmena
Como ya vimos, la colmena es el lugar donde habita la colonia de abejas. Se encuentra poblada durante todo el año por miles de abejas y una sola reina. Si bien existen diferentes tipos de colmenas las mismas cuentan con:
Techo
Cubre la colmena y se puede abrir fácilmente para verificar periódicamente su estado.
Tapa
Son cajas con panales donde se sitúa la miel elaborada por las abejas.
Alza melaría
Es un cuadro destinado a la acumulación de la miel. Tiene el mismo tamaño que la cámara de cría para facilitar el intercambio.
Cámara de cría o alza inferior
Es un cajón donde se sitúan los cuadros, se coloca la reina y los estados inmaduros (huevo, larva y pupa). En ella cuelgan 10 cuadros en forma longitudinal uno al lado del otro y en los que las abejas construyen sus panales de cera para criar y para reservar polen y miel.
Entre la cámara de cría y el alza se puede colocar la rejilla excluidora, que consiste por lo general, en un marco de madera y una rejilla de alambre galvanizado. Esta rejilla se coloca con el fin de impedir que la reina suba a poner huevos al alza de la miel.
Piso
Es el soporte de la colmena, consta de una piquera que es la entrada de la colmena con guardapiquera regulable (con una entrada más amplia para el verano y más pequeña en invierno). La función del guardapiquera es proteger el interior de la colmena del frío y del pillaje de abejas de otras colmenas.
Productos de la apicultura
Del trabajo de las abejas también se pueden obtener otros productos, a saber:
Polen
Las abejas extraen el polen de las flores y forman pequeñas bolas con él. Luego lo almacenan en sus panales, en pequeñas celdas especialmente dedicadas a este fin. El polen es rico en proteínas (casi todos los aminoácidos esenciales), y es fuente de vitaminas, minerales e hidratos de carbono. Además de nutrir y aumentar la actividad enzimática, esencial para el buen funcionamiento del metabolismo, equilibra el pH de la sangre y aumenta la hemoglobina, por lo que es un buen regenerador sanguíneo. Sin embargo, es un desencadenante para muchas personas que tienen alergias y asma.
Propóleo
El propóleo es una sustancia resinosa empleada por las abejas para cubrir y proteger la colmena. Es antibacteriano, antiviral, inmunoestimulante, antiinflamatorio, cicatrizante y ligeramente analgésico. La clave de todas sus propiedades se encuentra en los flavonoides; es decir, en unos compuestos que se encuentran en todas las plantas -existen más de 300 variedades- y de los que se sabe que son unos importantes regeneradores del daño celular vegetal debido a sus propiedades antioxidantes.
Jalea Real
La Jalea Real es un líquido de aspecto viscoso, de color blanco cremoso sumamente nutritivo, secretado por las glándulas hipofaringeas localizadas en la cabeza de las abejas nodrizas. Este producto está indicado específicamente para mejorar el sistema óseo-articular, el sistema genital y la regeneración celular.
Cera
La cera se encuentra en los panales, es una grasa segregada por las glándulas de las abejas obreras jóvenes. Desde hace siglo se la ha utilizado para hacer velas o como elemento de combustión. En cosmética, se la emplea en forma de cremas o de ungüentos, debido a las propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes. También es un excelente producto depilatorio.