Las artes marciales constituyen una práctica milenaria que se remonta a más de 4.000 años en el caso de las más antiguas, y que con el tiempo fueron perfeccionándose o adaptando a nuevas formas tanto en oriente como en occidente. Si bien existe una amplia variedad de estilos y escuelas en todo el mundo, las une un denominador común: la violencia física no aparece como algo desordenado y belicoso, sino que se trata de un sistema coherente y codificado cuya finalidad no es solamente la protección personal, sino también la salud o la disciplina mental.
Origen
Hablar del origen de las artes marciales resulta complejo en función de que su denominación hace referencia a “artes militares” y, por lo tanto, se remonta a los orígenes de la humanidad. Sin embargo, sí se puede hablar de cuales son aquellas sobre las cuales hay un registro histórico que haga referencia a su práctica desde tiempos milenarios. En Egipto existen jeroglíficos que datan de 2.000 años a.C. haciendo referencia a la práctica de la lucha, además de una práctica antiquísima para homenajear a los faraones llamada Tahtib. Se cree que la base del estilo de lucha fue luego adoptado por griegos y romanos para sentar el estilo de la lucha grecorromana. Además de egipcios, existen registros en la región mesopotámica y el continente africano que hacen referencia al uso de armas como la lanza y distintas técnicas y táctica de peleas, de las cuales la más célebre es la capoeira, que luego fue adoptada y perfeccionada por los esclavos en el continente americano.
Por otro lado, la base de las artes marciales en Asia tiene su epicentro en India y China, donde ambas culturas complementaron sus conocimientos y de forma progresiva dieron lugar a una expansión que ocupó todo el continente asiático. En el caso de la India se habla del Vajramushti, que con su estilo (que se remonta a miles de años antes de Cristo) influenció algunas prácticas del taoísmo y dio lugar al germen de las artes marciales más importantes de China y Japón, además de la región de Indochina.
El Pankration o Pancracio griego representa otra de las influencias en la creación de las artes marciales. Puesta en práctica en los Juegos Olímpicos antiguos del 648 a.C., consiste en una disciplina violenta que combinaba al boxeo y la lucha con llaves, golpes y distintas técnicas de rotura y dislocación. Lo único que se encontraba penalizado era morder y meter los dedos en los ojos, la nariz y la boca del oponente. La adopción del estilo y algunas de las técnicas que caracterizaron a esta disciplina fueron implementadas en las tierras conquistadas por Alejandro Magno, formando parte del Vajramushti indio que luego sería adoptado por los monjes en China con el wushu.
Entrenamiento
El rasgo más característico en la práctica del entrenamiento de las artes marciales es el uso de distintas técnicas que son llevadas a cabo en una cadena de formas que son ejecutadas minuciosamente. Tal es el caso del kata en el caso del karate, el aikido o el judo; o el hyeong en el caso de artes marciales como el taekwondo o el tang soo do. Estas formas son evaluadas y, además de su aplicación práctica, también cuentan con movimientos que tienen una finalidad estética y simbólica. La dificultad de las formas es progresiva y acorde al nivel en el que se encuentra el practicante del arte marcial.
La aplicación de algunas de las técnicas se puede ver en el sistema de lucha simulada, que se puede realizar con un compañero o en parejas. Tradicionalmente se denomina sparring a esta práctica que se utiliza en un amplio abanico de artes marciales, pero que puede adquirir otra denominación como, por ejemplo, randori en el caso del jujitsu o el judo. Las formas en que se realiza este combate simulado pueden variar en cada arte marcial, pero no se modifica el hecho de ser relativamente “libre” y contar con una serie de reglas donde tiene relieve el aspecto educativo.
En todo caso, en un entrenamiento de artes marciales siempre se busca privilegiar distintos planos del individuo, abarcando el aspecto físico, mental y espiritual; sobre todo en aquellas que están influenciadas por el shaolin y el budismo Chan, donde el respeto es parte fundamental del ejercicio y la ejecución de las técnicas.
Esto lleva a que el entrenamiento no sea solamente una búsqueda de mejorar la actividad fisiológica del organismo, sino también el aspecto moral y ético, además de la búsqueda de la iluminación a través de un camino –el concepto de “Do”- que es la meta final que debe aplicarse en la vida diaria.
En el entrenamiento es fundamental la instrucción del sensei o maestro, que es quien define las actitudes de su dojo. Si el sensei resulta agresivo en su enseñanza, sus alumnos tendrán un carácter o afinidad agresiva.
Beneficios para la salud
• El elemento fundamental para entender la validez de las artes marciales como ejercicio físico es el movimiento. La ejercitación de ligamentos, tendones, articulaciones y distintos músculos del cuerpo dan elasticidad y flexibilidad, optimizando el soporte de la estructura corporal.
• Los trabajos de respiración que complementan el trabajo que se hace en algunas artes marciales ayuda a que la sangre fluya de forma oxigenada por todas las ramificaciones del cuerpo.
• Además, la correcta respiración favorece una irrigación adecuada del cerebro, siendo un elemento fundamental para mantener una mente despejada.
• El desplazamiento corporal y las contorsiones facilitan el trabajo de los órganos.
• Mejoran notablemente la tonicidad muscular, permitiendo que el porcentaje de grasa sea el adecuado para el cuerpo.
• El entrenamiento lleva a ampliar el rendimiento físico maximizando la capacidad aeróbica e incrementando la fuerza muscular.
• La práctica de las artes marciales con regularidad dan lugar a un efecto positivo en el estado de ánimo, destacándose por su potencial antidepresivo.
• A diferencia de otras competencias donde se privilegia la competencia y la necesidad de ganar, en las artes marciales tradicionales se hace más énfasis en el autoconocimiento, el mejoramiento y el control de uno mismo.
• La práctica de artes marciales reduce rasgos negativos y potencia los positivos, siendo un importante antidepresivo y reduciendo ansiedad, hostilidad y agresividad. Además ayuda a aumentar la autoestima, la autosuficiencia y la independencia de quien practica la actividad.
• En aquellas que hacen mayor énfasis en la respiración se disminuye el estrés de forma tan o más efectiva que la terapia o las pastillas.
• Además de las propiedades físicas positivas, en el caso de los niños ayuda a fomentar el compañerismo, el respeto y la integración grupal.
Para todos los gustos
Elegir un arte marcial para ejercitarse resulta una elección que depende de la finalidad que busca cada persona con la práctica. No es el gusto lo que determina la elección sino también la forma en que uno desea ejercitar el cuerpo y la mente, que tiene mucho que ver con las motivaciones personales y la guía del maestro en la tarea. El hecho de que la práctica de las artes marciales no sea la elección de un deporte, sino también una forma de vida con sus propios códigos, hace que elegir una actividad requiera un exhaustivo análisis.
En este apartado veremos algunas de las más elegidas en función de las necesidades y el ritmo buscado, teniendo en cuenta generalidades ligadas al movimiento y las exigencias. Es por ello quizá indispensable observar cuales han sido reconocidas como deporte en competencias oficiales, cuales tienen un contenido filosófico más tradicional y cuales hacen hincapié en el contacto físico de forma enérgica.
Artes marciales deportivas
Karate
Su nombre completo es karate-do que quiere decir “El camino de la mano vacía” y sus practicantes se llaman karatekas. Su amplia popularidad se debe en parte al balance en la utilización del cuerpo, que es considerada la única arma de defensa. Su desarrollo se remonta a cientos de años antes de Cristo, pero su perfeccionamiento y denominación como karate se dio a comienzos del siglo XX en la región de Okinawa, en Japón. Su práctica abarca varias especialidades, con el uso de patadas, puños, golpes de mano abierta, proyecciones, barridos, luxaciones e inmovilizaciones. Además, se atacan puntos vulnerables y vitales que pueden resultar letales. Existen varias especialidades, pero las más reconocidas son el Shotokan (que es el estilo más tradicional y fue fundado por Gichin Funakoshi), el Shotokai de Shigeru Egami, el Shito Ryu de Kenwa Maguni, el Goju Ryu de Chojun Miyagi y el Wado Ryu de Hironori Otsuka.
Tae Kwon Do
Su nombre quiere decir algo así como “El camino del pie y la mano” y se originó en Corea a partir de una de las figuras fundacionales de las artes marciales en oriente: Bodhidharma. Sin embargo, el nombre tae kwon do fue recién implementado a mediados del siglo XX en reemplazo del nombre de su predecesor, el taekkyon. A grandes rasgos el tae kwon do se encuentra dividido en ITF (Federación Internacional de Tae Kwon Do) y WTF (Federación Mundial de Tae Kwon Do) y, más allá de las diferencias en la práctica del arte, presentan grandes similitudes en las técnicas realizadas. La popularidad deportiva del estilo WTF por la realización de campeonatos internacionales impulsó que esta práctica formara parte de los Juegos Olímpicos a partir del año 2000. Si bien se trata de un arte marcial focalizado principalmente en el uso de las piernas por sus patadas, también se utilizan puños y codos, para ejecutar técnicas que se asemejan a las técnicas de puño del karate.
Tai Chi Chuan
Se trata de un arte taoísta que lleva a integrar distintas técnicas para cultivar el cuerpo, la mente y el espíritu. Quiere decir “El boxeo supremo” y su origen se remonta al siglo XVII en China cuando la figura de Chen Wang Ting, un oficial del Ejército Imperial Ming, decidió sistematizar un método de lucha que pusiera énfasis en la suavidad y la absorción. Sin embargo este origen como arte marcial para la lucha cuerpo a cuerpo, armada o desarmada, ha dado paulatinamente mayor lugar a beneficios saludables para la salud a través de la meditación. Inicialmente se utilizan ejercicios de movimientos individuales, de postura, de respiración y de meditación, además de complejas secuencias de movimientos a los que se llama “formas”.
Artes marciales tradicionales
Aikido
Su nombre quiere decir “el camino de la energía y la armonía” y tiene su origen en Japón a partir de las enseñanzas del maestro Morihei Ueshiba a comienzos del siglo XX. Esta arte marcial cuenta con un fuerte contenido filosófico que tiene sus bases en el sintoísmo, contando con una premisa que busca la integridad física y mental antes que el combate o la competencia. En el aikido cobra relevancia el uso del “ki” o energía vital, ya que se trata de un arte marcial que integra a la persona desde el punto de vista físico, mental y energético. Se fundamenta en los principios de la no violencia y, por lo tanto, se evita el uso de puños y patadas, siempre remarcando el valor del vigor y la alegría a la hora de la práctica. Las profundas convicciones humanistas de este arte marcial llevaron a que en el año 1991 sea denominado por la ONU como “El arte de la paz”. Debido a esto el aikido se focaliza en neutralizar el ataque a través de la absorción o recanalización de la energía, utilizando distintas luxaciones, lanzamientos, inmovilizaciones, sumisiones, estrangulaciones y golpes a puntos vitales. Además, cuenta con técnicas que se realizan con armas tradicionales que son distintas variantes de sables y bastones.
Artes marciales enérgicas
Muay Thai
Este arte marcial de origen tailandés quiere decir “boxeo tailandés” o, más detalladamente, “Lucha de hombres de la tierra libre”. Su surgimiento se da en la tierra de Siam, que también incluye a países como Camboya, Malasia, Laos o Birmania; que en ese momento se enfrentaban en feroces luchas internas. Allí surgió como arte marcial de defensa el Muay Thai, que era una práctica llevada a cabo por la tribu Thai cientos de años antes de Cristo. Sin embargo, su perfeccionamiento ocurrió en los siglos XIII y XV. Durante el reinado de Narai (1604-1617) se profesionalizó como deporte y en el año 1774 se realizó un torneo multitudinario que oficializo el 17 de marzo como “Día del Muay Thai”. Es una práctica que se realiza de pie y combina técnicas de patadas, codos, rodillas y puños. Además cuenta con una serie de agarres y algunas proyecciones. Su duro entrenamiento la ha llevado a ser una competencia feroz que se da de forma legal y clandestina en varios países del mundo.