El síndrome de Down es un conjunto de problemas de salud que presentan algunos recién nacidos, que se manifiestan en: ciertos rasgos de la cara y el cuerpo, un grado variable de retraso mental y, ocasionalmente, otras alteraciones en el funcionamiento de su organismo. La gravedad de estos problemas es diferente en cada niño y por eso puede ser que algunos presenten menos signos externos que otros.
Los médicos reconocen fácilmente a los bebés que nacen con esta enfermedad y lo corroboran mediante un análisis de sangre. Esta prueba permite detectar también si existe la posibilidad de que los padres vuelvan a tener otro niño con la misma enfermedad.
¿Cuáles son las causas?
Esta enfermedad es producto de una malformación al momento de comenzar a formarse el bebé, y no se conocen todas las causas por las que esto sucede.
Sí se ha comprobado que la edad de la madre es un factor importante. A medida que aumenta la edad de la mujer, aumentan las posibilidades de que el bebé presente este síndrome (mayormente a partir de los 35 años).
¿Cuáles son los síntomas?
La mayoría de los niños con síndrome de Down presentan ciertas características comunes en la cara, una disminución muscular (son más fláccidos), baja estatura y un retraso mental, que por lo general, no es profundo.
Además, tienen más riesgo de tener:
– Defectos del corazón: algunos defectos cardíacos son de poca importancia mientras que otros requieren cirugía. Por ello es conveniente que todos los bebés con síndrome de Down sean examinados por un cardiólogo infantil. Este les indicará la realización de una ecografía especial del corazón (ecocardiograma), que debe realizarse durante los 2 primeros meses de vida del bebé para poder realizar cualquiertratamiento a tiempo.
– Problemas de visión: son frecuentes problemas como estrabismo, miopía o hipermetropía y cataratas. La vista puede mejorarse con el uso de anteojos, cirugía y otros tratamientos. Los niños deben ser examinados por un oftalmólogo infantil dentro de los primeros 6 meses de vida y realizarse exámenes periódicamente.
– Problemas de la audición: pueden deberse a la presencia de líquido en los oídos. Si estos problemas se detectan a tiempo pueden tratarse adecuadamente.
– Infecciones: estos niños tienen más riesgo de padecer resfríos, infecciones de oído, bronquitis y neumonía. Por esto es muy importante que reciban todas las vacunas obligatorias contempladas en el Calendario Nacional de Vacunación, y que se dan de manera gratuita en los centros de salud públicos de nuestro país.
– Defectos intestinales: si se detectan oportunamente pueden ser fácilmente corregidos con una cirugía.
– Problemas hormonales: algunos bebés pueden nacer con una disminución de la hormona de la tiroides (hipotiroidismo congénito) que puede afectar el desarrollo. Es importante detectar este déficit porque tiene tratamiento.
Algunos niños tienen varios de estos problemas mientras que otros no presentan ninguno. También la gravedad de cada uno de ellos varía considerablemente en cada niño.
¿Cómo pueden los padres de un niño con síndrome de Down ayudarlo a crecer y desarrollarse?
Por lo general, estos niños pueden hacer la mayoría de las cosas que hace cualquier otro, como caminar, hablar, vestirse e ir solo al baño. Aunque generalmente comienzan a aprender esto algún tiempo más tarde que los niños no afectados, se ha comprobado que con una atención especial (estimulación temprana) se pueden lograr grandes avances en su desarrollo social e intelectual.
Estimulación temprana:
Incluye una serie de actividades que los padres y los profesionales pueden desarrollar para intentar que el niño alcance el máximo de su potencial. Como en el caso de cualquier otra persona, no puede predecirse cuál será el máximo de desarrollo que un niño con síndrome de Down puede alcanzar, pero sí es seguro que si se lo incentiva podrá lograr realizar actividades al igual que los niños no afectados.
Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina)
http://msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48/137-sindrome-de-down#sthash.AtxOBVB1.dpuf