La Espía de los Patriotas

Rosa “Rosita” Campuzano Cornejo, fue una actriz, activista y espía ecuatoriana que desempeñó un papel clave en la historia de la independencia del Perú. Su vida estuvo marcada por el amor, el espionaje, la aventura y la tragedia. Su destacada contribución a la causa patriota la ha convertido en una de las mujeres más fascinantes de la historia sudamericana.

Placa de la Orden de El Sol de Perú. Atribución de imagen: Alexeinikolayevichromanov, Grand Cross Star Order Sun Peru AEACollections, CC BY-SA 4.0

1817

Llegó a Lima como la amante del general realista Domingo Tristán y Moscoso, quien se reunía frecuentemente con José de La Mar y con el virrey de La Serna, quienes hablaban en su presencia sobre los planes de los realistas.

1821

Conoció y se enamoró del general José de San Martín, el libertador del Perú. Ella lo ayudó con información secreta y lo acompañó en sus viajes.

1822

Recibió la Orden del Sol, una condecoración otorgada por José de San Martín a los que colaboraron con la causa patriota.

1824

Inició una relación con el comerciante alemán Juan Weniger, con el que tuvo un hijo que bautizó con el nombre de Alejandro, el cual no pudo criar, pues el padre se lo arrebató cuando se separaron.

1832

Se casó con Ernestro Gaber, quien la abandonó y se fue a Europa.

1851

Murió en la ciudad de Lima, casi en la indigencia. Fue sepultada en la iglesia de San Juan Bautista.

IMPORTANCIA PARA LA CAUSA INDEPENDENTISTA

Rosa Campuzano desempeñó un papel significativo en la lucha por la independencia al respaldar al general José de San Martín en la liberación del Perú. Brindó apoyo a través de información confidencial, el reclutamiento de oficiales desertores del ejército realista y acompañó a San Martín en sus viajes. Su valiosa contribución fue reconocida con la condecoración de la Orden del Sol.

Su relación y respaldo al general San Martín terminaron cuando este se entrevistó con Simón Bolívar en Guayaquil y decidió retirarse de la política. Ella sin embargo, no regresó a Ecuador, sino que se quedó en Lima.

¿Sabías qué?
En 1821, Rosa Campuzano fue denunciada a la Inquisición por tener libros prohibidos, como los de Voltaire y Rousseau, que mostraban su interés por la ilustración y el pensamiento crítico.