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Este trastorno de identidad y de los intereses ligados a ella perdura mucho más allá de la obten-
ción de la independencia mexicana en la segunda década del siglo XIX. En efecto, el período
siguiente marcado por las amenazas continuas sobre esta nueva independencia por parte de las
grandes potencias de la época como Francia o Estados Unidos no permite inaugurar un ciclo
fundador en una geopolítica nacional mexicana.
Curiosamente, a esta imperiosa necesidad de concentrar sus esfuerzos en neutralizar las inicia-
tivas foráneas, se agrega también, una relativa ingenuidad nacida de la excesiva confianza
nacional en las capacidades de México pensándose como las más grande y rica de las colonias
españolas que llegará a ser con el tiempo una potencia de primer orden.
Hacia la mitad del siglo XIX, México parece no haber
asentado todavía las bases de una diplomacia propia
a un Estado-Nación en construcción.
Contradicciones y debilidades internas.
Cuando la República Mexicana necesita gozar de una
relativa estabilidad política y económica interna para
poder afirmar su política externa, el país enfrenta, al
contrario, un escenario interno continuamente
inestable y sumamente debilitado en el concierto
internacional.
Así, la llegada y el ejercicio autoritario del poder del
General Porfirio Díaz en el último cuarto del siglo XIX
parece sinónimo de un nuevo paradigma en las
relaciones de México con el exterior. Habiendo hecho
del desarrollo industrial y económico una prioridad
para el país, Porfirio Díaz decide llevar su política a la
luz de una ecuación simple. El alejamiento de una
posible intervención extranjera en la joven República
Mexicana viene acompañado de una clara ascenden-
cia de los intereses norteamericanos en la economía
nacional, a través del otorgamiento de concesiones
industriales importantes (minas, ferrocarriles).
Situación en el siglo XX
Antiguo territorio mexicano. En Elemento clave de la historia mexicana, la Revolución Mexicana de 1913, pone fin a este
geopolítica, el espacio geográfico es lineamiento pragmático y negociador, sinónimo de ausencia de un gran principio director, y
una pieza clave.
abre el paso a una era de intento de afirmación nacional más fuerte. No obstante, aun cuando
La geopolítica es una disciplina teórica algunas medidas como la expropiación petrolera en 1938 parecen ayudar a la afirmación de la
y operacional que interpreta los tipos identidad mexicana, las dificultades enfrentadas por los gobiernos sucesivos para hacer
de relaciones entre las diversas pobla- realidad los ideales fundadores de la revolución de 1913, debilitan considerablemente el auge
ciones y el espacio geográfico, del país en el ámbito internacional. El CIDAC llega, a posteriori, a la conclusión abrupta de que
analizando qué vínculos de poder y de “las luchas intestinas y la debilidad de los gobiernos independientes evitaron el diseño de una
apropiación se dan entre ellos. política extranjera coherente que respondiera a las necesidades del país. Por lo que la diploma-
cia sirvió a intereses de corto plazo de una fracción que pretendía mantenerse en el poder aun
También interpreta los sucesos que se a costa de pérdidas de naciones.” Y es entonces con una cierta lógica que, en las últimas
desarrollan en esos territorios y las décadas del siglo XX, los intentos sucesivos de los presidentes mexicanos (de G. Díaz Ordaz a M.
relaciones conflictivas o favorables, las
causas y efectos de esas acciones entre de la Madrid) por buscar acomodo entre las naciones de la región y del mundo, se enfrentan
los grupos humanos que allí inter- cada vez más a un creciente desencanto político interno generador de convulsiones regulares
vienen. (manifestación de 1968, vacío político llevando a la obligación de reforma a las leyes electorales
en 1977). Adicionalmente, la degradación progresiva de la situación económica y las crisis
El análisis geopolítico es un instru- monetarias del país a partir de la década de los años ochenta terminan de dejar a los gober-
mento teórico para la toma de nantes más recientes un legado extremadamente difícil para diseñar una política exterior
decisiones del Estado. Los pueblos, las fuerte.
naciones, pueden transformar el medio
geográfico y modificar el territorio para Los factores previamente mencionados resultan insuficientes para explicar en su totalidad el
ponerlo al servicio de su desarrollo,
teniendo en cuenta los antecedentes, peso relativamente débil de México en la escena regional, en particular con sus vecinos del Sur.
las capacidades o recursos que harán Su papel central durante el recorrido colonial que tuvo que atravesar Latinoamérica, su cultura
falta y las consecuencias geográficas, milenaria y su potencia económica superior a todos los demás países del Sur representan en
sociales y políticas que tendrán esas esencia una puerta abierta a la constitución de una política exterior regional clara y fuerte,
decisiones. elevada al rango de doctrina. Además, los acontecimientos políticos y económicos menciona-
dos anteriormente son vividos también –a diferente escala– por muchos de los países de la
región y del mundo.
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