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Estados Unidos.
Cruz
Cruzan México, país de un espinoso tránsito para la población migrante pobre e indocumen-an México, país de un espinoso tránsito par
tada, para la que el destino final se convierte con mucha frecuencia en inalcanzable una y otra
tada, para la que el destino final se convierte con
vez, porque muchos persisten y lo vuelven a inten
vez, porque muchos persisten y lo vuelven a intentar hasta donde les alcanzan las fuerzas físicas
y y la esperanza de prosperar.
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Más hacia el interior, otro punto fronterizo de
cruce del Suchiate, con el puente al fondo
c
como panorama, es el de las balsas construidas
c
c con dos enormes neumáticos y tablones como
c cubierta, arrastradas por hombres que repre-
s sentan el esfuerzo y el riesgo de la travesía de
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los "tres veces mojados" del sur que van al ooo
norte. Los balseros del Suchiate son transpor-
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tistas de pasajeros y de mercancías que, en un
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cruce ilegal pero custodiado por soldados del
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ejército, arriesgan hasta el resuello, según el
nivel del cauce del río debido a las lluvias, y
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también por una módica cantidad en quetzales
o en pesos. Son jóvenes, de otra manera no
o
podrían bracear el agua del río en caso necesario antes de pasar, con la edad, de transportistas
podrían bracear el agua del río en caso necesario
Detenciones por agentes fronterizos hacia acuáticos a tricicleros terrestres. Éstos sí cobrando sólo en quetzales, que están al alza, ya que
inmigrantes ilegales.
de soberanía y moneda nacional se trata de uno y otro lado de Guatemala y México.
El tercer punto oficial de cruce es el puente Talismán, también sobre el Suchiate pero en su
paraje más montañoso.
Verde pálido para Guatemala y amarillo claro para México, el mojón a mitad del puente indica
el límite fronterizo y, sobre todo del lado de Guatemala, tiene una intensa actividad cambista de
las monedas de ambos países y del intercambio
comercial de su población agricultora e
indígena, ataviada con la vestimenta tradicional
Campamento de Mexicanos en en el caso de mujeres y niños, lo cual convierte
contra de las fronteras. la labor cotidiana de una población que transita
de ida y vuelta en un quehacer festivo, de feria
Postales de diversas situaciones de de productos básicos agrícolas y artesanales.
fronteras entre México y Estados Unidos. El cuarto cruce, el que compran los migrantes,
está como deliberadamente relegado del otro
lado del puente de circulación suave, río abajo
hacia el mar, a la vista de todos, pero clandes-
tino, ilegal, custodiado y tolerado también por
soldados y asaltantes que lucran y abusan de
los que cruzan en cuanto ponen el pie en suelo
mexicano y desde antes, en Tecún Umán. La
zona aledaña a este cruce en Ciudad Hidalgo es
todo un barrio con hospedajes, guías y cuadrillas de jóvenes dispuestos a despojarlos a las
primeras de cambio, del intercambio.
Hay otras rutas de paso y sitios de cruce no oficiales río arriba, conocidos por polleros y por lo
que unos a otros se cuentan quienes quieren entrar a México y atravesarlo lo más rápido
posible sin ser vistos ni detectados. Hombres y mujeres casi todos jóvenes, de quince a treinta
y cinco años, que quisieran ser invisibles para entrar y pasar por el país y aparecer del otro lado
en carne y hueso, con todas sus energías y necesidades. Lo que llaman mano de obra.
Los migrantes centroamericanos indocumentados –aproximadamente en un veinte por ciento
mujeres– en su mayoría son los que tienen como única salida del infierno de sus vidas partir, y
no entran a México por ninguno de los tres cruces oficiales en la zona: cruzan y son cruzados de
la cruzada abismal de nuestros días, de un mundo a otro, o que esperan que lo sea. Necesitan
trabajar y desean con todo su vigor que les dejen ganarse la vida. La que tienen no lo es; no hay
futuro sin presente prometedor. Pero no son mercancías, legales o ilegales, a las que todo les
está permitido. Ni dinero, que es volátil y pertenece a unos pocos.
Por uno de estos cruces, el del lado oriental del puente, numerosos hondureños que se encuen-
tran en la zona del Silencio, lugar peligroso de asaltantes, inician su recorrido.
A los costados del río se suelen ver personas que prestan servicios diversos como lavar la ropa,
calzado, comidas rápidas, por unos pesos. Viven unos de otros, lugareños con migrantes.
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