Juegos Olímpicos de Londres 2012

Entre los días 27 de julio y 12 de agosto de 2012 tuvieron lugar en Londres, la capital del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, los Juegos Olímpicos de Verano correspondientes a la XXX Olimpiada de la era moderna. Era la tercera vez que la ciudad británica acogía este evento mundial, como ya hizo en 1908 y 1948.

El Comité Olímpico Internacional adjudicó a Londres la organización de los Juegos en su 117ª sesión, reunida en Singapur en julio de 2005. Las candidaturas desestimadas en su beneficio correspondieron a las ciudades de Moscú, Nueva York, Madrid y París.

La preparación del evento corrió a cargo de un Comité Organizador, encargado de la planificación general y la recaudación de fondos, y de la Oficina de Proyectos de las Olimpiadas, que asumió la realización de las obras y la provisión de servicios. También se contó con la colaboración y patrocinio material de distintas entidades privadas y públicas.

Los JJOO de Londres fueron la trigésima edición de las Olimpiadas.

La municipalidad londinense aprovechó las inversiones estatales recibidas en proyectos de renovación urbanística de importantes zonas de la capital. También se mejoraron las condiciones urbanas de sostenibilidad, con la apertura de nuevas zonas verdes, mejoras en el transporte público, y la renovación del servicio de recogida y procesamiento de basuras.

El capítulo de seguridad fue cubierto, a escala nacional, por un impresionante dispositivo conjunto de la policía y el ejército, que movilizó a cerca de 50.000 efectivos (17.000 de ellos militares, más de los que el Reino Unido tenía desplegados en Afganistán).

Como prolegómeno a los Juegos, el peregrinaje de la antorcha olímpica tuvo ese año una modificación sustancial en su acostumbrada travesía, pues fue trasladada directamente desde Grecia al Reino Unido, por cuya geografía realizó el tradicional periplo previo a su triunfal entrada en el Estadio Olímpico londinense, al término de la gala inaugural del evento.

El principal escenario deportivo fue el Parque Olímpico de Londres, construido sobre 200 hectáreas de antiguo uso industrial en el distrito de Stratford, al este de la ciudad. Allí estaban la Villa Olímpica, el Estadio Olímpico, el pabellón Arena de baloncesto, el Centro Acuático y el Velódromo, entre otras instalaciones. Sin embargo, la competición no se ciñó en exclusiva al citado Parque, pues buena parte de ella se desarrolló en equipamientos deportivos o de esparcimiento ya existentes antes de la aprobación de la candidatura, por ejemplo el estadio de Wembley, el club de tenis de Wimbledon o Hyde Park.

El conjunto residencial que albergó a los atletas se convertirá en un nuevo barrio londinense, que pasará a denominarse East Village.

Participaron en los Juegos de Londres las delegaciones de 204 estados (alrededor de 10.500 atletas). Entre ellos figuró un representante de Sudán del Sur, el país de más reciente creación, si bien acudió a título de Participante Olímpico Independiente, por no haberse creado aún el Comité Olímpico de la joven nación.

En Londres participaron delegaciones de 204 países distintos.

Cabe destacar que todas las delegaciones nacionales de atletas incluyeron al menos una mujer, primera ocasión de la historia del olimpismo en que así ocurría; en total, el 46 % de los participantes correspondió al sexo femenino, sensible avance con respecto a los Juegos de Pekín (2008), donde este porcentaje se situó en un 42 %. La delegación que Estados Unidos contaba en Londres con mayoría de mujeres.

La competición sumó 26 deportes olímpicos, que abarcaron las 39 disciplinas siguientes: atletismo, bádminton, baloncesto, balonmano, boxeo, ciclismo (en sus especialidades de BMX, montaña, pista y ruta), deportes acuáticos (natación, natación sincronizada, saltos y waterpolo), equitación, esgrima, fútbol, gimnasia (artística, rítmica y acrobática), halterofilia, hockey sobre hierba, judo, lucha (grecorromana y libre olímpica), piragüismo (en eslalon y en aguas tranquilas), pentatlón moderno, remo, taekwondo, tenis, tenis de mesa, tiro con arco, tiro olímpico, triatlón, vela y voleibol (voleibol y voleibol playa).

Las grandes favoritas para la cabeza del medallero eran las delegaciones de Estados Unidos y China, triunfadoras en Pekín 2008, donde la primera obtuvo el mayor número de preseas de oro, y la segunda, el monto superior de insignias de las tres categorías (oro, plata y bronce). No decepcionaron las expectativas: Estados Unidos ocupó el primer puesto con 104 preseas (46 de oro, 29 de plata y 29 de bronce), seguida de China, con 88 metales (38 de oro, 27 de plata y 23 de bronce); a la zaga quedaron Reino Unido con 65 (29 de oro, 17 de plata y 19 de bronce), y Rusia con 82 (24 de oro, 26 de plata y 32 de bronce). España ocupó el puesto 21 de la clasificación con 17 medallas (3 de oro, 10 de plata y 4 de bronce). Países latinoamericanos con presencia en el podio de los triunfadores fueron: Brasil, con 17 preseas (3 de oro, 5 de plata y 9 de bronce); Colombia, con 8 (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce); México con 7 (1 de oro, 3 de plata y 4 de bronce); Argentina con 4 (1 de oro, 1 de plata y 2 de bronce); República Dominicana con 1 de oro y 1 de plata y Venezuela con 1 de oro.

EEUU lideró el medallero con 46 preseas doradas. Phelps (foto) aportó 6 de ellas.

Para los anales del deporte olímpico quedarán los triunfos del jamaicano Usain Bolt, ganador del oro en las pruebas reinas de la velocidad, los 100 y 200 m lisos, además de la prueba de relevos de 4×100 m lisos, con lo que se convertía en el primer velocista de la historia que sumaba seis oros olímpicos; la victoria del keniano David Rudisha en los 800 m, cuya plusmarca mundial batió holgadamente; los seis metales -cuatro oros y dos platas- con los que alcanzó 22 preseas olímpicas el estadounidense Michael Phelps, el mejor nadador de todos los tiempos; y cómo no, la meritoria participación en la prueba de los 400 m del sudafricano Oscar Pistorius, primer campeón paralímpico que accedía a la palestra de los Juegos, inconfundible por las prótesis de fibra de carbono que sustituían a sus pies amputados.

Concluidos los Juegos de verano, el 12 de agosto, el espíritu de la Olimpiada perduró durante los Juegos Paralímpicos, que también se disputaron en Londres, entre los días 29 de agosto y 9 de septiembre de 2012.

Usain Bolt

Citius, altius, fortius (Más rápido, más alto, más fuerte), reza el lema olímpico. Una tríada de conceptos idónea para describir las proezas de Usain Bolt (n. Trelawny Parish, Jamaica, 1986), que destaca por su superioridad física sobre sus competidores de la elite de la velocidad mundial.

Así quedó demostrado en los Campeonatos Mundiales de Atletismo de Berlín (Alemania), celebrados en agosto de 2009, cuando el jamaicano rebajó las marcas mundiales de las pruebas de 100 y 200 m lisos, respectivamente, hasta los 9,58 y 19,19 s.

Con una anatomía que parece expresamente diseñada para la carrera (1,96 m de estatura, 86 kg de peso), las fibras músculares de Bolt tienen una capacidad explosiva superior a la de grandes figuras aún recientes del atletismo mundial, como el ya legendario estadounidense Carl Lewis. Así se demostró precozmente, cuando a la edad de 15 años ya registraba un tiempo de 10,20 segundos en la distancia de los 100 m lisos, marca equivalente al récord del mundo logrado por el también estadounidense Jesse Owens -otro mito de la historia del atletismo– en junio de 1936.

Campeón del mundo junior en 2002 en la prueba de 200 m, la consagración de Bolt llegó en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008 (China), donde ganó el oro en las carreras de 100 m, 200 m y 4×100 m, pruebas todas ellas en las que batió la plusmarca mundial. Los resultados obtenidos en Berlín (2009) confirmaron su supremacía en el Olimpo del atletismo.

Bolt obtuvo tres medallas de oro en los JJOO de Pekín 2008

Bolt ocupa la cumbre de una saga de grandes velocistas jamaicanos inaugurada por Don Quarrie, plusmarquista mundial de los 100 m lisos en 1976 (9,9 s), y continuada por Asafa Powell, que batió el récord del mundo de la misma prueba en 2006 (9,77 s), 2007 (9,74 s) y 2008 (9,72 s). La tripleta jamaicana ha desbancado de la cima del podio a los velocistas estadounidenses, cuyas últimas grandes figuras fueron Carl Lewis (9,86 s en 1991), Leroy Burrell (9,85 s en 1994) y Maurice Greene (9,79 s en 1999). La descalificación por dopaje del récord mundial de Tim Montgomery (9,78 s en 2002) y por deficiencias de cronometraje de Justin Gatlin (9,77 s en 2006) empañaron los últimos triunfos de la gran maquinaria atlética de Estados Unidos.

Bolt ostenta el record mundial de los 100 metros libres con una marca de 9,58 s. (foto: AFP)

 

Desde Owens hasta la actualidad, han hecho falta 73 años de competición para restar 48 centésimas de segundo a la lucha del atleta contra el reloj en la prueba reina del atletismo. Un intervalo de tiempo imperceptible para nuestros sentidos, tan sólo mensurable gracias al cronometraje electrónico (aplicado desde 1968) y alcanzado merced a los avances en las técnicas de alto rendimiento físico y los materiales de competición. Dadas las limitaciones del cuerpo humano, tan nimia fracción de tiempo representa un avance formidable en la historia del deporte, hasta el punto de que no se esperaba un registro como el de Bolt hasta mediados del siglo XXI. Téngase en cuenta que para rebajar tres décimas y dejar la plusmarca mundial por debajo de los 10 s hicieron falta 32 años de competición desde los tiempos de Owens (el logro correspondió al estadounidense Jim Hines, que dejó el cronómetro en 9,9 s en junio de 1968).

Con sus proezas atléticas, Usain Bolt ha incorporado su nombre a la lista de modernos héroes de la historia del deporte.