Nuestro cerebro consta de millones de neuronas que permiten, entre otras cosas, razonar, sentir y comprender el mundo. Uno de sus componentes principales es el tronco encefálico, también llamado tallo encefálico o cerebral, que sirve como núcleo de nervios craneales y cumple funciones vitales.
ANATOMÍA
El tronco encefálico es una parte del cerebro con forma alargada, se extiende desde la parte posterior del cerebro hasta la médula espinal. Consta de varios segmentos que modulan funciones vitales, como la respiración y la función cardíaca. Se compone de las siguientes estructuras:
Mesencéfalo
Es la porción más ancha y corta del tronco encefálico, conecta el puente de Varolio con el diencéfalo. Allí se encuentran los núcleos de relevo relacionados con la forma en la que se procesa la información auditiva y visual; también contiene los núcleos de los nervios oculomotor, troclear y trigémino, los cuales regulan los movimientos del ojo y la sensibilidad de la cara.
Puente de Varolio
También llamado protuberancia, es el enlace entre los dos hemisferios del cerebelo. Se compone de dos porciones: la ventral y la dorsal. En esta sección se ubican los núcleos de los pares craneales V al VIII, así que tiene funciones sensitivas y motoras de la cabeza y la cara; asimismo, controla los movimientos del globo ocular y las expresiones faciales.
Bulbo raquídeo
También conocido como médula oblongada, es la parte más pequeña del tronco encefálico. Tiene forma de embudo y se divide en dos partes: una superior y una inferior. En esta zona se inervan los órganos de la cabeza, el tórax y el abdomen. Regula la frecuencia cardíaca y la presión arterial, así como la respiración.
CONDICIONES Y TRASTORNOS
Existe una amplia gama de afecciones que pueden dañar el tronco del encéfalo, como los coágulos de sangre, los tumores cerebrales, la encefalitis, los infartos de miocardio, la muerte súbita cardíaca y las lesiones cerebrales traumáticas.
Los síntomas más comunes de estas afecciones incluyen los problemas de equilibrio o mareos, insomnios, vómitos y náuseas y dificultad para tragar, beber o comer.