Historia de San Martín, por Bartolomé Mitre

Bajo el título “Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana” se conoce a una de las primeras obras de la historiografía clásica argentina. Escrita por Bartolomé Mitre hacia 1869, es considerado uno de los escritos fundacionales del imaginario colectivo argentino, y en la actualidad es referencia ineludible para quienes deseen conocer en profundidad la vida del Libertador.

INTRODUCCIÓN

En momentos en que los títulos de casi todos los próceres acuñados por la historia son cuestionados, José de San Martín preserva –más allá de las disputas entre las distintas corrientes historiográficas y políticas– su bien ganado título de “Padre de la Patria”. Admirado por su integridad y convertido en referente moral de un país y un continente, San Martín es sinónimo de dignidad, valor e identidad; su apellido es símbolo de república y de independencia, de causa continental.

Retrato de José de San Martín.

Su figura, opacada en parte en la memoria colectiva por la muerte en el exilio, renació a la vida de la mano de otra personalidad importante dentro de la Historia Argentina, el presidente Bartolomé Mitre, quien describió con extremo detalle y un rigor histórico encomiable la historia de su vida y su lucha. Publicada por primera vez en 1887, esta obra se caracteriza por una exhaustiva investigación y riqueza narrativa sin precedentes en la historiografía erudita de la Argentina del siglo XIX. En ella se pinta al personaje en forma completa, tanto en la vida pública como privada, acercando relatos de combates y desafíos, rescatando voces de protagonistas cercanos y encumbrando la figura de San Martín en lo más alto del bronce argentino por sus méritos en vida.

Imagen de Bartolomé Mitre hacia 1870.

LA OBRA

Mitre comenzó a trabajar en la biografía de San Martín después de terminar su mandato presidencial, el 12 de octubre de 1868. Ahora bien, su intención inicial pasaría por tratar de escribir dos libros referidos al Libertador: el primero, titulado “Historia de San Martín”, haría hincapié en la vida de San Martín desde su llegada a Buenos Aires, en 1812, hasta su encuentro con Simón Bolívar en la famosa conferencia de Guayaquil; el segundo, titulado “El ostracismo y la apoteosis del General San Martín”, remarcaría su vida después de estos acontecimientos. Para ello, se dice que mantuvo correspondencia con la nieta del Libertador, doña Josefa Dominga Balcarce, quien vivió y murió en París, y de donde obtuvo información de primera mano y documentos personales de la estadía de San Martín en Europa para su mencionada obra.

Publicado originalmente en tres volúmenes, los dos primeros tomos están íntegramente consagrados a los móviles y hechos que dieron como consecuencia la libertad de Chile y la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, a la par que hace patente la redentora influencia de San Martín. Dice Mitre:

“No era San Martín un político en el sentido técnico de la palabra, ni pretendió nunca serlo. Como hombre de acción, con propósitos fijos y voluntad deliberada, sus medios se adaptaban a un fin tangible; y sus principios políticos, sus ideas propias y hasta su criterio moral, se subordinaban al éxito inmediato, que era la Independencia.”

Estas líneas sintetizan la personalidad de San Martín hasta los días de la campaña sobre el Perú.

Retrato de San Martín según el destacado pintor peruano José Gil de Castro.

En tanto, el tercer tomo, y quizás el más importante de toda la obra, está consagrado al Perú y a las Repúblicas de Colombia. Sin que Mitre lo trace, el lector se ve obligado a hacer un paralelo entre los dos libertadores de Sudamérica:

“Su medida histórica, en los sucesos contemporáneos, únicamente podía compararse con la de Bolívar. Bolívar había sido aclamado Libertador, y este título lo investía de la dictadura revolucionaria en su patria. San Martín, sin punto de apoyo en la patria propia, se nombró a sí mismo; pero al asumir la dictadura fatal que las circunstancias le imponían, se inoculó el principio de su decadencia militar y política.”

Hemiciclo de la Rotonda en Guayaquil, con el monumento a los Libertadores Bolívar y San Martín finalizado en 1938. En el encuentro de los dos generales confluían las dos corrientes libertadoras de América del Sur.
¿Sabías qué...?
Ya desde pequeño, San Martín presentaba dotes militares y actitud de mando.

Ahora bien, para realizar la biografía de San Martín, Mitre repetiría el recorrido de la gran gesta sanmartiniana. Así, comenzó por planear su viaje a Chile. Previamente visitó en Mendoza el campamento de El Plumerillo, para describir el cuartel general desde donde se armó el Ejército de los Andes. Además, realizó a lomo de mula el cruce de Uspallata, y llegó hasta el sitio en el cual se había librado la batalla de Chacabuco. De hecho, tuvo oportunidad de entrevistar a antiguos soldados del Ejército Libertador y escuchar los relatos de batallas de boca de sus protagonistas. También se hizo de tiempo para observar y tomar notas del campo de batalla de Maipú. Toda su investigación fue realizada con suma rigurosidad y obsesión.

La Batalla de Maipú, según cuadro de Mauricio Rugendas.

De este modo, a su edición en 1887, esta gran obra de la historiografía argentina tuvo una enorme repercusión entre historiadores, letrados y políticos. Su virtud radicaba en poner en palabras, con el sustento de una profunda investigación, aquella idea que se cernía sobre los políticos y los hombres de la reciente Nación unificada: llevar al soldado de la Patria y Libertador de los pueblos al lugar de honor y respeto que se merecía.

CONTROVERSIA

Con todo, historiadores posteriores, como Adolfo Saldías y José María Rosa han cuestionado fuertemente la labor de Mitre como historiador. Asimismo, también resulta controversial la interpretación dominante del siglo XIX argentino que se desprende de su obra. Son bien conocidas sus polémicas con Dalmacio Vélez Sarsfield y Vicente Fidel López, que originaron densos volúmenes de Comprobaciones históricas. Sin embargo, estas objeciones fueron puntuales, referidas en su mayor parte a hechos aislados, por lo general motivadas en desacuerdos políticos y frecuentemente limitadas a matices de apreciación que hoy carecen de importancia.

Imagen de Dalmacio Vélez Sarsfield, crítico de la obra historiográfica de Mitre.

Por lo demás, el apoyo de San Martín a la integración latinoamericana contradecía el fuerte centralismo del partido de gobierno al que el mismo Mitre pertenecía, el Partido Nacional. Como resultado, en la biografía puede observarse cómo el autor modificó o alteró ciertos detalles. Las guerras de independencia hispanoamericanas no son tratadas como una revolución en todo el continente, sino simplemente como una revolución argentina que extiende la libertad a Chile y Perú. En tanto, Bolívar es retratado como un conquistador, anexando los nuevos países libres en una unidad artificial. Asimismo, desde un principio, las guerras por la independencia hispanoamericana son descritas como separatistas, y alentadas y apoyadas por Gran Bretaña.

Retrato de Simón Bolívar. Mitre nos entrega una imagen del líder venezolano en clara contraposición a la de San Martín. Mientras el primero sería ambicioso, desconfiado, autoritario y dictatorial, el segundo sería desinteresado, respetuoso y generoso.

En el caso concreto de San Martín, no se entiende cómo su carrera militar en España, que abarcó 22 años de servicio, se resume en sólo seis páginas, cuando toda la obra supera las mil, y en la que además se dan muy pocos detalles acerca de su llegada a Buenos Aires. En cuanto a la razón de su salida del ejército español para unirse a los de América del Sur, el libro describe que “decidió regresar a su nación distante, que siempre había amado como una verdadera madre, para ofrecerle su espada y dedicar su vida”. Este punto generó polémica entre los historiadores, ya que no hace referencia a las verdaderas motivaciones que llevaron al Libertador a embarcarse rumbo a su país natal.

San Martín proclamando la Independencia del Perú frente a la multitud reunida en la Plaza de Armas de Lima. Óleo de Juan Lepiani, Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.

Ahora bien, el volumen proyectado por Mitre, con la vida de San Martín después de su carrera militar, nunca fue escrito. El historiador Norberto Galasso considera que la vida del Libertador durante esos años en el exilio estuvo llena de eventos que contradicen el retrato que realiza Mitre: su rivalidad con Rivadavia, su rechazo a la ejecución de Manuel Dorrego y su conflicto con Juan Lavalle, su apoyo a la gobernación de Juan Manuel de Rosas, y su repudio al bloqueo anglo-francés no son analizados fehacientemente por el autor e incluso no son mencionados.

RETRATO DEL LIBERTADOR

Entre todo el conjunto de la obra de Mitre, resulta interesante remarcar la mirada que el propio autor realiza sobre la figura de San Martín, donde aclara y sintetiza:

“Se ha dicho que San Martín no fue un hombre sino una misión. Sin exagerar su severa figura histórica, ni dar a su genio concreto un carácter místico, puede decirse con la verdad de los hechos comprobados, que pocas veces la intervención de un hombre en los destinos humanos fue más decisiva que la suya, así en la dirección de los acontecimientos, como en el desarrollo lógico de sus consecuencias.

Dar expansión a la revolución de su Patria que entrañaba los destinos de la América, salvándola y americanizándola, y ser a la vez el brazo y la cabeza de la hegemonía argentina en el período de su emancipación, combinar estratégica y tácticamente en el más vasto teatro de operaciones del orbe, el movimiento alternativo simultáneo y las evoluciones combinadas de ejércitos o naciones, marcando cada evolución con un triunfo matemático y la creación de una nueva república, obtener resultados fecundos con la menor suma de elementos posibles y sin ningún desperdicio de fuerza, y por último legar a su posteridad el ejemplo de redimir pueblos sin fatigarlos con su ambición o su orgullo, tal fue la múltiple tarea que llevó a cabo en el espacio de un decenio y la lección que dio este genio positivo, cuya magnitud circunscripta puede medirse con el compás del geómetra dentro de los límites de la moral humana.

De aquí, la unidad de su vida y lo compacto de su acción en el tiempo y en el espacio en que se desarrolla la una y se ejercita la otra. Toda su juventud es un duro aprendizaje de combate. Su primera creación es una escuela de táctica y disciplina. Su carrera pública es la ejecución lenta, gradual y metódica de un gran plan de campaña, que tarda diez años en desenvolverse desde las márgenes del Plata hasta el pie del Chimborazo. Su ostracismo y su apoteosis son la consagración de esta grandeza austera, sin recompensa en la vida, que desciende con serenidad, se eclipsa silenciosamente en el olvido, y renace en la inmortalidad, no como un mito, sino como la encarnación de una idea que obra y vive dilatándose en los tiempos.”

¿Sabías qué...?
En la Batalla de San Lorenzo, San Martín estuvo dos veces al borde de la muerte.
Mausoleo de San Martín en la Catedral de Buenos Aires.

Imágenes para el recuerdo

A lo largo de la historia, el hombre ha intentado salvaguardar los momentos más relevantes. Desde los grandes acontecimientos históricos, hasta los rostros de los personajes más notorios en las sociedades, fueron motivos para intentar inmortalizar los recuerdos.

Gracias a los avances tecnológicos, hoy en día la captación de momentos se torna inmediata y automática. No es necesario aguardar que un hecho trascendental para la humanidad ocurra, sino que cualquier situación puede ser captada y compartida en un instante.

PRIMERAS IMÁGENES

Cada momento histórico se encuentra determinado por la tecnología imperante. Las herramientas de las que disponían las sociedades son las que marcaron también las formas de relacionarse, de aprender y de transmitir conocimiento, entre otras cosas.

En las pinturas rupestres, plasmadas en el período Paleolítico Superior, aproximadamente 35.000 años atrás, se puede apreciar el intento del hombre de reflejar su propia existencia. En ellas se inmortalizó su imagen y también su interacción con el entorno. Los elementos de la naturaleza se convirtieron en la tinta que les permitió pintar sobre rocas, otorgándole a sus obras el efecto realista del volumen gracias a las formas naturales de las piedras sobre las que pintaban.

Pinturas rupestres en Asia que grafican los modos de vida y de relacionarse de aquel entonces.

ARTE PICTÓRICO

El hombre, socialmente agrupado, desarrolló la pintura como forma de representación de sus modos de vida y sus creencias religiosas. La historia de este arte comprende desde la prehistoria hasta la Edad Contemporánea.

Los egipcios solían pintar las tumbas de los faraones, hace aproximadamente 5.000 años, con imágenes de su vida cotidiana y de su mitología. Se los podía ver cazando, pescando, celebrando y realizando sus rituales. Por otra parte, en la Antigua Roma solían decorarse los muros de las casas y palacios, mientras que el arte de Grecia permitió inmortalizar los juegos de la época asociados al deporte, las luchas y el papel de los guerreros.

Incluso las cortes disponían de sus propios artistas, denominados “pintores de cámara”, que realizaban los encargos artísticos de una corte real o noble, y también los retratos que intentaban representar de manera fehaciente las características físicas y morales de las personas. Los personajes que buscaban reconocimiento, deseaban ser eternizados en una pintura Entre ellos se puede destacar: el Retrato de Estado que plasmaba a los gobernantes, y el Retrato Cortesano.

Diego Velázquez realizó en 1656 Las Meninas, una obra que retrató a la familia de Felipe IV y a él mismo.

Cada uno de los estilos que ha acontecido a lo largo de la historia, utilizó sus propias técnicas pictóricas e intentó trasmitir en cada pincelada, color, matiz y figura, las características de esa época.

LA FOTOGRAFÍA

En 1820, el científico francés Joseph Nicéphore Niépce realizó el primer procedimiento fotográfico, y seis años después consiguió la primera imagen permanente que se trataba de la vista desde su ventana. Posteriormente, Louis Daguerre continuó con las investigaciones e ideó en 1837 el proceso denominado daguerrotipo. Las innovaciones no se hicieron esperar, y a finales del siglo XIX se dio el auge comercial de la fotografía gracias a la industrialización de las películas fotográficas.

El retrato fotográfico

Se trata de un género que intenta mostrar las cualidades morales y físicas de determinada persona a través de varias técnicas artísticas. Esta práctica se ha llevado adelante desde los inicios de la fotografía en manos de fotógrafos ambulantes y también de aquellos que trabajaban en estudios.

El atelier de los fotógrafos lograba un ambiente propicio para los retratos gracias a la escenografía, las vestimentas y accesorios disponibles, y también el servicio de peluquería para los clientes. Esta práctica sólo podía ser llevada a cabo por las clases con buen pasar económico, ya que los costos eran muy elevados.

En los retratos en estudio, era fundamental la pose de los retratados. Se generaba un montaje para plasmar el status de las personas.

¿Por qué fue tan relevante este invento? Porque permitió detener un momento de la realidad y perpetuarlo a través del tiempo. Es un testimonio de los acontecimientos que se han dado en la humanidad. Permite documentar eventos, rostros, situaciones y paisajes, con la misma óptica que el ojo humano, a diferencia de la pintura. Aunque también, el fotógrafo realiza una visión y un recorte subjetivo sobre el objeto a fotografiar.

Es así que el advenimiento de la fotografía marca un hito. Las familias pudieron rememorar a sus antecesores, y los eventos más relevantes en un núcleo social podían ser recordados desde lo visual. A su vez el fotoperiodismo pudo captar los sucesos importantes que, hoy en día, siguen sirviendo como testimonios de la historia.

Las cámaras de video se industrializaron, y las familias podían disponer de ellas para grabar y documentar a gusto.

CAPTAR EL MOVIMIENTO

Así como el paso del arte pictórico a la fotografía fue extremadamente relevante para la humanidad, también lo fue el paso de la imagen estática a la imagen en movimiento. Es decir, el paso de la fotografía al cinematógrafo.

Quien inauguró el camino hacia la invención de lo que hoy conocemos como cámara de video fue Thomas Alva Edison, que concibió la bombilla eléctrica y patentó en 1891 el Kinetoscopio, un aparato con una ranura que permitía ver una secuencia de imágenes. Años después, los hermanos Lumière que estaban encantados con el invento de Edison, idearon el cinematógrafo: una cámara que proyectaba las imágenes en movimiento.

Se puede decir entonces, que este gran invento derivó a través de los años, no sólo en el nacimiento del séptimo arte –el cine-, sino también en la industrialización de las cámaras de video que se utilizan para trasmisiones televisivas y para documentar los momentos más importantes de la vida de las personas.

Captar un momento, está al alcance de la mano gracias a los nuevos dispositivos.

NUEVOS DISPOSITIVOS

Los avances tecnológicos, con respecto a los sistemas de captación de imágenes han sido enormes. Actualmente lo digital se impone y amplía su calidad día a día. Existen dispositivos personales capaces de fotografiar y filmar en máxima definición, e incluso publicarlo y compartirlo con el resto de las personas instantáneamente.

El primer gran salto tecnológico lo dieron las cámaras digitales, que permitieron no sólo captar sino también almacenar fotografías y filmaciones en una tarjeta de memoria interna.

Computadoras de escritorio, notebooks, netbooks, tabletas digitales, teléfonos inteligentes, google glasses y muchos más dispositivos, cumplen hoy más de una función. Los sistemas más novedosos incluyen cámara de fotos integrada en altísima calidad, grabación de audio y video en HD (alta definición) y también en slow motion (cámara lenta). Esto permite que a través de un único aparato, una persona pueda documentar lo que acontece a su alrededor, con la posibilidad de almacenar una enorme cantidad de archivos.

Los usuarios de estos sistemas disponen también de editores de imagen que brindan diversas herramientas para aplicar efectos especiales en sus fotografías: filtros, marcos, diseños, e incluso edición de video. Es decir, que nuclean lo fotográfico, lo cinematográfico y también lo pictórico y artístico.

Las cámaras digitales disponen de tarjetas de memoria con gran capacidad de almacenamiento.
La selfie, el auto-retrato de hoy

La primera vez que se utilizó este término popularmente fue el 13 de septiembre de 2002, en un foro en la web denominado ABC on line, que era propiedad de la televisión pública de Australia. Fue así que los diccionarios Oxford galardonaron a selfie, como la palabra del año 2013.

En español podría traducirse como “autofoto”, y se trata de una práctica muy ligada a las redes sociales, plataformas en las que suelen subirse las selfies que en general se toman con cámaras digitales, teléfonos móviles o tabletas digitales.

Los dispositivos móviles incluso, avanzando a la par de la popularidad de esta práctica, han ido variando sus modelos hasta hacer de la cámara frontal un hecho. Los primeros smartphones (teléfonos inteligentes en español) con esta característica fueron los japoneses y coreanos, y posteriormente la adoptó el Iphone 4, que salió a la venta en 2010.

TRANSMISIÓN EN VIVO, DESDE CUALQUIER PARTE

La televisión permitió transmitir en vivo y en directo los acontecimientos, eventos y celebraciones para que los espectadores, incluso en otras partes del mundo, pudieran apreciar lo que estaba sucediendo en ese mismo momento. Esto sólo podía ser llevado a cabo por emisoras que contaran con las características técnicas apropiadas.

Los nuevos dispositivos permiten realizar videollamadas en directo, gracias a una conexión a internet.

Hoy en día, los dispositivos permiten, establecer trasmisiones de imagen y audio en vivo a otro u otros usuarios en cualquier parte del mundo que posean un aparato también conectado a la red. Las videollamadas de Skype, el sistema Hangout de Google+ (que permite establecer videoconferencias con hasta 10 personas en simultáneo), las Twitcams que son trasmisiones en vivo de un usuario para gran cantidad de cyber-espectadores, y el streaming en vivo de YouTube, son algunas de las opciones más utilizadas en la actualidad para este tipo de prácticas.

GoPro HERO3, una cámara a prueba de condiciones extremas.
Un nuevo concepto en imágenes: GoPro

Esas cámaras son actualmente, las más vendidas en el mundo. Todo comenzó hace 12 años, cuando el surfista Nick Woodman, ideó un prototipo de cámara que le permitiera filmarse a él mismo y a sus amigos mientras corrían olas en el medio del mar. En aquél momento sólo se trataba de una cámara analógica que se podía sumergir.

Hoy en día, con calidad de imagen digital en alta resolución, las GoPro son ligeras y se encienden sólo apretando un botón. Es la preferida de los deportistas extremos, ya que pueden llevar en cualquier superficie o parte del cuerpo, generando la visión subjetiva de la persona que está realizando la actividad.

Antes, los deportistas necesitaban que un tercero los fotografiara o filmara. Hoy ellos mismos son los protagonistas de sus aventuras y generan imágenes impactantes y emocionantes, incluso en cámara lenta.

Gracias a las nuevas cámaras, se puede revivir un acontecimiento e intensificar las sensaciones que produce.