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unos 3ºC en el paralelo 65 ºN. Por enfriamiento y contracción térmica, adquieren una densidad
                                     alta y acaban hundiéndose, dejando espacio para la llegada desde el sur de nuevas masas de
                                     agua.

                                     El fenómeno de hundimiento por convección que se produce en aquellos mares septentrion-
                                     ales se intensiĮca al comienzo del invierno por el aumento de la salinidad. Ocurre que cada
                                     otoño-invierno, durante la formación de los hielos marinos en áreas subárƟcas, hay una suelta
                                     de sal y se forma, bajo la banquisa de hielo, una masa de agua fría y muy salada que se hunde
                                     y contribuye a la formación del agua profunda del AtlánƟco Norte.


                                                                                        El fenómeno es especialmente
                                                                                        signiĮcaƟvo en el AtlánƟco,
                                                                                        puesto que el AtlánƟco Norte es
                                                                                        bastante más cálido y salado
                                                                                        que el PacíĮco Norte. Así, en la
                                                                                        franja laƟtudinal 45 ºN – 60 ºN,
                                                                                        el AtlánƟco Norte  Ɵene una
                                                                                        temperatura media superĮcial
                                                                                        de 10 ºC y una salinidad de
                                                                                        34,9‰, mientras que el PacíĮco
                                                                                        Norte Ɵene una temperatura de
                                                                                        6,7ºC y una salinidad de 32,8%.

                                                                                        La alta salinidad del AtlánƟco se
                                                                                        explica porque el volumen de
                                                                                        agua evaporada supera amplia-
                                                                                        mente al volumen de agua
                                                                                        aportado por las precipita-
    En el Cretácico es probable que el agua profunda de los océanos se formase en áreas tropicales.   ciones y las escorrenơas de los
    Allí el agua se hundía por la fuerte salinidad que adquiría debido a la evaporación (algo seme-  ríos que desembocan en ese
    jante a lo que ocurre hoy, a pequeña escala, en el Mediterráneo).                   océano. Por el contrario, en el
                                                                                        PacíĮco, los sistemas monta-
                                                                                        ñosos del oeste americano
                                                                                        provocan lluvias abundantes y
    Por el contrario, en la actualidad, casi toda el agua profunda de los océanos, mucho más fría,   hacen  de  barrera  a  la
    se forma en mares de latitudes altas, en donde el agua se densifica por la frialdad que adquiere   penetración de la humedad en
    al llegar allí y porque se saliniza al formarse el hielo estacional (ver corte)
                                                                                        el conƟnente. El agua evapo-
                                                                                        rada del PacíĮco que los vientos
                                                                                        del   oeste   llevan  hacia
                                                                                        Norteamérica, produce copio-
                                                                                        sas lluvias costeras y vuelve a
                                                                                        ese océano sin apenas penetrar
                                                                                        en el conƟnente americano. Por
                                                                                        el contrario, en Europa no
                                                                                        existen esas barreras topográĮ-
                                                                                        cas y gran parte de la humedad
                                                                                        atlánƟca acarreada por vientos
                                                                                        del oeste pasa de largo y se
                                                                                        aleja hacia Asia, sin ser
                                                                                        recuperada por el océano Atlán-
                                                                                        Ɵco.

                                                                                        Además, otro moƟvo de la
                                                                                        mayor salinidad del AtlánƟco
                                                                                        Norte, es que el agua evaporada
                                                                                        en la región anƟciclónica
                                     subtropical, que se exƟende de las Bermudas a las Azores, es traspasado en gran medida al
                                     PacíĮco, llevado por los vientos alisios tropicales que atraviesan el istmo de Panamá. La evapo-
                                     ración en el AtlánƟco y el trasvase atmosférico del vapor hacia el PacíĮco, hace que aumente la
                                     salinidad de las aguas tropicales atlánƟcas.

                                     EL TRANSPORTE DE CALOR

                                     Las corrientes marinas —en especial la Corriente del Golfo (Gulf Stream) juegan un papel muy
                                     importante en la distribución laƟtudinal del calor. Gran parte del calor excedentario que se
                                     recibe en el Trópico —radiación solar entrante menos radiación infrarroja saliente— es trans-
                                     portado hacia otras laƟtudes deĮcitarias. Gracias a la corriente marina, el aire seco y frío que
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