Cáncer

El cáncer es un conjunto de enfermedades en las cuales el organismo produce un exceso de células malignas (conocidas como cancerígenas o cancerosas), con crecimiento más allá de los límites normales, (invasión del tejido vecino y, a veces, metástasis).

La metástasis es la propagación a distancia, por vía fundamentalmente linfática o sanguínea, de las células originarias del cáncer, y el crecimiento de nuevos tumores en los lugares de destino de dicha metástasis. Estas propiedades diferencian a los tumores malignos de los benignos, que son limitados y no invaden ni producen metástasis. Las células normales al sentir el contacto con las células vecinas inhiben la reproducción, pero las células malignas no tienen este freno.

El cáncer puede afectar a todas las edades, incluso a fetos, pero el riesgo de sufrir los más comunes se incrementa con la edad.

¿Cuáles son las causas?

El cáncer es causado por anormalidades en el material genético de las células. Estas anormalidades pueden ser provocadas por agentes carcinógenos, como la radiación (ionizante, ultravioleta, etc.), de productos químicos (procedentes de la industria, del humo del tabaco y de la contaminación en general, etc.) o de agentes infecciosos. Otras anormalidades genéticas cancerígenas son adquiridas durante la división normal del ADN, al no corregirse los errores que se producen durante la misma, o bien son heredadas y, por consiguiente, se presentan en todas las células desde el nacimiento (esto causa una mayor probabilidad de desencadenar la enfermedad).

¿Cómo se hace el diagnóstico?

El diagnóstico de cáncer en pacientes está, en gran medida, influenciado por el tipo de cáncer, así como por la etapa o la extensión de la enfermedad, la presencia de metástasis entre otros.

El tratamiento del cáncer incluye cirugía, radioterapia y quimioterapia, entre otras.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento del cáncer se basa en estrategias de control local -como la cirugía y la radioterapia- y estrategias de control sistémico -como la quimioterapia, hormonoterapia y terapias biológicas.

De acuerdo con la situación del paciente, y de la extensión y el tipo de enfermedad, el tratamiento puede hacerse con el objetivo de curar a la persona, de controlar los síntomas o de prolongar la vida. En todo caso, deben realizarse junto con el tratamiento antitumoral tratamientos que ayuden a la persona a controlar el dolor u otros síntomas de modo que su calidad de vida sea la mejor posible.
En los pacientes en los que no es posible curar ni prolongar la vida, el control de síntomas se vuelve aún más importante porque ayuda a que la persona enfrente con mejores herramientas la última etapa de su vida.

A veces, dada la incapacidad actual de la ciencia para curar los tipos de cáncer más agresivos en estados avanzados de evolución, es preferible renunciar al tratamiento curativo y aplicar un tratamiento paliativo que proporcione el menor grado posible de malestar y conduzca a una muerte digna.

¿Cómo se puede prevenir?

Es importante realizar la detección del cáncer en individuos asintomáticos, con el objetivo de disminuir la morbilidad y la mortalidad.

  • Educación y hábitos saludables:
  1. Dejar de fumar: salva y prolonga la vida más que cualquier actividad de salud pública. Además del tabaco con su nicotina, prácticamente todo humo que se inhala frecuentemente posee elementos carcinógenos.
  2. Dieta saludable: en tal sentido se recomienda que sea variada, con la suficiente cantidad de nutrientes (en especial vitaminas y elementos como los fitoesteroles, azufre, selenio y ácidos grasos esenciales como el Omega 3). Se recomienda el consumo de alimentos orgánicos en particular repollos o coles, coliflores, brecoles o brocolis; frutas ricas en vitamina C, tomate, almendra, los cítricos y los alimentos ricos en fibra — como el pan integral— facilitan el tránsito intestinal y así la eliminación de toxinas, lo mismo hace el consumo de más de un litro de agua potable por día (el agua potable debe estar libre o poseer solo ínfimas cantidades de arsénico).
  • Evitar la exposición prolongada al Sol (o a otras fuentes de radiaciones UV), es casi obvio que se deben evitar todo lo posible las exposiciones a otras radiaciones ionizantes como lo son los rayos x y elementos radiactivos.
  • Atender las enfermedades gastrointestinales comunes, la bacteria (Helicobacter pylori) que provoca la úlcera gástrica o úlcera péptica produce toxinas carcinógenas.
  • Observar el desarrollo de lunares en especial los nuevos de colores: lunares de gran tamaño o asimétricos requieren especial precaución y se sugiere su extirpación, en cuanto a queratosis y verrugas siempre es aconsejable la consulta al médico, las verrugas raramente se malignizan aunque conviene la precaución en especial si afectan zonas genitales o zonas de frecuente rozamiento.
  • Quimioprevención: es la utilización de determinados agentes químicos, naturales o sintéticos, para revertir, suprimir o impedir la carcinogénesis antes del desarrollo de una neoplasia maligna.
  • Las prácticas sexuales deben ser seguras, muchas enfermedades de transmisión sexual pueden degenerar en cánceres (por ejemplo la hepatitis C y la hepatitis B, el virus de papiloma genital o el VIH-sida).
  • Vacunación: las vacunas para determinados virus, pueden prevenir determinados tipos de cáncer. Por ejemplo la vacunación universal contra la hepatitis B, puede reducir la incidencia de hepatoma.
  • Se ha observado que un déficit crónico de vitamina D predispone al ser humano a ser afectado por diversos tipos de cáncer.

Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina) http://www.msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48/89-cancer#sthash.gle23gWH.dpuf

Cáncer de Colon y Recto

El cáncer es el proceso de crecimiento y diseminación incontrolado de las células. Puede aparecer prácticamente en cualquier lugar del cuerpo en la forma de tumores. El tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en otros sitios distantes del organismo. Este tipo de cáncer se desarrolla en los tejidos del colon y/o el recto.

El colon y el recto son partes del aparato digestivo. Forman un tubo largo, muscular, llamado intestino grueso. Los alimentos digeridos parcialmente entran en el colon procediendo del intestino delgado. El colon extrae agua y nutrientes de los alimentos y convierte el resto en desechos (materia fecal). Los desechos pasan del colon al recto y luego al exterior del cuerpo por el ano.

¿Cuáles son las causas?

No se conocen las causas exactas del cáncer colorrectal. Rara vez puede explicarse por qué el cáncer colorrectal se presenta en una persona y no en otra. Sin embargo, es importante aclarar que no es contagioso.

¿Quiénes pueden tener cáncer de colon y recto?

La investigación ha demostrado que personas con ciertos factores de riesgo tienen más probabilidad que otras de padecer cáncer colorrectal:

  • Edad mayor de 50 años: El cáncer colorrectal es más probable que ocurra cuando las personas envejecen. Más del 90% de las personas con esta enfermedad fueron diagnosticadas después de los 50 años de edad.
  • Pólipos colorrectales: Los pólipos son tumores en la pared interior del colon o del recto. Son comunes en personas de más de 50 años de edad. La mayoría de los pólipos son benignos (no cancerosos), pero algunos pólipos (adenomas) pueden convertirse en cáncer. Encontrarlos y extirparlos puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
  • Antecedentes familiares: Familiares cercanos (padres, hermanos, hermanas o hijos) de una persona con antecedentes de cáncer colorrectal tienen en cierta manera mayor probabilidad de presentarlo, especialmente si el familiar tuvo el cáncer a una edad joven. Si muchos familiares cercanos tienen antecedentes, el riesgo es aún mayor.
  • Alteraciones genéticas: Los cambios en ciertos genes aumentan el riesgo de cáncer colorrectal.
  • Antecedentes personales de cáncer: La persona que ya ha tenido cáncer colorrectal en el pasado puede presentarlo una segunda vez. También las mujeres con antecedentes de cáncer de ovarios, de útero (endometrio) o de mama tienen, en cierto modo, un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal.
  • Colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn: La persona que ha tenido alguna enfermedad que causa inflamación del colon (como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn) por muchos años tiene un riesgo mayor de presentar cáncer colorrectal.
  • Dieta: Algunos estudios sugieren que las dietas ricas en grasas (especialmente grasa animal) y pobres en calcio, folato (ácido fólico) y fibra pueden aumentar el riesgo de cáncer colorrectal. También, algunos estudios sugieren que las personas que consumen una dieta pobre en frutas y verduras pueden tener un riesgo mayor de cáncer colorrectal.
  • Consumo de tabaco: La persona que consume algún tipo de tabaco puede tener un riesgo mayor de presentar pólipos y cáncer colorrectal.

¿Cómo se puede prevenir?

  • En adultos un nivel mínimo de 30 minutos diarios de actividad física regular (por ejemplo caminar) y de 60 minutos para niños y jóvenes en edad escolar.
  • Una dieta saludable que se caracterice por: una baja ingesta de grasas de origen animal (fiambres, embutidos, manteca y leche entera, por ejemplo) y de ácidos grasos trans (presentes en la margarina, los productos de pastelería y las golosinas, entre otros), consumo de frutas y verduras (al menos 400 gramos por día), así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos, y reducir al mínimo la exposición a aflatoxinas en los alimentos.
  • Evitar el consumo de tabaco.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento del cáncer se basa en estrategias de control local -como la cirugía y la radioterapia- y estrategias de control sistémico -como la quimioterapia, hormonoterapia y terapias biológicas.

Dependiendo de la situación del paciente, y de la extensión y el tipo de enfermedad, el tratamiento puede hacerse con el objetivo de curar a la persona, de controlar los síntomas o de prolongar la vida. En todo caso, deben realizarse junto con el tratamiento antitumoral tratamientos que ayuden a la persona a controlar el dolor u otros síntomas de modo que su calidad de vida sea la mejor posible.

En los pacientes en los que no es posible curar ni prolongar la vida, el control de síntomas se vuelve aún más importante porque ayuda a que la persona enfrente con mejores herramientas la última etapa de su vida. A veces, dada la incapacidad actual de la ciencia para curar los tipos de cáncer más agresivos en estados avanzados de evolución, es preferible renunciar al tratamiento curativo y aplicar un tratamiento paliativo que proporcione el menor grado posible de malestar y conduzca a una muerte digna.

Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina) http://www.msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48/247-cancer-de-colon-y-recto#sthash.o4ueTzUW.dpuf