Los diccionarios

¿Qué sabes de los diccionarios? Si te interesa saber cómo se elaboran, cuál fue el primero de la lengua castellana, qué tipos de diccionarios existen y saber más y más, te invitamos a sumergirte en la siguiente lectura.

Los diccionarios no sólo sirven para resolver una tarea o para llevarlos a la escuela, tienen utilidad a lo largo de toda la vida. Quizás, muchos los consideren como largos listados de palabras. Pero, en realidad, son mucho más que eso y no sólo existen aquellos que definen las palabras de un idioma sino que también hay etimológicos, de combinaciones, de sinónimos y antónimos, ideológicos, etc.

Para comenzar a comprender su importancia, queremos compartir un relato que cuenta el lingüista y escritor español José Antonio Millán. Según dice, la Justicia de Vizcaya (provincia de España), condenó a unos jóvenes por llamar “cipayos” a unos policías. El primer juez que tomó la causa buscó la palabra en el Diccionario de la Academia, y observó que significaba: “soldado de la India de los siglos XVIII y XIX”. Esto no parecía un insulto y no los condenó. Pero más tarde, la corte volvió a tomar el diccionario y observó una segunda acepción: “Secuaz a sueldo”. Eso sí era un insulto. En consecuencia, los jóvenes fueron declarados culpables.

Así, podemos advertir que el diccionario se utiliza en distintas profesiones y podría ser esencial para resolver conflictos.

¿Sabías qué...?
¿Sabías que los primeros diccionarios eran simples glosarios de términos? No explicaban el significado de las palabras, tan sólo ofrecían palabras equivalentes o sinónimos.
El informe del Instituto Cervantes de 2013 precisa que el español es la segunda lengua del mundo por número de hablantes y el segundo idioma de comunicación internacional. Además, indica que es la segunda lengua más utilizada en las dos principales redes sociales del mundo:
Facebook y Twitter.

Cabe destacar que Covarrubias temía morir pronto, por lo que se apresuró a llevar la obra a imprenta. Pero, tras la publicación, continuó trabajando en el texto, y dejó un manuscrito de cerca de cuatrocientas páginas en el cual corregía algunas voces, ampliaba otras y añadía muchas más. Probablemente se proponía sacar una nueva versión.

No obstante, más allá de las observaciones, la obra constituye un hito en la historia de la lengua y la cultura española, pues es el primer diccionario monolingüe del castellano. Además, fue considerado por la RAE en 1713 como un referente de primer orden para la redacción de un gran diccionario del español. Posteriormente otros diccionarios tomaron como fuente al Tesoro de la lengua castellana o española.

LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Es una institución cultural que se creó en Madrid en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco (1650-1725), marqués de Villena, quien fue también su primer director. Junto con otras veintiuna Academias correspondientes en sendos países donde se habla español, conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Entre 1726 y 1739 se confeccionó el diccionario de la Real Academia Española.

Su objetivo es velar por el buen uso de la lengua española. Para esto se organiza en Pleno y, a su vez, en comisiones que se reúnen periódicamente para desarrollar diversas actividades y confeccionar obras y publicaciones.

El Pleno se ocupa de los asuntos generales relacionados con la actividad académica y la elaboración y revisión de las obras y proyectos en curso. En el desempeño de sus tareas, cuenta con la ayuda de la Junta de Gobierno y de las distintas comisiones. También cuenta con la cooperación del Instituto de Lexicografía, integrado por filólogos y lexicógrafos que realizan tareas de apoyo para la elaboración de las obras académicas.

DICCIONARIOS MONOLINGÜES

Si los diccionarios son clasificados de acuerdo a la información que contienen, se pueden distinguir dos tipos: los léxicos y los enciclopédicos.

• Léxicos: son los que explican los significados de las palabras, a excepción de los nombres propios. Éstos pueden ser de dos tipos: normativos o de uso.

– Normativos: son un compendio de las palabras y acepciones reconocidas por las autoridades académicas. El diccionario normativo más consultado es el de la RAE.

– De uso: reúnen las palabras y las acepciones que utilizan los hablantes y ofrecen, además, ejemplos e indicaciones que nos muestran el uso que habitualmente se hace de las palabras.

• Enciclopédico: además de ofrecer el significado de las palabras, contienen información general sobre países, ciudades, personajes de la historia, etc.

DICCIONARIOS ESPECIALIZADOS

Algunos diccionarios contienen información especializada referida a un determinado ámbito conceptual: biología, informática, economía, etc.

Entre los diccionarios especializados de lingüística cabe mencionar:

• Etimológicos: informan sobre la procedencia de las palabras.
• De combinaciones: muestran las combinaciones deunas palabras con otras en función de su significado.
• Sinónimos y antónimos.
• Fraseológicos: contienen las expresiones y locuciones más utilizadas.
• De dudas: reúne los términos en los que se suele cmeter mayor número de incorrecciones.

CÓMO USAR EL DICCIONARIO

Hay ciertas cuestiones que se deben considerar a la hora de consultar un diccionario. En primer lugar, es esencial saber que no se encuentran todas las palabras. Atención aquí: esto no quiere decir que falte el significado de una palabra, se refiere a que no se encuentran todas las variantes de una palabra. Por ejemplo: “correr” es un verbo que tiene diversas variables (corrimos, correremos, corran, etc.), entonces en el diccionario sólo se incluye en infinitivo.
Las formas que figuran son:

• El infinitivo de los verbos, tal como vimos en el ejemplo de “correr”.

• En el caso de los sustantivos y adjetivos, sólo se incluye el singular. Así, se puede corroborar que en un diccionario figura la palabra “mesa” o “lindo” pero no “mesas” o “lindos”.

• En los sustantivos y adjetivos que poseen la forma de masculino y femenino, sólo figura la forma masculina, y la terminación que corresponde al femenino. Por ejemplo: en el diccionario figura “secretario, ria”.

Otra cuestión a tener en cuenta a la hora de buscar una palabra, es la diversidad de significados que puede tener. Cada uno de los significados recibe el nombre de acepción. Entonces, cuando una palabra tiene más de una acepción, se detallan todas ellas precedidas de un número. Veamos como ejemplo la definición que da la RAE de la palabra banco.

¿Sabías qué...?
Los primeros diccionarios eran copiados a mano y privilegio de una minoría.

BANCO

(Del fr. ant. bank, y este del germ. *banki). > Información etimológica
1. m. Asiento, con respaldo o sin él, en que pueden sentarse varias personas.
2. m. Madero grueso escuadrado que se coloca horizontalmente sobre cuatro pies y sirve como de mesa para muchas labores de los carpinteros, cerrajeros, herradores y otros artesanos.
3. m. cama (II del freno). U. m. en pl.
4. m. En los mares, ríos y lagos navegables, bajo que se prolonga en una gran extensión.
5. m. Conjunto de peces que van juntos en gran número.
6. m. Establecimiento público de crédito, constituido en sociedad por acciones.
7. m. Establecimiento médico donde se conservan y almacenan órganos, tejidos o líquidos fisiológicos humanos para cubrir necesidades quirúrgicas, de investigación, etc. Banco de ojos, de sangre
8. m. Arq. sotabanco (II piso habitable). > Información de uso
9. m. Geol. Estrato de gran espesor.
10. m. Ingen. Macizo de mineral que presenta dos caras descubiertas, una horizontal superior y otra vertical.

ADEMÁS DEL SIGNIFICADO

Hay diccionarios que, complementariamente con el significado de las palabras, ofrecen otra información. Por ejemplo: información etimológica (procedencia), categorial (si es verbo, sustantivo, etc.), léxica (sinónimos, antónimos, etc.) y de uso.

Siguiendo el ejemplo de la definición de la palabra banco, se puede observar que la RAE, por ejemplo, provee información etimológica y de uso.

La primera enciclopedia

Las enciclopedias son parte esencial de nuestra vida académica. Desde pequeños acudimos a ellas para ir formándonos en diferentes áreas. Les presentamos el origen de la primera enciclopedia y la importancia que implicó su creación.

ANTECEDENTES DE LA ENCICLOPEDIA

«En esta obra no se encontrarán… los conquistadores que han destruido la Tierra, sino los genios inmortales que la han iluminado. […] Aun los nombres de los príncipes y de los grandes personajes no tienen derecho a ocupar un lugar en la Enciclopedia, excepto en virtud de los beneficios que le hayan hecho a la ciencia; la Enciclopedia le debe todo al talento y nada a los títulos. Es la historia del espíritu humano, no de la vanidad».
Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers (1751-1772); París, Francia.

Desde que el hombre comenzó a conocer el mundo en el que vivía, construyó el conocimiento clasificando todos los objetos que estudiaba. Desde el mismo momento en que ese saber fue acrecentándose, también se gestó la idea de reunirlo todo de tal manera que aquello que quisiéramos conocer, estaría al alcance de la mano en un solo lugar.

Ilustración del interior de la Biblioteca de Alejandría, según evidencias arqueológicas.

Los primeros lugares en los que fue almacenándose el conocimiento serían las academias griegas, aunque el primer espacio que realmente podemos considerar como un antecedente a la clasificación cuidada del saber fue la Biblioteca de Alejandría; una de las siete maravillas del mundo antiguo. Esta biblioteca llegaría a albergar unos 700.000 manuscritos, y cuyo catálogo abarcaba matemática, astronomía, geometría, mecánica y medicina.

Plinio el Viejo. Su Historia natural, escrita hacia el 77 a. C., es considerada la publicación más antigua de la historia.
Portada del Dictionnaire de Trévoux (1704-1771), una obra muy ecléctica dirigida y redactada por jesuitas franceses que fue ampliándose y ganando cada vez más prestigio.

Así las cosas, diferentes autores siempre trataron de compilar todo el conocimiento del momento. Entre ellos encontramos a Plinio “El Viejo” en el año 77 con los 37 libros de su Historia Natural; aunque esta obra no contaba con un método de búsqueda organizado y estaba volcada a la narrativa. El orden y la clasificación por categorías implican una comprensión profunda del tema. Entre los años 627 y 630 hallamos la obra de San Isidoro de Sevilla, Originum sive etymologiarum libri viginti (Etimologías), que consta de 20 libros en los que se recopilaba ciencia, revelaciones, origen y significados. Otro antecedente importante es el Suda del mundo mediterráneo; un compendio histórico escrito en griego por eruditos bizantinos del siglo X, ordenado alfabéticamente y con 30.000 entradas. Como último antecedente lejano podemos citar en China los 22.877 manuscritos reunidos entre 1403 y 1408 por los 2.000 eruditos reclutados por el emperador Yongle de la dinastía Ming.

Sir Francis Bacon en 1618.

LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA ENCICLOPEDIA ACTUAL

En el siglo XIII aparece la figura de Roger Bacon, un monje franciscano inglés cuyos conocimientos del griego y otros idiomas orientales lo llevaron a traducir importantes obras del Mundo Antiguo; consideraba que era sumamente importante los escritos en su idioma original. En el año 1267 se publica su Opus Maius que desarrollaba un método de confirmación de información para categorizar en ciencias, filosofía, moral y ética; era una obra con saberes de fuerte carga religiosa y sería el germen para el establecimiento del método científico y una clasificación un poco más ordenada.

El filósofo y político inglés Francis Bacon, publica en 1605, Of the proficiency and advancement of learning, divine and human. En este escrito establece que existen dos árboles de conocimiento: el humano y el divino. Aquí, indudablemente, se percibe la influencia de la Summa Teologicæ de Santo Tomás de Aquino.

Para el siglo XVIII el editor André Le Breton estaba en la búsqueda de dos autores para traducir Cyclopaedia de Ephrain Chambers y la empresa recaería entonces en las manos de Denis Diderot y Jean Le Rond D´Alembert.

Retrato de Denis Diderot (1713-1784) según el pintor francés Louis-Michel van Loo.

Cyclopaedia pretendía reunir todo el conocimiento de la época, organizada en 47 artes y ciencias. Si bien Ephrain Chambers se había basado en las categorías descritas por Francis Bacon, introdujo varias ramas de los dos árboles principales del conocimiento –el humano y el divino– por lo que tanto Diderot como D´Alembert no estuvieron de acuerdo con la clasificación que tenía esta obra. Ambos retornarían a la fuente original para, no sólo traducir sino ordenar nuevamente todo el material con el fin de no tener objeciones religiosas ni filosóficas; el argumento religioso se los daría la Summa Teologicæ y el argumento epistemológico lo aportaría D´Alembert al lograr una acabada cohesión entre ciencias y artes tomando como parámetro a John Locke.

Esta enciclopedia sería conocida como el “texto supremo de la Ilustración” y modificaría para siempre la manera de concebir al mundo.

Retrato de Jean le Rond D’Alembert (1717-1783).

LA OBRA DE DIDEROT Y D´ALEMBERT

Los autores de la que se considera la primera enciclopedia iniciaron un trabajo monumental como alternativa al Diccionario de Trévoux de los jesuitas, pero no lo hicieron solos. Diderot desarrollaría lo concerniente a la historia de la filosofía, además de tener un marcado interés por la tecnología; para ello apelaría a autores como Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Du Marsais y Daubenton. D´Alembert se abocaría a la matemática, el abate Morellet a la teología, Buffon a las ciencias de la naturaleza, Paul-Joseph Barthez a la medicina, Quesnay y Turgot a la economía y el caballero de Jaurcourt ayudaba a Diderot en cuestiones de redacción y edición.

Portada de L’Encyclopédie (1751).

Si tuviéramos que definir de alguna manera las tendencias filosóficas predominantes en esta enciclopedia, serían el empirismo y el sensualismo, ambas características de la Ilustración. Como lo dijimos previamente, Diderot emplearía la imagen del árbol del conocimiento apreciado por la escolástica medieval y recuperada por Francis Bacon; y se basaría en esa clasificación de las facultades y las ciencias tan difundida en su momento. Este hecho no deja de ser paradójico ya que la imagen bíblica del Génesis se invierte al reunir en una obra el saber humano y asociarlo a esa figura. El conocimiento ahora estaría al alcance de todos.

Diderot era un soberbio analítico que registraría todo ordenándolo con criterio racional y alfabético sin ningún tipo de reservas. La gran novedad que establece Diderot es la utilización de las referencias a los objetos y las palabras para que el lector pueda abordar fácilmente ese gran espacio de saberes.

Imagen de la estructura en la que la enciclopedia organizaba el conocimiento humano. Tenía tres ramas principales: memoria, razón e imaginación.

El 28 de junio de 1751 se imprimieron 2.000 ejemplares del primer volumen para enviárselos a los suscriptores. La Enciclopedia triunfó en toda Europa y varios países, incluida Rusia, buscaron hacerse de ella rápidamente.

Diderot debió esconderse por el año 1752 al publicarse el tomo II pues fue precedido de un gran escándalo que llevaría a la suspensión de la publicación. Sin embargo, en 1753 aparecería el tomo III y éste sería condenado por el Consejo del rey: ya desde el primer tomo la enciclopedia había puesto en tela de juicio el derecho divino de la realeza. Los tomos IV, V y VI se publicaron en 1754, 1755 y 1756 respectivamente.

Retrato de Voltaire hacia 1718. El famoso escritor francés colaboraría en L’Encyclopédie en los artículos referidos a historia, literatura y filosofía.

El mismo Rousseau acabaría publicando una respuesta violenta en contra de los artículos de la enciclopedia cuando, en 1757, se publicó el tomo VII el artículo “Ginebra” escrito por D’Alembert. En 1759, se prohíbe definitivamente la Enciclopedia y el privilegio otorgado para publicar de 1748 fue anulado, con la orden de devolver el dinero a los suscriptores. A modo de indemnización, Le Breton editaría dos volúmenes diferentes que se le enviarían a cada uno de ellos. D’Alembert, Marmontel y Duclos se retiraron. Diderot continuaría solo durante siete años. En 1766 se editarían los diez últimos volúmenes. El último de los once volúmenes de grabados aparecería en 1772. Pero a partir del volumen VIII, Diderot ignoraría que todos los ejemplares se verían sometidos a la censura del editor Le Breton, que, sin embargo, dejó que los volúmenes se publicaran.

La obra de Diderot y sus colaboradores impulsó la producción de enciclopedias quedando como símbolo del espíritu de la Ilustración. Desde el catolicismo, se intentaría borrar todo recuerdo de la primera enciclopedia: el abate Jacques-Paul Migne (1800-1875), fundador de la Biblioteca Universal del clero y editor de faraónicas colecciones de textos de padres de la Iglesia griega y latina, publicaría una Enciclopedia eclesiástica (1851-1859) de 66 volúmenes. Esfuerzo inútil ya que actualmente no se tienen registros de esta última empresa, salvo en círculos especializados.

La enciclopedia daría lugar también a otros trabajos como la enciclopedia filosófica realizada por Hegel y Fichte, ambos hijos de la filosofía de la Revolución Francesa y de la Ilustración.

Louis Jaucourt, médico, filósofo y escritor francés, quien contribuyó de manera importantísima en L’Encyclopédie de Diderot y D’Alembert al aportar más de 17.266 artículos.

INFLUENCIA DE LAS ENCICLOPEDIAS

Ponemos un orden en el mundo clasificándolo, es decir, tenemos un conocimiento enciclopédico de nuestro entorno. En el mundo antiguo, el hombre era definido como un ser bípedo que conocía de acuerdo a las observaciones que hacía y lo que se preguntaba; con el advenimiento de la enciclopedia, se cambia la forma de clasificación ya que se rompen las fronteras entre lo conocido y lo incognoscible, y ya no es necesario pasar por la experiencia para conocer algo.

A partir de la Ilustración el conocimiento tiene mayor relevancia que la religión; la fe en la ciencia llega para arrebatarle el poder a la Iglesia. Existe una revalorización de los pensadores y es algo que el mismo Diderot especificaría en su obra.

Surgen modernas disciplinas académicas en el siglo XIX y las instituciones se adaptan a esa forma de conocer: es la cosmovisión actual, la nuestra. Finalmente, la estructura mental del mundo occidental, el pensamiento, sería cincelado por el filo acerado del enciclopedismo; la primera enciclopedia había iniciado el camino de manera irrevocable.