Verboides

En nuestro sistema de lenguaje cotidiano, un verbo es una palabra que representa una acción y que al conjugarse, cambia morfológicamente para especificar número, género, modo, persona y tiempo; sin embargo, existen formas que adoptan estos verbos que actúan como la excepción a esta regla. Estas formas son conocidas como verboides.

¿Qué son los verboides?

Los verboides son los verbos no finitos, es decir, verbos no definidos en cuya morfología no está plasmada la persona, el género, el modo, el número o el tiempo verbal, salvo excepciones. Por este motivo, generalmente, no muestran relación gramática con el sujeto de la oración; es decir, que no pueden funcionar como el verbo del predicado de dicha oración.

Además, al ser configurados de esta manera, adquieren una función distinta a la de verbo dentro de la oración, y según sea el caso, pueden ser tratados como sustantivos, adjetivos o adverbios.

Los verboides también son conocidos como verbos no finitos, verbos no definidos, verbos indefinidos y formas no personales del verbo.

Características de los verboides

  • No pueden cumplir la función del verbo del predicado en una oración principal, salvo pocas excepciones.
  • Pueden cumplir la función de sustantivos, adjetivos o adverbios dentro de la oración, según sea el caso.
  • Salvo excepciones, no indican ni expresan tiempo, persona, género, modo o número, a diferencia de los verbos y sus conjugaciones.
  • Son invariables, es decir, no cambian su morfología independientemente de la función que cumplan en la oración.
  • Según el tipo de verboide poseen diferentes sufijos específicos que los identifican como tales.

Principales tipos de verboides

– Infinitivos:

Es la forma más básica de un verbo, y no indica en su morfología la persona, número, género, modo o tiempo de la acción que realiza el sujeto. Pueden ser fácilmente identificados por poseer las terminaciones o sufijos -ar, -er o -ir. Ejemplos: caminar, comer, dormir, etc.

El infinitivo suele tomar la función de sustantivo de la oración, es decir, el nombre que identifica al sujeto o al objeto de la oración, que es quien realiza la acción o en quien recae la acción respectivamente.

El infinitivo cumple su rol de sustantivo de diferentes formas:

  • Infinitivo como sujeto:

    Aquel que realiza la acción, representada por otro verbo.

Ejemplos:

Olvidar los mejores momentos de tu vida es casi imposible.

Pensar en hamburguesas abre mi apetito.

Curar una herida requiere de mucha destreza.

 

  • Infinitivo como objeto/complemento directo:

    En quien recae la acción del verbo.

Ejemplos:

Mi hermana quiere aprender las tablas de multiplicar.

No deseo salir tan tarde.

Debo comenzar la dieta.

 

  • Infinitivo como modificador de un nombre:

    Sustantivo en infinitivo que complementa a otro sustantivo en la oración.

Ejemplos:

No comprendo el hecho de proceder de este modo.

Me da la impresión de tener un agujero en el estómago.

La importancia de preparar profesionalmente a las personas suele ser subestimada.

 

  • Infinitivo como modificador de un adjetivo:

    Sustantivo en infinitivo que complementa a un adjetivo en la oración.

Ejemplos:

Esta información es fácil de procesar.

Es imposible adivinar en el primer intento.

Es prudente pensar antes de hablar.

 

  • Infinitivo como modificador de un adverbio:

    Sustantivo en infinitivo que complementa a un adverbio en la oración.

Ejemplos:

Antes de entrar, primero debes tocar el timbre.

Lejos de resolver el problema, lo empeoró.

Quizás haber abierto esta caja de chocolates no fue una buena idea.

Dos aspectos a tener en cuenta son que, en varios casos, estos verboides deben ir acompañados de una preposición para darle sentido gramatical a la oración (de, sin, etc) y, en otras ocasiones, el infinitivo del verbo haber puede unirse a un verboide participio para formar un infinitivo compuesto e indicar así pasado o anterioridad (haber vivido, haber gastado, etc). En ambos casos el infinitivo continúa su rol como sustantivo.

– Gerundios: forma derivada del verbo que funciona gramaticalmente como un adverbio, pues se conjuga junto a otros verbos en la oración para expresar alguna circunstancia en concreto. Estos verbos serán quienes aporten la persona, el número y el tiempo al sentido de la oración, pues el gerundio en sí carece de estas características. Pueden ser identificados por poseer las terminaciones o sufijos -ando o -endo. Ejemplos: caminando, comiendo, durmiendo, etc.

El gerundio, en su rol de adverbio, puede cumplir con dos funciones diferentes en la oración:

  • Simultaneidad:

    El gerundio se utiliza junto a cualquier forma conjugada del verbo estar para indicar que ambos derivados verbales ocurren de forma simultánea.

Ejemplos:

Los niños están jugando en el parque

Mis grupos de música favoritos estaban tocando en la plaza la semana pasada.

Está lloviendo a cántaros.

 

  • Modo:

    El gerundio se utiliza junto a la forma conjugada de un verbo de acción para indicar modo, es decir, cómo o de qué forma se está llevando a cabo dicha acción.

Ejemplos:

Mi hermano limpia moviendo la escoba de un lado para el otro.

Ella conversa alzando la voz.

Dibujaba sonriendo mientras recordaba el paisaje.

En ambos casos el gerundio transmite un efecto de continuidad, que indica que la acción que se lleva a cabo no posee un final concreto.

– Participios: forma derivada del verbo que funciona gramaticalmente como un adjetivo, ya que puede ser utilizado para describir el estado o característica. Son identificados por poseer las terminaciones y sufijos -ado e -ido en el caso de los participios regulares, y las terminaciones -cho, -to y -so para los participios irregulares.

El participio posee dos formas básicas de cumplir su rol de adjetivo:

  • Participio como modificador del sustantivo:

    Participio que actúa como un adjetivo que complementa y describe al sustantivo de la oración.

Ejemplos:

Un señor mareado me dijo que no volvería a subir a un barco.

El árbol talado se convertirá en papel y madera.

La computadora encendida muestra varios documentos abiertos.

  • Participio como predicativo subjetivo:

    Estado del participio en el que, como adjetivo, complementa tanto al sujeto como al verbo del predicado.

Ejemplos:

La moneda cayó parada.

El tesoro es custodiado.

Esa persona parece confundida.

¿Sabías qué...?
La palabra verboide no existe oficialmente, y por lo tanto no posee un lugar ni una definición en el diccionario de la Real Academia Española. El término se acuñó de manera informal en base a su practicidad y a sus raíces etimológicas: verbum, traducido como palabra en latín, y el sufijo de origen griego -oide, que significa apariencia o imagen.
Participio, la excepción a la regla

Curiosamente y, al igual que los adjetivos comunes, el participio es el único tipo de verboide que puede indicar género y número en su morfología, por lo que se convierte automáticamente en una excepción a la regla de los verboides. Por ejemplo: construido/construida, construidos/construidas.