Educación sexual

La educación sexual ayuda a las personas a obtener información, habilidades y motivación para tomar decisiones saludables sobre el sexo y la sexualidad.

¿Qué es la educación sexual?

La educación sexual es la enseñanza de temas relacionados con el sexo y la sexualidad, explora los saberes sobre esos temas y permite adquirir las habilidades necesarias para manejar de forma correcta las relaciones y administrar la propia salud sexual.

La educación sexual puede tener lugar en las escuelas, en entornos comunitarios e incluso en línea. Por supuesto que los padres juegan un papel central en la provisión de educación sexual.

La educación sexual es un tema sumamente importante en los que se deben incluir a los adolescentes para evitar enfermedades o embarazos no deseados.

¿Cuáles son las etapas del desarrollo social y sexual?

De 0 a 1 años

En esta etapa solo existe una relación con los padres a través de los cuidados de ellos, los niños crean lazos afectivos que serán muy importantes en su futuro en cuanto al ámbito social y sexual.

De 1 a 3 años y medio

Esta es la segunda etapa, gracias al vínculo que crea con sus padres su pensamiento se enriquece. Se oponen a las reglas de su familia como una manera de afianzar su independencia.

De 3 años y medio a 6 años

En esta etapa el niño comienza a conocer el mundo, también surge el primer periodo de enamoramiento. Aprenden a relacionarse con otros y a identificar su propio sexo.

De 6 a 9 años

En esta etapa inicia el crecimiento físico, comienza el interés del niño por conocer el mundo y lo que lo rodea. El desarrollo sexual se centra en el inicio del desarrollo de los caracteres secundarios. Los valores de la familia y la enseñanza de la sexualidad son vitales en esta etapa.

Juventud – de 10 a 24 años

La juventud, aunque se extiende desde los 10 años hasta los 24 años, incluye varias etapas, abarca la pubertad, preadolescencia, adolescencia media y juventud plena.

Durante la pubertad, las hormonas sexuales se activan y generan cambios físicos y psicológicos. El cuerpo crece aceleradamente, se acentúan los caracteres sexuales secundarios, a las chicas les crecen las caderas, senos y les crece el vello en la pelvis principalmente; por otro lado a los chicos les cambia la voz, les crecen los genitales y el vello en la pubis.

En esta etapa, a pesar del cambio de apariencia y de que se alcanza la madurez sexual, psicológicamente el adolescente no está preparado para tener relaciones. Presentan emociones contradictorias entre la niñez y la adultez.

¿Sabías qué...?
Cada año en los Estados Unidos, aproximadamente 750.000 adolescentes quedan embarazadas, y hasta el 82 % de esos embarazos son involuntarios.

Durante la adolescencia, los jóvenes comienzan a desarrollar ideas sobre su aspecto físico, buscan su propia identidad y en el camino se crean ciertas inseguridades. Es una etapa usualmente de rebeldía en la que se crean más vínculos con los amigos y se inician las relaciones de pareja, por lo que es una etapa crítica en la educación sexual.

A pesar de que esta etapa este caracterizada por la rebeldía, los padres deben hablarles a sus hijos sobre la sexualidad.

¿Por qué es importante la educación sexual?

La educación integral sobre salud sexual abarca una variedad de temas los cuales junto con el apoyo de los padres y la comunidad, puede ayudar a los jóvenes a:

  • Evitar las consecuencias negativas para la salud: conocer acerca de la educación sexual les permite a las jóvenes evitar los embarazos no deseados, reducir las enfermedades de transmisión sexual como el VIH o el VPH, las cuales pueden tener consecuencias sumamente graves para la salud.
¿Qué es el VIH?

El VIH o virus de la inmunodeficiencia humana, es un virus que ataca el sistema inmunológico. Sin un sistema inmune fuerte, el cuerpo tiene problemas para combatir las enfermedades. Tanto el virus como la infección que causa se llaman VIH.

Los anticonceptivos permiten la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
  • Evitar que la sexualidad sea un tema tabú: aprender a hablar libremente de anticonceptivos y condones, así como actividades para las que no están preparados, protege la salud de los jóvenes a lo largo de sus vidas, retrasa la iniciación sexual hasta que estén listos. La conversación acerca de estos temas ayuda a que los adolescentes utilicen anticonceptivos
  • Comprender las relaciones saludables y no saludables: mantener una relación sana requiere habilidades que a muchos jóvenes nunca se les enseñan, como la comunicación positiva, el manejo de conflictos y las decisiones de negociación relacionadas con la actividad sexual. La falta de estas habilidades puede llevar a relaciones poco saludables e incluso violentas entre los jóvenes.
  • Comprender, valorar y sentir autonomía sobre sus cuerpos: la educación en salud sexual no sólo enseña los principios básicos de la pubertad y el desarrollo, sino que también inculca a los jóvenes que tienen derecho a decidir qué conductas deben realizar y a rechazar la actividad sexual no deseada. Además, la educación sexual ayuda a los jóvenes a examinar las fuerzas que contribuyen a una imagen corporal positiva o negativa.
  • Respetar el derecho de los demás a la autonomía corporal: la buena educación sexual les enseña a los jóvenes lo que constituye violencia sexual, que la violencia sexual es incorrecta y cómo encontrar ayuda si han sido agredidos.
  • Mostrar dignidad y respeto por todas las personas, independientemente de su orientación sexual: en las últimas décadas se han dado pasos enormes hacia la igualdad para las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT). Sin embargo, los jóvenes LGBT aún enfrentan discriminación y acoso.
  • Protege su éxito académico: la salud sexual de los estudiantes puede afectar el éxito académico. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades han descubierto que los estudiantes que no participan en conductas de riesgo de salud reciben calificaciones más altas que los estudiantes que participan en conductas de riesgo para la salud.
Los problemas relacionados con la salud y los embarazos no deseados pueden contribuir tanto al ausentismo como a la deserción.