Mito y leyenda

Suele pensarse a estos dos géneros literarios como sinónimos. Sin embargo, no tienen el mismo significado. En el siguiente artículo se detalla cada uno de ellos y se explican sus principales diferencias.

Los mitos son relatos anónimos, es decir, de autor desconocido y transmitidos de generación en generación por lo que se los considera tradicionales.

Es una narración de sucesos transformados por la fantasía de los pueblos a lo largo del tiempo; siempre aparecen en ellos elementos maravillosos que explican sucesos de la naturaleza o religiosos. El origen del universo, de los seres humanos y los fenómenos naturales son explicados a través de estas narraciones que todavía nos deleitan. Entonces, entendemos por mito a un relato antiguo, simbólico y de carácter religioso.

Los mitos intentan explicar sucesos de la realidad y/o religiosos.

La leyenda surge de la necesidad de diversos pueblos de explicar la existencia de algo. A diferencia de los mitos, los sucesos suelen basarse en hechos reales, que se transmitieron de generación en generación y que, además, se relacionan con el pueblo que le dio su origen. Debido a esto, suelen aparecer descripciones detalladas de la geografía del lugar.

Es una narración de un suceso maravilloso, que se basa en algo real pero transformado por la fantasía popular. Sus personajes pueden ser animales, dioses y seres humanos que tienen relaciones con esos dioses y a través de los cuales se realizan actos maravillosos. Los temas de las leyendas se agrupan en:

  1. Religiosos: historias de justos y pecadores, pactos con el demonio, doctrina de reencarnación, episodios de la vida de santos.
  2. De la naturaleza: caracteres de los animales, origen de las plantas y sus virtudes médicas, explicación de fenómenos atmosféricos, interpretación de las formas del relieve geográfico, entre otros.
  3. Históricos: episodios guerreros, identificación de ruinas y monumentos, historias de linajes familiares, de la conquista, etc.
  4. Sobrenaturales: sueños, alucinaciones, intervención de poderes mágicos, historias de ultratumba y numerosas versiones según la región.
Las leyendas surgen cuando algún pueblo siente la necesidad de explicar la existencia de algún objeto.

Se parecen a los mitos porque muchas veces explican creaciones pero son más terrenales, es decir, se conectan más con su pueblo y su lugar. Las leyendas tratan de dar una explicación acerca de la existencia o el origen de seres, de la Madre Tierra, de los territorios, etc. El conflicto entre los seres reales se soluciona con la intervención de fuerzas sobrenaturales como dioses, duendes, magos y elementos de la naturaleza con poderes especiales.

Los refranes

El refrán o proverbio es una frase corta o dicho que presenta una enseñanza. Proviene de las experiencias de los pueblos, acumuladas a través de los siglos, y que el folklore ha ido adaptando al conocimiento propio de cada pueblo.

El refrán es una oración breve, de carácter sentencioso y de fácil memorización. Por más que sea muy corta, el interlocutor entiende perfectamente el significado del refrán, ya que éste se enmarca dentro del lenguaje popular, es sencillo y de simplicidad gráfica.

El objetivo del refrán es dejar una enseñanza en las personas.

Suele tener una característica común que es la del anonimato. Sus fuentes se suelen remontar a la Antigüedad, describiendo la mayor parte de las veces la simpatía o antipatía entre personajes, ciudades o regiones más o menos próximas.

Los refranes forman una parte importante en la tradición oral hispana, en muy pocas palabras ofrecen consejos relacionados al modo de entender la vida. Es por eso, que al interpretar un refrán es fundamental entender cada palabra y, a la vez, pensar ampliamente en su significado. Por ejemplo, el refrán “quien duerme mucho, poco aprende” significa que las personas perezosas no avanzan en la vida.

 

Los refranes suelen ser trasmitidos de generación en generación.

Por lo general, los refranes se transmiten de generación en generación, en la educación familiar, los padres en su papel de orientadores de sus hijos, utilizan los refranes como recursos válidos que sintetizan toda la transmisión de la enseñanza y de los valores que quieren inculcar. Son vivos ejemplos los refranes siguientes: “Al que madruga, Dios lo ayuda”, “En casa de herrero, cuchillo de palo”, “No hay peor ciego que el que no quiere ver”, etc.