Taquicardia

El término Taquicardia indica una aceleración de los latidos cardíacos por encima de lo que son los límites normales de un corazón en reposo. Generalmente esta aceleración de los latidos cardíacos es causada por esfuerzos o emociones intensas y raramente por alguna enfermedad.

Síntomas

El síntoma característico son las palpitaciones. Suele percibirse una aceleración del corazón acompañada por una sensación de ansiedad. También pueden presentarse otros síntomas, como dificultad respiratoria, mareos, desmayos y un dolor agudo en el pecho. Otros síntomas que se asocian a casos más severos de taquicardia son la debilidad, los ahogos y el desvanecimiento.

 

En algunos casos, la taquicardia resulta una gran ayuda para el organismo en situaciones difíciles.

Taquicardia sinusal

La taquicardia sinusal es un fenómeno fisiológico, propio de la vida cotidiana, que ocurre en todos nosotros varias veces al día aunque no lo percibamos. Nuestro organismo tiene la capacidad de adecuarse a las necesidades del momento. Cuando pensamos en la elevada frecuencia de pulsaciones que acompaña a cualquier trabajo que requiera un considerable esfuerzo muscular, significa gasto de energías, que podrán ser utilizadas sólo si llega a los músculos la cantidad adecuada de oxígeno, y por lo tanto, de sangre. Para que haya un mayor aporte de sangre necesaria el corazón deberá aumentar su ritmo de trabajo y acelerar sus latidos.

Durante una emoción el corazón aumenta el ritmo de pulsaciones y el responsable directo del fenómeno es el sistema nervioso simpático: la emoción crea condiciones particulares en los centros nerviosos cerebrales por las cuales el simpático se estimula y, a su vez, induce al corazón a aumentar la frecuencia de los latidos. También ésta es una reacción que tiende a asegurar una reserva de oxígeno al organismo para el caso en que éste tenga que entrar rápidamente en acción.

Taquicardia paroxística

La taquicardia paroxística es un fenómeno anormal, que suele producir una lesión cardíaca. Sin motivos plausibles, de repente el corazón acelera el ritmo de los latidos, alcanzando 160-180 y a veces 200 pulsaciones por minuto. Una vez empezada, la taquicardia no sufre variaciones al pasar del reposo a la actividad o viceversa, dura algunos minutos u horas y desaparece tan repentinamente como llegó.

 

¿Lo sabías? El tabaco es una de las principales causas de la taquicardia

Cuando las pulsaciones son muy frecuentes o se dan en un corazón ya alterado, dada la brevedad del período diastólico, el llenado del corazón es escaso, por lo que la sangre que lanza en cada sístole es escasa. El corazón responde a la deficiencia de oxígeno con dolor o con una sensación de constricción torácica que se siente en el hemitórax izquierdo. El cerebro reacciona con vértigo, aturdimiento, se nubla la vista y el resto del organismo con sudoración fría, náuseas y dificultad respiratoria.

Las diferencias con la taquicardia sinusal son evidentes. La falta de gradualidad del fenómeno, su aparición en reposo tanto físico como psíquico, su invariabilidad durante la crisis, entre otras.

Arritmia

Se conoce como arritmia a cualquier alteración del ritmo cardíaco, ya sea por cambio de sus características o por variaciones inadecuadas de la frecuencia.

La frecuencia cardíaca es variable y los valores normales se encuentran entre 50 y 100 latidos por minuto. Sin embargo, puede ser normal hallar cifras por debajo o por encima de estos valores en función de las características del individuo o la situación en la que se encuentra. La arritmia se produce cuando esas variaciones son constantes o permanecen por un largo período de tiempo.

En una arritmia, la frecuencia cardíaca por debajo de 50 o por encima de 100 latidos por minuto.

Algunas arritmias causan pocos o ningún síntoma diagnóstico y tienen un efecto mínimo en la eficacia del bombeo del corazón especialmente cuando duran poco tiempo. Muchos adultos sanos sufrirán arritmias cortas de vez en cuando pero las que duran minutos o incluso horas son las que pueden tener consecuencias muy serias. Pueden, entre otras cosas, reducir la cantidad de sangre que el corazón bombea al cuerpo.

La contracción cardíaca es la actividad contráctil del corazón que mantiene y regula por una serie de impulsos nerviosos la frecuencia cardíaca. Si bien puede estar condicionada por influencias nerviosas externas, hormonales o farmacológicas, su origen es automático, estrechamente ligado a la actividad de un centro íntimamente compenetrado con la estructura muscular del corazón, denominado miocardio específico, o más comúnmente tejido de conducción.

Cualquier influencia patológica, mecánica o tóxica que trastorne de forma sustancial el funcionamiento regular de este centro estimulador automático lleva a una variación del estímulo eléctrico. Esto, a su vez, provoca en la mayoría de los casos una alteración del rendimiento mecánico de la bomba cardíaca.

Síntomas

Los principales síntomas pueden ser palpitaciones, que es como se conoce a la percepción de que el corazón late, la cual no tenemos normalmente. Las palpitaciones no siempre indican una situación patológica ni significan que haya taquicardia.

Otro síntoma puede ser la aparición de síncopes, es decir, pérdidas de conciencia relativamente bruscas, de las que se el organismo suele recuperarse en un corto período de tiempo. Las causas de síncope pueden ser múltiples. Algunos síncopes pueden ser debidos a arritmias, tanto bradicardias como taquicardias.

Por último, una arritmia podría llegar a causar un paro cardíaco, una situación de pérdida de conciencia grave, que no se recupera de forma espontánea. Lo que diferencia este cuadro del síncope es que en esta situación debe de realizarse maniobras de reanimación cardíaca o de lo contrario el paciente no se recupera, produciéndose su muerte en pocos minutos.

El paro cardíaco es el principal riesgo de una arritmia.