Sujeto y predicado de una oración

Una oración gramatical es un enunciado del acto del entendimiento, según el cual se afirma una cosa de otra. Lo que se afirma es el predicado y el ente al que se atribuye esa afirmación es el sujeto.

Por ejemplo, en la oración “ancha es Castilla”, el sujeto es Castilla y el predicado la afirmación de que es ancha.

Para averiguar el sujeto de una oración hemos de hacer concordar el supuesto elemento, o grupo de elementos que hacen de sujeto, con el verbo en forma personal de la oración.

Si el sujeto no está explícito en la oración, lo llamamos sujeto tácito.

A veces el sujeto no está explícito en la oración sino implícito o elíptico. Por ejemplo, en la oración compramos casas viejas, el sujeto es el que compra, es decir, nosotros, palabra que no figura en la oración. Si el sujeto de la oración es la primera o segunda persona, en general se omite, es decir, se dice creo que tienes razón en vez de yo creo que tienes razón, o bien ¿vendrás mañana? y no ¿tú vendrás mañana? El verbo, con la desinencia, ya lleva implícito la persona que emite la oración, pero en el caso de las terceras personas, tanto en singular como en plural, suele especificarse.

En otras ocasiones el sujeto se omite porque ya ha sido dicho anteriormente o bien porque los hablantes lo sobreentienden, por ejemplo en un diálogo:

– ¿Dónde está tu madre?

– Ha salido.

En la respuesta se sobreentiende que la persona que ha salido es aquella por la que se ha preguntado.

Sin embargo, sin la presencia del predicado, aunque sólo sea de su núcleo, es imposible que exista una oración.

El núcleo del predicado es siempre un verbo

Cuando una oración no puede partirse en sujeto y predicado y constituye una unidad inseparable, como por ejemplo: corre, socorro, etc., se llama unimembre.

Cuando sólo tiene un sujeto y un predicado, la oración se llama simple. En cambio, cuando la oración consta de más de un sujeto y más de un predicado, recibe el nombre de oración compuesta.