La rótula es un pequeño hueso que recubre la articulación de la rodilla a modo de escudo. Cuando esta zona del cuerpo sufre una lesión traumática, como una caída, un impacto o un golpe fuerte, puede ocurrir una fractura simple o compleja, y, dependiendo de la intensidad, puede requerir cirugía.
¿QUÉ ES?
Es una lesión grave en la rótula que impide la movilidad (doblar o estirar) de la rodilla, pues el tendón del cuádriceps y el tendón rotuliano se unen a la rótula y son los responsables de la flexión y la extensión de la rodilla.
TIPOS
- Fractura estable: también llamada fractura no desplazada. Los fragmentos rotos del hueso se mantienen en el lugar correcto y suele sanar sin cirugía.
- Fractura desplazada: los pedazos de hueso roto se han movido o desplazado de su posición correcta y no se alinean. Usualmente se repara con cirugía.
- Fractura conminuta: la rótula se fractura en tres o más pedazos, puede ser estable o inestable.
- Fractura abierta: el hueso se rompe de tal forma que atraviesa la piel y sobresale a través de ella. Requiere el uso de antibióticos y cirugía.
Diagnóstico
El especialista médico será el encargado de preguntar los síntomas y cómo ocurrió la lesión, así como de examinar la rodilla. Dependiendo de la gravedad de la fractura, el médico decidirá si es necesaria una intervención quirúrgica.
A menudo, si la rótula está fractura, no se podrá caminar. El especialista médico será el encargado de analizar los síntomas, examinar la rodilla y diagnosticar la rotura del hueso.
Cuando ya se haya diagnosticado y tratado la fractura, el médico permitirá soportar el peso con un inmovilizador de rodilla, una rodillera o un yeso. Luego, el especialista le indicará en qué momento se podrá doblar la rodilla y soportar el peso del cuerpo.