La selección argentina de fútbol

El fútbol es sin dudas el deporte más popular en Argentina. Por eso, no sorprende que su selección haya estado durante toda su historia entre las más destacadas a nivel mundial. Campeona de dos mundiales (1978 y 1986) y finalista de otros 3 (1930, 1990 y 2014), han sabido llevar la celeste y blanca jugadores de la talla de Mario Alberto Kempes, Diego Maradona, Gabriel Batistuta y Lionel Messi.

Primeros años

En 1930, la selección argentina participó por primera vez en un campeonato mundial de fútbol. Con un equipo todavía amateur, llegó a la final, que perdió frente al seleccionado uruguayo -local- por 4 goles a 2.

En 1958, el equipo de Argentina se clasificó para el Mundial de Suecia, dejando atrás a Bolivia y a Chile. Luego de su brillante actuación en el Sudamericano de Chile del año anterior, donde arrasó con todos los rivales, las expectativas eran muy altas, pero los resultados fueron decepcionantes: una derrota por 6 a 1 frente al combinado checoslovaco significó el final de una esperanza, y también de toda una época del fútbol nacional.

Los campeonatos mundiales de Inglaterra (1966) y Alemania (1974) significaron nuevas decepciones. De modo que para el Mundial de 1978, y a pesar de la notoria ventaja que suponía jugar de local, no parecía haber demasiadas esperanzas de éxito para el seleccionado argentino. Sin embargo, la Junta militar que por entonces gobernaba en Argentina había convertido la organización de este campeonato Mundial, y la posible obtención del título, en un asunto de primera importancia para el Estado.

Más allá de las sospechas que todavía pesan sobre la legitimidad del título, lo cierto es que César Luis Menotti plasmó un equipo altamente competitivo, donde se destacaban figuras como Ubaldo Fillol, Daniel Passarella y Mario Kempes. Este conjunto venció en la final al combinado holandés por 3 a 1, con dos goles de Kempes y uno de Daniel Bertoni, obteniendo así la primera Copa del Mundo para Argentina.

 

Argentina obtuvo de la mano de Mario Kempes el Mundial 1978, el único disputado en su país.

Bajo las estelas de Maradona y Messi

En 1982, en España, casi con el mismo equipo más el importante agregado de Diego Maradona, la selección no consiguió pasar de las primeras rondas. En el siguiente Mundial, celebrado en México en 1986, bajo la dirección técnica de Carlos Salvador Bilardo y con el deslumbrante Maradona en el cenit de su carrera, Argentina derrotó en la final a Alemania por 3 a 2, con goles de José Luis Brown, Jorge Valdano y Jorge Burruchaga, otro de los jugadores destacados de esa selección, y obtuvo de este modo su segunda Copa del Mundo.

 

El Mundial 1986 significó la consagración eterna de Diego Armando Maradona.

En Italia, en 1990, otra vez con Bilardo y Maradona al frente del equipo, Argentina llegó nuevamente a la final, gracias también a la acertada actuación de su arquero, Sergio Goycochea, consagrado como especialista en atajar penales. Esta vez el triunfo fue para Alemania. En 1994, en Estados Unidos, el equipo, que dirigía Alfio Basile, con el beneficioso antecedente de haber ganado las dos ediciones de la Copa América previas al Mundial, no pudo pasar más allá de las primeras rondas, pese a contar con un plantel altamente jerarquizado, en el que se destacaban Claudio Caniggia, Fernando Redondo, Gabriel Batistuta y, una vez más, Diego Maradona.

Lo mismo ocurrió en Francia 1998, con el equipo dirigido por Daniel Passarella, y en Corea-Japón 2002, por Marcelo Bielsa, quien fue el director técnico del primer equipo ganador del oro olímpico en Atenas 2004, triunfo que Argentina repitió en las Olimpiadas de Pekín 2008. Los anteriores trofeos olímpicos de fútbol se remontaban a Amsterdam 1928 y Atlanta 1996, ocasiones en las que la selección se hizo con la medalla de plata.

En el Mundial de Alemania 2006, el equipo dirigido por José Pekerman -que como técnico de los seleccionados sub-20 había ganado tres campeonatos mundiales- perdió ante Alemania en cuartos de final, en un partido en el que jugó un jovencísimo Lionel Messi.

Para el Mundial de Sudáfrica 2010 fue convocado como director técnico Diego Armando Maradona, quien organizó un equipo de jugadores con gran reconocimiento en el fútbol europeo, entre los cuales destacaban Messi, Carlos Tévez y Gonzalo Higuaín. En esa ocasión, el equipo albiceleste volvió a perder con Alemania en cuartos de final, y quedó en quinto lugar en los resultados definitivos.

Mayores logros obtuvo la selección en el Mundial 2014, celebrado en Brasil, donde llegó a disputar nuevamente el trofeo máximo frente a Alemania, que en el tiempo complementario de la final se impuso por un gol a cero. En esta edición del campeonato, en la que el equipo argentino fue dirigido por Alejandro Sabella, además de la excelente participación de Lionel Messi (nombrado mejor jugador del torneo), sobresalieron las figuras de los centrocampistas Ángel Di María y Javier Mascherano, que resultaron determinantes en el camino hacia el subcampeonato.

 

Argentina perdió la final del Mundial 2014 a manos de Alemania por 1-0. El gol fue marcado por Mario Gotze en el segundo tiempo de la prórroga.

El básquet en Argentina

El básquet fue introducido en el país en 1912, dentro del programa de educación física de la Asociación Cristiana de Jóvenes; durante algún tiempo fue apenas un deporte que se desarrollaba en las competencias internas de esa institución. Pero a partir de mediados de esa década su práctica comenzó a difundirse rápidamente en el interior del país. En 1921, en fin, se fundó la Federación Argentina de Básquet, que organizó ese año el primer campeonato, obtenido por el Olimpia Basquetball Club.

En 1926, el club Hindú realizó una exitosa gira por Europa, en la que obtuvo victorias sobre equipos ingleses, franceses y españoles. Hacia finales de los años veinte, posiblemente a causa del éxito de la gira del Hindú, centenares de clubes incorporaron el básquet a sus actividades regulares. En 1929, la antigua Federación se convirtió en la Confederación Argentina de Básquet.

Los clubes que acapararon los títulos nacionales hasta la década de 1940 fueron Olimpia, Independiente, Gimnasia y Esgrima, Estrella, Universitario, River Plate, Sporting Social, Municipalidad y El Tala. A mediados de esa década surgió el gran equipo de Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque, que dominó la escena hasta 1950.

Ascenso vertiginoso

En 1929 se fundó la Confederación Argentina de Básquetbol, que organizó una liga paralela a la ya existente, en la que destacaron los equipos de Estudiantes de La Plata, Boca Juniors, San Lorenzo de Almagro, Platense y River Plate.

Este desarrollo vertiginoso del básquet en Argentina obtuvo su primera ratificación internacional en 1948, en los Juegos Olímpicos de Londres, en los que la selección nacional desarrolló una muy destacada actuación.

La Confederación Argentina de Básquetbol se fundó en 1929.

Dos años más tarde se jugó en Buenos Aires el Campeonato Mundial, cuyo título quedó en manos de la selección local. Tras derrotar a Egipto, Francia, Brasil y Chile, el combinado argentino llegó a la final, donde se enfrentó al otro invicto del certamen, Estados Unidos. En un partido memorable, jugado en el estadio del Luna Park, los argentinos se impusieron por 64 a 50, escribiendo la página más gloriosa de la historia de ese deporte en el país. Pedro Bustos, Hugo del Vecchio, Leopoldo Contarbio, Raúl Pérez Varela, Vito Liva, Roberto Viau, Rubén Menini, Ricardo González, Juan Carlos Uder, Omar Monza, Alberto López y Óscar Furlong integraron el plantel del campeón.

La conquista de la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 1951 (Buenos Aires) y 1955 (México) marcó el final de una primera etapa gloriosa a escala mundial para el básquet nacional, con la excepción de la medalla de oro obtenida en los Juegos Panamericanos de 1995 (Mar del Plata).

Los campeonatos argentinos

Entre las décadas de 1960 y 1980, el básquet de alta competición entre clubes se desarrolló sobre todo en Buenos Aires. Los campeonatos metropolitanos concentraron lo mejor del básquet nacional, destacándose los equipos como el de Boca Juniors -que ganó nueve campeonatos consecutivos-, el Villa Crespo, Obras Sanitarias o Lanús, y jugadores de la talla de los hermanos Norberto y Juan Carlos Battilana, Carlos Pellandini, Eduardo Cadillac y Adolfo Rubén Perazzo.

Sin embargo, en el interior del país la práctica del básquet no era menos importante, como se dejaba ver durante la disputa del campeonato nacional, en el que cada provincia, además de la Capital Federal, presentaba su equipo. El conjunto de la provincia de Buenos Aires, armado en base a jugadores provenientes de Bahía Blanca -entre los cuales se destacaba la figura de Alberto Pedro Cabrera, uno de los mejores basquetbolistas que ha dado el país- ganó prácticamente todos los campeonatos entre los años 1960 y 1980.

Santiago del Estero, que fue campeón en 1968, y Santa Fe, que obtuvo el título en 1977, así como Entre Ríos, Misiones y Córdoba, llegaron a presentar también grandes equipos. Pero el gran rival de Buenos Aires fue Capital Federal. Las recordadas finales entre estos combinados se resolvieron casi siempre con la victoria del equipo de la provincia.

En la década de 1970, aún vigente la estrella de Cabrera, destacaron también jugadores como Carlos González y Ernesto “Finito” Geehrman.

La Liga Nacional de Básquet

El auge del Campeonato Argentino declinó a partir de la creación de la Liga Nacional de Básquet. Esta competición se disputa desde 1985, animada sobre todo por clubes como Estudiantes de Bahía Blanca, Ferrocarril Oeste, Independiente de Neuquén, Peñarol de Mar del Plata, Independiente de General Pico, Olimpia de Venado Tuerto y Boca Juniors.

Mención aparte merece Atenas de Córdoba, bajo la conducción de Marcelo Milanesio. Además de ganar numerosos títulos en la escena nacional, este equipo obtuvo el tercer puesto en la Copa Mc Donald’s, disputada en 1997 entre los mejores del mundo, y en la que se impuso el Chicago Bulls capitaneado por Michael Jordan.

La era Ginóbili

Una nueva generación relanzó el básquet argentino a la escena internacional a comienzos del siglo XXI. El bahiense Emanuel Ginóbili se consolidó como el mejor basquetbolista argentino de todos los tiempos y el primero en consagrarse campeón en la NBA (liga profesional de Estados Unidos): como escolta del San Antonio Spurs, equipo del estado de Texas, ganó dicha competición en las temporadas 2002-2003 y 2004-2005.

Para la temporada 2005-2006 se sumaron otros jugadores argentinos a la NBA: Fabricio Oberto fichó por los Spurs, Andrés “Chapu” Nocioni por los Chicago Bulls y Carlos Delfino por los Detroit Pistons. Otros destacados jugadores, que han participado en las más importantes ligas europeas y latinoamericanas, son Alejandro Montecchia, Walter Herrmann, Luis Scola, Gabriel Fernández, Leonardo Gutiérrez, Rubén Wolkowyski y Hugo Sconochini.

La selección nacional de básquet, integrada por esta nueva generación, conquistó la medalla de plata en el Campeonato Mundial de 2002 (Estados Unidos), la de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y la de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

 

Argentina, de la mano de Emanuel Ginóbili, obtuvo la medalla de oro en los JJOO de Atenas 2004.

Michael Phelps

Michael Phelps nació en Baltimore (Maryland, Estados Unidos) el 30 de junio de 1985. En su ciudad natal cursó las enseñanzas primaria y secundaria. Practicó diversos deportes antes de decidirse por la natación, disciplina en la que comenzó a destacar a los 10 años. Su portentosa complexión, con 195 cm de talla y un desarrollo muscular excepcional, aportaban las condiciones físicas óptimas para una triunfal carrera deportiva.

En 2000, con solo 15 años se clasificó para participar en los Juegos Olímpicos de Sidney (Australia), donde adquirió experiencia en la alta competición. Al año siguiente (2001) logró su primer triunfo internacional: el oro en la prueba de 200 m mariposa en el Mundial de Fukuoka (Japón). En 2002, convertido ya en uno de los plusmarquistas más jóvenes de la historia, conquistó cinco metales en los Juegos Panpacíficos de Yokohama (Japón): tres oros (200 m estilos, 400 m estilos y 4×100 m estilos) y dos platas (200 m mariposa y 4×200 m libres), lo que consolidó su candidatura a favorito en el certamen mundial que se celebraría en Barcelona (España) el año siguiente.

Las expectativas se cumplieron y Phelps ganó seis preseas en el Campeonato del Mundo de Barcelona de 2003: cuatro oros (200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos y 4×100 m estilos) y dos platas (100 m mariposa y 4×200 m libres). No obstante, la definitiva consagración del nadador tuvo como escenario los Juegos Olímpicos de Atenas (Grecia) de 2004, en los que ganó ocho medallas: seis oros (400 m estilos, 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 4×100 m estilos y 4×200 m libres) y dos bronces (200 m libres y 4×100 m libres). Ese mismo año ingresó en la Universidad de Maryland, donde cursó la carrera de Deportes, publicidad y administración hasta 2008.

Conocido ya como “el tiburón de Baltimore”, el estadounidense volvió a brillar en el Mundial de Montreal (Canadá) de 2005, en el que obtuvo cinco oros (200 m libres, 200 m estilos, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) y una plata (100 m mariposa), así como en los Juegos Panpacíficos de Victoria (Australia) de 2006, donde conquistó cinco oros más (200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 4×100 m libres y 4×200 m libres) y otra plata (200 m espalda).

Su carrera de triunfos prosiguió de modo espectacular en 2007. Ese año, Phelps subió a lo más alto del podio del Mundial de Melbourne (Australia) para recoger siete oros. Correspondieron a las finales de 200 m libres, 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 4×100 m libres y 4×200 m libres.

Considerado ya el mejor nadador de la historia, Phelps despejó cualquier duda sobre su jerarquía al superar la legendaria plusmarca de su compatriota Mark Spitz (quien consiguió siete oros en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972). Así hizo el de Baltimore en los Juegos Olímpicos de Pekín (China) de 2008, donde venció en ocho pruebas: 100 m mariposa, 200 m mariposa, 200 m estilos, 400 m estilos, 200 m libres, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos.

Al año siguiente (2009) participó en el Mundial de Roma (Italia); allí conquistó cinco oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) y una plata (200 m libres). En 2010 obtuvo también cinco oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×100 m libres, 4×200 m libres y 4×100 m estilos) en los Juegos Panpacíficos de Irvine (California, Estados Unidos).

Galardonado con el World Swimmer of the Year Award (Premio al nadador mundial del año) en seis ocasiones (2003-2004 y 2006-2009), siguió cosechando triunfos en 2011, con ocasión del Mundial de Shanghai (China), en el que conquistó cuatro oros (100 m mariposa, 200 m mariposa, 4×200 m libres y 4×100 m estilos), dos platas (200 m libres y 200 m estilos) y un bronce (4×100 m libres).

En 2012 y con 27 años cumplidos, Phelps anunció su retirada de la alta competición, tras participar en los Juegos Olímpicos de Londres (Reino Unido). En este evento puso colofón a su carrera con cuatro oros (100 m mariposa, 200 m estilos, 4×100 m estilos y 4×200 m libres) y dos platas (200 m mariposa y 4×100 m libres), de modo que su palmarés deportivo sumó 22 medallas olímpicas (18 de oro) y 33 mundiales (26 oros), con 37 plusmarcas mundiales batidas a lo largo de su carrera. Estas cifras que lo convierten en el deportista más laureado de la historia.

Yelena Isinbáyeva

Yelena Isinbáyeva nació el 3 de junio de 1982 en Volgogrado (antigua Stalingrado), ciudad de la Unión Soviética que hoy se halla en territorio de la Federación Rusa.

Siendo niña se inició en la práctica de la gimnasia, disciplina a la que atribuye su gran elasticidad. Sin embargo, un excesivo crecimiento la obligó a cambiar de deporte. A los 15 años comenzó su andadura en el atletismo, en una de cuyas modalidades técnicamente más complejas iba a especializarse, el salto con pértiga.

El debut internacional de Isinbáyeva tuvo lugar en los mundiales junior de Annecy (Francia), en 1998, en los que ya saltó por encima de los cuatro metros, aunque sin obtener medalla. Al año siguiente alcanzó los 4,20 m en el campeonato nacional ruso.

Apenas tenía 19 años cuando, tras haber ganado tres mundiales junior, debutó en competiciones internacionales absolutas con un séptimo puesto en el Campeonato del Mundo Indoor de Lisboa (2001). Pronto obtuvo sus primeras medallas en este tipo de certámenes, sendas platas en los campeonatos de Europa de Munich, en 2002, y en el mundial indoor de Birmingham, en 2003, y ese mismo año, el bronce en el Campeonato del Mundo de París. Fueron el preludio a su primera plusmarca mundial, obtenida en Gateshead (Reino Unido) en julio de 2003, cuando la atleta rusa alzó el listón hasta los 4,82 m; meses después (febrero de 2004) hizo lo propio con el récord del mundo indoor, que dejó en 4,83 m. En apenas dos años, Isinbáyeva había mejorado su marca personal en 61 cm, progresión que puede calificarse de espectacular.

Isinbáyeva ganó su primera medalla de oro en un campeonato mundial senior en la edición indoor de Budapest de 2004. Desde entonces y hasta 2008, su supremacía ha sido incontestable, como atestiguan una decena de oros consecutivos en campeonatos mundiales y de Europa (cuatro indoor y otros tantos al aire libre) y en los Juegos Olímpicos de Atenas (2004) y Pekín (2008). En este mismo período batió 14 veces la plusmarca mundial al aire libre y otras 10 el récord indoor.

Logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, y revalidó su título cuatro años más tarde, en Beijing. (Foto: AFP)

Su fallida participación en el Campeonato Mundial de Berlín de 2009, en el que quedó descalificada, alzó rumores sobre el inicio de su ocaso deportivo, pese a que ese mismo año había superado en dos ocasiones consecutivas su propia plusmarca indoor, que alcanzó los cinco metros. Estas suposiciones fueron pronto desmentidas con un nuevo récord mundial al aire libre, obtenido en el Mitin de Zurich: 5,06 m.

A unas condiciones físicas admirables, rebosantes de fuerza y agilidad, Isinbáyeva suma la depurada técnica en el salto que perfeccionó junto a su entrenador, Vasili Petrov, antiguo preparador de otro mito de la pértiga, el ucraniano Sergéi Bubka. Según Petrov, las posibilidades de su pupila no estaban agotadas con las plusmarcas mencionadas, pues situaba su techo máximo de salto entre los 5,15 y los 5,20 m, una altura jamás soñada por ninguna atleta femenina. Téngase en cuenta que la plusmarquista mundial precedente, la también rusa Svetlana Feofanova, dejó el listón en 4,88 m, 18 cm menos que la marca actual.

Isinbáyeva ostenta el récord mundial, con una marca de 5,06 m.

Los triunfos de Isinbáyeva han sido reconocidos por la Federación Internacional de Atletismo con la nominación a la mejor atleta del año en 2004, 2005 y 2008, y con el Premio Laureus a la mejor deportista femenina del año en 2007 y 2009. El día 2 de septiembre de 2009 se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.