Países emergentes: nuevas economías

El fenómeno de las “nuevas economías”, también conocido como “países en desarrollo”, “países emergentes” o “economías emergentes”, se afianza en un mundo sacudido por la crisis que afecta a las grandes potencias económicas. Pero ¿qué es una economía emergente?

Las economías emergentes vienen mostrando un crecimiento superior a los países desarrollados desde los años noventa y lo seguirán haciendo en la actual década. (Fuente: BBVA)

Los términos “economía emergente”, “países en desarrollo” o “países emergentes”, que por lo general se usan indistintamente, engloban a los países con un fuerte y sostenido crecimiento económico, logrado a partir de su ingreso en una primera fase de industrialización, que los coloca en un nivel intermedio entre los países no desarrollados o del tercer mundo, y los países desarrollados o del primer mundo. Empezó a mencionárselos de esta manera en la dé cada de 1980, cuando el economista del Banco Mundial, Antoine van Agtmael, los llamó así por primera vez.

En esta categoría se incluyen, en primer lugar, Brasil, China e India (BRIC), pero también la integran otros países latinoamericanos como México, Colombia, Argentina, Perú y Chile; Polonia, Rusia, los Países Árabes del Golfo Pérsico y algunos países de África, en una enumeración arbitraria e incompleta.

Los países con economías en vías de desarrollo comparten por lo general algunas características que van más allá de lo acelerado de su crecimiento, como haber pasado por tiempos de inestabilidad política y financiera, tener ciclos económicos irregulares y una política monetaria variable que tiene como indicadores esenciales a la inflación, la balanza de pagos y la evolución del PBI. Por estos motivos varios de los llamados “países emergentes” han sufrido situaciones de colapso como ocurrió con México en 1994; Rusia en 1998; Brasil en 1999 y Argentina en 2001. Si bien los procesos de recuperación de estas economías no han sido fáciles, en la mayoría de los casos han sido mucho más rápidos y sorprendentes de lo que pronosticaban los economistas ortodoxos.

Las empresas de los países emergentes están ocupando una posición central y mantienen su condición de competidores en sus respectivos mercados al tiempo que comienzan a hacer inversiones en otros mercados emergentes e incluso en las economías desarrolladas.

Los indicadores económicos fundamentales para los países emergentes son:

• El P.B.I. (Producto Bruto Interno): es el valor total de mercado de todos los productos finales y servicios de una economía medidos anualmente.
• La inflación: es el incremento generalizado de los precios de bienes y servicios con relación a una moneda, sostenido durante un período de tiempo determinado. Cuando el nivel general de precios sube, cada unidad de moneda alcanza para comprar menos bienes y servicios.
• Las exportaciones: indican el buen momento de la economía y en estos países suele darse de manera explosiva aunque temporal.
• Las inversiones extranjeras directas (I.E.D.): reflejan los periodos de expansión de la actividad económica contribuyendo al crecimiento del P.B.I.

¿Sabías qué...?
El crecimiento de los países del G7 permanecerá por debajo del 2% en los próximos 10 años. Fuente BBVA.
Los socios comerciales tradicionales de América Latina (EE.UU. y UE) contribuirán menos del 20% al crecimiento mundial en
los próximos 10 años. (Fuente: BBVA).

LA CRISIS GLOBAL

La crisis económica que afecta a Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, golpea en menor medida a las economías emergentes que, aprovechando la menor cuantía en los daños, continuaría consolidando su posición ante los países desarrollados. Los BRIC (Brasil, India y China) u otros como los llamados CIVETES (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), han logrado mantener su crecimiento económico, se han estabilizado políticamente, han aumentado el poder de consumo de sus poblaciones y han fortalecido su sistema financiero, lo que los posiciona de manera óptima para continuar siendo protagonistas destacados en los próximos tiempos. De ahí que estos países estén abocados a la tarea de incorporar para la producción las llamadas tecnologías limpias, en tanto fortalecen los lazos entre los sectores público y privado y renuevan su tecnología tradicional para colocarse en la vanguardia del mundo inteligente y móvil. Sus empresas se están adaptando a las innovaciones en estos temas y cada vez se alejan más de las razones que los hicieron atractivos en un primer momento: los recursos naturales y el bajo costo de su mano de obra. Hoy, como nunca, sus empresas constituyen una amenaza de competencia para las grandes corporaciones multinacionales.

Según las estimaciones hechas por las grandes consultoras mundiales, el crecimiento mundial en los próximos años llegará a través de los países emergentes en un 70%, del cual el 40% corresponderá a China e India. Incluso según cálculos del Fondo Monetario Internacional (F.M.I.) el P.B.I. de estas economías en su conjunto podría superar en un término de dos años al de las economías desarrolladas.

Estas proyecciones están hechas en base a que los inversionistas continuarán haciendo sus negocios en los países emergentes por un largo tiempo. En la actualidad ya concentran el 50% de la inversión extranjera directa entrante y el 25 % de la saliente, y se cree que los BRIC representarán para el año 2020 el 50% del crecimiento del P.B.I. global.

AMÉRICA LATINA

En este contexto en el que claramente se observa el papel de China y de las economías asiáticas en general, aparece como un desafío para la región latinoamericana lograr que la dinámica del comercio Sur-Sur modifique la tradicional inserción de las economías en desarrollo en la división internacional del trabajo.

Según el Departamento de Investigación Global del Banco HSBC: el siglo será de Asia y América Latina será la segunda región en desarrollarse.

El crecimiento que se espera de China para los próximos 10 a 15 años, abre la posibilidad de mantener el ciclo favorable en términos de intercambio del que se vienen beneficiando las economías de América Latina y el Caribe, sobre todo las de América del Sur. De esta manera la región contaría con los recursos necesarios para cerrar las brechas de competitividad e innovación que aún hoy la aquejan.

El momento sería propicio para aumentar la calidad de la relación comercial con China y la región de Asia-Pacífico, sobre todo en las inversiones chinas en el exterior, campo en el que las empresas trasnacionales latinoamericanas están mejor posicionadas, sobre todo en lo que hace a la banca, los servicios financieros y empresariales, energía, minería y agro-alimentos. En esos ámbitos, de aplicarse políticas innovadoras se podría acceder a los ingentes recursos de fondos soberanos chinos, de sus bancos y sus empresas. Estableciendo alianzas se podrían explorar acciones conjuntas en el marco de la incipiente internacionalización de la moneda china.

Si se logra captar parte de los cuantiosos excedentes de ahorros de China, podrían financiarse las obras de infraestructura, energía, transporte y logística que América Latina y el Caribe necesitan para continuar su etapa expansiva. Si los países de esta región consiguen avanzar en ese sentido, podrán prosperar también en los procesos de innovación, competitividad, expansión internacional de sus empresas y mayor presencia en cadenas globales o regionales de valor, consiguiendo así una mayor calidad de empleo con mejores remuneraciones. Este camino, complementado por políticas activas que promuevan la incorporación de las pequeñas y medianas empresas al proceso, llevaría a un mayor crecimiento con equidad e inserción internacional.

De no ser así, podría acentuarse la exportación de bienes primarios con modalidades renovadas, pero manteniendo el vínculo centro-periferia entre China y América Latina y el Caribe.

Para evitar que ocurra esto último, es imprescindible incorporar mayor innovación y conocimiento, lo que requiere de políticas de desarrollo productivo que incluyan infraestructura, transporte, logística y calidad de los recursos humanos.

Con la intención de establecer una agenda que favorezca las relaciones regionales, se creó el Observatorio de relaciones entre América Latina y Asia-Pacífico, organismo que se puso en marcha el 31 de mayo de 2012 con el auspicio de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), el Banco de Desarrollo de América Latina y la CEPAL. Allí se profundizará el conocimiento sobre las relaciones económicas de las partes, buscando un mecanismo que facilite el acceso a la información necesaria para la adopción de estrategias adecuadas en la materia.

Militares versus plutocracia: La Revolución Juliana

La Revolución Juliana, conocida así por la fecha en que se produjeron los hechos iniciales, (9 de julio de 1925), fue un movimiento de masas populares por el reclamo de sus derechos, pero más que ello, constituyó un enfrentamiento entre militares y la banca por alcanzar el poder político y económico del Ecuador. Sus causas están en el mal manejo de las finanzas y en las grandes desigualdades sociales existentes.

Ecuador, una nación en conflictos.
La Revolución Juliana: un proyecto fallido

La Revolución Juliana intentó una reforma general en todos los órdenes e instituciones del Estado, sin embargo lo que constituyó un fin noble y justo terminó yendo contra el propio orden jurídico. Se intentó cambiar tantas cosas mediante nuevas normas que éstas terminaron careciendo de validez práctica.

Las causas de una revolución

El Estado ecuatoriano había adquirido una deuda impagable con los bancos de la región costera y, especialmente de la ciudad de Guayaquil, donde radicó el Banco Comercial y Agrícola que presidía Francisco Urbina Jado. El dinero adeudado se empleó en obras públicas, en el pago a funcionarios y en los gastos corrientes del Estado. El dinero de Guayaquil se utilizó para el fomento de todo el país.

¿Sabías qué...?
El banquero Francisco Urbina Jado fue perseguido con saña por los triunfadores, a pesar de ser un banquero muy profesional, que hizo mucho por el desarrollo nacional de Ecuador y, en especial por la ciudad de Guayaquil.

El Estado, ante la situación de crisis, optó por emitir billetes sin respaldo en oro. Este acto se conoció como inflación y generó una serie de problemas financieros y sociales, generalmente asociados al aumento de los precios y la falta de estímulo a la producción. Con esos billetes se cubría el pago de los empréstitos solicitados. Los bancos iniciaron la práctica de la emisión de billetes propios que prestaban al Estado. Uno de esos bancos fue el administrado por Urbina. Nació así, en Ecuador, la actividad crediticia de la banca privada.

Los indígenas fueron los que más sufrieron la crisis.

De esta forma la banca privada guayaquileña y, en especial Francisco Urbina Jado, adquirieron un gran poder político. Un reflejo de éste poder lo constituyó el hecho de que las candidaturas, desde senador y diputado hasta de presidente de la República y los nombramientos de cargos gubernamentales, incluyendo los de ministros, eran consultados y aprobados por el influyente banquero.

Doctor Gonzalo Segundo Córdova y Rivera

Gonzalo Córdova nació en Cuenca, a diferencia de la mayoría de los presidentes de Ecuador, que nacieron en Guayaquil o Quito. Llegó a ocupar diferentes cargos y ejercer diversas profesiones. Ocupó la presidencia de Ecuador en una etapa de complejos procesos sociales y de difícil situación económica. La crisis se reflejó en la complicada situación social de la población, las constantes protestas obreras y la devaluación de la moneda. En el plano internacional es tristemente recordado por la firma del Tratado Salomón-Lozano, que resultó perjudicial para la conservación del territorio ecuatoriano ante el proceso expansionista de los peruanos. Si logró algo positivo en su gestión de gobierno fue la adquisición de las tres cuartas partes de las acciones sobre el ferrocarril Quito-Guayaquil.

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Quito Cathedral Dome and Spire
Cuenca, Ecuador Cityscape

Quito, Guayaquil y Cuenca: las ciudades más importantes de Ecuador.

Córdova enfrentó varias revueltas, entre las que sobresalió el levantamiento en armas dirigido por Jacinto Jijón y Caamaño, al que derrotó en San José del Ambi. Como presidente fue débil. No logró estabilidad en su gabinete. Cuando se produce el Golpe de Estado del 9 de julio de 1925, es apresado y deportado a Chile, donde murió, en la ciudad de Valparaíso, el 13 de abril de 1928, cuando contaba con 65 años de edad. A este hecho se le conoció como la Revolución Juliana.

La versión de Víctor Emilio Estrada Sciacaluga:

“La revolución del 9 de julio no vino realmente por inflación ni por la desvalorización del sucre, sino por el despecho de quien quiso emitir billetes falsos y se lo prohibieron…” (Citado por Guillermo Arosemena Arosemena en “La Revolución Juliana: Evento Ignominioso en la Historia de Guayaquil”, p. 102).

Partidos políticos en Ecuador

Durante las décadas del 20 y del 30 surgieron en América Latina varios partidos políticos, tanto de izquierda como de derecha. Ecuador no fue ajeno a ese fenómeno al que contribuyó la compleja situación política por la que atravesaba el país. Las tendencias políticas tradicionales se reagruparon y también surgieron otras nuevas. Nacieron así los modernos partidos políticos de Ecuador. En 1923 se restructuró el Partido Liberal Radical y dos años después, el Partido Conservador Ecuatoriano. Al siguiente año, en 1926, se fundó el Partido Socialista Ecuatoriano, como fundamental fuerza de izquierda, que en 1931 sufrió la primera división al fundarse el Partido Comunista.

¿Sabías qué...?
“Construir, ordenar y disciplinar” fue el lema de los sublevados el 9 de julio.

Desde sus inicios la izquierda ecuatoriana jugó un importante papel en defensa de los derechos sociales. Se vinculó a los movimientos sindicales, logró conquistas en el ámbito laboral y para los sectores intermedios. Heredó las ideas enarboladas por Eloy Alfaro, sobre por su carácter radical y porque defendió el laicismo en la educación.

Las ideas de Montecristi fueron retomadas por la izquierda ecuatoriana.

Militares: la punta de la lanza

En la búsqueda de una fórmula para eliminar el poder que había alcanzado la banca, especialmente la guayaquileña, que logró el demonio tanto económico como político, se pensó en utilizar la fuerza militar. Era necesario condonar la deuda impagable del Estado, ascendente en 1925 ya a 36 millones de sucres, cifra extremadamente alta para la época. Esa cantidad era equivalente a la suma de las reservas de todos los bancos de Ecuador juntos.

Los militares, especialmente los más jóvenes, encabezaron las acciones del 9 de julio en Guayaquil. El mayor Idelfonso Mendoza Vera fue quien comandó a los sublevados. El objetivo que se trazaron se cumplió: apresaron a las autoridades civiles y crearon una Junta Militar de Gobierno. La Junta Militar se conformó por teniente coronel Luís Telmo Paz y Miño, como presidente, integrada además por el sargento mayor Carlos A. Guerrero, el capitán Emilio Valdivieso, el subteniente Angel Bonilla y el teniente Federico Struve.

 

Las condiciones en que ocurrieron los hechos estaban dadas para que fueran secundados por la mayoría y apoyados por el pueblo, por lo que no ocurrió derramamiento de sangre. Los principales oficiales de altos rangos se sumaron o simplemente no opusieron resistencia. Las masas populares se lanzaron a las calles en símbolo de apoyo incondicional a los sublevados. El militar de mayor rango que participó en las acciones fue el general Francisco Gómez de la Torre, quien dirigió el movimiento insurreccional en la ciudad de Quito. Pero, en realidad los militares fueron la punta de lanza de un plan muy bien estructurado por un personaje civil

Luis Napoleón Dillon

El ideólogo del movimiento insurreccional de la Revolución Juliana lo fue el economista Luis Napoleón Dillon. La causa de su participación no fue de tipo política. Dillon intentó poner en circulación billetes hipotecarios emitidos por la Sociedad de Crédito Internacional, para lo que ya había obtenido el registro notarial ante un escribano de Quito, luego de emitirlos a través de la American Bank Note. Al ser de conocimiento del poderoso Urbina, éste lo comunicó al gobierno, que impidió su salida a la circulación. A partir del incidente Dillon se convirtió en enemigo irreconciliable del banquero costeño. Por ello planificó las cosas tal y como ocurrieron en corto plazo.

El poder a los civiles

Luego de tomar el control político con la retirada del presidente Córdova, la Junta Militar confió el mando a una Junta Provisional que encabezó el propio economista Dillon, junto a los doctores José Rafael Bustamante y Francisco J. Boloña y los generales Francisco Gómez de la Torre y Moisés Oliva. A este último se le solicitó la renuncia al conocerse su vinculación con el presidente. Se nombró en su lugar al doctor Francisco Arízaga Luque y a Pedro Pablo Garaycoa.

La Junta se sustituyó al año siguiente por otra integrada por los doctores Isidro Ayora, Humberto Albornoz y Homero Viteri Lafronte y los señores Julio Moreno, Adolfo Hidalgo Narváez, José Antonio Gómez Gault y Pedro Pablo Egüez Baquerizo, que gobernaron hasta el 31 de marzo. El primero de abril se nombró a Isidro Ayora como Presidente Provisional de Ecuador.

Las reformas necesarias

A pesar de las causas enunciadas que constituyeron el detonante del movimiento social de lo que se denominó la Revolución Juliana, sus líderes intentaron cambiar integralmente las estructuras del Estado. Sin embargo, en ese intento se cometieron muchas ilegalidades. En el campo legislativo se crearon demasiadas leyes, muchas de poca o ninguna utilidad práctica. Este aspecto, unido a las cuestiones administrativas, conllevó a un regionalismo extremo y la división del país.

Al Banco Comercial y Agrícola se le canceló sus haberes y se multó en más de dos millones de sucres, por lo que fue a la quiebra y la consiguiente liquidación. Se crearon instituciones financieras como la Caja Central de Emisión y Amortización que se encargó de recoger el exceso de circulante e incinerar los billetes. Esta propia institución adquirió parte de las reservas en oro y creó un fondo para respaldar el funcionamiento de la propia Caja. De esta institución nació el futuro Banco Central del Ecuador.

La Misión Kemmerer

Isidro Ayora gobernó con un estilo dictatorial e impuso, con mucha valentía, las reformas para el control y fiscalización de los bancos. Logró la deseada estabilidad monetaria y el incremento de los ingresos provenientes del sector público. Entre las numerosas obras que impulsó se cuenta el saneamiento de la ciudad de Guayaquil, muy compleja en su infraestructura. El hecho más significativo en su mandato, desde el punto de vista económico fue la llegada al país de la Misión Kemmerer.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial muchos países quedaron sumidos en la inestabilidad financiera y la inflación. En Ecuador se creó el Banco Central, se fortaleció el sistema bancario y se permitió la entrada de la Comisión Kemmerer.

El doctor Edwin W. Kemmerer dirigió misiones para la creación de instituciones bancarias en los países latinoamericanos. Su criterio esencial fue empleo del patrón oro, el monopolio en la emisión de billetes, la determinación del tipo bancario, el mercado libre y la función de prestamista. La Misión Kemmerer no sólo creó el Banco Central y la Superintendencia de Bancos; sino que realizó transformaciones en el sistema fiscal, restauró el crédito nacional, realizó reformas bancarias y de obras públicas. Las propuestas no tuvieron oposición y se pusieron en vigencia en forma inmediata.

El crack del 29 en Ecuador

Ecuador no estuvo ajeno a la crisis internacional de la post-guerra. Un ejemplo de los efectos de la crisis lo constituyó el hecho de que en 1933 las exportaciones no superaron los cuatro millones de sucres. A diferencia de otros países del área suramericana, Ecuador siguió al pie de la letra los dictados de la Misión Kemmerer, como en el caso de respetar el patrón oro y no evitar la fuga de valores. Al devaluarse la libra de esterlina inglesa se produjo grandes pérdidas a la economía nacional. Esto generó un alza de los índices de inflación con los consabidos resultados en el campo de lo social. En 1931 se liquidaron el Banco del Ecuador, junto a otras seis instituciones.

El velasquismo

Los latifundistas de la Sierra ecuatoriana aspiraron al poder, logrando el puesto de presidente Neptalí Bonifaz, pero éste fue desaprobado por el Parlamento. Este hecho generó lo que se conoció como Guerra de los Cuatro Días, en 1932. Detrás de ello se vieron organizaciones sindicales controladas por la derecha. Se produjeron nuevas elecciones y, mediante los acostumbrados fraudes electorales, que llevaron al poder a Juan de Dios Martínez Mera, quien sólo ejerció por unos pocos meses, ya que José María Velasco Ibarra dirigió un golpe parlamentario y fue elegido presidente el primero de septiembre de 1934.

La Revolución Cubana influyó en el último mandato de Velasco Ibarra.

A partir de allí se sucedieron varios periodos de gobierno, hasta sumar cinco mandatos. En varias ocasiones fue derrotado y expulsado del país, pero las masas populares le apoyaron y lo llevaron a la máxima magistratura. Con más o menos nivel de represión fue un dictador que suavizó sus medidas con un arte oratorio como arma de convencimiento y con medidas populares, tanto hacia lo interno del país como en la política internacional. Fue el presidente de mayor data en el poder al sumar 13 años de gobierno. El velasquismo significó incorporar al sistema político a sectores excluidos de la sociedad.

Desde Carondelet Velasco Ibarra gobernó 13 años.

Gobiernos de Velasco Ibarra

 Período

Forma en que llega al poder

Logros

1934-1935 Elecciones · Reforma agraria
1944-1947 Elecciones · Entrada a la Flota Mercante

· Ingreso a la ONU

1952-1956 Elecciones · Construcción de 415 escuelas y más de 1359 kilómetros de carreteras y se mejoraron 1057 kilómetros
1960-1061 Elecciones · Anula el Tratado de Río de Janeiro
1968-1972 Elecciones · Ley de Hidrocarburos (197l)

· Creó la Corporación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales

· Electrificación Telecomunicaciones

· Oleoductos

Los intelectuales ante la Revolución Juliana

La intelectualidad siempre fue abanderada en las luchas sociales de los años del 20 al 40 del siglo XX. Una de las vertientes de esa lucha fue el indigenismo. “Lucha por la justicia social ecuatoriana”, que publicó Pío Jaramillo Alvarado, constituyó una obra fundamental para concientizar el pensamiento nacionalista ecuatoriano. El laicismo fue una de las vertientes recurridas en las obras de escritores y artistas. José María Velasco Ibarra publicó ensayos jurídicos con marcado énfasis en lo social, al igual que Remigio Crespo Toral. Los conservadores y la iglesia se unieron para enfrentar las ideas de izquierda.