Es un hueso pequeño y esponjoso, uno de los más frágiles del cuerpo humano, constituido por finas láminas óseas. Está ubicado en la zona mediofacial del cráneo y es un elemento importante que contribuye a la formación de la órbita, el tabique nasal, la cavidad nasal y el suelo de la fosa craneal anterior.
estructura y funciones
- Hueso de tamaño reducido con estructura cúbica.
- Consta de cuatro componentes principales: una placa cribiforme, dos laberintos etmoidales y la placa perpendicular.
- Está separado de las órbitas por la lámina papirácea.
- De las masas laterales etmoidales surgen los cornetes superior y medio, convirtiéndose en el meato superior y medio.
- Alberga células aéreas etmoidales, responsables, entre otras cosas, de la sensación olfativa, la fonación y la ventilación.
- Repercute en el drenaje de los senos frontales y maxilares mediante el complejo osteomeatal.
El hueso etmoides se articula con trece huesos: en la parte superior con el frontal; en la parte posterior con el esfenoides y con los palatinos; en la parte anterior con los nasales; en la parte lateral con los maxilares superiores y el unguis, y en la parte inferior con el vómer.
Músculos y nervios
El etmoides, al formar parte de la órbita, está asociado con siete músculos extraoculares. Seis de esos músculos nacen del vértice orbitario. El oblicuo inferior surge del suelo de la órbita, mientras que los músculos rectos (superior, inferior, lateral y medial) salen del anillo de Zinn.
Asimismo, el hueso etmoidal y los senos etmoidales están asociados con algunos nervios craneales, como el nervio olfatorio y el nervio óptico.
Fractura etmoidal
El hueso etmoides puede romperse o fracturarse tras un golpe o caída grave. Algunos signos de la fractura están relacionados con la estructura del hueso, por ejemplo:
- Fractura de la placa cribiforme. Puede provocar pérdida del sentido del olfato.
- Fractura del laberinto. Puede provocar enfisema orbital.