Problemas fronterizos entre Venezuela y el Mar Caribe

Las continuas disputas territoriales de Venezuela y las preocupaciones en seguridad fronteriza con varios de sus vecinos caribeños crean una incómoda historia. Los esfuerzos de esta nación por extender su alcance en el Mar Caribe involucran en gran medida el mantenimiento de un pequeño islote a 547 km de la costa de Venezuela.

Disputa por fronteras

Desde 1978, los gobiernos de Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, Dominica, Santa Lucía y Montserrat han tenido quejas en curso en las Naciones Unidas con respecto a una reclamación venezolana a una Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 370 kilómetros que rodea Isla de Aves.

La Isla de Aves es un banco de arena que descansa sobre un sub-cimiento coralino.

Establecido por una fuerza naval venezolana en 1950 y con una misión científica permanente en 1978, esta isla ha sido cubierta de tierra transportada desde el continente y arrecifes artificiales que se han construido para mantenerla y evitar que pueda ser completamente sumergida durante huracanes o marea alta.

Bajo la administración del presidente Hugo Chávez, en el 2004 el ejército venezolano estableció un pequeño puesto avanzado en el territorio, en el que construyeron el edificio sobre pilotes debido a la falta de terreno firme disponible.

¿Sabías qué...?
En 1980, Isla de Aves fue sumergida y dividida en dos por el huracán Allen, pero más adelante se recuperó. Hoy en día es lugar de paso y anidación de algunas aves marinas y tortugas verdes.

Las aguas en el Caribe oriental son excelentes para la pesca y se cree que contienen grandes reservas de petróleo submarino. Sin embargo, algunos países del Caribe cuestionan la afirmación de la ZEE de Venezuela bajo el argumento de que Aves no satisface la definición de isla de la ONU, son simplemente islotes rocosos aislados y no islas verdaderas, que la lleva a ser catalogada en un estatus que permite un número considerablemente menor de derechos. Además, la posición de Caracas sobre el tema ha dejado a muchas naciones insulares del Caribe con ZEE reducidas, que limita el área de sus pescadores y expande la influencia de Venezuela en la cuenca.

Los estados del Caribe cuestionan la soberanía de Venezuela sobre los islotes.

En 2005, Venezuela lanzó su iniciativa Petrocaribe, que permitía a los países del Caribe oriental comprar petróleo bajo condiciones de préstamos preferenciales. Después de esta oferta, la mayoría de las disputas sobre la legitimidad de la demanda de Venezuela a Aves se cayeron, no obstante, las objeciones permanecen sobre la ZEE asociada con la demanda.

Pequeña causa, gran efecto

El pequeño islote de Aves se ha utilizado para justificar una extensión enormemente desproporcionada de la ZEE de Venezuela hasta el mar abierto adyacente a Guadalupe. Este crédito se ha efectuado con el aval de Francia, Países Bajos y Estados Unidos, en nombre de sus dependencias insulares dentro de la zona.

Venezuela y Barbados

Venezuela también tiene una disputa marítima con Barbados, originada en 2008 cuando la nación insular comenzó a perforar en alta mar en una zona del Océano Atlántico también reclamada por Caracas. El reclamo no es reconocido por las Naciones Unidas.

 

La Comisión de Límites de la ONU fijó en abril de 2010 algunas sugerencias para el límite exterior de su plataforma continental.

Venezuela y Antillas Neerlandesas

El presidente Chávez creó preocupación entre las autoridades holandesas a principios del 2010 al acusar a los aviones militares holandeses estacionados en la cercana cadena de islas Antillas Neerlandesas de violar el espacio aéreo venezolano. El presidente venezolano ha acusado repetidamente a los holandeses, que controlan la política exterior y defensa de la isla, de facilitar la invasión estadounidense de su país.

Venezuela ha reclamado los territorios insulares holandeses situados a pocos kilómetros de su costa, desde la década de 1940.

Zonas económicas exclusivas

Los problemas relacionados con las ZEE son de fecha más reciente y preocupan a la mayoría de los estados y territorios de la región, como las islas, que no están en la lista de conflictos históricos. A su vez, tienden a ser menos agudos, ya que cubren tramos de mar donde las reclamaciones de derechos no están tan arraigadas y donde los recursos son generalmente limitados.

Con algunas excepciones locales, el espacio marítimo caribeño no es rico en poblaciones de peces. Casi todos los países son importadores netos de productos del mar, y sólo unos pocos mantienen flotas pesqueras de alta mar; así como también, los recursos explotados que normalmente se encuentran en el fondo marino están lejos de ser significativos.

Por consiguiente, el potencial conocido de las ZEE no es lo suficientemente grande como para justificar su desarrollo en un futuro previsible, por lo que para la mayoría de los países en cuestión no deberían comprometer los medios y los esfuerzos. Además, en cualquier caso, difícilmente tienen los medios, ya sean técnicos, militares, financieros o simplemente humanos, para ejercer una verdadera soberanía, controlar y eventualmente explotar estas enormes extensiones de mar.

Las dos disputas más significativas, que abarcan cientos de miles de kilómetros cuadrados entre numerosos estados, son por su naturaleza fácilmente comparables y se refieren a las ZEE de Colombia y Venezuela, donde ninguno de los dos estados ha ratificado la Convención de Bahía Montego y que aparecen claramente en el mapa como “anomalías”.