Una vida de sacrificio por el bien del país

Eugenio Espejo no es sólo el precursor de la independencia americana, sino el crisol de la nacionalidad ecuatoriana. En él está presente el mestizaje en sus vertientes indígena, negra y española. Como médico conjugó los conocimientos propios de la sabiduría popular y natural de los aborígenes con los adelantos científicos de Europa. Fue el primer gran pensador de Ecuador y uno de los principales intelectuales de América. Su saber ilustrado abarcó diversas ramas como la política, la economía, la agricultura, la medicina, la religión, la educación, el arte y los oficios. Acosado por el régimen colonial, murió en la cárcel, en 1795.

Eugenio Espejo fue un precursor de la independencia de Ecuador.

La época

Eugenio Espejo nació en 1747 y falleció en 1795. Vivió 47 años durante la más agitada etapa de la historia de Quito, donde se gestaron movimientos por la reivindicación de los valores autóctonos americanos y quiteños, en contraposición a las ideas colonialistas de los peninsulares españoles.

¿Sabías qué...?
El Cabildo de Quito, en 1785, le solicitó a Eugenio Espejo la elaboración de un método para evitar la viruela. En él mencionó como causas las de tipo sociales y culturales, generando una gran polémica, por lo que fue encarcelado en 1787 y liberado inmediatamente por ausencia de pruebas.

La conciencia criolla se reflejó en la primera obra Historia del Reino de Quito que fue escrita por el padre jesuita Juan de Velasco, expulsado al exilio desde Riobamba, donde oficiaba. En este importante libro relató los hechos más connotados acontecidos en lo que hoy es Ecuador. En la descripción de sus recursos naturales y en la exaltación de sus valores encontraron los lectores los elementos formativos de la conciencia criolla.

La Misión Geodésica determinó el paralelo 0 grado.

La raza de Eugenio

Espejo no es el verdadero apellido de Eugenio. En realidad nació de padre indígena y madre mulata. Su padre fue un indígena quechua, procedente de Cajamarca, en Perú, conocido como Luis Chushig, quien trabajaba como ayudante del fraile José del Rosario, que era médico en el Hospital La Misericordia, de Quito. Su madre fue María Catalina Aldaz y Larraincar, natural de Nueva Granada, residente en Quito al igual que su padre.

Intelectual y revolucionario

Eugenio Espejo no fue ni revolucionario ni subversivo, era un intelectual que buscaba el bien de Quito y el despertar de su espíritu adormilado y resignado a lo malo.

Luis Benítez, como fue inscripto, aprendió a leer y escribir de forma subversiva, ya que estaba prohibido para los indígenas. Con ese apellido contrajo matrimonio con Catalina Aldás. El apellido Santa Cruz y Espejo no está aún esclarecido, pero se presume por los historiadores que fue puesto por algún español al ser evangelizado.

En una sociedad tan racista como la que le tocó vivir, Eugenio Espejo tuvo que cambiar sus apellidos para poder ingresar a los colegios y universidades, y realizar estudios. Sus dotes de inteligencia y sus ideas políticas permitieron que los ricos criollos le ayudaran en el empeño por graduarse de médico primero y luego abogado.

Los orígenes del genio

A Francisco Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo le tocó vivir una etapa poco favorable para el desarrollo del intelecto. Una década antes de venir al mundo, la Misión Geodésica, compuesta por científicos franceses y españoles de renombre que tenían el objetivo de medir un meridiano y determinar el grado cero, visitó Quito. Su visita a Quito permitió un despertar de las ideas renovadoras en las ciencias y la educación, sin embargo su influencia en 1747 se había disuelto ya. Otro acontecimiento desfavorable para Espejo fue la expulsión de los jesuitas, que representaron lo más avanzado de las ideas y los métodos de enseñanza de la época.

Le tocó, entonces, a Eugenio Espejo educarse y formarse en colegios de otras órdenes más dogmáticas y retrógradas. Las ideas de profesores como Juan Magnin, Juan de Hospital y Miguel Antonio Rodríguez, quedaron en el olvido. Por tanto, Espejo sufrió las clases monótonas y carentes de interés, con métodos escolásticos y memoristas, que tanto debieron molestarlo. No obstante, se graduó de doctor en Medicina y de licenciado en Derecho Civil y Canónico.

Cronología de una vida de dificultades

  • El 21 de febrero de 1747 es bautizado en Quito.
  • Entre 1759 y 1762 estudia con los jesuitas.
  • En 1762 se gradua de maestro de Filosofía.
  • En 1764 ocurren dos hechos significativos en su vida: muere su hermano, víctima de la viruela y se produce la Rebelión de los Estancos.
  • En 1765 inicia los estudios de Medicina en el colegio dominico San Fernando.
  • Se gradua de doctor en Medicina en 1767, año que coincide con el de la expulsión de los jesuitas del territorio.
  • En 1767 inicia los estudios de Derecho Civil y Canónico en la Universidad de Santo Tomás.
  • Se titula de Licenciado en Derecho en 1770.
  • Entre 1770 y 1772 ejerce la Medicina.
  • Publica, en 1772, El retrato de Golilla, sátira donde criticó al Rey Carlos III y al marqués de la Sonora.
  • El 22 de noviembre de 1778 muere su padre.
  • En 1783 se dicta una orden de prisión en su contra, por lo que es apresado y encarcelado por espacio de 45 días.
  • Publica un método para combatir la viruela.
  • Es acusado nuevamente por la autoría de El retrato de Golilla, por lo que guardó prisión.
  • Viaja a Colombia y regresa en 1790, sobreseído de los cargos en su contra.
  • Funda la Sociedad Patriótica de Amigos del País, en 1791.
  • Ese mismo año es nombrado Director de la Primera Biblioteca Pública de Quito.
  • Recibe la tercera orden de prisión y es encarcelado, por parte del presidente Muñoz de Guzmán, el 30 de enero de 1895.
  • Se solicita su excarcelación por problemas de salud, el 27 de marzo.
  • Muñoz de Guzmán no atiende la orden y Eugenio Espejo muere el 27 de diciembre de ese año.

El periodista y escritor

Entre los años 1779 y 1780 surgió, de la pluma de Eugenio Espejo, la que el erudito Menéndez y Pelayo calificó como la primera crítica estructurada compuesta en América de habla castellana, bajo el título de “El Nuevo Luciano de Quito”. En realidad este fue el primer tomo de una trilogía que incluyó a “Marco Porcio Catón”, en 1780, y a “La Ciencia Blancardina”, en 1781. La circulación manuscrita de esta magna obra despertó mucha curiosidad e interés en los quiteños.

El Nuevo Luciano de Quito” hurgó en todos los sectores de la vida cultural y educativa de Quito, haciendo un análisis pormenorizado de las instituciones y personajes. Se convirtió en la obra más controversial del momento, no sólo por su carácter crítico, sino por la fina ironía utilizada en su redacción. Se escribió en forma de diálogo, en el que el Doctor Mera, defensor de las ideas de la Ilustración, se enfrenta al Doctor Murillo, representante de las ideas retrógradas y conservadoras del pensamiento tradicional y escolástico.

Esta obra produjo un efecto de debate y enfrentamiento entre los hombres cultos del entorno quiteño y alcanzó al propio Espejo, que sufrió prisión en más de una ocasión y, finalmente murió en ese lugar, sin el perdón de las autoridades, a pesar de la sentencia revocatoria del juez.

Las prisiones no pueden acallar al rebelde

Obras escritas por Eugenio Espejo

El nuevo Luciano (1779)

Marco Porcio Catón (1780)

Retrato de Golilla (1780)

Ciencia Blancardilla (1781)

Cartas riobambenses (1787)

Cartas latacungueñas (1788)

Carta a Europhilia (1792)

Pasquines de “Las banderitas” (1794)

Dedicatoria de Trato de Longino (1781)

Reflexiones sobre la viruela (1785)

Discurso de la concordia (1789)

Primicias de la Cultura de Quito (1792)

Testamento (1795)

También escribió cartas, defensas, oficios, apelaciones, solicitudes, agradecimientos, sermones y panegíricos.

Espejo: periodista

Eugenio Espejo tuvo el mérito de editar el primer periódico de la historia de Ecuador. Bajo el nombre de “Primicias de la Cultura de Quito”, editado por el apoyo de la Escuela de la Concordia. Circuló por primera vez el 5 de enero de 1792. El contenido de la publicación era diverso y variado. Iba desde reflexiones y disquisiciones filosóficas, hasta consejos de buenas costumbres, pasando por recomendaciones y noticias sobre salubridad, higiene y otros temas de interés para los quiteños.

En el periódico se dio una visión crítica, aunque real del estado de la cultura y la educación, enfrentó la dura y difícil realidad social y económica de Quito. Analizó las causas del estado en que se encontraba el territorio, y se las atribuyó a la insensibilidad de las autoridades, los bajos incentivos para los productores y las epidemias que diezmaron a la población.

Eugenio Espejo editó el primer periódico de Ecuador.

“Primicias…” tenía una frecuencia de aparición de 15 días. El costo de cada ejemplar, de un pliego completo, era de un real y medio. La publicación no tuvo una buena acogida entre los quiteños, al contrario, su publicación fue recibida con frialdad y hasta con rechazo, llegando incluso a que su autor intelectual fuera perseguido y duramente criticado.

Entre las causas del rechazo estuvieron el lenguaje rebuscado y elitista usado por Espejo. Cuestión contradictoria en él que había reconocido con anterioridad que existía poca instrucción y educación en la población. El periódico tuvo una corta existencia. Su última publicación (la séptima) fue el día 29 de marzo de 1792.

El barón de Carondelet

El barón Héctor de Carondelet, como gobernador de Quito, desarrolló una política en favor de los criollos y luchó por una mayor autonomía, con la creación de una Capitanía General.

Palacio de Carondelet, construido durante su gobierno.

Anonimato: cobardía o estrategia

Eugenio Espejo se impuso como objetivo la promoción de una educación que debía responder a la solución de los problemas sociales y que no sólo fuera instrumento de divulgación del saber científico. La educación debía formar nobles ciudadanos para el servicio a la patria, contribuir a la creación de un espacio para la literatura, que permita discutir los problemas políticos y sociales y ayudar al mejoramiento de Quito.

En Eugenio Espejo la educación y el periodismo se superponen: el periodismo es, ante todo, un vehículo para la educación ciudadana. Por ello, el uso del anonimato satírico en Espejo representó una estrategia: “…despertar a los ingenios quiteños y alertarlos sobre el estado de barbarie social en que viven”. En Espejo se da la dicotomía entre barbarie y civilización, entendida la primera como “…la indiferencia en la que han caído los letrados con respecto a las necesidades sociales del pueblo” y que deberá combatirse. En este sentido Espejo fue un precursor en Ecuador.

El oficio de escritor para el intelectual quiteño era sinónimo de compromiso. Significó la separación de la Iglesia del poder del príncipe y, por otra parte, afiliarse a la lucha contra los problemas sociales que tenía el pueblo. En él la literatura tenía un papel social de servicio a la comunidad y su fin último lo constituía el objetivo político más universal: reformar las costumbres de una época. Para lograr esos fines cualquier medio era válido, por eso se escudó en el anonimato.

¿Sabías qué...?
El Banco Central del Ecuador realizó la emisión de la Serie GZ el 8 de junio de 1988 por el valor de 500 sucres, realizando así un homenaje póstumo al precursor de la independencia de América.

 

 

 

Pintando y esculpiendo la nación

La Escuela Quiteña es la denominación que los historiadores del arte dieron a los artistas que produjeron sus obras en el período colonial de Ecuador. Abarcó una etapa prolongada en el tiempo. Fue grande el número de pintores, escultores y artesanos representativos de esta corriente artística, así como la cantidad y diversidad de las obras producidas por ellos.

Vitrales de la Escuela Quiteña.

Los conquistadores trajeron a América su cultura

El complejo y doloroso proceso de conquista y colonización de los pueblos americanos por parte de los europeos, llegados al continente en 1492, fue acompañado, para lograr sus fines, de la evangelización a través de la Iglesia Católica y de la imposición de su cultura.

La enseñanza de la fe y la doctrina cristianas, a lo que se llamó evangelización, fue decisiva para someter a los indígenas, que temerosos de Dios aceptaron la sumisión a los designios de los blancos llegados de Europa con el crucifijo en una mano y la espada en la otra.

Las ruinas de Ingapirca, una muestra de la cultura andina.

En América se fundieron dos culturas, una dominante y otra dominada; se desarrollaron creencias y hábitos culturales en los que existió un fuerte componente latino, pero que mantuvo mucho de las culturas y costumbres autóctonas; que reflejó en sus manifestaciones las grandes desigualdades existentes entre los colonizadores y los colonizados, entre peninsulares blancos y criollos, con derecho a la educación y la cultura y mestizos pobres, negros e indígenas, que no podían asistir a las instituciones ni tener acceso al conocimiento y que trabajan para mantenerlas.

Las edificaciones de Cuenca y Quito recuerdan la arquitectura medieval europea.

La educación en Ecuador

La enseñanza en Ecuador durante la colonia fue privilegio de la Iglesia Católica, como lo fue durante todo el Período Feudal. Las primeras escuelas fueron creadas por los franciscanos y a ellas asistieron los hijos de los caciques indígenas. En las instituciones educativas se impartía la doctrina cristiana, la lectura, la escritura y las artes. Posteriormente aparecieron las escuelas dentro de los conventos, pero a ellas sólo podían asistir los de piel blanca y, de forma excepcional, los mestizos. Allí se impartía formación a los miembros del clero, aunque algunas instituciones aceptaron seglares (personas que no son miembros del clero).

Los colegios de los siglos XVI y XVII fueron fundadas por órdenes religiosas, especialmente por los dominicos y jesuitas, como el colegio San Fernando, dirigido por los primeros y el San Luis, por los últimos. En otras ciudades importantes, como Riobamba y Cuenca, contaron con centros de enseñanza donde se impartió Aritmética, Gramática y Literatura, que incluía aspectos de Retórica.

Universidad colonial en Cuenca, Ecuador.

Las primeras universidades de Quito

La primera Universidad de Quito, que se construyó por los agustinos, luego de medio siglo de fundada la ciudad, fue la de San Fulgencio, seguida por la San Gregorio Magno, fundada por los jesuitas y la Santo Tomás de Aquino, de los dominicos. En ellas se enseñó Filosofía, Teología y Derecho Civil y Canónico.

Muchos años después se incluyó en las universidades los estudios de Medicina. Para impartir estas materias se formaban profesores en las propias universidades. En sus aulas se preparaban los clérigos, abogados y médicos. Los mestizos no tuvieron acceso a la enseñanza formal, aprendieron de manera autodidacta en los talleres de artesanos o en las labores directas en la agricultura. No existió la enseñanza para las mujeres. Éstas tenían que aprender las labores domésticas en el hogar. Pocas mujeres pudieron aprender a leer y escribir recluidas en los monasterios.

La Ciencia llegó a Quito

El hecho más significativo en el ámbito científico que involucró a Quito fue la llegada, en 1736, de la Misión Geodésica, que en nombre de la Academia Francesa, mediría un meridiano terrestre. Los académicos fueron dirigidos por el científico francés Carlos María de la Condamine, a quien lo acompañaron los peninsulares Jorge Juan y Antonio de Ulloa. La Misión permaneció por mucho tiempo en el país.

La Misión Geodésica determinó el sitio donde aparece el Meridiano 0 grado.

A excepción del sabio Pedro Vicente Maldonado, que dibujó el primer mapa de la Audiencia de Quito, acompañó a la Misión Geodésica y fue miembro de las academias de ciencia de París y Londres, no hubo otro quiteño que se destacara en las ciencias. Maldonado nació en Riobamba, el 24 de noviembre de 1704 y murió en Londres, una semana antes de cumplir 44 años de edad. Además de físico, matemático, astrónomo, topógrafo y geógrafo, se destacó en la política.

¿Sabías qué...?
La primera imprenta llegó a la Audiencia de Quito en 1755.

La letra impresa: llegó la imprenta a Ecuador

La primera imprenta de la Audiencia de Quito llega a Ambato en 1755.

La ciudad de Ambato tuvo el privilegio de poseer la primera imprenta de la Audiencia de Quito. El objetivo de su adquisición fue publicar los libros religiosos, pero en ella se imprimieron documentos oficiales de la Audiencia. En la última década del siglo XVIII se comenzó a imprimir el primer periódico del país.

Los talleres de artesanos

Quito desarrolló un fuerte movimiento de artesanos que, desde sus talleres, producían objetos de gran valor artístico usando diferentes materiales, como metales, maderas, semillas, huesos y otros. Es estos talleres se elaboraban pinturas, esculturas, objetos decorativos y muebles con alto nivel artístico. Eran famosos los trabajos quiteños y se comercializaban, no sólo en Quito, sino también en toda la Audiencia y fuera de sus fronteras, desde las costas del mar Caribe hasta el sur de Perú.

Los talleres eran centro de producción y difusión artística.

La habilidad de los artesanos quiteños, en su mayoría mestizos e indígenas, se reconoció en los lugares donde llegaba su arte. En muchos casos las piezas eran copias de obras europeas, pero muy bien logradas. También confeccionaron obras originales, consideradas en la actualidad entre las mejores del mundo.

La iglesia y el arte colonial en Quito

La Iglesia contribuyó al sostenimiento y difusión de las obras de arte que se produjeron en la región. Los conventos fungieron como protectorados de los artesanos y artistas. Estas instituciones demandaban la realización de altares, cuadros, imágenes y mobiliario que los artesanos podían producir. De esta manera adquirían obras de gran valor. Inicialmente estos objetos elaborados por los artistas no tenían un fin decorativo, sino que se usaban como medios de enseñanza para adoctrinar a los indígenas, que no sabían leer ni escribir.

La artesanía ecuatoriana

La calidad en el trabajo artesanal y artístico de la época colonial se mantiene en los artesanos y artistas ecuatorianos actuales con obras muy apreciadas y valiosas.

Otra de las ventajas de los talleres es que constituyeron una fuente de empleo para la, cada vez más creciente, mano de obra quiteña. En ellos laboraban una cadena de empleados: maestros, ayudantes, aprendices, vendedores, transportadores y otros. Los talleres además de producir verdaderas obras de arte, fueron un puntal importante de empleo en épocas de crisis.

La Escuela Quiteña

En Quito y Cuenca se abrieron los principales talleres y residían y laboraban los mejores artistas de la llamada Escuela Quiteña de arte. Pintores y escultores de renombre se formaron y produjeron sus principales obras en esta etapa, aunque muchas de ellas no fueron firmadas por sus autores por existir la costumbre de identificarlos por el taller donde se hacían.

Obras y maestros representativos de la Escuela Quiteña del arte

Entre las muchas obras y artistas de la etapa destacan:

El padre Bedón, perteneciente a la orden de los dominicos, realizó su obra en el siglo XVI. En el siglo XVII se destacaron los pintores Pedro Gosseal y Miguel de Santiago, que fue uno de los más destacados pintores de la etapa colonial quiteña. Miguel de Santiago poseía un taller muy famoso en el que se produjeron obras muy significativas, como los óleos “La inmaculada” y la “Eucaristía”.

¿Sabías qué...?
A través de las obras de la Escuela Quiteña, se puede ver que el trabajo es fundamental en la sociedad, que ennoblece a las personas y que es necesario para la supervivencia.

El siglo XVIII, que para el mundo Occidental constituyó el Siglo de las Luces, también reflejó en el arte un esplendor inusitado. En esa época se destacaron el escultor Manuel Chili, conocido por el nombre artístico de “Caspicara” que significa “cara de madera o cara de palo”, y se compone de dos vocablos kichwas: caspi (madera) y cara (corteza); debido a que era de rostro cobrizo y piel tersa como la madera tallada, cosa que suponen sus biógrafos, ya que no existen retratos o referencias escritas sobre sus características físicas. El también escultor Bernardo Legarda, creó obras muy representativas del carácter de los andinos, como la “Virgen Inmaculada de Quito”, que se convirtió en un símbolo para la ciudad y para el arte colonial ecuatoriano.

El arte en la colonia

La excesiva explotación e injusticia a la que fueron sometidos los trabajadores no impidió que produjeran objetos bien elaborados, muy apreciados dentro y fuera del país.

Los muros de la ciudad

La arquitectura constituyó una manifestación artística que caracterizó la ciudad. A partir de copias europeas, se erigieron edificaciones que aunque contenían predominio ajeno, incorporaron elementos autóctonos. Con gran predominio del arte barroco, tendencia cultura que tuvo gran reflejo en las manifestaciones artísticas, se edificaron conventos e iglesias. Uno de los ejemplos más significativos de esta tendencia es la Iglesia de la Compañía de Jesús, considerada una de las mayores muestras del barroco americano.

En la Basílica del Voto Nacional se observa la conjugación estilos europeos con elementos autóctonos.
Barroco: más que un estilo

Características del Barroco Americano:

· Arquitecturas con abundancia de detalles y muy complejas.

· Utilización de la elíptica oval y otras formas no rectilíneas.

· Paredes cóncavas y convexas, con ondulaciones.

· Ausencia de líneas rectas y superficies planas.

· Plantas con planos oblicuos dando la sensación de movimiento.

· Campanarios, de una o dos torres, con abundante decoración.

· La luz y efectos luminosos adquieren importancia, a través del claroscuro.

· Riqueza decorativa y exuberancia formal en espacios interiores y exteriores.

· Predominio de lo curvilíneo y triunfo de la columna salomónica.

· Arcos y frontones mixtilíneos con ventanas ovaladas.

· El arco descansa sobre la columna por medio de un entablamento (al modo romano), o descansa directamente sobre el capitel (modo bizantino).

· Palacios, iglesias, espacios urbanos, grandes jardines y galerías.

Iglesia y monasterio de San Francisco, en Quito, uno de los mejores ejemplos del barroco americano.
Uso de formas no rectilíneas en edificaciones de Otavalo.

Pan de Oro

En esta iglesia de Quita se observa la técnica del pan de oro en sus paredes.

La técnica artística conocida como Pan de Oro consiste en utilizar una fina lámina de oro batido para decorar interiores y exteriores de piezas artísticas como esculturas, íconos, retablos, piezas de orfebrería, muebles y superficies arquitectónicas. Se pueden realizar también con otros metales, dándole una tonalidad y textura variadas a las piezas. Esta técnica fue muy utilizada por los artistas y artesanos de la Escuela Quiteña.