Cólera

El cólera es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria –Vibrio cholerae– que al ingresar al organismo de una persona provoca diarrea muy abundante. En los casos más graves de diarrea severa, si la pérdida rápida de líquidos corporales no es tratada a tiempo puede llevar a la deshidratación, a la postración y al riesgo de muerte. 
Esta bacteria vive en el agua, en mariscos y en el plancton. Es resistente al frío y al calor, pero sensible a la falta de agua y a la luz del sol. 

Se calcula que 1 de cada 20 personas infectadas puede desarrollar la enfermedad de manera grave. En estos casos, si no se acude rápidamente al centro de salud, el enfermo puede deshidratarse en pocas horas, padecer un colapso del sistema circulatorio e insuficiencia renal con riesgo de muerte. Por ello es muy importante la consulta al médico ante el primer síntoma de diarrea en aquellas zonas donde se han detectado casos de cólera.

¿Cuáles son los síntomas?

En algunos casos, sólo se presenta como una leve diarrea. Pero se calcula que 1 de cada 20 personas infectadas puede tener la enfermedad de forma grave, presentando los siguientes síntomas:
1. Diarreas frecuentes, al principio líquidas, de color normal y luego como agua de arroz. Las deposiciones pueden ser incoloras y sin dolor.
2. Rápida deshidratación: lengua seca y sed intensa, pulso rápido, sudoración fría.
3. Calambres musculares relativamente dolorosos y/o entumecimiento de las piernas, debido a la pérdida de potasio.

Si se han detectado casos de cólera en su zona, ante la aparición de diarrea se debe recurrir sin demora al centro de salud. Si se trata de bebés, niños o personas con enfermedades crónicas, la urgencia es aún mayor.

¿Cómo se transmite?

La bacteria que produce el cólera se aloja en el intestino de la persona infectada, por lo que la principal vía de contagio es la ingesta de agua o alimentos contaminados. Esto ocurre cuando se consume agua no segura (agua no potabilizada) y que por lo tanto puede estar contaminada con heces infectadas, o se ingieren alimentos en contacto con agua contaminada, heces, manos sucias, o incluso por la presencia de moscas.

La enfermedad suele diseminarse más rápidamente en áreas donde no se cuenta con agua potable accesible o carece de red de cloacas.

Es poco común la transmisión del cólera directamente de una persona a otra; por lo tanto, el contacto casual con una persona infectada no constituye un riesgo para contraer la enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento?

El cólera es totalmente curable si se reemplazan inmediatamente los líquidos y sales perdidos con la diarrea. Para ello, los pacientes son tratados con soluciones rehidratantes administradas por vía oral, como las mezclas envasadas de azúcar y sales que se disuelven en agua y se beben en grandes cantidades. Los casos graves requieren que la restitución de los líquidos se haga por vía intravenosa. Asimismo los antibióticos acortan el curso de la enfermedad y la gravedad de la misma, aunque no son fundamentales como la rehidratación.

Con una rehidratación rápida, la mortalidad por esta enfermedad es menor al 1%. Por tal motivo es fundamental que ante la aparición de diarrea se concurra rápidamente al centro de salud. 

¿Cómo puede prevenirse?

Los factores que impiden el contagio del cólera, como así también otras enfermedades diarreicas, son:

1. El consumo y uso de agua segura (potabilizada). 

  • En el caso de no contar con agua de red, es necesario optar por alguna de las siguientes medidas antes de consumirla:
  •  Colocar 2 gotas de lavandina por cada litro de agua.
  • Hervir el agua durante 3 minutos y dejarla enfriar.
  • Usar agua segura para beber, lavarse los dientes, lavar las verduras y frutas y hacer hielo.
  • Almacenar el agua solamente en recipientes con tapa y bien cerrados.

2. El correcto lavado de las manos, en especial antes y después de:

  • Preparar alimentos y cocinar
  • Comer
  • Ir al baño
  • Cambiar pañales
  • Amamantar
  • Manipular dinero

3. Higiene de los alimentos:

  •  Consumir hervida la leche que no viene envasada.
  • Lavar cuidadosamente las verduras y hervirlas de 1 a 2 minutos.
  • Lavar y dejar en agua con cloro o lavandina (10 minutos) las verduras con cáscara (como tomates, pepinos, zapallitos), enjuagando después varias veces bajo el chorro de agua segura.
  • Lavar prolijamente pescados y mariscos y luego hervirlos por lo menos 1 minuto.

4. Cuidados en la preparación de alimentos:

  • No mezclar los alimentos limpios con los alimentos sin lavar, ni los alimentos cocidos con alimentos crudos, en especial las carnes de todo tipo.
  • Utilizar tablas de plástico en lugar de madera, y limpiarlas cuidadosamente luego de apoyar carnes crudas o verduras sin lavar.
  • Mantener los alimentos tapados, para protegerlos de moscas y roedores.
  • No volver a congelar alimentos ya descongelados.
  • Todo alimento preparado y guardado debe hervirse por lo menos durante un minuto antes de comerlo.
  • Cocinar las carnes hasta que dejen de estar rosadas.
  • No recibir dinero mientras se manipulan alimentos.

5. Eliminación de excretas y cuidado del medio ambiente:

  • Las excretas humanas deben eliminarse adecuadamente (entierro, pozo séptico, letrina, cloaca).
  • Defecar sólo en baños o letrinas. No defecar en espacios abiertos, ni en el agua o cerca de fuentes de agua.
  •  Los pañales descartables deben ser colocados en bolsas y cerrarlas.
  • Lavar bien los pañales no descartables y mantenerlos alejados de las fuentes de agua y los lugares donde se cocina.
  • Limpiar bien los baños y letrinas.
  •  Lavar diariamente los artefactos del baño (lavamanos, inodoro, bidet, letrina, etc.) con agua, detergente y cloro o lavandina.
  • Cuidar los cursos de agua, a fin de no contaminarlos con bacterias provenientes de excrementos, de lavado de alimentos y utensilios, o de baños improvisados.
  • Usar agua limpia y segura (potabilizada) para regar las huertas.

Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina) http://www.msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48/127-colera#sthash.GlRm891c.dpuf

Golpe de calor

Es el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol (insolación clásica) o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación) al punto que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento.

En estas situaciones el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura por los mecanismos habituales como la sudoración por lo que se produce un aumento de la temperatura corporal. El golpe de calor puede presentarse en el momento o después de varios días de alta temperatura.

¿Cuáles son los síntomas?

Es importante estar alerta ante los siguientes síntomas:
– sed intensa y sequedad en la boca
– temperatura mayor a 39 ºC (medida en la axila)
– sudoración excesiva
– sensación de calor sofocante
– piel seca
– agotamiento, cansancio o debilidad
– mareos o desmayo
– vértigo
– calambres musculares
– agitación
– dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos
– dolores de cabeza (sensación de latido u opresión)
– estado de confusión, desorientación, delirio o incluso coma o convulsiones

En los bebés además se puede evidenciar:

– la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.
– Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños).


¿Quiénes son los más vulnerables?

Cualquier persona puede ser víctima de un golpe de calor. Sin embargo se debe tener especial cuidado con los siguientes grupos ya que tienen mayor riesgo de padecerlo:
– bebés y niños especialmente menores de 1 año (ya que su cuerpo tiene menor capacidad para regular su temperatura)
– bebés que padecen de fiebre por otras causas, o diarrea
– personas con enfermedades crónicas (afecciones cardíacas, renales o neurológicas)
– niños obesos o desnutridos
– personas que tienen la piel muy quemada por el sol
– jóvenes que abusan de bebidas con alcohol y de drogas
– personas mayores

¿Cómo prevenirlo?

Para evitar un golpe de calor en zonas y/o épocas de altas temperaturas, es importante:

– Evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso
– Evitar bebidas muy frías o muy calientes
– Evitar comidas pesadas

Con los más chicos:
– No esperar que pidan agua. Ofrecer continuamente líquidos, especialmente jugos naturales. En el caso de lactantes ofrecer el pecho de manera más frecuente.
– Vestirlos con ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros o incluso desvestirlos.
– Bañarlos y mojarles el cuerpo con frecuencia.
– Proponer juegos tranquilos evitando que se agiten.
– Evitar que se expongan al sol especialmente en el horario del mediodía o bien, protegerlos de sus efectos si no se puede evitar la exposición: con el uso de ropa adecuada (sombreros, ropa de manga larga) y protectores solares adecuados.
– Mantenerlos en lugares bien ventilados o bien con aire acondicionado (ya sea en casa o lugares públicos) cuando la temperatura ambiente es muy elevada.
– Nunca permanezca con ellos dentro de un vehículo estacionado y cerrado.

Para todos:
– Evitar bebidas con alcohol ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido. No es conveniente tomar cerveza ante la sed y el calor.
– Evitar la actividad física intensa.

¿Cómo debemos actuar si ocurre?

Es importante actuar rápidamente. En primer lugar se debe intentar baja la temperatura del cuerpo de la persona afectada, con hielo o con un baño en agua helada.

Además es importante:
– ofrecer agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal)
– trasladar a la persona a un lugar fresco y ventilado
– no administrar medicamentos antifebriles
– no friccionar la piel con alcohol

El golpe de calor puede ser muy grave, en especial para los bebés y niños pequeños. Por eso, ante los primeros síntomas no demore en consultar al médico o acercarse al centro de salud.

Fuente: Ministerio de Salud – Presidencia de la Nación (Argentina)

http://www.msal.gob.ar/index.php/component/content/article/48/212-golpe-de-calor