Influencia de Manuela Espejo

Manuela Espejo fue una de las quiteñas más representativas de su época. No solo fue gestora de los ideales independentista y la lucha por la libertad, sino también una precursora de la enfermería, el periodismo femenino y la defensa de las mujeres en el Ecuador. Esta ilustre revolucionaria marcó la historia de su país y su influencia en la sociedad de antaño se mantiene hasta la actualidad.

Retrato de Manuela de la Santa Cruz y Espejo (1753-1829). Atribución imagen: SebasdreyesManuela EspejoCC BY-SA 4.0

LA ENFERMERA

Aunque para el siglo XVIII las oportunidades de estudio para las mujeres eran escasas, Manuela obtuvo una muy buena educación en su hogar centrada en las ciencias naturales y la medicina. Desde muy joven participó en actividades humanitarias y asistió a los enfermos y desvalidos; inicialmente con su padre, el médico y cirujano Luis Espejo; luego acompañó a su hermano Eugenio, insigne doctor y personaje de renombre en Quito.

En 1785, cuando la fiebre amarilla azotó a la población quiteña, Manuela y su hermano tuvieron una notable labor, pues ofrecieron asistencia médica a todos lo que la necesitaran, especialmente a los más pobres. Además de su amplio conocimiento sobre el área, su entrega, pasión y bondad, le confirieron el título de pionera de la enfermería en el país.

LA PERIODISTA Y FEMINISTA

Manuela fue la primera mujer de su país que se aventuró a expresar sus ideas en la prensa. Escondió su identidad bajo el seudónimo Erophilia en el diario Primicias de la cultura de Quito.

Aprovechó ese espacio para plasmar su opinión sobre la discriminación de las mujeres, las limitaciones a las que estaban sometidas y exigir un trato igualitario; asimismo, en este medio defendió la postura política de sus hermanos, que eran perseguidos por el gobierno de la Real Audiencia. Manuela nunca se silenció y dio los primeros pasos de los movimientos feministas en el país.

LA INDEPENDENTISTA

Manuela contribuyó activamente al círculo independentista. Luchó con valentía, seguridad e inteligencia por estos ideales. Siempre respaldó a sus hermanos, quienes fueron perseguidos políticos y posteriormente encarcelados. Llegó a a acusar al presidente Luis Muñoz de Guzmán por provocar la muerte de su hermano y fue a juicio, pero no tuvo éxito.

Afortunadamente, logró ver el fruto de sus esfuerzos: a su país libre. Su trabajo por la causa patriota fue aclamado en toda la región y se convirtió en una figura de valor para la historia ecuatoriana.

¿Sabías qué?
En su honor, el municipio de Quito creó el premio Manuela Espejo, entregado a aquellas mujeres que hayan cumplido un trabajo destacado en el desarrollo local y nacional a través de actividades culturales, educativas y ambientales, entre otras.

La revolución cubana

La Revolución Cubana fue un hecho histórico que marcaría al pueblo de Cuba, Latinoamérica y al resto del mundo. Tuvo sus orígenes en el fracasado asalto al cuartel Moncada que Fidel Castro lideró el 26 de julio de 1953, cuyo objetivo era derrocar la dictadura de Fulgencio Batista. A raíz de ese incidente, Castro creó el Movimiento 26 de Julio, a través de una estrategia guerrillera; su propósito sería instaurar un gobierno nacionalista y antiimperialista en enero de 1959. Convertido en jefe indiscutible del movimiento revolucionario, reorientó la política y economía cubana hacia el bloque comunista soviético. Por su parte, Ernesto Che Guevara se convertiría en un mito de la revolución al morir en Bolivia en 1967, intentando extender la experiencia guerrillera.

Plaza de la Revolución, La Habana.

ANTECEDENTES

El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 efectuado por el general Fulgencio Batista es el antecedente político más inmediato del estallido de la revolución cubana de 1959. La dictadura fue reconocida por los Estados Unidos, país que intervenía en la política cubana desde 1902 ya que tenía inversiones económicas que resguardar. El reconocimiento de la dictadura se debió al recelo que le habían suscitado los regímenes moderados de izquierda de Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás. Batista estrenó su régimen autoritario prometiendo la erradicación de la corrupción y del comunismo que, a su juicio, eran las dos amenazas de la prosperidad económica que se vivía; ninguna se erradicó. Uno de los reductos antigubernamentales más activos sería la Universidad de la Habana; allí, un grupo de jóvenes estudiantes de izquierda intentaría acometer un golpe de Estado el 26 de julio de 1953.

Su líder, Fidel Castro, organizaría un ataque al cuartel militar de Moncada en Santiago de Cuba iniciando una rebelión generalizada en contra de la dictadura; en la refriega los conspiradores fueron apresados. Unos meses después, Batista reorganizaba su gobierno ampliando la participación del ejército. El proceso abierto contra los golpistas por conspiración y desorden público se celebró en agosto de 1953. Fidel Castro asumió su defensa con un alegato en favor de los derechos humanos y de la potestad de luchar contra las tiranías terminando con la frase: “¡Condenadme, no importa! ¡La historia me absolverá!”. Castro pidió el retorno de la democracia, elecciones libres y libertad de expresión. El tribunal lo condenaría a quince años de cárcel, aunque el 5 de mayo de 1955, Castro se beneficiaría de una amnistía política y viajaría a México, en donde plantea una nueva estrategia contra el régimen de Batista.

¿Sabías qué...?
El retrato fotográfico del Che, hecho por Alberto Korda, es una de las imágenes más reproducidas en el mundo.

LA LUCHA ARMADA

Batista ganó unas elecciones con el retiro de sus opositores por falta de transparencia en los comicios; inauguraba así su cuarto gobierno. En 1956 la mayor conspiración contra Batista sería el desembarco de Castro en la isla el 2 de diciembre junto a unos ochenta estudiantes y exiliados; todos fundadores del Movimiento 26 de julio. Su manifiesto, el “Plan de México”, lo describe como un movimiento insurreccional amplio, abierto a la incorporación de otras organizaciones revolucionarias; dispuesto a acabar con la tiranía para restablecer la democracia. Entre quienes firmaron el acta se encontraba Ernesto Guevara, apodado el Che, quien no ocultó nunca su filiación comunista.

El desembarco del “Granma” permitió a Castro y a sus acompañantes refugiarse en Sierra Maestra, zona desde donde organizarían la resistencia armada. Las simpatías que despertaba la guerrilla castrista en 1957 con su prédica liberadora, sus ataques a los puestos militares y el mito nacionalista que identificaba a sus líderes, haría que al movimiento se sumaran grandes sectores de la población. Desde Santiago de Cuba, los rebeldes lanzaron el 12 de julio de 1957 un nuevo manifiesto con los grupos políticos afines insistiendo en que la razón del movimiento era acabar con el régimen de Batista y sus violaciones de los derechos humanos.

El gobierno de Batista experimenta, desde 1957, varias crisis en su frente interno y externo que, poco a poco, intensifican su aislamiento. La primera estalla con la rebelión de un sector de la marina de guerra el 5 de septiembre de 1957; el entendimiento entre Batista y las fuerzas armadas había dejado de existir. Además, surgió la crisis económica provocada por la caída de los precios internacionales del azúcar. Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos llegaron a su punto más bajo con el embargo de armas que decretaría este último. La convocatoria de elecciones para julio de 1958 hizo evidente el descontento de los partidos políticos con Batista, a quien demandaron la plena restauración de la constitución reformista de 1940.

La difícil coyuntura política y económica hizo que las elecciones se realicen en noviembre de 1958; Castro y su grupo boicotearon el acto denunciándolo como fraude. En medio de la violencia triunfaría la candidatura oficial, a pesar de que se consideraba que Márquez Sterling había sido el verdadero triunfador. El gobierno dio por válidos los resultados y Batista transfirió el cargo a su sucesor a principios de 1959.

Hacia diciembre de 1958, Castro y los seguidores que se sumaron a su movimiento guerrillero acometieron la última ofensiva contra el régimen de Batista. En su recorrido hacia La Habana, las ciudades más importantes del país fueron cayendo bajo su control sin oponer mayor resistencia; el 31 de diciembre de 1959, ya se encontraban en las afueras de la capital. Presionado por los militares, Batista renunció al cargo y se exilió en República Dominicana. Los “guerrilleros barbudos” habían logrado su objetivo de derribar al dictador y Castro entró en La Habana el 8 de enero de 1959.

LA REVOLUCIÓN EN EL PODER

La revolución encontraría respaldo para su institucionalización internacional en el reconocimiento de Estados Unidos al presidente provisional Manuel Urrutia. Sin embargo, el asentamiento definitivo de la revolución comenzaría con el nombramiento del propio Fidel Castro como primer ministro el 16 de febrero. En medio de un amplio apoyo popular, éste prometió forjar la redención moral y la realización nacional en Cuba, pasando a ser secundarias sus demandas originarias de libertad política.

Las reformas sociales que decretó Castro durante su primer año de gobierno tuvieron un carácter moderado pero nacionalista. Después de hacer una visita no oficial a Estados Unidos, decretó la reforma agraria de 1959 que expropió los latifundios azucareros en manos de las compañías norteamericanas a las que se ofreció una compensación económica. El primer incidente político al que Castro se enfrentó fue el reemplazo del presidente Urrutia, por Osvaldo Dorticós el 17 de julio de 1959. Para forzar ese cambio, Castro presentó su renuncia al cargo de primer ministro, rectificándose tras el relevo de Urrutia.

A principios de 1960 se iniciaría el distanciamiento entre el régimen cubano y la administración norteamericana al reanudar Cuba sus relaciones diplomáticas y comerciales con la Unión Soviética.

En mayo, Estados Unidos suspendió la ayuda económica que había prestado al régimen cubano y, dos meses después, redujo en un 95% la cuota de adquisición de azúcar cubana. El 2 de septiembre de 1960, Cuba canceló el pacto militar de defensa del hemisferio occidental que había firmado en 1947. A su vez, Castro nacionalizó más de ciento cincuenta empresas norteamericanas. Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas con Cuba el 3 de enero de 1961 e inicia una ofensiva desestabilizadora apoyando la invasión de la isla en Bahía de Cochinos el 20 de febrero de 1961. Ante ese intento, el régimen cubano proclama el carácter socialista de la revolución. Cuba iniciaría así su alineación con el bloque soviético. Pero no sólo la política y la economía comenzaron a vincularse al socialismo, también en el plano de la colaboración militar las relaciones con Moscú se estrecharon. Ello provocó la crisis de los misiles, una situación de tensión mundial que estalló en octubre de 1962 al denunciar el presidente Kennedy la existencia en la isla de cohetes soviéticos de ofensiva. La posibilidad de un ataque directo del ejército norteamericano se apaciguó cuando el jefe de Estado soviético, Nikita Krushev, ordenó retirar dicho armamento.

¿Sabías qué...?
Castro entró al Libro Guiness de los Records por pronunciar el discurso más extenso en la historia de Naciones Unidas: 4 horas y 29 minutos.

Desde 1962, la revolución cubana en el poder experimentó varias etapas:

1) la etapa del camino al socialismo (1962-1985)
2) la fase de rectificación de errores (1986-1990)
3) el período especial (1991-1994)
4) el proceso de reforma económica (1995 en adelante).

La etapa del camino al socialismo representa los momentos de máximo apogeo del régimen castrista. En política interior, el mayor avance ocurre en el campo económico debido a una redistribución más equitativa de la riqueza y casi alcanzar el pleno empleo. Se logran importantes avances sociales al garantizarse los servicios básicos de educación, salud, vivienda y cultura. El Estado se convierte en el dueño de todos los bienes de producción y en el exclusivo inversionista en el país, supeditando toda su política económica a planificaciones quinquenales. Por último, la dependencia comercial que se forja con el bloque soviético a cambio de su asistencia militar y económica conduce al país a concentrarse en una actividad mono-productora: la siembra de azúcar.

Con respecto a la competencia política, ésta es impuesta en 1965 al reconocimiento legal de una única organización: el Partido Comunista Cubano. Los partidos políticos anteriores a 1959 fueron prohibidos. Cuba experimenta un permanente embargo comercial de Estados Unidos y es expulsada de la Organización de los Estados Americanos. La política internacional del régimen se torna agresiva cuando disemina su experiencia revolucionaria a otros países. En el continente americano tal liderazgo es asumido desde 1965 por Ernesto Che Guevara y su proyecto de descolonización sustentado en la teoría del “foquismo guerrillero”. Su muerte en Bolivia en 1967 interrumpiría el intento de internacionalizar la revolución en el continente; ésta se reanudaría a fines de los años setenta con el apoyo a las guerrillas nicaragüense y salvadoreña. En su empeño de exportar su revolución, Cuba trasladó el escenario de su influencia a África apoyando a los movimientos de liberación de Angola, Etiopía, Sierra Leona, Guinea Ecuatorial y Somalia entre los años sesenta y ochenta; bien a través de asesoría militar o mediante el envío de tropas.

Camilo Cienfuegos.

A partir de 1986, en coincidencia con los cambios liberalizadores que comienza a experimentar la Unión Soviética, Castro patrocina en la isla un camino inverso conocido como el “proceso de rectificación de errores”. Con este discurso se trata de detener la pequeña experiencia de apertura al mercado tolerada por el régimen a principios de 1980. Pero esta coyuntura se destacará por la primera crisis económica cubana debido a la drástica caída internacional de los precios del azúcar, ocurrida en 1985. Esta situación afectaría especialmente a la sociedad, tornándose cotidianas las campañas de racionamiento de bienes. En materia internacional, el fracaso de los movimientos de liberación nacional en África y la dificultad económica de mantener las tropas y subsidios hace retroceder a Castro en su idea de exportar la revolución.

El desmoronamiento del bloque soviético comenzado en 1989 afectaría drásticamente la política de Cuba. Asimismo, el colapso del comunismo en todos los países vinculados a la órbita soviética empeoraría su situación interna. La pérdida definitiva de la ayuda económica que recibía de la Unión Soviética, la extrema vulnerabilidad de su economía exportadora en los mercados internacionales y la prolongación del embargo norteamericano, hicieron presagiar la caída del régimen. Al decretar en 1990 el inicio del “período especial”, Castro no sólo se propuso salvar los logros sociales obtenidos por la revolución cubana sino también su propio régimen del partido único. Se decretó la reorientación de su comercio exterior y se incentivó el desarrollo de infraestructuras vinculadas al turismo. Se ejecutaron medidas liberalizadoras, al mismo tiempo que se permitieron las actividades laborales privadas. Ninguna de estas medidas ha podido evitar que el crecimiento económico cubano experimentara un retroceso significativo y que la mayoría de la población se empobreciera aún más.

Monumento al Che Guevara en Santa Clara, donde se encuentran enterrados sus restos.

La fase más reciente de la revolución cubana ha tomado el nombre de proceso de reforma económica. Oficialmente esta fase empezó en 1995, aunque ella no ha hecho más que matizar algunos de los cambios ocurridos tras la apertura económica y la descentralización exportadora iniciadas en 1992. Por lo demás, el régimen castrista sigue resistiéndose a impulsar una transición política a la democracia.