Pedro Arraya y la localidad de Suipacha

Pedro Norberto Arraya fue un coronel criollo con una destacada participación en la historia de Bolivia, tanto en el proceso de independencia como en eventos posteriores. Entre estos acontecimientos destaca curiosamente su vínculo con la localidad de Suipacha, lugar donde ocurrió tanto su muerte como su primera y más grande victoria militar.

En la famosa batalla de Suipacha de 1810, el primero de los conflictos militares que el Ejército del Norte argentino llevó a cabo contra el Ejército realista español durante su primera expedición auxiliadora al Alto Perú, Pedro Arraya fue elegido como el jefe de la división de caballería proveniente de Sud Chichas, su provincia natal, que se unió a la causa, conocida como los Húsares de Chichas y conformada por unos cien jinetes milicianos.

A pesar de ser esta su primera participación oficial en la guerra por la independencia, Arraya destacó por su determinación, resolución y capacidad de mando, gracias a ello logró hacer retroceder y derrotar a gran parte del Ejército realista, cuyo número de efectivos superaba varias veces al de los chicheños, y con lo cual logró contribuir en gran medida a la importante victoria que los patriotas alcanzaron en esta batalla. Desde entonces, Arraya se ganó el respeto y el reconocimiento de otros líderes independentistas, hasta llegar incluso a ocupar cargos políticos.

Sin embargo, en 1837, años después de haberse consolidado la independencia de Bolivia, el nuevo panorama de corrupción y maquinación que ofrecía la ahora formada Confederación Perú-Bolivia le fue desfavorable a Arraya, quien para ese momento ejercía el cargo de gobernador de su natal Mojo. El juez Antonio Suárez logró destituirlo de su cargo para luego ser perseguido debido a un conflicto con otro militar, por lo cual huyó hacia la ciudad de La Quiaca en Argentina. Una vez perseguido y capturado, Arraya fue llevado a la zona de Veladero, en Suipacha, para ser fusilado.

¿Sabías qué?
En enero de 2024 Pedro Arraya fue declarado héroe nacional por la asamblea legislativa plurinacional de Bolivia, según se especifica en el artículo 1 de la ley Nº 1547, en honor a su participación en la batalla de Suipacha. Con este acto también se pretendió popularizar su imagen, ya que usualmente es poco recordado entre los personajes que participaron en la independencia de Bolivia.
Localización de la provincia de Sud Chichas, Bolivia, lugar de nacimiento de Pedro Arraya.

Pedro Antonio Olañeta y la batalla de Tumusla

Pedro Antonio Olañeta fue un destacado militar español reconocido por defender de manera abierta y absoluta el sistema realista, por lo que se convirtió en un obstáculo constante para la causa patriota durante la guerra de la independencia latinoamericana. Esta resistencia terminó cuando Olañeta murió en la última de las batallas del Alto Perú: la de Tumusla.

Antecedentes

Pedro Antonio Olañeta nació en 1770 en el antiguo territorio español de Vizcaya, bajo el seno de una familia de comerciantes que se mudó a Suramérica y que logró instalarse cómodamente en diferentes regiones del Alto Perú y el Virreinato del Río de la Plata, una profesión que Olañeta no tardó en adoptar y que le aportó grandes riquezas y propiedades. Al mismo tiempo, se unió a la milicia de Potosí en su juventud, donde pronto consiguió escalar posiciones.

El gran cambio en su vida inició con la Revolución de Mayo en 1810, con una nueva y poderosa dirección en Buenos Aires dispuesta a liberar del yugo de la Corona española al continente y que forzaría a las regiones a elegir bandos; Olañeda, luego de reflexionarlo, se decantó por apoyar a los realistas, pues un cambio en este sistema podría perjudicar su acomodada situación. Desde entonces se desempeñó como un líder militar realista en diversas batallas contra los independentistas, especialmente aquellas destinadas a detener los avances que estos realizaban para tomar el control de las tierras del Alto Perú.

La batalla de Tumusla

La batalla de Ayacucho determinó la derrota de las principales fuerzas realistas y dio pie a la independencia de Perú. Sin embargo, un sector de los españoles no aceptó estos resultados, incluido Olañeta. Él mismo se dirigió con sus tropas al Alto Perú para ofrecer una última resistencia desesperada contra los patriotas. Sin embargo, el coronel Carlos Medinaceli, uno de los hasta entonces subordinados de Olañeta situado en estas tierras, se reveló a favor de los patriotas. Al enterarse, Olañeta salió de inmediato a enfrentarlo, mientras su ahora enemigo reforzaba su ejército en Cotagaita con otros simpatizantes de la causa.

Los dos ejércitos se encontraron a orillas del río Tumusla el 1° de abril de 1825. Los hombres de Olañeta eran más numerosos y estaban mejor armados, pero la estrategia de Medinaceli fue superior, pues logró abatir al líder realista y con ello debilitar y desmoralizar sus tropas, hasta finalizar el combate a las 7 de la tarde con la victoria patriota. Gravemente herido, Olañeda aceptó la derrota y falleció al día siguiente.

¿Sabías qué?
El rey Fernando VII de España nombró a Olañeta como virrey del Río de la Plata en 1825. Sin embargo, esto ocurrió tres meses después de su fallecimiento y sin el conocimiento del rey sobre este suceso, por lo que su investidura nunca pudo efectuarse.
Retrato de Pedro Antonio Olañeta.