Los hermanos Lemoine

Juan Manuel Lemoine y su hermano José Joaquín Lemoine fueron  dos de los principales responsables de iniciar el proceso de independencia de Bolivia. Si bien gran parte de la historia de Juan Manuel se desconoce, es bien sabido que José Joaquín se desempeñó como militar y político patriota hasta su vejez.

La primera y más importante participación militar de los hermanos Lemoine de la que se tiene registro ocurrió durante la revolución de Chuquisaca en 1809, en la cual ambos cumplieron un papel similar y por ello son considerados dos de los principales impulsores de la revuelta. Esta inició tras el arresto del fiscal Jaime de Zudañez por parte del presidente de la Real Audiencia de Charcas Ramón García de León y Pizarro, tras lo cual los hermanos irrumpieron en el templo de San Francisco, con los frailes bajo amenaza, e hicieron sonar las campanas del lugar para reunir al pueblo e iniciar así el levantamiento.

Tras el éxito de la revolución y la consecuente renuncia de Pizarro, la Audiencia, ahora al mando de Juan de Arenales, reorganizó la milicia local y nombró líder del regimiento de Plateros a Juan Manuel, mientras que a José Joaquín lo designó como el jefe del cuerpo de Infantería. A partir de entonces, la Audiencia estableció comunicación con diferentes ciudades del Alto Perú para alentarlas a levantarse contra la Corona española, movimiento acrecentado tras los eventos de la Revolución de Mayo de Buenos Aires en 1810, con lo que los hermanos cooperaron para anexar cada vez más ciudades a la causa.

Durante este proceso, bajo la autoridad de la Junta de Buenos Aires, Juan Manuel fue designado gobernador del territorio de Chiquitos mientras que José Joaquín se unió al Ejército del Norte para continuar los enfrentamientos contra los realistas. Este territorio, sin embargo, fue retomado por los españoles tras la batalla de Huaqui, y Juan Manuel se vio forzado a huir.

Si bien no se cuenta con suficiente información sobre Juan Manuel tras estos eventos, se sabe que José Joaquín continuó con su carrera militar al participar en las batallas de Tucumán, Salta y Sipe-Sipe, por las que fue ascendido. También se desempeñó en política como edecán del gobierno argentino en 1818 y como diputado de la Asamblea y ministro de Hacienda de la ya independiente Bolivia en 1836. Falleció en su tierra natal, Chuquisaca, en 1856.

¿Sabías qué?
La primera esposa de José Joaquín de Lemoine, María Teresa Bustos y Salamanca, fue una de las más fervientes revolucionarias femeninas que participaron en el proceso de independencia de Bolivia. Durante la revolución de Chuquisaca vendió todas sus pertenencias de valor para proveer de armamento al pueblo amotinado, entre varias otras acciones posteriores.
Mapa del virreinato del Río de la Plata y las regiones del Alto Perú a finales del siglo XVIII. Al norte puede observarse la gobernación de Chiquitos, bajo administración de Juan Manuel Lemoine en 1811.

La batalla de Aroma y el Ejército de Bolivia

La batalla de Aroma fue uno de los enfrentamientos armados ocurridos durante los primeros años del proceso de independencia de Bolivia. Además de significar una importante victoria para los patriotas, esta batalla también formalizó al escuadrón de soldados que, en el futuro, evolucionaría hasta convertirse oficialmente en el Ejército de Bolivia.

PRIMER EJÉRCITO DE BOLIVIA

La unidad de soldados formada por Esteban Arze y Francisco del Rivero tras la revolución de Cochabamba es considerada el primer ejército creado para defender los intereses independentistas de los territorios del Alto Perú y que combatió por primera vez contra las fuerzas españolas en la conocida batalla de Aroma en 1810, por lo que a su vez se considera el precursor del actual Ejército de Bolivia.

Sin embargo, el Alto Perú estaba formado por ciudades con cierto grado de autonomía bajo la jurisdicción de la entonces Real Audiencia de Charcas, a su vez sometida al dominio español. Esto cambió cuando dichas regiones del Alto Perú lograron su independencia y se unieron para formar una sola nación que bautizaron como República de Bolivia el 3 de octubre de 1826. Así, la fuerza militar formada durante los eventos de la batalla de Aroma se convirtió oficialmente en el Ejército del Estado.

PRINCIPALES ACCIONES

Tras su independencia, el Ejército de Bolivia se ha encargado de defender al país ante fuerzas externas e internas hostiles y entregarse al servicio de su constitución. Entre sus primeras acciones destacan el impedimento de una posible invasión del Imperio de Brasil en 1825 y su participación contra el Ejército peruano que intervino el país en 1828 y que resultó en la expulsión de Antonio José de Sucre del poder.

Actualmente existe poca información oficial sobre los detalles exactos de la institución, pero se estima que dispone de entre 26.000 a 60.000 unidades de infantería y decenas de unidades de artillería y transporte.

¿Sabías qué?
El Ejército de Bolivia corresponde a las fuerzas militares terrestres del país y fueron las primeras en ser formadas, ya que nacieron a partir de las tropas terrestres que combatieron en la batalla de Aroma. Junto a la Armada de Bolivia, formada por sus fuerzas navales, y la Fuerza Aérea de Bolivia, estas tres instituciones militares conforman en su totalidad las Fuerzas Armadas de Bolivia.
Unidad de artillería del Ejército de Bolivia.

La revolución de Chuquisaca y la Campana de la Libertad

La revolución de Chuquisaca es considerada por muchos como el primer movimiento independentista ocurrido en Hispanoamérica. Durante este evento hizo acto de presencia la Campana de la Libertad, instrumento que es actualmente reconocido como un símbolo de la ciudad de Sucre.

Tras conocer la noticia del arresto del fiscal Jaime de Zudañez, los hermanos Joaquín y Juan Manuel de Lemoine partieron rápidamente hacia la Basílica de San Francisco de Charcas donde, armado con un sable, Juan Manuel amenazó a los frailes del convento para que le permitieran hacer uso de una de las campanas de la torre principal. Tan pronto tuvo acceso al instrumento, lo tocó con tal fuerza y ahínco que llegó a romperlo y causar en este una gran brecha como resultado.

El objetivo de este acto fue convocar en ese punto a la población de Charcas, incitarlos a levantarse contra el presidente de la Real Audiencia Ramón García de León y Pizarro por el injusto encierro de Zudañez y exigir su renuncia. La convocatoria resultó un éxito, pues la muchedumbre iracunda invadió el palacio de gobierno y permaneció allí bajo constantes amenazas hasta que finalmente un representante de Pizarro se mostró con el documento en el cual había firmado su dimisión, lo que condujo a su encarcelamiento y la desintegración de su guarnición real.

Cada 25 de mayo, las autoridades correspondientes rinden homenaje a la desde entonces conocida como la Campana de la Libertad como símbolo de la primera muestra de rebeldía y oposición ante el gobierno de la monarquía española, y con ello el precedente del proceso de independencia de los países hispanoamericanos. La misma se encuentra aún presente en la basílica, incluida la fractura que le fue causada hace más de 200 años.

¿Sabías qué?
La historia de la Campana de la Libertad de Sucre guarda una gran similitud con la Campana de la Libertad de Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos. Ambas están rotas, son símbolos reconocidos y reciben el mismo nombre, pues ambas fueron utilizadas en momentos clave de la historia de la independencia de sus respectivos países.
Basílica de San Francisco de Charcas, hogar de la Campana de la Libertad. Atribución de la imagen: NoverthIglesia de San francisco2CC BY-SA 3.0

Pedro Arraya y la localidad de Suipacha

Pedro Norberto Arraya fue un coronel criollo con una destacada participación en la historia de Bolivia, tanto en el proceso de independencia como en eventos posteriores. Entre estos acontecimientos destaca curiosamente su vínculo con la localidad de Suipacha, lugar donde ocurrió tanto su muerte como su primera y más grande victoria militar.

En la famosa batalla de Suipacha de 1810, el primero de los conflictos militares que el Ejército del Norte argentino llevó a cabo contra el Ejército realista español durante su primera expedición auxiliadora al Alto Perú, Pedro Arraya fue elegido como el jefe de la división de caballería proveniente de Sud Chichas, su provincia natal, que se unió a la causa, conocida como los Húsares de Chichas y conformada por unos cien jinetes milicianos.

A pesar de ser esta su primera participación oficial en la guerra por la independencia, Arraya destacó por su determinación, resolución y capacidad de mando, gracias a ello logró hacer retroceder y derrotar a gran parte del Ejército realista, cuyo número de efectivos superaba varias veces al de los chicheños, y con lo cual logró contribuir en gran medida a la importante victoria que los patriotas alcanzaron en esta batalla. Desde entonces, Arraya se ganó el respeto y el reconocimiento de otros líderes independentistas, hasta llegar incluso a ocupar cargos políticos.

Sin embargo, en 1837, años después de haberse consolidado la independencia de Bolivia, el nuevo panorama de corrupción y maquinación que ofrecía la ahora formada Confederación Perú-Bolivia le fue desfavorable a Arraya, quien para ese momento ejercía el cargo de gobernador de su natal Mojo. El juez Antonio Suárez logró destituirlo de su cargo para luego ser perseguido debido a un conflicto con otro militar, por lo cual huyó hacia la ciudad de La Quiaca en Argentina. Una vez perseguido y capturado, Arraya fue llevado a la zona de Veladero, en Suipacha, para ser fusilado.

¿Sabías qué?
En enero de 2024 Pedro Arraya fue declarado héroe nacional por la asamblea legislativa plurinacional de Bolivia, según se especifica en el artículo 1 de la ley Nº 1547, en honor a su participación en la batalla de Suipacha. Con este acto también se pretendió popularizar su imagen, ya que usualmente es poco recordado entre los personajes que participaron en la independencia de Bolivia.
Localización de la provincia de Sud Chichas, Bolivia, lugar de nacimiento de Pedro Arraya.

Gregoria Apaza y la revolución indígena

Gregoria Apaza fue una de las más importantes figuras indígenas femeninas dentro de los levantamientos indígenas que precedieron a la época de la guerra de la independencia. Esta líder se destaca en especial por su participación durante el histórico sitio de La Paz y la conquista de Sorata.

Junto a su cuñada Bartolina Sisa y su hermano Julián Apaza, también conocido como Túpac Katari y líder principal de la revolución en ese momento, Gregoria Apaza llevó a cabo el sitio de La Paz el 13 de marzo de 1781, donde comandaron a decenas de miles de combatientes de los pueblos aimara y quechua para invadir los límites de la ciudad y cortar toda comunicación con el exterior, lo que resultó en la muerte de muchos de los sitiados por el hambre y los enfrentamientos. Los líderes se instalaron en El Alto de La Paz para organizar desde allí la operación.

A mediados del período de 109 días que duró el primer cerco de La Paz, Gregoria marchó a Pampahasi bajo el cargo de general, donde se instaló y desde donde comandó la invasión a la localidad de Sorata. Para ello ideó una estrategia en donde utilizó un río del lugar para crear una represa, de manera que se formaran torrentes de agua que impactaran con fuerza sobre sus enemigos y provocaran una inundación. Gracias a ello y a la imbatible dirección de sus tropas, Gregoria conquistó Sorata con éxito.

Cabe destacar que fue durante este tiempo que la general inició una relación sentimental con Andrés Túpac Amaru, otro destacado líder indígena. Sin embargo, tras la conquista de Sorata, Andrés tuvo que partir a Azángano, por lo que la pareja tuvo que separar sus caminos por primera y última vez.

Mientras tanto, en La Paz, Túpac Katari había sido capturado el 17 de octubre por las tropas españolas del comandante José Reseguín. Al enterarse de esta noticia, Gregoria armó su ejército en Sorata y partió hacia la ciudad como refuerzo, solo para encontrar ella también la derrota. Así, Gregoria fue apresada por más de medio año hasta su ejecución en 1782.

¿Sabías qué?
El 5 de septiembre es reconocido como el Día Internacional de la Mujer Indígena. Se eligió esta fecha por ser la misma en la que fueron ejecutadas Gregoria Apaza y su cuñada Bartolina Sisa, las dos principales representantes femeninas de la comunidad, distinguidas por su valor y su papel en la historia.
Gregoria Apaza es una figura de gran importancia para la historia de los pueblos originarios, especialmente la aimara.

El Diario de una residencia en Chile de María Graham

Conocida posteriormente como María Callcott, fue una escritora, ilustradora y naturalista británica, destacada por, entre otras obras, sus memorias acerca de sus experiencias vividas en diferentes partes del mundo. Entre estos destinos destaca Chile, cuya experiencia relató en su libro Diario de una residencia en Chile y el cual se convirtió en un ícono histórico del país.

Tras su estancia en la India e Italia, María Graham emprendió un nuevo viaje junto a su esposo Thomas Graham en 1822, esta vez en dirección a Suramérica. Sin embargo, cerca de su destino, Thomas falleció producto de un cuadro febril y María se vio obligada a desembarcar sola en el puerto de Valparaíso, en Chile, donde decidió quedarse  alrededor de nueve meses.

Fue durante su estancia en este lugar que Graham escribió el libro Diario de una residencia en Chile, en el cual recopiló toda la información que aprendió del país, desde las costumbres locales y la flora presente hasta los más importantes acontecimientos históricos, sociales y políticos que se vivieron en la época, donde incluía además sus impresiones sobre destacadas figuras independentistas como Bernardo O’Higgins, José de San Martín, José Ignacio Zenteno y Thomas Alexander Cochrane, con quienes llegó a entablar amistad. Estos escritos se complementaban con dibujos hechos a mano por la misma Graham que ilustraban aquello de lo que la autora era testigo.

En su primera edición inglesa, publicada en 1824, el libro se encuentra dividido en tres secciones principales: un bosquejo de la historia de Chile a modo de introducción, donde detalla el periodo histórico comprendido entre la conquista de Chile hasta el gobierno de O’Higgins, diversas entradas que describen el aspecto cultural, geográfico y económico del país, acompañadas con sus propias observaciones sobre la condición política del mismo, y finalmente una posdata con comentarios adicionales y un apéndice que registraba los documentos que utilizó en su investigación histórica y los diferentes tipos de plantas que observó. Entre las páginas de este libro destaca además la descripción sobre el terremoto de Valparaíso en noviembre de 1822, uno de los más intensos en la historia del país y el cual Graham experimentó en persona.

Diario de una residencia en Chile ha sido valorado con el tiempo como un libro de importancia trascendental para el país, en especial por su condición como una de sus principales y más icónicas fuentes históricas.

¿Sabías qué?
La importancia del diario trascendió a la cultura popular chilena evidenciada en obras que lo referencian, como la serie de televisión titulada Diario de mi residencia en Chile: María Graham, donde se narra la vida y experiencias de la escritora en el país.

Antonio José de Irisarri y el tratado de Paucarpata

Antonio José de Irisarri fue un militar, escritor y diplomático guatemalteco-chileno que tuvo una muy importante y extensa carrera política durante y posterior al proceso de independencia de Chile. Sin embargo, su contribución al país se vio interrumpida durante la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, a partir del conocido tratado de Paucarpata.

Durante la guerra entre la Confederación Perú-Boliviana y el Ejército Unido Restaurador, formado por chilenos y peruanos opositores a la Confederación, ambos bandos se disputaron el destino de Perú como territorio compartido con Bolivia o como país soberano respectivamente. El Congreso de Chile envió tropas comandadas por el almirante Manuel Blanco Encalada, acompañado por el coronel Antonio José de Irisarri como consejero privado del líder militar y como representante plenipotenciario del país.

No obstante, al desembarcar en Arequipa para comenzar la invasión, las fuerzas restauradoras se vieron ampliamente superadas por las de la Confederación, comandadas por el general Andrés de Santa Cruz. Como consecuencia, Blanco Encalada e Irisarri se vieron obligados a aceptar un acuerdo de paz entre ambos bandos para asegurar la vida de sus hombres a cambio de que los mismos reconocieran la autoridad de la Confederación y aceptaran no volver a tomar las armas en su contra, acuerdo conocido como el tratado de Paucarpata, por ser este el lugar donde se llevaron a cabo las negociaciones.

Irisarri abrió la primera reunión con el general de la Confederación Ramón Herrera, donde, además de la seguridad de sus hombres chilenos, solicitó también la seguridad de los peruanos restauradores y que no se tomara represalías contra ellos. Los representantes chilenos firmaron el tratado en la segunda reunión, el 17 de noviembre de 1837.

Sin embargo, al regresar las tropas a Chile y al enterarse el Gobierno de lo sucedido, este no reconoció las decisiones de Blanco Encalada e Irisarri en Perú ni aceptó las condiciones del tratado. Como consecuencia, el organismo acusó a Irisarri de traición y fue condenado a muerte en su ausencia, pues para ese momento este aún no había abandonado Perú. En vista de las circunstancias, Irisarri se exilió a Colombia y nunca más regresó a su país.

¿Sabías qué?
El deseo de Irisarri por una vida pacífica y familiar en Chile, sumado a la vieja amistad que compartía con Andrés de Santa Cruz, fue el motivo por el cual Irisarri participó en la expedición en contra de su voluntad.
Retrato de Antonio José de Irisarri.

Los últimos años de Casimiro Marcó del Pont

Francisco Casimiro Marcó del Pont fue un militar y político español, reconocido por ser el último gobernador realista de Chile, antes de ser capturado por el Ejército patriota. A su forzosa dimisión le siguieron varios años de muy precarias circunstancias como prisionero.

La decisiva victoria patriota de la batalla de Chacabuco el 12 de febrero de 1817 marcó el fin de la gobernación de Marcó del Pont, por lo que este, al enterarse del resultado de la contienda y de que el Ejército vencedor iba en camino a Santiago a reclamar su trono, intentó huir a Valparaiso; sin embargo, fue interceptado y capturado en la localidad del Totoral por una avanzadilla patriota que había sido prevenida de la presencia del ahora exgobernador, ya que el apoyo a los independentistas crecía por todo Chile tan rápido como ahora descendía la fidelidad al gobierno español.

¿Sabías qué?
Tras la captura, Marcó del Pont y José de San Martín tuvieron una entrevista secreta, pues el primero solo aceptó entregar su espada y  rendirse por completo ante un oficial de su categoría. Aunque no existe evidencia de ello, la tradición dicta que San Martín, como respuesta a ciertos comentarios discriminatorios que Marcó del Pont hizo en el pasado, se mofó de este durante dicho encuentro con las palabras: ¡Venga esa mano blanca, mi general!

Luego de dos meses bajo custodia patriota, Marcó del Pont fue enviado por San Martín como prisionero a Mendoza. Durante este tiempo, el español redactó una carta donde solicitaba al director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Juan Martín de Pueyrredón, que lo dejara en libertad a cambio de jurar por su honor que jamás volvería a levantar las armas en contra de la causa independentista; pese a ello, la carta nunca llegó a su destino, y Marcó del Pont fue trasladado desde Mendoza a San Luis junto a otros prisioneros españoles de la batalla de Chacabuco en mayo del mismo año.

En febrero de 1819 se levantó un motín de prisioneros españoles en San Luis en el cual Marcó del Pont, fiel a su palabra, nunca participó, por lo que fue absuelto de ser ejecutado. No obstante, esto no evitó que fuera trasladado nuevamente, esta vez a la hacienda de La Estanzuela, donde fue encarcelado y abandonado. Las precarias circunstancias físicas y emocionales que sufrió en el lugar afectaron gravemente su estado de salud, lo que causó su muerte en 1821.

Retrato de Casimiro Marcó del Pont.

El exilio de Javiera Carrera

Javiera Carrera Verdugo fue una chilena considerada como uno de los más importantes y comprometidos personajes de la causa patriota en la historia de la independencia de Chile. Sin embargo, las disputas internas en el país que involucraban a sus hermanos la sometieron a muy precarias situaciones durante años.

Tras la terrible derrota de la batalla de Rancagua en 1814, en donde los realistas españoles recuperaron el control del país, los supervivientes patriotas y muchos civiles se vieron obligados a exiliarse a Mendoza, en las Provincias Unidas del Río de la Plata, en busca de refugio. Javiera Carrera, a pesar de estar casada en ese momento de un aristócrata español, y por lo tanto no correr peligro, decidió unirse al éxodo con sus compatriotas, incluidos sus hermanos José Miguel, Juan José y Luis, y abandonar a su esposo e hijos.

No obstante, el recibimiento de los Carrera allí fue desfavorable. Habían sido culpados y desprestigiados por los partidarios de O’Higgins, lo que sembró la desconfianza por esta familia en las autoridades rioplatenses e hicieron que fueran trasladados a Buenos Aires en consecuencia.

Allí, Javiera se encontró con graves problemas económicos y su salud comenzó a deteriorarse. Pese a ello, esto no le impidió comenzar una conspiración junto a sus hermanos Juan José y Luis, de la que se cree que era autora intelectual, para destronar a O’Higgins luego de que este recuperara el poder de Chile en la victoria de Chacabuco de 1817, mientras José Miguel se encontraba en Estados Unidos en busca de aliados. Estos planes fracasaron rápidamente, lo que condujo al fusilamiento de Juan José y Luis en 1818, y al destierro de Javiera a la localidad de Luján, para poco después ser recluida en un convento de Buenos Aires.

Logró escapar en 1819 en un barco portugués que se dirigía a Montevideo, y allí se enteró del fusilamiento de su último hermano, José Miguel, en 1821, ya que había causado muchos problemas en las Provincias Unidas del Río de la Plata en su campaña por retomar el poder de Chile. Javiera se encontraba destrozada y en peor estado de salud que nunca, pero se negó a volver a Chile mientras O’Higgins siguiera en el poder. El caudillo abdicó en 1823 y Javiera pudo regresar a su país un año después, donde vivió en paz hasta su fallecimiento en 1862.

¿Sabías qué?
Se dice que fue Javiera Carrera quien, en 1812, bordó la primera bandera de Chile como símbolo de la naciente nación independiente. Su diseño consistía en tres franjas horizontales de color azul, blanca y amarilla respectivamente.
Retrato de Javiera Carrera.

Operaciones de Thomas Alexander Cochrane al servicio de Chile

Thomas Alexander Cochrane fue un almirante británico, destacado por su participación en la lucha por la libertad de cuatro naciones, acompañada de una extensa carrera política y militar. Entre estas se encuentran sus acciones en Chile, desde donde apoyó el proceso de la independencia y le fue otorgada la nacionalidad.

Luego de una fructífera carrera militar en la Marina de Reino Unido, Cochrane incursionó en la política como diputado. Sin embargo, añoraba sus aventuras como marinero, y la oportunidad de retomarlas llegó cuando un representante de José de San Martín lo solicitó en 1817 para que se uniera a la Escuadra Nacional de Chile y colaborara con el proceso de independencia hispanoamericano.

Incursión al Callao en Perú (enero y septiembre de 1819)

Su primera misión fue la de adentrarse en las aguas del territorio peruano para atacar desde el mar a las fuerzas realistas que ocupaban el país y así extender la propaganda patriótica entre los lugareños. Al mando de la flota chilena, Cochrane arremetió contra el puerto del Callao, bloqueó la salida de los buques de la zona, se apoderó de varias de estas embarcaciones y escoltó el desembarco de sus unidades para continuar el ataque por tierra. Realizó esta operación en dos oportunidades durante el mismo año.

Expedición al sur de Chile (febrero de 1820)

Cochrane se dispuso tomar un importante enclave realista ubicado en Valdivia. La ciudad y su puerto contaban con un poderoso sistema de fortalezas que la protegían, pero el comandante ideó un plan para infiltrarse en la zona al hacer pasar su flota por buques españoles y atacar por sorpresa. Poco después de esta victoria, intentó tomar también el archipiélago de Chiloé, pero falló en el intento.

Expedición Libertadora del Perú (mayo de 1820-noviembre de 1822)

Con la formación del Ejército Libertador del Perú, el director supremo de Chile Bernardo O’Higgins nombró a Cochrane comandante de la flota naval de esta fuerza militar. En su posición logró capturar con ingeniosas y arriesgadas tácticas marítimas el puerto del Callao y Lima, además de perseguir y derrotar a los últimos buques enemigos extendidos por las costas de México.

Sin embargo, el proceder impulsivo e imprudente de Cochrane, aunque eficaz, contrastaba significativamente con el carácter calculador y sereno del jefe principal de la expedición, José de San Martín. Esto, sumado a lo que consideró una pobre e injusta remuneración que recibió del gobierno por sus servicios, lo hizo retirarse del país para servir a Brasil, Grecia y nuevamente Reino Unido, donde falleció en 1860.

¿Sabías qué?
La naturaleza ingeniosa y audaz de Thomas Cochrane lo impulsó a patentar y apoyar avances tecnológicos, donde destaca su iniciativa de utilización del alquitrán en la pavimentación de calles y la financiación del primer buque de guerra a vapor que cruzó el Atlántico, el Rising Star, el cual estaba destinado en un inicio a servir a Chile.
Retrato de Thomas Cochrane.